Por favor, Joel Osteen,
ya no más entrevistas
Cuando Joel Osteen es entrevistado en televisión puede usted estar seguro de que el cristianismo siempre sale mal parado. Este caballero tiene la habilidad natural de avergonzar al evangélico doctrinalmente preparado (un 2 a 3 % del total) con su manifiesta falta de integridad cristiana. Lo lamentable es que hombres como Osteen han llegado a ser considerados como destacados exponentes evangélicos de nuestra sociedad.
Hace apenas una semana, el 19 de enero, tuve oportunidad de ver una entrevista a Joel Osteen en el programa de Glenn Beck. Beck es un brillante comentarista conservador que profesa la fe mormona. Sí, ya sé, esto último desafía la credibilidad de mi descripción inicial de Beck, pero toléreseme el comentario porque yo no soy brillante.
He aquí un breve intercambio entre Osteen y Beck:
Beck: La nación está fragmentada …. ¿Qué pasos debemos dar para unir todos los pedazos otra vez?
Osteen: El primer paso es apoyar al nuevo presidente … cuando no estamos de acuerdo, lo expresamos pero en un espíritu de amor.
Beck: ¿Es eso posible? La religiones pelean entre ellas … la gente de fe debe unirse …. El 89% de nosotros cree en Dios … ¿Por qué nos “canibalizamos” unos a otros?
Osteen: La gente se apasiona acerca de lo que creen y no pueden abrirse a ninguna otra cosa. Claro, yo creo en Cristo como el Salvador y todo, pero pasé mucho tiempo en la India. Yo he estado con mucha gente hindú. Son buenos, gente amable y aman a Dios también … yo pienso que si actuamos enemistosamente – enfocados en excluir a otros ….. en los evangelios, Jesús dijo, “amad a vuestros enemigos” y anduvo hablando con gente de diferente fe.
Al menos ya sabemos que Osteen no es un apasionado del Evangelio, cosa que no es muy difícil de deducir aun sin que él lo diga directamente. Su posición va en contra del ejemplo que nos dejaron Cristo, los apóstoles y los mártires de la Iglesia. Por otra parte, la idea de que los hindúes, quienes son politeístas por tradición, aman a Dios, sólo puede originarse en la mente de alguien muy ignorante o de en un hombre malvado que cuenta con la ignorancia de su audiencia y busca más popularidad. Me inclino por lo último.
También pienso que un líder cristiano genuino hubiera respondido a las preguntas de Beck dentro de estos parámetros:
Beck: La nación está fragmentada …. ¿Qué pasos debemos dar para unir todos los pedazos otra vez?
Cristiano real: Nuestra única esperanza es orar a Jesucristo arrepintiéndonos de nuestros pecados y sometiéndonos bajo su señorío.
Beck: ¿Es eso posible? La religiones pelean entre ellas … la gente de fe debe unirse …. El 89% de nosotros cree en Dios … ¿Por qué nos “canibalizamos” unos a otros?
Cristiano real: Las religiones se contradicen totalmente en el tema de quién es Dios, y en muchas cosas importantes. Todas no pueden estar en lo cierto. O todas son falsas o sólo una es la verdadera. Por ejemplo, para mí Jesús es Dios eterno, de una misma sustancia divina con el Padre y su sacrificio en la cruz es suficiente para salvar al que deposita fé en él. Para tí Glenn, Jesús no es eterno, fue creado, y su muerte sólo logró la resurrección universal, pero no la salvación. Para mí, la salvación es por gracia por medio de la fe solamente. Para tí, Glenn, la salvación se obtiene con tus propias obras si sigues los mandamientos de la iglesia mormona. ¿Ves Glenn? Tú Jesús no es mi Jesús, ni nuestro camino de salvación es el mismo. Los dos no podemos tener la Verdad. O los dos estamos equivocados, o uno solo de nosotros está en la verdad, pero los dos no podemos estar en lo cierto.
Beck posible retorno: Pero más allá de nuestras diferencias podemos unirnos para lograr el bien común, ¿no es cierto?
Cristiano real: ¡Por supuesto! Si la casa de mi vecino mormón se incendia, yo soy el primero en ayudarlo. Pero unirme con él en cruzadas políticas y morales es aceptar tácitamente que lo que nos une es más importante que lo que nos divide, cuando en realidad es al revés. Lo que nos divide es lo más importante, y lo que nos divide es la Persona de Jesucristo, su naturaleza, lo que vino a hacer, el propósito de su muerte en la cruz. La diferencia es entre el verdadero y el falso evangelio.
Entiéndase que yo soy partidario total por la tolerancia de convivencia entre las religiones, pero en materia teológica no hay lugar para la tolerancia. La Biblia dice que debemos contender por la fe dada una vez por todas a los santos (Jud.3). El cristianismo es una religión de confrontación, pero los cristianos modernos nos hemos convertido en gente autocomplaciente, tímidos, cobardesy tibios, en cuanto a lo que creemos.
Como puede ver el lector, un servidor no tiene un cabello de ecumenista. No acepto el argumento de que está bien unirse con mormones, budistas, hindúes, etc. porque a pesar de las diferencias existen muchas cosas que nos unen como los valores familiares, principios éticos y morales, etc. Yo no creo en ese tipo de unidad, unidad que es fácil de alcanzar cuando lo que creemos nos importa poco, cuando no apreciamos ni respetamos nuestras creencias, cuando no amamos lo que sucedió en la cruz ni a aquél que pagó el precio por nuestra redención.
¿Pero no tienen los mormones nuestros mismos valores políticos? Yo creo que sí, pero como cristianos sabemos que el Evangelio tiene prioridad.
Es por ello que los evangélicos conscientes de esta realidad, preferimos pelear estas batallas terrenales sin la compañía de gente de otras creencias. No vendemos nuestra primogenitura al bajo precio de la necesidad.
Sí, Jesucristo dijo que amáramos a nuestros enemigos – parte de ello es presentarles la verdad. Sí, Jesucristo habló con gente de diferente fe, pero a diferencia de Joel Osteen, siempre los confrontó con su pecado y su necesidad de salvación.
Y así, mis queridos amigos, el señor Osteen se pierde otra oportunidad de presentar el evangelio de Jesucristo a otro hombre que lo necesita. Ya lo había hecho antes en la entrevista de Larry King, pero pensándolo bien, yo creo que Osteen no cree en el Evangelio. Estas son palabras duras, lo sé, pero alguien tiene que decirlas. Mucha gente nos aborrece precisamente por ello. Para estos amigos, éstas son mis palabras: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? Gálatas
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