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Capítulo Nueve
CESAREA
Dr. Pedro Larson
¡Otro tan gran avance en la obra de Dios! Fue una brecha superada en la llegada poderosa del evangelio a un grupo de romanos. Sí, eran gentiles y según los judíos eran personas de la incircuncisión, gente no limpia sino inmunda. En este acontecimiento, éstos tenían no sólo la oportunidad de escuchar de Jesús, sino de recibir el Espíritu Santo de Dios, de hablar en lenguas y de ser bautizados en agua por el apóstol Pedro. No era cualquier cosa para un judío tradicional como Pedro comer con los gentiles. Después, con desdén y espanto le acusaban a Pedro sobre su visita a la casa de Cornelio: “¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?” (11:3). Podemos imaginar lo incómodo que eso fue para Pedro. Sin embargo, él estaba convencido de que había cumplido la voluntad de Dios. Su relato fue algo así
“Me encontraba en una casa en Jope, de Simón el curtidor. Mas o menos al medio día yo tenía mucha hambre. Pero, mientras que la gente estaba preparando la comida, yo subí a la azotea para orar. Me vino un éxtasis, una visión tan grande pero a la vez tan rara, que no supe qué pensar. Vi un lienzo lleno de toda clase de animales inmundos bajar del cielo. Y con ello una potente voz del cielo diciéndome: ‘Levántate, Pedro, mata y come’. Yo contesté rapidamente: ‘Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás’. Pero, la voz del Señor me contestó diciendo: ‘Lo que Dios limpió, no lo llames tú común’. Esto fue muy desconcertante para mí, y especialmente al ver el lienzo descender otras dos veces.
No tengo que decirles cuán perplejo estaba. Ustedes pueden entender cómo me sentía. Cuando yo estaba pensando de esto, tres hombres llegaron de Cesarea buscándome. Uno era un soldado y los otros eran criados de un centurión llamado Cornelio. Yo todavía estaba con la visión, y antes de que me avisaran que habían venido estas personas, el Espíritu Santo me dijo: ‘He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado’.
Al descender y conversar con ellos, me relataron el mensaje de Cornelio. El, a su vez, había recibido instrucciones de un santo ángel para que me buscara y escuchara las palabras que yo le pudiera entregar.
Fuí con ellos al otro día. Al llegar en Cesarea, el centurión romano nos estaba esperando en su casa con muchos de sus parientes y amigos. Algo tan insólito pasó. Este oficial romano se postró a mis pies en actitud de adoración. Rápido, le levanté y dije: ‘yo mismo también soy hombre’. El me hizo entrar con ellos. Yo les expliqué cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero. Pero les dije: ‘a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo’. Les pregunté: ‘¿Por qué causa me han hecho venir?’
Cornelio me contestó narrando de su propia visión y de la indicación del ángel a que me buscaran. El terminó con estas palabras: ‘Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios para oir todo lo que Dios te ha mandado’.
Yo había entendido una verdad muy difícil de comprender para mí. Que Dios no hace acepción de personas. El se agrada del que le teme y hace justicia en cualquier nación o gente. ¿No les parece que esto, sí, es difícil de aceptar para nosotros como judíos? Con esto, yo les prediqué lo mejor que podía en cuanto a la belleza de la persona de Jesús y esa salvación tan grande que él logró por nosotros a través de su cruz. Hablé de la resurrección y de su mandato de testificar y predicar. En todo enfaticé que Cristo es quien Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
Mientras que todavía estaba predicando, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que estaban escuchándome. Me acompañaron seis hermanos judíos de Jope. Nos quedamos atónitos de que sobre estos gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Les oímos hablar en lenguas y estaban magnificando a Dios igual como sucedió en nosotros el día de Pentecostés.
Mandé que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesús. No veía ninguna razón por impedir su bautismo en agua porque ellos habían recibido el Espíritu Santo como nosotros. Me acordé de las palabras de Jesús: ‘Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo’. Yo no sentía que podía estorbar a Dios, sino que me gocé sabiendo que a los gentiles Dios haya dado arrepentimiento para vida.”
Con palabras similares Pedro dio su explicación del evento en Cesarea que permitió un gran avance del evangelio entre los gentiles. Luego Lucas, bajo la inspiración del Espíritu, nos escribió estos sucesos. ¿Cuáles son las enseñanzas en cuanto al establecimiento de una comunidad nueva de fe en Cristo?
EL CONTEXTO DEL AVANCE MISIONERO ENTRE LOS GENTILES
No nos sorprende otro ambiente urbano, de una ciudad grande e importante como Cesarea. En ese tiempo Cesarea era una ciudad con presencia militar romana y el centro administrativo del imperio romano para la provincia de Judea. Cesarea llevaba su nombre por el emperador Augusto César. Durante el tiempo de Herodes el Grande, se construyó un puerto muy grande que incluía varios edificios elegantes. El puerto de Cesarea sirvió como puerto de Atenas y llegó a ser la sede del gobierno romano con la presencia del procurador. En este lugar se produjo mucha enemistad entre los judíos y los gentiles por el dominio de los gentiles en el lugar. ¡Dios obra a veces en lugares no esperados! A veces son lugares de conflicto y odio. En el año 66 d.de J.C. Cesarea vió el inicio de la guerra entre los romanos y los judíos que terminó en el saqueo de Jerusalén.
LAS PERSONAS INVOLUCRADAS EN EL AVANCE
Como en los otros casos de avance misionero en el libro de Hechos, Lucas no especifica con nombres a todos los involucrado
s. Aun cuando no sabemos sus nombres, sin embargo, siguen siendo de importancia.
Los que están sin sus nombres registrados son:
– “con toda su casa” – OIKOS – la palabra favorita de Lucas para hablar de familia, incluye esposos, hijos, parientes viviendo con el centurión y los siervos y las siervas de la familia. Estas personas, aun antes de la visita de Pedro, habían tenido la influencia devota de Cornelio y participaron en las enseñanzas de la sinagoga como temerosos de Dios.
– “dos de sus criados” – OIKETON – siervos en la casa de Cornelio. Eran personas seguramente de su confianza que cumplieron lo indicado de su amo. Se destaca aquí la obediencia, la confianza y la cercanía a la casa. Los criados tratan de personas allegadas íntimamente con la familia y posiblemente hable de gente que ya llevaba tiempo con la familia. Es de suponer que también ellos participaban en la recepción del Espíritu Santo en sus vidas. Su trabajo fue de hacer el viaje de Cesarea a Jope para buscar a Pedro y luego volver con él.
– “un devoto soldado” – STRATIOTAN EUSEBA – La disciplina, la fidelidad, la confianza y la obediencia a los superiores son las características de este hombre. Vemos una hermosa relación con Cornelio en que era uno de los que más le ayudaba. No sabemos con certeza si su devoción tenía su enfoque principal en la persona de su oficial o si él se incluía entre los que también tenían temor a Dios y una relación con la fe hebrea. El estuvo en el pequeño grupo que buscaba a Pedro y tal vez por su calidad como subalterno era la persona que verbalmente entregara la petición a Pedro por parte de su jefe.
