Guía de Estudio:Preparación para el liderazgo Download PDF
Principales Tareas
Preparación para el liderazgo, Módulo 6
CLYDE B. MCDOWELL
Hemos abordado ampliamente acerca del liderazgo: sus características, sus estrategias, los modelos bíblicos, y cómo los dones espirituales son usados en el liderazgo. Sin embargo, algunas veces las cosas que sabemos sobre liderazgo se interponen entre nosotros y las principales tareas que debemos enfocarnos como líderes. Cuando se trata del listado diario de las cosas “por hacer”, ¿qué debería estar haciendo el líder? Básicamente existen cuatro aspectos principales en los que necesitamos enfocarnos. Pudieras llamarles “los cuatro grandes”, que son: la planificación, la organización, la dirección y el control. Analicemos cada uno de ellos por separado.
Planificación
Las personas suelen enfocarse en el futuro. Planificamos sobre la base de lo que hemos percibido en el pasado, pero tratamos de proyectar ese conocimiento hacia el futuro. Planificar es básicamente el intento de movernos del “ahora” al “luego”; es cambiar las cosas de “la manera que son” a “la que deben ser”.
Algunos dicen: “Si nadie puede estar seguro del futuro, entonces ¿por qué planificar?”. Sencillamente es aumentar la probabilidad de que lo que creemos que debe suceder, sucederá. La punta de la flecha de la planificación toca la meta en sentido figurado. Los pasos que debemos seguir se extienden hacia el otro extremo de la flecha en retrospectiva hacia el presente para crear un “plan”.
Un extraordinario relato de la Segunda Guerra Mundial revela la importancia que tuvo la planificación para la ofensiva británica contra el ejército alemán en África del Norte. Bajo las órdenes del General Rommel, los alemanes habían avanzado casi hasta el Cairo, Egipto. En la desesperación, el alto mando británico asignó la tarea de revertir la situación al Mariscal de Campo Montgomery.
De inmediato Montgomery hizo saber que tomaría la iniciativa. Él planificó cuidadosamente y teniendo en cuenta los más mínimos detalles. Desde los más altos oficiales hasta los soldados rasos, a cada persona se le dijo específicamente cuál sería su misión. Se constituyó un equipo perfectamente coordinado. Cada hombre sabía con precisión los objetivos de Montgomery y cómo debían ser cumplidos. Cuando comenzó la ofensiva británica con tal precisión en su planificación, el poderoso ejército alemán fue desviado, lo cual se convirtió en uno de los primeros momentos decisivos de la Segunda Guerra Mundial.
Montgomery tuvo éxito porque, por medio de una buena planificación, fue capaz de emocionar, motivar y desafiar a todas sus tropas. ¡Fue este desafío lo que marcó la diferencia! La planificación ha sido definida como:
El trabajo que realizamos hoy para hacer que suceda mañana lo que queremos específicamente.
Planificar es explicar en detalle las metas y definirlas; implica establecer metas y objetivos para organizar y desplegar “mapas de trabajo”, los cuales muestran cómo deben cumplirse las metas y los objetivos. Si no establecemos las metas, el logro esperado se convierte en una operación sin timón.
EL ESTABLECIMIENTO DE LAS METAS HA DE SER ESPECÍFICO. Las metas generales e imprecisas puede que tengan lugar, pero a la larga debemos hacerlas específicas. Para ilustrar esto, digamos que un equipo de fútbol americano tiene como meta a largo plazo ganar el juego anotando el número máximo de puntos. Su meta inmediata es llevar el balón hasta la diagonal del contrario. Pero además debe comprometerse a cumplir metas inmediatas de cómo hacer las primeros anotaciones para llegar allá, yarda a yarda. Estas son las jugadas específicas planificadas. De igual forma, el establecimiento de metas organizacionales establece metas específicas, de manera que todos los jugadores conozcan la siguiente “jugada”.
LAS METAS HAN DE SER REALIZABLES Y MEDIBLES. Por ejemplo, sería tonto establecer objetivos para duplicar el número de bautizados y de miembros para el siguiente año, sin incrementar el énfasis de la iglesia en el evangelismo, en el programa del personal, en sus oportunidades evangelísticas y en su presupuesto.
LAS METAS HAN DE SER ALCANZABLES EN UN CIERTO PERÍODO DE TIEMPO. Si el cumplimiento está demasiado distante, los jugadores pierden la esperanza y la perspectiva. Las metas a corto plazo deberían ser realizables al cabo de meses y, como máximo, al cabo de un año.
Y siempre es sabio tener un plan alternativo. Se ha dicho que como estratega militar, Napoleón no tuvo comparación porque siempre tenía a su disposición un segundo plan inmediato, en caso de que el primero no diera resultado.
