Preparémonos para la persecución
-la iglesia subterranea-
Siento un gran peso en mi corazón ya que se acerca una persecución mundial de los cristianos. Se aproxima la hora en que seremos llamados a sufrir o incluso a renunciar a nuestras vidas por el Señor Jesús tan blasfemado y despreciado hoy en día. Siento una profunda angustia al pensar en el dolor fìsico, mental y espiritual que les espera a aquellos que permanecen fieles a Èl.
¿Quién podrá soportar tal aflicción? Solamente aquellos que se han preparado. Ellos tendrán la fuerza para vencer y ser fieles a Jesús en medio de la aflicción. Aquellos que viven ahora el ponerse del lado del Señor, comprometiéndose a enfrentar cualquier dificultad y confiando en la fidelidad del Padre, recibirán fuerzas para resistir y perseverar. Aquellos que mantienen sus ojos puestos en Jesús y oran para tener amor ardiente hacia Él, recibirán la gracia para sufrir.
Si nos preparamos hoy tendremos el coraje para enfrentar el mañana y seremos capaces para sufrir por amor a Jesús. Entonces Él será glorificado, si éste es nuestro pedido sincero. Él lo concederá, porque ha prometido responder a nuestras oraciones.
Existe la amenaza de una persecución universal a los cristianos y esto ocurrirá muy pronto, antes de la catástrofe mundial provocada por una guerra nuclear.
La iglesia Subterránea es algo que ya existía cuando se escribió el Nuevo Testamento. Los críticos dicen que lo que hacemos en la clandestinidad es ilícito ante los ojos de Dios porque una iglesia no debe operar en la clandestinidad.
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Debemos obedecer a las autoridades. El Concilio Mundial de las iglesias nos acusa, pero a su vez ellos dan dinero a guerrilleros que no obedecen a las autoridades.
Filipenses 1:29, ” Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él.”
Aunque en el Evangelio “incompleto” que se predica por todas partes esto no tiene cabida, los creyentes verdaderos conocen lo que está escrito:
El padecer por Cristo es algo inherente a la profesión de la verdadera fe, aquellos que no estuvieron dispuestos a vivir una vida entregada a Cristo, tampoco estarán dispuestos a morir por Él, pero finalmente Dios mostrará si nuestras palabras corresponden a lo que hay en nuestro corazón. Seguimos orando por nuestros hermanos perseguidos y confiando que el Señor nos dará el poder para ser fieles en cualquier circunstancia.
Usado con permiso de: www.persecucion.org
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