– “le preparaban algo” – los de la cocina en la casa de Simón que posiblemente eran de su misma familia o siervos en la casa. Ellos estaban preparando la comida en el tiempo que Pedro tenía su visión. ¿No habrían ellos participado en el relato de Pedro sobre su visión? Ellos eran parte de la gente que asistían al apóstol Pedro y luego tuvieron que ayudar en el hospedaje y el servicio a las personas que habían llegado de Cesarea. ¿Insignificante? ¡No! A la vista de Dios estas personas también tenían un servicio a rendir.
– “sus parientes y amigos más íntimos” – ¡Qué bueno ser pariente o amigo de Cornelio! Aparentemente, Cornelio había calculado el tiempo en que Pedro, con los otros, pudieran llegar de Jope, unos 48 kilometros de distancia. Seguramente, algunos de éstos que eran propiamente de la casa de Cornelio eran temerosos de Dios. Posiblemente otros no. Es de suponer que algunos eran soldados como Cornelio o de familias de soldados. ¿Cómo fue la expectativa de ellos al estar esperando a un judío como Pedro? ¿Habría Cornelio conversado con ellos en cuanto a su visión y por ello estaban con algo de expectativa? Pero, ¡tuvieron una sorpresa más grande que jamás pudieran haber contemplado cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo! “Parentezco” y “amistad” son dos palabras de relación humana importantes.
– “los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro” – Eran seis hermanos judíos que le acompañaban a Pedro desde Jope. La indicación es que estos varones eran judíos, fieles creyentes en Cristo y fieles personas a su cultura hebrea. Eran personas que confiaban en lo que Pedro les conducía a hacer, es decir, entrar en la casa de un gentil. Ellos después podían corroborar lo sucedido y con emoción contar cómo se habían quedado “atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.”
– “los que eran de la circuncisión” – eran personas de Judea o de Jerusalén quienes habían escuchado que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Sin embargo, ellos tenían una grande preocupación sobre las formas y maneras. Con Pedro ellos entraron en disputa. Posiblemente esto amargó el ambiente y dió pie a una pregunta de acusación. ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos y has comido con ellos? El tono de la pregunta probablemente era muy agresivo y polémico. Sabemos que más adelante, no sólo Pedro sino Pablo también tenía mucha dificultad con cristianos judíos que opinaban en contra de la entrega del evangelio a los gentiles por medio de arrepentimiento y fe. Ellos querían algo más, al estilo de una conversión a la religión hebrea. Aun con personas muy sinceras a veces existe oposición y controversia en cuanto a las formas, las creencias esenciales, y las bases de la entrega del evangelio en grupos diferentes al nuestro.
Si bien había personas que no conocemos por su nombre y que tenían importancia en la apertura de la obra en Cesarea, había otros que Lucas nombró. De sus vidas también podemos aprender de principios y características apropiadas que Dios utiliza en abrir obra nueva.
– Simón el curtidor. El nombre era la forma helenizada de Simeón. Simeón lleva el significado, “Dios ha escuchado”. Pedro había quedado con él muchos días(9:43). En ese tiempo Simón vió el milagro de la resurrección de Dorcas (9:36-42), y muchas personas habían creído en el Señor. Pensamos que Simón era creyente. Aunque su oficio de procesar los cueros de animales como curtidor era muy poco aceptado por los judíos, es probable que fue un judío helenizado. Simón tenía una casa junto al mar y tenía personas de familia o de servicio doméstico que le ayudaba en casa con el hospedaje de Pedro. Parece que era hospitalario porque cuando llegaron de Cesarea buscando a Pedro, estos gentiles fueron también invitados a quedarse a pasar la noche en la casa. Simón brindó su casa en el servicio del hospedaje al siervo y apóstol de Dios, y Pedro vió en él suficiente confianza que podía invitar a los que venían de viaje a quedarse. Posiblemente esa casa fue lugar de enseñanza durante el tiempo que Pedro estaba en Jope.
– Cornelio. El Espíritu Santo nos deja un poderoso testimonio de Cornelio. Aquí tenemos un verdadero hombre clave para un momento clave en la extensión misionera. Entendemos el evento de la visión y la entrega de Pedro del evangelio a los gentiles como parte del cumplimiento de las palabras de Jesús: “y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hch. 1:8).
El nombre Cornelio era muy común entre los romanos y entre miles de esclavos que habían recibido su libertad de una u otra manera. El era centurión de una compañía de soldados romanos originalmente reclutados de Italia. El tenía bajo su mando 100 hombres.
Las frases de testimonio sobre la vida de Cornelio son hermosas y deben de ser consideradas por las personas que están abriendo obra nueva.
-“piadoso y temeroso de Dios con toda sus casa,” Su corazón estaba dispuesto para buscar y conocer a Dios. La reverencia que él tenía afectaba también la casa. La frase “temero
so de Dios” se aplicaba a personas que tenían ciertas relaciones con la sinagoga hebrea. Ellos escuchaban, atendían a la instrucción, conocían el nombre de Dios y lo reverenciaban. En algunos casos, creían en Jehová Dios y practicaban la ética del Antiguo Testamento. No eran prosélitos judíos en el sentido de guardar la cocina de los judíos o de ser circuncidados.
-“y que hacía muchas limosnas al pueblo,” – A Cornelio le interesaba no sólo la enseñanza sobre el verdadero Dios, sino también una aplicación de amor y de compasión para el prójimo. Es de notar que estos hechos de caridad los hacía muchas veces y no en una sola ocasión. Habla de un estilo de vida de entrega. Lo mismo vemos con la oración.
-“y oraba a Dios siempre.” La idea es de la continuidad en la oración, y era una oración que tomaba en cuenta las situaciones particulares y las exponía delante de Dios. Hubo especificidad en la oración. Es probable que Cornelio observaba las horas comunes de la oración de los judíos.
– “varón justo.” – “Justo” es una palabra de relación, relación con las personas de una manera correcta, adecuada.
– ” y que tiene buen testimonio de toda la nación de los judíos .” Era evidente de la estima que estos tres hombres tenían de Cornelio. No tenían que exagerar sus cualidades cuando llegaron con Pedro. Cornelio tenía esa relación de los judíos por sus buenas obras y por su relación de búsqueda del verdadero Dios.
Cornelio, en uno de estos tiempos designados para la oración, vió claramente un ángel de Dios que entró donde él estaba y le habló. El ángel también claramente le indicó con detalle que debería buscar a Simón Pedro y que Pedro le diría qué era necesario hacer. Cornelio no dudó, ni vaciló en cuanto a la indicación. El informó a sus enviados y los despachó.
Cornelio también confió que Pedro, con sus hombres, iban a regresar luego porque le vemos invitando a los de su casa, a sus parientes y a los más íntimos amigos. Aparentemente, él les citó para un determinado momento en el día siguiente. Calculando el viaje de 8 o 9 horas, la gente estaría congregada para cuando Pedro llegara.