El establecimiento de metas es extremadamente importante para las iglesias, pero no siempre es fácil, porque el propósito de muchas de ellas no ha sido definido claramente.
A continuación sugerimos un bosquejo para establecer metas u objetivos específicos:
- Plantea el objetivo brevemente, basado en el propósito de la organización.
- Replantea el objetivo en términos cuantitativos.
- Plantea la razón o el efecto de cumplir este objetivo.
- Bosqueja el plan para cumplir tu objetivo.
- Calcula el tiempo (determina la fecha del comienzo, de la culminación y de posibles controles en el proceso).
- Plantea la asistencia que se necesita para cumplir el objetivo (el dinero y las personas involucradas, los materiales, los suplementos el equipamiento y el espacio que se necesitarán).
- Plantea cómo serán medidos los resultados.
¿Cuándo tuvo lugar la última sesión de planificación que tuviste con tu grupo de liderazgo? ¿Qué se logró?
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Resume algunas razones de por qué es importante para ti y para tu organización disponer de tiempo para la planificación.
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Organización
La organización es la segunda tarea principal del liderazgo responsable. Debido a la necesidad, la organización le sigue a la planificación. La planificación tiene que ver con las ideas, pero la organización tiene que ver con las cosas. Las herramientas específicas como el tiempo, los materiales, los horarios, la capacitación y las horas hombre han de ser utilizados. Se necesita de organización para llevar a cabo el plan, porque éste será realizado por personas.
La organización comienza con la descripción de empleo del líder. Con dicha descripción de empleo como su guía, él está mejor preparado para reunir los recursos necesarios y determinar quién va a hacer qué.
La tendencia en los últimos años ha sido hacia la descentralización y hacia menos organización. Se ha enseñado en círculos académicos y de negocios que demasiada estructura inhibe la flexibilidad. Por otra parte, es muy evidente que algunas organizaciones fallan porque no estructuran lo suficiente. Sin establecer las líneas adecuadas de autoridad y de delegación, las organizaciones se tambalean y no hacen uso del potencial dentro del grupo.
Recuerda, Jetro aconsejó a su yerno Moisés. A la manera de un asesor de dirección, él dijo en efecto: “Moisés, no puedes hacer el trabajo tú solo, ¡tienes que organizar!”.
A pesar de los que critican los organigramas organizacionales, éstos son necesarios. No “desechemos el niño junto con el agua de la bañera”. Lo que se necesita en la mayoría de los casos no es desechar los organigramas organizacionales, sino ajustarlos cuando y de la manera en que la organización cambie. Esto ayudará a garantizar una organización saludable que mantenga los planes al día.
LA PLANIFICACIÓN ORGANIZACIONAL es el fundamento de toda planificación porque esclarece las líneas formales de responsabilidad y autoridad. El organigrama no debería limitar la creatividad del obrero, sino que debería ser la clave para el crecimiento dinámico, permitiendo incrementar la participación del obrero y su sentido de pertenencia. En el análisis final, organizar es arreglar y referirse al trabajo a realizarse de manera que pueda ser desempeñado más eficazmente. Esto incluye:
- Desarrollar una estructura organizacional.
- Delegar responsabilidad.
- Establecer relaciones.
La debida planificación simplificará mucho la responsabilidad laboral y reducirá la frustración que trae consigo el papeleo burocrático.
CAPACITACIÓN ORGANIZACIONAL. El próximo paso de la organización es la capacitación. Capacitar es enseñar a la persona a hacer algo de manera que se ajuste al plan organizacional, el cual tiene como objetivo cumplir las metas del ministerio u organización. Todo buen líder necesita saber que la capacitación le permite ser competente, y que sin ser competente, ninguna organización puede florecer. Es importante que el líder participe en la capacitación de las personas que pertenecen a la organización, para que entienda la labor de ellos y cómo la pueden desempeñar con la mayor eficacia.
¿Qué capacitación proporcionas a tus trabajadores y ayudantes?
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Un modelo organizacional muy conocido se denomina “VDH” (VHS, en inglés) el cual se refiere a reuniones de líderes mensuales o trimestrales con el propósito de:
V– Fortalecer la VISIÓN (¿a dónde vamos?; ¿por qué?)
D– Hacer DEBATES (¿cómo vamos?)
H– Desarrollar HABILIDADES (¿cómo podemos hacerlo mejor?)
Dirección
Para alcanzar las metas comunes a un grupo, el líder debe proveer dirección hacia las principales tareas de planificación y organización. Esto implica las importantes funciones de: provisión de personal, comunicación, delegación y toma de decisiones.
PROVISIÓN DE PERSONAL. Primero, veamos a la selección del personal. El líder debe dedicar tiempo para pensar en el tipo de persona que se necesita, y para determinar qué criterio es el que usará para la selección de las personas para sus tareas específicas. Cuando un líder contrata precipitadamente, con frecuencia después lamenta haber tomado esa decisión. Es mejor no tener a nadie en el puesto que no tener a la persona correcta. Cuando se encuentra a la persona correcta, aumentará la eficacia de la organización. Valdrá la pena esperar.
