Liderazgo Para Jóvenes LECCIONES SOBRE LIDERAZGO. Lección 04. 12 de junio, 2011 |
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¿ESTÁN SURGIENDO NUEVOS LÍDERES? Adaptado de un artículo por John Simpson. Unión Bautista de Victoria. En John Mark Ministries. Editado por Jorge Renato Sandoval García.
1. Los líderes jóvenes de las iglesias están “desempleados”. ¿Tienen los jóvenes oportunidad dentro de la iglesia de aprender el papel de líderes, y de participar significativamente como líderes en la vida congregacional? La sorprendente verdad es que en muchas iglesias las percepciones, la experiencia y el entusiasmo de la juventud no tienen mucho peso en el liderazgo.
En las iglesias hay jóvenes dotados que están haciendo una sólida contribución en su trabajo, muchos con buena educación, ocupando puestos de responsabilidad, pero que en la iglesia no son estimulados a tomar parte en la dirección.
La verdad es que son necesarios ahora. No son la voz del mañana; son la voz del hoy. Los mayores no se dan cuenta que diez años hacen una gran diferencia en la forma en que se identifican los problemas, se buscan las soluciones y operan los procesos de pensamiento. Cuando se acumulan los años la gente piensa y actúa “viejo”.
2. Se necesita equilibrio. No se trata de hacer a un lado a los líderes con madurez espiritual y experiencia en la vida, sino de buscar un balance. Los mayores suponen que intuitivamente saben lo que las generaciones jóvenes están pensando, y probablemente estén equivocados. Algunos de los asuntos que tienen gran importancia para los más grandes significan poco o nada para los que tienen unos pocos años menos. No hay líderes jóvenes esperando con los motores encendidos para proveer dirección fresca; no hay espacio para que ellos ejerzan ministerios significativos o participen en el ejercicio del liderazgo.
3. ¿Por qué hay resistencia para enganchar a la generación más joven? 3.1 Muchos líderes congregacionales de la vieja guardia no ven la necesidad de entregar las riendas. Es un don muy raro el de saber cuándo moverse a un lado, redefinir el futuro de mi propio ministerio, y crear la oportunidad para nueva energía, visión u enfoque. No hay sensibilidad de parte de algunos líderes de que su presencia continuada pudiera estar restringiendo el ministerio de la iglesia.
Aunque parezca rudo, hay líderes de mucho tiempo, que creen sinceramente en el ejercicio de la fe genuina, pero que inadvertidamente están dirigidos por la necesidad de jugar a la segura y que operan dentro de las zonas de comodidad, aunque lo negarían enfáticamente.
3.2 Hay falta de confianza en que los líderes más jóvenes tomen buenas decisiones. ¿Y cuáles son las buenas decisiones? Probablemente las que son diferentes de las que esperaría la generación de viejos líderes; y esas son necesarias. ¿Han sido correctas todas las decisiones del pasado?
Hay necesidad de que los líderes más jóvenes ayuden a elegir nuevos caminos hacia nuevo territorio para Dios, y no sólo en relación con el ministerio juvenil, sino en la vida total de la congregación.
3.3 Hay temor que los líderes más jóvenes quieran hacer cambios que alteren la dirección de la iglesia. En algunas iglesias eso es exactamente lo que se necesita para evitar la enfermedad terminal. De hecho habría un terrible extravío si no se introducen sugestiones y estrategias frescas en el liderazgo. Además, es poco probable que haya un cambio radical en el liderazgo de una generación a otra. Más bien, habrá una mezcla saludable de generaciones, donde puede ocurrir aprendizaje y respeto mutuos.
El gran peligro es que los líderes más nuevos pierdan su motivación si topan con una pared de piedra de los anteriores. Una de las razones principales de por qué las reuniones de la iglesia atraen más a los miembros viejos que a los nuevos, es que en los asuntos clave hay una vigorosa defensa de lo que ha sido más que una apertura a lo que debe ser.
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3.4 Hay temor de que los líderes más jóvenes no preserven los énfasis doctrinales que han sido tan importantes para la iglesia.
Esto levanta profundas cuestiones acerca de la naturaleza de la iglesia, su ministerio y sus conexiones con su entorno. Cada iglesia tiene su propia tradición y herencia –las fuerzas que han dado forma a su entendimiento del ministerio y particular expresión del Evangelio. Son clave para la manera en que la iglesia adora y testifica.
La tarea del liderazgo, independientemente de qué generación, es atrapar la esencia de estas influencias y desarrollar acercamientos que puedan capturar el sabor, sin que se conviertan en fines en sí mismos. Las herencias de la iglesia no son lo mismo que el Evangelio. Es posible que una generación más joven no exija que la Biblia se interprete rígidamente. Aunque le interesa que lo esencial de la fe esté claro, estarán mucho más en paz que los viejos con aquellas partes de la Escritura que están abiertas a comprensiones distintas.
Esto no significa que la generación más vieja no tenga nada que ofrecer. Esto llama a un nuevo trabajo en equipo entre generaciones donde hay estímulo mutuo, cooperación y apoyo. De otra manera la congregación caerá en una espiral descendente donde se satisfacen las necesidades de una generación expensas de las otras.
4. ¿Cómo puede una iglesia involucrar y animar a los jóvenes que pudieran tener dones potenciales para el liderazgo?
4.1 Que empiece pronto. Esté al acecho de los dones de liderazgo desde el principio, incluyendo los adolescentes. Se requiere acompañar a la juventud de la iglesia.
4.2 Que ore por ellos. Los jóvenes necesitan la oración al encontrar su vocación de guiar a otros. Es un viaje largo y la necesidad de apoyo en oración es crucial.
4.3 Que cree oportunidades. Busque formas para desarrollar y ejercer dones de liderazgo. Anime a los líderes jóvenes a asumir responsabilidad. De afirmación por lo que esté bien hecho y esté listo para orientar cuando la cosa se vaya chueca.
4.4 Que escuche. Mantenga el oído abierto al corazón y al alma de los jóvenes. Una de las tareas más difíciles para los líderes de carrera larga es dejar de pontificar para sintonizar con lo que la nueva generación está diciendo, sintiendo y haciendo.
4.5 Que se ponga en sus zapatos. Empiece a entender el mundo como los jóvenes lo ven y lo experimentan. Esto lo sensibilizará rápidamente para las razones por las que pueden o no entrar totalmente en la vida de la iglesia.
4.6 Que haga lugar. Eduque a la iglesia en la necesidad de tener varios jóvenes en el liderazgo de la congregación. Uno sólo no basta. Los jóvenes necesitan el compañerismo y sostén de cuando menos uno o dos de su edad.
4.7 Que los ponga al frente. Encuentre formas en que los líderes jóvenes lideren. Deles proyectos especiales e insista que ellos presenten los resultados y recomendaciones a la iglesia. Será un entrenamiento excelente para ellos y será muy potenciador y estimulante para otros jóvenes.
5. ¿Hay lugar para la vieja guardia?
Siempre habrá una profunda necesidad de la sabiduría que viene con los años de estar en el camino con Jesús, de beneficiarse de las oraciones y percepciones de aquellos que han disfrutado y soportado los desafíos de servir al pueblo de Dios.
Pero se tiene que hacer espacio para quienes les toca el turno de llevar la carga en el calor del día. Ellos traen fresco vigor y vida a la congregación en formas que pueden ser inesperadas pero que serán energizantes y desafiantes, nada más por ser diferentes. Nunca debiera de existir la decisión entre lo viejo y lo nuevo. Idealmente debiera haber una mezcla de madurez y chispa de la juventud. Toda congregación requiere lo mejor de ambos mundos.
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