Para nosotros, es muy raro ver a una persona postrada delante de otra. Pero en esos tiempos no era tan raro. Cornelio tenía una gratitud muy grande de corazón y lo demostró a través de este gesto. Pedro no lo permitió, indicando que él también era hombre.
Dios usa a los hombres, e igual como usó a Cornelio, usó a uno de los apóstoles, Simón Pedro. Este es el mismo Simón que tuvo el privilegio de seguir de cerca la vida de ministerio de Jesús. Había escuchado a la voz de Jesús llamarle personalmente. Había dejado sus redes y oficio de pescador, atendiendo a ese llamamiento. Aún con todo ese privilegio, sabemos de sus grandes fallas. Falló al Señor en el momento de su juicio, negando delante de una muchacha que era seguidor de Jesús. Sabemos que recibió el perdón de Jesús, y recibió la bendición del derramamiento del Espíritu Santo sobre su vida el día de pentecostés.
Con estas evidentes fallas de vida, Pedro, como ser humano, nos hace sentir muy accesible. Y vemos el gran poder de Dios en su vida. Reconocemos que ese poder no puede ser por la excelencia de su propia persona, sino que tenía que ser de Dios mismo. En la primera parte de Hechos, Lucas menciona la llenura del Espíritu de Dios en Pedro, y los acontecimientos en la vida de Pedro como:
– el mensaje de poder el día de Pentecostés (Hch. 2:14-39).
– la sanidad del cojo delante de la puerta la Hermosa (3:1-10).
– la defensa de Pedro con Juan delante del concilio de los judíos (4:1-22).
– el discernimiento de Pedro sobre la vida de Ananías y Safira y su muerte (5:1-11).
– la sanidad de enfermos en las calles (5:15,16).
– la confirmación de la obra en Samaria y la venida del Espíritu Santo al imponer sus manos (8:14-25).
– la curación de Eneas en Lida después de ocho años de estar enfermo (9:32-35).
– la resurrección de Dorcas en Jope (9:36-42).
– la liberación de Pedro de la carcel (12:6-19).
En cuanto a la persona de Pedro, este relato de Lucas menciona:
* su vida de oración. La oración formaba una parte importante desde los primeros versículos del capítulo uno. Vemos a Pedro orando:
– en la selección de Matías (1:24).
– al ir al templo para la hora de oración con Juan (3:1).
– con los creyentes frente a la persecución (4:24).
– con los otros apóstoles en la oración y el minsterio de la palabra (6:4).
– para que los creyentes de Samaria recibieran el Espíritu Santo (8:15).
– frente al cuerpo muerto de Dorcas (9:40).
– mientras estaba esperando la comida, había subido a la azotea para orar (10:9).
* No vemos a Pedro viajando, ministrando con su señora. ¿La habrá dejado en Jerusalén, o había enviudado para ese tiempo? Lucas no lo comenta. Pero, sí, vemos a Pedro buscando equipo con otros hermanos. Seis hermanos fueron con él de Jope para estar en Cesarea en la casa de Cornelio. Estos hermanos posteriormente pudieron testificar de la manifestación del Espíritu Santo con los de Cornelio. Sabemos de la importancia de equipo y de relaciones entre otros del liderazgo.
– Pedro y Juan, como compañeros, son mencionados yendo a orar juntos al templo(3:1), en la sanidad del cojo (3:3,4), ante el concilio en su defensa (4:7,13,19), compartiendo con los demás discípulos en la poderosa oración (4:23,24), en la persecución por el sumo sacerdote con los otro
s apóstoles (5:17,18), comisionados para ir a Samaria y orar por los nuevos creyentes, y en su viaje de regreso de Samaria y la predicación en muchas poblaciones de los samaritanos (8:25).
* Pedro estaba en medio de un viaje de visitación a las iglesias y a los “santos” o sea a los hermanos. El Señor le había usado poderosamente en la sanidad física de Eneas en Lida y la resurrección de Dorcas en Jope. Aquí vemos algo de los dones espirituales que El Señor le ha permitido en el sentido de sanidades y milagros. Pero, también, le vemos a Pedro en cumplimiento de lo que Jesús le habían encargado de apacentar los corderos y de pastorear las ovejas del Señor (Jn. 21:15-17).
* Ya estaba el Señor trabajando con Pedro aún antes de su visión con el lienzo de animales inmundos. Esta obra con Pedro en romper sus prejuicios la vemos en la llegada del evangelio a los samaritanos, su predicación en muchas poblaciones samaritanas y también el hecho de quedarse con Simón el curtidor en su casa. (Los judíos despreciaban todo este trabajo de cuero por tener que trabajar con cuerpos de animales muertos.) A través de la visión de los animales limpios y no limpios, y la voz de Dios indicaba que lo que Dios había limpiado no se debería considerar común o inmundo. Pedro llegó a entender que no debía de hacer distinciones entre judíos y no judíos. (Stott:187).
* La visión del lienzo fue muy importante para Pedro. En su explicación de los hechos ocurridos en Cesarea, él comienza con la narración de esta experiencia. Esta visión fue su primera en cuanto a lo que Lucas nos escribiera. Posteriormente, sí, sabemos que tenía otra visión cuando fue encarcelado y un ángel del Señor le levantó. Pero Pedro había visto las manifestaciones del día de Pentecostés, y la manifestación del Espíritu Santo con los samaritanos. Lucas no nos dice que él estaba buscando una visión, sino que estaba en el tiempo de oración y le sobrevino un éxtasis. Dios lo utilizó para su propio propósito en Pedro para revelación e instrucción. La misma palabra de éxtasis se usó para describir la experiencia de Pablo en Hechos 22:17(Harrison:166,167).
* La actitud de Pedro para actuar con obediencia y sin titubear. Una vez que estaba convencido de que fue el Espíritu de Dios indicando que tuviera que actuar, Pedro obedeció. La idea de las palabras “no dudes de ir con ellos”, lleva el significado de ir sin peros, sin desconfianzas y con prontitud. ¡Ojalá que hubiera en nosotros esa clase de obediencia, y también esa clase de escuchar a Dios en las circunstancias muy particulares!
* Aprendemos de Pedro una sensibilidad en la entrega del mensaje, dialogando con los oyentes, comenzando en su mensaje de lo que ellos podían apreciar y tener como si fuese una conexión, y luego haciéndose al lado cuando el Espíritu de Dios cayó sobre todos los reunidos. ¡Qué hermosa sensibilidad, entendiendo su papel en el mensaje, pero quitándose de en medio cuando Dios actuaba! Esa sensibilidad se extiende en su interpretación de la manifestación. El los alentó a ser bautizados en agua.