La selección del personal no es el fin del proceso. El líder debe también activar un plan para la evaluación sistemática del desempeño, y para elogiar y animar a la persona hacia su máximo desarrollo. La tarea clave del líder es seguir ayudando a las personas a mejorar sus conocimientos, actitudes y habilidades. Muchos expertos en dirección consideran que el desarrollo del personal está entre las primeras prioridades de los líderes más exitosos.
COMUNICACIÓN. Esta es la segunda función necesaria para perfeccionar la tarea de dirigir del líder. La comunicación genuina,directa, es esencial para un buen líder y una buena organización.
Parte de la tarea del líder es aunar el deseo, la habilidad y la fuerza humanos, de manera que la meta en común sea alcanzada. Para hacer esto, el líder debe ejercer influencia en otros por medio de una comunicación apropiada. Existen numerosas formas de comunicación dentro de tu organización. Entre ellas se encuentran: las sugerencias, la imitación, la exhortación, el argumento persuasivo, la publicidad, la confianza en la lógica de los acontecimientos, la utilización de situaciones problemáticas las cuales generan tensiones y la demostración de devoción afectiva.
Comunicando estima. Las personas responden más a cómo nos sentimos con ellos que a lo que les decimos. Por lo tanto, es el deber de todo líder evaluar el nivel de aceptación que brinda a las relaciones en su organización.
Comunicando la habilidad de escuchar. Todos hemos conocido personas que hablan mucho, pero que realmente no dicen nada. Sin embargo, existe otro problema en la comunicación: la incapacidad de escuchar. Es crucial que el líder sea una persona que sepa escuchar. Para animar a las personas a que se comuniquen, se requiere de líderes que estén bien cerca de ellos. Dios le dio al hombre dos oídos, pero sólo una lengua – esto puede ser un pequeño consejo, ¡que deberíamos escuchar más de lo que hablamos! Alguien ha definido la comunicación de esta manera: “La verdadera comunicación es sentir lo que la otra persona está sintiendo en el momento, y aceptarla por eso”.
La buena comunicación fortalece el entendimiento dentro de la organización. Esto, en cambio, fortalece la habilidad del líder de persuadir, así como las metas de la organización. Las personas se motivan a cumplir con su tarea. Cuando las líneas de comunicación están abiertas, la retroalimentación será automática. La buena comunicación desecha los razonamientos falsos y ayuda a los líderes a tener mejores criterios. Además provee los medios para llegar a conocer los sentimientos, metas y actitudes de otros. Esto es esencial para que el grupo y la organización funcionen bien.
DELEGACIÓN. Ésta es la tercera función importante y necesaria para una buena dirección. Dwight L. Moody, el famoso evangelista estadounidense del siglo XIX, dijo una vez que para él, era mejor poner a trabajar 1000 hombres, que realizar el trabajo de 1000 hombres. Delegar es parte de la esencia de dirigir. Si el líder no delega, estará constantemente enredado en una madeja de detalles secundarios que pueden llegar a despedazarlo y a prohibirle el desempeño de sus responsabilidades principales.
Probablemente lo más difícil de vencer para un líder sea la noción de que él realiza cierta tarea mejor que nadie. Esto conduce a la falta de confianza de otros, y a una actitud que revela una deficiencia en él mismo. Esta deficiencia, por supuesto, es que o él no puede explicar su labor a otra persona, o le falta la habilidad organizacional de distribuir el trabajo adecuadamente.
Delegar implica en sí cuatro ideas básicas:
- Transferencia de trabajo
- Transferencia de autoridad
- Aceptación de responsabilidad
- Importancia del seguimiento y la confiabilidad
Hay grandes beneficios para la organización cuando se delega debidamente, entre los cuales se encuentran:
- Un mejor entendimiento entre los niveles
- Mejores relaciones entre líderes y seguidores
- Mejor satisfacción laboral y más moral
Nehemías, el gran líder, pudo cumplir su inmensa tarea de reedificar los muros porque delegó. Lee Nehemías 3 y Efesios 4:16. ¿Qué observación sobre el liderazgo y el acto de delegar podemos hacer a partir de estos pasajes?
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TOMA DE DECISIONES. Después de la provisión del personal, la comunicación y la delegación, la cuarta habilidad que se necesita para dirigir es la toma de decisiones. Muchas veces dirigir es sinónimo de resolver problemas. Al tomar decisiones, los buenos líderes:
- Identifican y describen la situación de manera precisa.
- Consideran todas las opciones y alternativas.
- Comparan las diversas opciones, teniendo en cuenta tanto las ventajas como las desventajas.
