“No juzguéis para no ser juzgados.” ¿Prohíben estas palabras de Jesús en Mateo 7:1 criticar las doctrinas de los falsos maestros o las vidas inmorales de la gente?
Estas son palabras que salen muy a menudo de la boca de aquellos a los que se les llama la atención por su estilo de vida. Pero no solamente ésta es una muletilla usada por el público en general para justificar una conducta inmoral, también aquellos que predican doctrinas controversiales esgrimen el mismo versículo para acallar a sus críticos.
NO ES CIERTO que la palabra de Dios nos prohíbe juzgar.
- La Palabra de Dios nos prohíbe juzgar hipócritamente (Mt. 7:1-5; 23:1-3). Si seguimos leyendo los versículos a continuación, veremos que Cristo se refirió a aquellos que condenando ciertos pecados eran culpables de cometerlos ellos también.
- La Palabra de Dios nos prohíbe juzgar injustamente (Jn. 7:24). En otras palabras, no debemos juzgar superficialmente, o sea, sin conocer suficientes datos y evidencia.
- La Palabra de Dios nos prohíbe juzgar presuntuosamente, o sea, juzgar la espiritualidad, madurez o inmadurez de otros creyentes. Dentro de esta categoría se encuentra el juzgar a otros por observar o no ciertos días y restricciones dietéticas. (Ro. 14:1-23; Col. 2:16)
¿Cuándo es correcto juzgar?
- Juzgar entre la verdad y el error, entre lo malo y lo bueno, entre la sana y la falsa doctrina — 1 Tes. 5:21 (examinadlo todo); Hch. 17:11 (los bereos); 2 Pe. 2:1 ff; 1 Jn. 4:1-2; Jud. 17. Basados en el hecho de que es correcto juzgar entre lo malo y lo bueno, el discernimiento y la revelación que Dios nos ha dado nos permite llegar a una conclusión bastante precisa.
- Es correcto juzgar pecadores no arrepentidos dentro de la iglesia —-Mt. 18:15-18; 1 Co. 5:9-13.
- Es correcto juzgar a falsos maestros de falsas versiones del cristianismo – Ro. 16:17; Gá. 1: 6-9; 2 Ti. 3:16, 4:14; Tit. 3:10-11.
- Es correcto juzgar falsos profetas (Dt.13:1-5; Dt. 18:20-22).
- Es correcto juzgar a quienes viven una vida de pecado y denunciar el error por si así se arrepienten (Ro. 1:29-32; 1 Co. 6:9-11; Ef. 5:11; 1 Jn. 2:4).
¿Es cierto que los cristianos no debemos juzgar el destino eterno de una persona?
Recientemente, una hermana en Cristo me confrontó muy amorosamente al término de una clase sobre el mormonismo. Durante la clase hice un comentario humorístico pero verdadero. Dije que Joseph Smith ya hace tiempo que recibe lecciones de teología en el infierno (bueno, el Hades, para ser teológicamente exactos). La hermana planteó que los cristianos no debemos hacer comentarios acerca del destino eterno de las personas.
Yo le dije que de acuerdo con la Biblia, y considerando que no existen evidencias de que Joseph Smith se hubiera arrepentido, la conclusión natural es que podemos determinar con un alto grado de precisión que su destino eterno es el infierno.
Muchos cristianos modernos coinciden con la hermana, pero ésta es una manera absurda de pensar que además denota un conocimiento raquítico de la Palabra de Dios. Una de las artimañas de Satanás es hacernos creer que no debemos juzgar las doctrinas o los estilos de vida de las personas.
Si se supone que no podemos juzgar con cierto grado de certidumbre (sólo Dios conoce al 100%) cuando una persona es salva o no, nadie podría ser bautizado o hacerse miembro de una iglesia evangélica, o escoger pastores y líderes para su iglesia.
El apóstol Pablo dijo que no nos dejáramos engañar por cierta gente (1). Si son paganos o falsos maestros, debemos decirlo. Si reclaman ser cristianos pero no obedecen la ley de Dios, Juan dice que debemos denunciarlos como mentirosos (2). Pedro no tiene ningún empacho en decir adónde van a ir a parar los falsos maestros (3). Pablo dice claramente que algunos predican doctrinas de demonios y los llama mentirosos (4).
Conclusión: Lo más amoroso que podemos hacer es juzgar a la gente de acuerdo con el criterio bíblico.<>
Referencias:
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2 Co. 2:11
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1 Jn. 2:4; 1 Co. 6:9-11; Gá. 5:19-21.
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2 Pe. 2:1s.
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1 Ti. 4:1-2
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