* Como siervo primeramente del Señor, y luego hermano y líder en la iglesia del Señor, Pedro actuaba con dignidad ante las acusaciones de una impropiedad supuesta de entrar con hombres “incircuncisos” y de comer con ellos. Para los judíos ésto fue un grave delito en contra de su religiosidad y en contra de su cultura. En la respuesta no vemos a Pedro altercando con ellos, o en su contra acusándoles de faltos de entendimiento. Mas bien, lo vemos con cordura aceptando la necesidad de una aclaración. El comentó de su experiencia y luego apeló al testimonio de Juan el Bautista referente a la obra de Jesús en bautizar con el Espíritu Santo.
En esta importante avance misionero tenemos dos personas más. Son el “ángel de Señor” y el “Espíritu Santo”.
EL ANGEL DEL SEÑOR.
* La acción de ángeles es documentada por Lucas en diferentes ocasiones en HECHOS:
– El ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel a los apóstoles detenidos y les sacó con las palabras “Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida” (Hch. 5:19,20).
– Esteban en su mensaje hizo referencia 4 veces a la activdad de los ángeles. (7:30,35,38,53).
– En la liberación de Pedro de la cárcel cuando Herodes lo había encarcelado. (12:7-11).
– En la muerte de Herodes cuando el ángel del Señor “le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios;” (12:23).
– En la noche de la tormenta del mar, Pablo tuvo una palabra del ángel asegurándole, “Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (27:23,24).
En varias de estas intervenciones no sólo la protección de Dios es contemplada, sino son entregadas unas indicaciones misioneras para hacer avanzar el evangelio. El ángel, entendiendo que él mismo es enviado por Dios mismo, participa en el envío de los siervos.
* En el mensaje específico con Cornelio el ángel mencionaba algo de la conducta de Cornelio, y le instruyó con detalles lo que tenía que hacer. No era algo muy exótico sino algo muy concreto – eso de buscar a Pedro y que Pedro le iba decir “lo que es necesario que hagas”(10:6).
EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS, DE JESUCRISTO.
* Todo el evento de Pedro con Cornelio respira de la dinámica vida de Dios a través de la intervención del Espíritu. Las referencias directas en cuanto a esa participación son:
– “Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado” (10:19,20).
– En el mensaje de Pedro él afirmo sobre el ministerio de Jesús: “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (10:38).
– “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derr
amase el don del Espíritu Santo” (10:44,45).
– “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el aqua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” (10:47).
– Pedro hizo mención de la participación del Espíritu en la predicación con los gentiles. Además, él documentó su defensa ante los que le acusaban con las palabras de Jesús: “Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros…” (11:16,17).
La magnífica obra del Señor es patente en el Espíritu. Él dirige y supervisa la obra. Él que es el enviado del Padre y del Hijo en el Día Pentecostés, él quien es el don de Dios que trae vida eterna, salvación, y la transformación de vida. Él mismo envía a sus siervos en tareas específicas. No debemos sorprendernos que él habló tan específicamente con Pedro, diciendo que tres hombres le buscaban y que Pedro debería ir con ellos. ¡Y qué magnífica obra en el Señor Jesucristo mismo quien es el Señor de todos los hombres! La unción y el poder del ministerio de Jesús se atribuía al Espíritu de Dios. Las buenas obras de Jesús, igual con las sanidades de los que eran oprimidos por el diablo, es resultado de esa vida del Espíritu en Cristo. ¡Qué hermosa relación! Tan estrecha fue y es, que a veces no se diferencia entre Dios, Cristo y el Espíritu Santo al decir que fue obra del Señor.
Lucas describe la acción del Espíritu con los que estaban oyendo el discurso de Pedro en Cesarea con los términos, “cayó” y “se derramase el don del Espíritu Santo” (10:44,45). El resultado al creer en Cristo y al recibir el perdón de pecados es la venida del Espíritu de Dios con fuerza, produciendo el hablar en lenguas y la magnificación de Dios. Pedro relató después que la venida del Espíritu sobre los gentiles fue “como sobre nosotros al principio”. (Hch. 11:15). ¿No será normativo este acontecimiento de la venida del Espíritu para todos los creyentes judíos y gentiles?
EL MENSAJE DE PREDICACIÓN.
El Dr. Juan Stott divide el mensaje de Pedro a los nuevos creyentes en Cesarea en cuatro partes(1990:188-193). Hubo una introducción que incluye la experiencia de Pedro en lo que él aprendió sobre el hecho de que Dios no hace acepción de personas. Pedro sigue con el contenido del mensaje que es esencialmente lo mismo que había predicado a los judíos. Primero, Pedro describe la unción en la vida y el ministerio de Jesús. Segundo, él comentó de su muerte para indicar que él murió por nuestros pecados y para tomar nuestra culpa. Tercero, Pedro enfatizó la resurrección para que la eficacia de su muerte y resurrección alcanzara a todos los hombres. En virtud de que Jesús es Señor de todos, y por el hecho de que Dios le ha puesto por Juez de vivos y muertos, “todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hch. 10:42,43). Stott resume su comentario sobre el mensaje:
“Al enfocar en Jesús, Pedro le presenta como una persona histórica, en y a través de su trabajo Dios salva, y quien ofrece a los creyentes la salvación y el escape del juicio. Así que, la historia, la teología y el evangelio son combinados como en otros sermones apostólicos.” (192).
Con este comentario del Dr. Stott, miremos a las siguientes consideraciones de la homilética de este mensaje.
La Introducción y el Acercamiento.
¿Cuáles son los elementos en el acercamiento que permitió que Pedro entregara el evangelio y que hubiera esa clase de atención? O, ¿Cuáles son situaciones contextuales de peso en este relato? Enlistamos estas bases soberanas que tenían su influencia.
– Las diferencias y prejuicios culturales entre judíos y gentiles romanos que Dios soberanamente les hizo superar a Pedro y a Cornelio por las visiones.
– El entendimiento de que Dios no hace acepción de personas.
– El éxito en encontrarse, tanto en los viajes como en los arreglos de hospedaje por otros hermanos.
– Las relaciones fraternales de la hermandad en Cristo, y también la importancia de relaciones de parentezco y amistad. Entendemos que aquí es una ilustración poderosa de la efectividad de puentes, vías sociales normales a través de las cuales el Espíritu de Dios hace llegar el mensaje de Jesús.
– La importancia de relación es en la introducción del mensaje vemos en la pregunta de Pedro: “Por qué causa me habéis hecho venir?” (10:29). Pedro se abre con esto al diálogo. Ya había establecido igualdad con levantar a Cornelio y de no haberle permitido una adoración: “yo mismo también soy hombre.” (10:26). ¡Cuántas veces se necesita la apertura de un genuino diálogo! No minimizamos la importancia de la predicación como KYRIGMA, como heraldo y como el embajador que entrega el mensaje de su rey, pero sí, vemos que es importante que los que oyen puedan aportar para la apertura de esa comunicación.
– Pedro escuchó de esa apertura de comunicación con palabras que muchos de los misioneros y los que abren obra quisieran escuchar:
“y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios , para oir todo lo que Dios te ha mandado” (10:33).