- Analizan los riesgos que implica cada una de esas alternativas.
- Escogen la mejor opción sobre la base de su completa evaluación.
Cuando se toma la decisión, la siguiente pregunta es: “¿Cuándo debo proceder?”. Quizás sea mejor posponer hasta que surjan mejores circunstancias. Antes de concretar una decisión, lo mejor siempre es esperar un poco antes de anunciarla – quizás primero “consultarla con la almohada”. Puede que Dios tenga otros planes.
Después de darla a conocer, no cambies de parecer. Comprométete con ella y motiva a otros a que participen. No busques popularidad al tomar una decisión, porque el liderazgo puede ser algo solitario, arriesgado y costoso. No vaciles. Esto genera demasiada inseguridad en la organización.
Hay muchas piedras de tropiezo a la hora de tomar decisiones. Una de ellas es negarse a actuar por miedo a cometer un error. A lo largo de la historia, toda empresa exitosa ha tenido que asumir grandes riesgos. El líder eficaz debe estar dispuesto a cometer errores y a sacar lo mejor de ellos. Hay un antiguo proverbio que dice: “Es un delito fracasar por no haberlo intentado”.
¿En qué maneras es bien dirigida la organización a la que perteneces?
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¿En qué maneras pudiera ser dirigida aún mejor?
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Control
Además de las grandes tareas que son planificar, organizar y dirigir, el líder debe llevar a cabo actividades encaminadas a asegurar que los resultados alcanzados se avengan a los planes previamente hechos y aprobados. La manera en la que el líder puede hacer esto es mediante el control.
Cuando dirigimos o delegamos, no necesariamente perdemos el control. Cuando se delega autoridad para hacer cierta tarea, no abdicamos de la responsabilidad mayor que tenemos nosotros con esa labor. Los controles pueden ser pocos o muchos, pero nunca deberíamos obstaculizar una tarea por no revisarla periódicamente.
Se ha dicho: “Los buenos líderes no sólo esperan, sino inspeccionan”. Existen diferentes factores que influyen en la eficacia del control:
LOS BUENOS LÍDERES UTILIZAN LOS ERRORES PARA MEJORAR SU DESEMPEÑO EN EL FUTURO. Basándose en las lecciones que aprenden de sus errores, el líder eficaz hace cambios para que la organización sea mejor dirigida.
LOS LÍDERES EFICACES SON SISTEMÁTICOS. Esto se cumple en las actividades personales, así como a la hora de programar y controlar el trabajo de otras personas. Los líderes eficaces trabajan por establecer hábitos positivos y útiles, tanto para ellos como para la organización. Este proceso de sistematización le permite al líder evaluar y mejorar la eficacia de la organización.
LOS BUENOS LÍDERES TIENEN UN BUEN SENTIDO DEL TIEMPO. Son capaces de hacer que las cosas “cuajen” bajo su liderazgo. Conocen bien a su gente y la organización. Pueden tomar buenas decisiones a tiempo para que las cosas se hagan correctamente y con éxito. Este tipo de control permite a la organización crecer, mejorar y tener éxito en sus metas.
LOS BUENOS LÍDERES SABEN CÓMO USAR LA INFORMACIÓN PARA MEJORAR LA ORGANIZACIÓN. Esto significa que los líderes deben entender su campo y ser expertos en su área de liderazgo. Ellos saben cómo usar la información específica y/o técnica para mejorar la organización, para hacer que su impacto sea mayor y para elevar el nivel de excelencia de la función en general.
¿Cómo describirías la cantidad de control en tu organización?
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¿Cómo pudiera aplicarse un mejor control para mantener la organización encaminada?
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Conclusión
Planificar, organizar, dirigir y controlar son tareas esenciales de todos los líderes en cada campo. A pesar del estilo que use el líder, estas responsabilidades no pueden ser minimizadas ni ignoradas. Ya sea que seas pensador, hacedor, extrovertido o introspectivo, analítico o intuitivo, conciliador o dogmático, los buenos resultados se obtendrán sólo cuando se lleve a cabo esfuerzos concentrados y enfocados para cumplir estas cuatro tareas de liderazgo que hemos analizado en este estudio.
A medida que meditas sobre tu iglesia u organización, ¿cuáles de las cuatro tareas principales debatidas en la lección (planificación, organización, dirección y control) pudieras decir que son mejor realizadas?
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¿Cuál dirías que es a la que más le falta?
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¿Por qué?
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De las cuatro principales tareas de los líderes que han sido descritas (planificación, organización, dirección y control), ¿cuál de las cuatro dices que realizas (o realizarías) mejor?
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¿Qué ideas tienes para obtener ayuda en cualquiera de estas áreas?
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¿Qué área o áreas sientes que es la que más necesita mejorar?
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Guía de Estudio:Preparación para el liderazgo