– Con estas palabras Pedro tenía una invitación a dar su mensaje. El reconocimiento de la presencia de Dios era evidente en esas palabras de Cornelio. Además, él estaba enfatizando para su propia gente, la realidad de Dios presente. Tantas veces la gente tiene todo lo contrario. Que Dios está ausente, o muy lejos. En cambio, Cornelio, en fe, comenta de su cercanía y de esa certeza que él siente en cuanto a Dios.
– Cornelio estaba alentando a todos a que escucharan con mucha atención. Como él llevaba autoridad en su familia, sus palabras eran de peso y valor en la comunicación que seguía.
– Con el comienzo del mensaje, vemos una conciencia para los receptores y no sólo preocupación por el contenido del mensaje.
– Una vez hecha la presentación y establecida la atención, Pedro repite su nueva comprensión de que Dios no hace acepción de personas.
El afirma lo misionero de esa idea con: “sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.” La frase nos hace acordar de las palabras específicas de Jesús en Mateo 28:19. Jesús hablaba de hacer discípulos en todas las naciones (sentido plural). Pedro hace referencia del agrado de Dios en toda nación por aquella persona o gente que le teme y pone por práctica una conducta justa con los demás. Sabemos que Dios no les ha dejado a los hombres sin testimonio (Romanos 1:19,20). Y también, sabemos que el Espíritu de Dios va delante de la entrega de su mensaje, obrando en el corazón de los hombres. (Juan 16:8-11).
El Contenido del Mensaje
El encanto de Pedro con la excelencia de Jesús aflora. Los aspectos de importancia:
– La palabra de paz.
“Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de paz por medio de Jesucristo” (10:36).
La iniciativa para alcanzar a los hombres con el shalom viene de Dios. El envía. El es misionero. El envía el mensaje (LOGON). Es el mensaje de buenas noticias y tiene su meta en la paz. Esta paz, sí, es la ausencia de violencias terribles y una vida de tranquilidad. Pero, es mucho más que ésto. Es una vida de bien estar, una vida de relaciones justas, tanto para con Dios como para con las demás personas humanas. Paz, ¡”cuán grande paz”! Pedro especifica claramente que no es el mensaje verbal que trae esa paz, sino la persona misma de Jesús. Es a través de él que tenemos paz.
– El Señor de todos.
“éste es Señor de todos.” (10:36).
Para Pedro, Jesús de Nazaret era y es Señor. Este título es uno de los más frecuentes para Jesús. En ciento ocho veces en el libro de Hechos Lucas usa este título para refirir al Señor Jesús. No hay otro que puede ponerse al lado o encima. El es Señor de todos. Lucas afirma que El es Señor y el Cristo, el Señor nuestro Dios, el Espíritu del Señor, y el Señor del cielo y de la tierra. Las ideas de Amo, Dueño, Todopoderoso, y Maestro están latentes. Es aquel que tiene el puesto más elevado. No hay nadie que le iguale. La frase de Pablo capta esta expresión al decir: “el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible…” (1 Ti. 6:15,16).
– Ungido con el Espíritu Santo.
“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret” (10:38).
La palabra “ungir” no es muy frecuente en el Nuevo Testamento. En ocho ocasiones se usa este término que viene de la acción de Dios en relación a un ministerio. Jesús usó esta palabra para describir su ministerio, tomando la expresión de Isa. 61:1. “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres . . . ” (Lc.4:18).
La idea “ungir” tiene su trasfondo del Antiguo Testamento y es ligado fuertemente a la persona del Mesías, o el Cristo. En el Antiguo Testamento, vemos las ideas de la unción vinculadas con: el medicamento como una pomada que se usaba para mejorar la salud, el aceite derramado en señalamiento de un rey, el sumo sacerdote u otra persona con una posición muy importante, con la idea de purificación, con los ritos previos al entronamiento, con el facilitar a una persona en su función como rey dándole poder y reconocimiento (Hesse 496-509).
Como el término viene de la misma raíz del Mesías o de la palabra Cristo, el Señor Jesús como el Mesías o el Cristo es el ungido. El enviado de Dios, el ungido del Espíritu Santo, es sobre quien reposa “espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.” (Is. 11:2).
A Pedro, el Espíritu de Dios le habían hecho la revelación sobre la persona de Jesús cuando el dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Sí, el ungido de Dios. El que tomaba el poder y el dominio. En él está la salvación y la vida eterna. Este ungido de Dios, quien Dios ha hecho Señor y Cristo, derramó el Espíritu Santo. Esa acción de derramar se asemeja al símbolo del derramamiento del aceite sobre el rey con poder. El nombre “Jesús”, y el nombre “Cristo” son cargados con poder. Pedro también había afirmado, referente al hombre cojo que fue sanado: “que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, … por él este hombre está en vuestra presencia sano”(Hch. 4:10).
– (ungido con)Poder. Lucas usó la palabra DUNAMEI que tiene la idea de un poder explosivo y de cambio. Así fue ungido el Señor Jesús. Pablo usó la misma palabra al describir al Señor Jesús como el poder de Dios. (Ro. 1:4; 1 Co.1:24). Para Pedro y para Lucas no cabía la duda que Jesús ministraba con el poder de lo alto, el poder del Espíritu sobre su vida (Lc. 4:14,36). Con esa misma clase de poder había investido a sus discípulos para ministrar. (Lc. 24:49).
– “Anduvo haciendo bienes.” Vemos el ejemplo de servicio, de misericordia y de compasión en la vida de Cristo con esa frase. El que es el Camino “anduvo”. Había acción y una dinámica de servicio hacia otras personas en sus necesidades. En algunos momentos de la vida de Jesús se ocupó tanto de hacer bien a la gente que ni siquiera tuvo tiempo para comer. La palabra “haciendo bienes” corresponde al benefactor. Fue usado por los gobernantes a demostrar ayuda hacia las gentes. Aquí, Pedro hace una comparación de aquellos que se autodenominaban ser benefactores, con aquel que era el verdadero ayudador de las gentes. (Marshall 192).
– “Sanando a todos los oprimidos por el diablo.”
En esa obra de sanidad con la gente vemos otra manera de la tremenda ayuda que Jesús les brindaba. Generalmente, no se usa la palabra “sanidad” en relación con los afligidos o acosados por los demonios o la influencia del diablo. Más se contempla la expulsión y el exorcismo cuando el Señor les ordenaba que se fueran.
Sin embargo, cuando Mateo relataba del ministerio de Jesús en Mateo 4, notamos una relación estrecha entre la sanidad de enfermedades y la liberación de endemoniados. El pasaje de Mateo dice:
“y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó” (Mt. 4:24).
Estas obras de poder testific
aron la autenticidad del mensaje de Jesús. Le daba credibilidad con la gente. No era puras palabras. Pedro no comenta de su enseñanza o el contenido de la predicación de Jesús en este momento, sino entendemos que tanto la predicación (vs. 36,42) como estas obras producían fe a la veracidad de la persona de Jesús como el Mesías, el ungido, el enviado del Altísimo Dios y el Cristo. Jesús había dicho:
“porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado” (Juan 5:36).
El poder de Jesús era y es más grande que el poder del diablo. El diablo puede tener una tiranía de vida sobre algunas personas, pero al llegar Jesús, hay sanidad. La opresión que Satanás puede usar con las personas es combatida y vencida en Jesús.
– “Dios estaba con él.” Con la demostración de poder, con las obras buenas a favor de otros, Pedro afirmó que no había duda de que Dios estaba con Jesús en una manera muy íntima y especial. La afirmación podría ser, “Emmanuel” o Dios con nosotros en la persona de Jesús. También, los discípulos llegaron a creer que el Padre, Dios Padre estaba con Jesús con una fuerza inquebrantable. Pedro en su mensaje de pentecostés ya había afirmado esta misma verdad:
“Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él,” (Hch. 2:22).
– “a quien mataron colgándole en un madero.” La muerte de Jesús. El sacrificio por los pecados de los hombres. Una tragedia humana al ser eliminado. La muerte de Jesús, instigada por los religiosos judíos y cumplida por otros soldados romanos es mencionada por Pedro en términos del Antiguo Testamento. Quizás Pedro estaba pensando de esa porción de Deuteronomio 21 donde hay mención de los crímenes dignos de muerte. En ese caso “lo colgaréis en un madero”. (22). Lo tremendo de esa clase de muerte para el judío era de que lo consideraba “maldito de Dios” aquel que es colgado. Ni siquiera debe pasar la noche sobre el madero y de esa forma contaminar la tierra. El Dr. Stott dice:
Al llamar la cruz “madero”, Pedro lo hizo para “indicar que Jesús tomaba nuestro lugar en la maldición o juicio de Dios sobre nuestros pecados” (1990:191).
Por lo menos en esta narración de Lucas, el comentario sobre la muerte de Jesús era breve para estas personas romanas. Aun en esa brevedad de palabra, la violencia de destrucción en la muerte de Jesús fue enfatizada por la palabra que Lucas usó en “mataron”. Mas adelante en su mensaje Pedro menciona el valor de esa muerte – el “perdón de pecados por su nombre” (10:43).
– “A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase;” (10:40). La belleza y la sorpresa de la resurrección sigue en el discurso de Pedro. Con una afirmación del poder de Dios en levantar a Jesús al tercer día Pedro comentaba que él mismo con otros de los discípulos, “los testigos que Dios había ordenado de antemano”, habían comido y bebido con Jesús después de su resurrección. Me imagino que los ojos de los que estaban escuchando se habían abierto muy grandes al escuchar de la resurrección de Jesús. “¿Cómo podría ser esto?” algunos estaban pensando.
Pedro recalcó la actividad del supremo Dios en la resurrección. La iniciativa, el poder de actuar, la elección de Dios con las personas como testigos …todo enfatiza esa actividad divina que va más allá de la comprensión humana. Es gráfico el contraste entre lo que los hombres pudieron hacerle a Jesús en matarlo y lo que Dios hizo al levantarlo de los muertos.
Este resumen del mensaje de Pedro presenta lo esencial en torno a la vida de Jesús. Son hechos históricos verificables por los diferentes testigos que rodearon el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesucristo. La centralidad de su persona, con la preparación de revelación divina del Antiguo Testamento, fue el enfoque apostólico.
LOS RESULTADOS EN CESAREA
Ya se ha comentado sobre el cambio de perspectiva en Pedro y luego en otros discípulos referente a la entrega del evangelio a los gentiles. No basaron su doctrina de salvación en los cambios culturales de la gente. Aun lo bueno de ser prosélito no era suficiente para salvación. La suficiencia de salvación tenía su base en la obra de Jesucristo, la gracia y el amor de Dios y la respuesta de arrepentimiento y fe en los seres humanos. Si uno era judío o gentil no figuraba en primer plano para salvación. La idea revolucionaria de que Dios no hace acepción de personas por raza, cultura, religión, o sexo ya estaba en marcha para la iglesia apostólica. Sí, ¡esto fue muy revolucionario para los acompañantes de Pedro, y luego para la vida de otros judíos creyentes!
El segundo resultado era la evidencia de obediencia y cumplimiento en la vida ministerial de Pedro y de los que le acompañaron. Con las siguientes frases Pedro manifestaba esto:
– “Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo” (10:39).
– “Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.” (10:42).
Antes de que los apóstoles testificaran, los profetas del Antiguo Testamento estaban dando testimonio de Jesús. Una de estas profecías es Zacarías 10:4.
Del rebaño del Señor, y de la casa de Judá … “de él saldrá la piedra angular, de él la clavija (o la estaca), de él el arco de guerra, de él también todo apremiador (o gobernante).” ¿No será considerado Jesús como piedra angular? Y, ¿Qué de las otras figuras mencionadas que no son tan conocidas como la estaca, el arco de guerra o el gobernante?
Los apóstoles siguen con este ejemplo profético, pero también estaban cumpliendo el mandato directo del Señor Jesús que predicasen y que testificasen a “todos” para que tengan la posibilidad de la fe. El anuncio de la promesa de Dios, la entrega de buenas noticias, el hecho de ser heraldo de Aquel que es Rey, y la idea de ser martir en dar la palabra son ideas que surgen de estas palabras de comunicación. No sólo hablan de una comunicación verbal, sino también de ejemplo y de conducta. Todo el estilo de la vida particular está implicado con esta entrega a ser testigos de Jesús. No nos debe sorprender si hubiera una muy clara expresión de que Dios no hace acepción de personas. Esto brota del mismo carácter de Dios y
debe de ser parte de la convicción de los siervos que están entregando su mensaje.
Uno de los enfoques no tan común en los mensajes apostólicos de Hechos, es que Jesús es “el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos”. El ha de venir otra vez. El es el Juez de todos los hombres. ¿Cómo ha de ser de comparecer delante de Aquel quien es el Juez de todos los hombres? En este título, vemos la soberanía de Dios. El tiene el dominio de todos los hombres, tanto gentil como judío. Nadie se escapa. Vemos la dimensión misionera en esa envergadura de “vivos y muertos”. Los del Sudán, como los de la India, como los de Alaska y los de México. La mención de los muertos lleva implícito el hecho de que Cristo tiene poder para levantar a los muertos no creyentes tanto como los creyentes. (Harrison: 174).
Pedro menciona este concepto otra vez en su carta cuando los gentiles se entregan a cosas malas como “lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías”. También el mismo pueblo de Dios necesita estar preparado:
“pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.” (1 P. 4:5).
El tercer resultado de este evento fue el anuncio positivo y la promesa segura del perdón de pecados a todos los que creyeren en el nombre de Jesucristo.
“que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”(10:43).
Por el hecho de que Lucas menciona los profetas en relación con la promesa del perdón de pecados a todos los hombres, y por las muy pocas referencias en los profetas directamente con el perdón de pecados, el Dr. Marshall señala:
“A primera vista, esta declaración nos parece muy rara. Las profecías sobre el perdón de pecados por el Mesías son difíciles de encontrar y la alusión a ‘todos los profetas’ parece ser muy exagerada.(ver Lc. 24:27). La solución al problema descansa en dos declaraciones. Primero, en el Antiguo Testamento el perdón de pecados se asocia con el nombre de Jehová, ‘el Señor’. Es la prerrogativa de Dios: aquellos quienes buscan al Señor encuentran que él les perdona abundantemente. (Is. 55:7). Segundo, el resultado de la resurrección es que Jesús es exaltado y recibe el título del Señor. (Hch. 2:36). La conclusión es obvia: por virtud de su exaltación Jesús ha recibido la prerrogativa de Dios el Señor para dispensar (entregar) el perdón de pecados (ver posiblemente la oración de Esteban, Hch. 7:60). Lo que es de Dios en ‘todos los profetas’ ya se puede contemplar del Cristo exaltado.” (Marshall en Harrison:174,175).
El perdón de pecados sigue siendo un tema de actualidad. No sólo la persona mexicana, sino personas de diferentes lugares en el mundo relacionan el tema de perdón de pecados como uno de los más importantes en la evangelización.
La fe personal de personas que reciben el perdón tiene su enfoque y su vínculo en la persona de Jesús de Nazaret. El Dr. Stott menciona:
“ellos(los testigos) testifican de él, Jesús quien es único, histórico, encarnado, crucificado y resucitado, y todo aquel que cree en él recibe el perdón de pecados en su nombre, es decir a través de la eficacía de quién es y lo que ha hecho. Este ‘todos’ incluye a los gentiles tanto como los judíos: la frase rompe la barrera de raza y nacionalidad” (1990:191).
¡Oh, qué grande es la misericordia y la gracia no merecida de Dios! El perdón de pecados. Y seguramente las palabras de Pedro eran de tremendo impacto para todos los oyentes aquel día. Pero, de aún más impacto fue lo que inmediatamente sucedió.
El cuarto resultado de ese encuentro entre los romanos con el apóstol Pedro fue:
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso” (Hch. 10:44).
No hubo de parte de Pedro una invitación a que recibiese el Espíritu Santo, sino la intervención repentina y directa del Espíritu de Dios. Aparentemente, por la forma de la narración de Lucas, se produjo una interrupción en el discurso de Pedro por la manifestación del Espíritu. La manifestación del Espíritu era:
“que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios”(10:46).
Al interpretar esta manifestación posteriormente con los hermanos en Jerusalén, Pedro dijo que era en el comienzo de su plática con los de Cesarea. El afirmó que era similar a la manifestación del Espíritu el día Pentecostés.
“Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo” (11:16).
En este evento tenemos la venida del Espíritu Santo en su derramamiento, bautismo y como don. La presencia, la obra de gracia del Espíritu, el trabajo divino –no con un grupo selecto de los oyentes, sino con todos los que estaban en ese momento– nos habla poderosamente de la universalidad de ese obrar. El Dr. Stott dice:
“Fue como una reconciliación entre judío y gentil, cuya enajenación ha sido asegurada por los siglos pasados y simbolizada en sus diferencias de lenguaje” (1990:192).
Con el derramamiento del Espíritu sobre los gentiles romanos se concretó una manifestación visible del mensaje de Pedro que Dios no hace acepción de personas sino que todos, sin excepción, que creyeren en Cristo reciben el perdón de pecados. Esto fue como una declaración de igualdad entre judíos y gentiles en la iglesia del Señor.(Harrison:176).
Como en el caso de la recepción del Espíritu Santo por los samaritanos, este evento con los romanos hizo un gran impacto en la vida de los judíos. Esto fue el quinto resultado que señalamos. La palabra de Lucas es “se quedaron atónitos”, pero no pudieron negar lo que estaban oyendo y viendo. ¡Cuántas veces Dios tiene para nosotros sorpresas de su gracia en la obra! Esta sorpresa fue de que “también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.” (Hch. 10:45).
El asombro pasó a los de Jerusalén cuando Pedro les contaba lo sucedido en Cesarea. Lucas nos comparte:
“Entonces, oídas estas cosas, call
aron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (11:18).
La emoción de sorpresa, de lo atónito, de lo maravilloso de la manifestación. ¡Que bendición permite el Señor en la obra del extendimiento de su reino!
El sexto resultado fue el bautismo en agua de estos romanos quienes habían recibido el Espíritu Santo. Pedro preguntó: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados . . .?” (10:47). El mandó bautizarles. No menciona que él fue la persona que administraba el bautismo. Pudiese ser que los otros hermanos que vinieron con Pedro ayudaban en esto. (Harrison:176). Otra posibilidad es que una vez bautizado Cornelio, él u otro de los hermanos romanos bautizaron a los demás. (Bruce 1954). No fue necesario que el apóstol les bautizara. (1 Co. 1:14-17).
Aun cuando el bautismo en el Espíritu Santo era mucho más importante, Pedro les mandó que cumplieran con el bautismo en agua. El modo de esto nos indica la inmersión. No nos dice que hubo una sugerencia por parte de los discípulos judíos a que la gente sea circuncidada. Por lo que se infiere de la acusación de otros más tarde en Jerusalén, sabemos que la circuncisión no fue una condición para ser aceptados como verdaderos creyentes. (11:3,17).
Pedro les mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Las palabras en la Gran Comisión de Mateo 28 de “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” no aparecen en el libro de Hechos. Los otros casos de ser bautizados en el nombre de Jesús son:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados;” (Hch 2:38).
“Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres . . . porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús” (Hch.8:12,16).
“Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” (Hch. 19:5).
“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hch. 22:16).
El bautismo en el nombre de Jesús nos testifica de una alianza, una relación con aquel que es Señor, él que murió y resucitó por nosotros. Se bautiza con referencia a todo lo que Cristo ha hecho a nuestro favor. Es una expresión de fe en el Señor, nuestra dependencia de toda su obra y un testimonio de nuestro arrepentimiento.
La orientación hacia Jesucristo con la consagración a su persona es entendible con la centralidad del evento salvífico en Cristo. La invocación del nombre de Dios sobre Israel se hizo en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento esta invocación del nombre de Jesucristo es sobre los cristianos. Jesús es nuestro Señor y Salvador.
Esto ha dado pie a mucha polémica con personas que afirman que en la práctica apostólica solamente deben de bautizar en el nombre de Jesús. Y es más, en la convicción de algunos, que esto fortalece la idea de la unicidad de Dios, descartando en doctrina cristiana una postura trinitaria. Para unos, si el bautismo se hace en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el bautismo de esta persona no es de valor.
Al afirmar nuestra entrega al Señor Jesucristo, y de reconocer la unicidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, no pensamos que al utilizar las palabras atribuidas a Jesús en Mateo 28:19 que estamos en violación de la práctica apostólica en el libro de los Hechos. Al dar nuestra alianza a Jesús, creemos que tenemos fe en el Padre y una relación directa con el Espíritu Santo de Cristo. El Unico y Sabio Dios es nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
LAS LECCIONES EN ESTA ETAPA DE AVANCE.
Si consideramos el espacio que Lucas ocupa en su narrativa, el caso de Cesarea es uno de los más importantes acontecimientos en el libro de Hechos. El Día de Pentecostés, y el avance del evangelio entre los samaritanos y romanos son eventos cruciales para el extendimiento de la obra. La dinámica de vida en el Espíritu Santo de Dios rompe las barreras culturales de prejuicio y de indiferencia misionera por parte de los discípulos. Dios tiene en mente las naciones, los pueblos y las familias de la tierra. No podemos hacer caso omiso a nuestra realidad donde sigue las mismas realidades de prejuicios, de partidos, de razas, y de clases que pueden interrumpir el avance normal misionero. Somos muy propensos a querer seguir con lo nuestro y atender lo conocido, lo cultural nuestro en vez de tener una visión para alcanzar a grupos no evangelizados.
En las lecciones que aprendemos de este relato de Lucas, hacemos eco a las observaciones del Dr. Stott, quien afirma que Dios está tratando cuestiones modernas que tienen relevancia hoy.
- Sobre la unidad de la iglesia. Dios no hace acepción de personas. La discriminación que ha habido, y lamentablemente sigue en algunas comunidades cristianas, es en contra de la voluntad de Dios. El racismo, el nacionalismo, el tribalismo, las castas, las distancias de clase, el orgullo cultural a expensas de otros, y el machismo no deben de hacer barreras para la recepción del evangelio de Jesucristo. El Dr. Stott habla de esa discriminación, diciendo: “en la comunidad cristiana es tanto una obscenidad (porque es una ofensa contra la dignidad de las personas) como es una blasfemia (porque es una ofensa contra Dios quien acepta a todos sin distinción para el arrepentimiento y fe en Cristo). (197).
- Sobre el don del Espíritu. Es un fuerte reproche para aquellos que minimizan la obra del Espíritu Santo. El relato presenta dificultades de interpretación para aquellos que creen en dos “etapas” en la obra del Espíritu Santo, porque es evidente que Lucas está describiendo la conversión de Cornelio y su casa. Es correcto llamar la experiencia de Cornelio aquí tanto en la
recepción del Espíritu como el bautismo del Espíritu.
- Sobre la condición espiritual de los que tienen otra religión. Dios se agrada de las personas en toda nación que le temen y hacen justicia. Una persona como Cornelio, piadoso, temeroso de Dios, hombre de oración y que hacía muchas obras buenas todavía necesitaba escuchar el evangelio, arrepentirse, y creer en Cristo. Solamente así Dios
en su gracia le salva, le da perdón de pecados, le da el don de su Santo Espíritu, le da vida y purifica a su corazón. Stott dice:
“La esencia de la historia es que Dios no demuestra favoritismo (10:34), y no hace distinción entre las razas (10:20, 29; 11:12; 15:9), y que él dio y da del mismo Espíritu a todos igualmente.” (199).
- El poder del evangelio. El Dr. Stott menciona que ya Lucas ha narrado las experiencias de conversión de Saulo de Tarso y de Cornelio. Sus diferencias eran notables, sin embargo los dos se convertieron al Señor Jesús. Fue por su gracia y a la iniciativa de Dios que habían recibido el perdón de pecados y el don del Espíritu. Los dos fueron bautizados y dados la bienvenida a la familia de Dios. Nos acordamos de Romanos 1:16, donde Pablo más tarde dice a los romanos:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Ro. 1:16).
No son las únicas lecciones en evidencia en Cesarea. Mencionamos también las siguientes:
- La iniciativa y el poder siempre son de Dios para la transformación de vidas en el determinado grupo cultural. Dios obra en los discípulos para el envío transcultural. En algunos casos, como vemos en Cesarea, fue a través de la presencia de un ángel, en visión, en una comunicación directa a su siervo Pedro y en una manifestación verificable de sonidos en lenguas que magnificaban a Dios. La dinámica de vida, la transformación de vidas, y los cambios espirituales son de Dios. Al plantar iglesias podemos contar con esa iniciativa divina.
- El elemento de poder divino causa asombro. ¡Ojalá que no perdamos lo atónito, la sorpresa, o lo maravilloso! La secularización, y a veces lo científico y lo tecnológico pueden producir un escepticismo y provocar incredulidad. Conservemos una actitud de expectativa basada en la cercanía de nuestro Dios. Él viene por su Santo Espíritu al encuentro con las gentes. Él produce cambios sorprendentes. La obra de Dios va más allá de nuestra comprensión humana.
- Dios obra con todo tipo de gente. Las barreras sociales son superadas en la obra de Dios. Dios ama y utiliza a muchas personas que no conocemos por nombre. Si bien Lucas nos habla de personas “destacadas” como Cornelio y Pedro, de más importancia es el grupo. Este grupo de personas incluye a las que recibían el mensaje. Pero el sentido de grupo incluye también a los que acompañaban a Pedro. Aquí está la evidencia bíblica en cuanto al valor de equipo para el avance. Aquí está también la evidencia en cuanto a una comunidad de fe, y no sólo una fe individual, particular o aislante de las demás personas.
- Cesarea era parte del mover de Dios en el avance de su reino. Hubo un fluir y un proceso. Los preparativos y las obras antes de los eventos en Cesarea permitían ese avance. No era un caso aislado. En plantar iglesias debemos tomar en cuenta toda una historia de antecedentes y acciones divinas. Esto tiene que ver con las mismas personas que son enviadas. Esto abarca toda una historia de salvación en la cual lo central es Jesucristo. Dios está obrando con un plan eterno. En ello está el plantar iglesias en todos los grupos étnicos. Existe en este proceso del extendimiento del reino los preparativos, las acciones del evento mismo y la continuación de la obra.
- Lo normativo para aquel que cree en Cristo es el don del Espíritu Santo y el perdón de pecados. No se excluye sino que incluye a todos los que creen, que invocan el nombre del Señor. La fe en Cristo, que va acompañada con el arrepentimiento, es suficiente en cuanto a salvación. No es necesario cambiarse culturalmente. Aun lo bueno de ser prosélito judío no era suficiente para la salvación, sino esa suficiencia viene por medio de la entrega de fe en Cristo.
- El encanto con Jesucristo, la realidad de su vida y ministerio sobresaliente, la huella de su persona y actitud afloran con poder en el mensaje entregado. ¡De veras fue el ungido de Dios! No se puede ocultar la excelencia de su trato a nivel humano, ni el poderío de los milagros con personas muy comunes, ni la violencia en la destrucción de su vida física o la demostración de la gloria de su resurrección. ¡El vive! ¡Qué tremendo mensaje! ¡Salvador y Señor!
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