En el mundo de las pequeñas y torturadas almas de los trastornados espirituales obsesionados contra el cristianismo, encontramos numerosas y variadas acusaciones que pretenden socavar la fe cristiana con ideas anómalas. Ejemplo claro de esto es la campaña persistente de individuos y grupos que insisten que el cristianismo es una imitación de las religiones paganas ancestrales (para una refutación de esta absurdidad, ver: El Código Da Vinci. Elaboraciones en estos argumentos aberrantes pueden ser encontrados en websites ateas, gnósticas, místicas, ocúlticas y hasta en foros satanistas. Todo viene de “un mundo raro”, como cantaba Julio Iglesias.
En esta breve perspectiva deseamos clarificar específicamente el ataque al símbolo del pez que los cristianos evangélicos usan en las tapas de sus Biblia, coches, e-mail, púlpitos, altares, paredes, etc. El pez, dos líneas curvas que se juntan en un vértice al frente y se entrecruzan atrás, es el dibujo que forman las líneas trazadas para encerrar el acróstico de la palabra “pez” en griego, IXTUS (Iesous Xristos Teos Uios Soteros). El acróstico lee así: Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador.
Como no podía ser de otra manera, no faltan quienes conectan este símbolo con el paganismo. Como este argumento está tan popularizado, no citaremos ningún texto en especial, sino que preferimos que el lector busque por sí mismo el abundante material existente. Por lo tanto nos limitaremos a presentar el argumento en forma sucinta y práctica, para luego refutar la insensatez.
Estas son las “pruebas” presentadas:
* El término griego para “pez”, que algunos rinden “ichthys”, era el hijo de la antigua diosa Atargatis (diosa del mar) conocido en distintas mitologías como Tirgata, Afrodita, Pelagia o Delphina. La palabra también significó “útero” y “delfín”, culto pagano al sexo y a la fertilidad.
* El símbolo del pez ya era conocido como “la Gran Madre”, como un signo oval puntiagudo, el “Vesica Piscis” o Vaso del Pez. Otra deidad pez fue la deidad babilónica Ea, que llegó a ser conocido entre los griegos como Oannes, similar a la del pez-deidad de los filisteos, Dagón, mitad hombre y mitad pez.
* Diana de los Efesios se representaba con el símbolo de pesca que abarca sus genitales.
* En el hinduismo, un pez apareció como un avatar (encarnación o manifestación física corporal) de Vishnu para salvar a la humanidad de la Gran Inundación. El sánscrito para “pez” es Matsya y por lo general se muestra con cuatro brazos y una cola de pescado.
* El pez ha sido identificado en otras culturas paganas con fertilidad, sexualidad, fuerza natural femenina, reencarnación y otras cosas.
* Fue un pez que se tragó el miembro varonil de Osiris y también era considerado como el símbolo de la vulva de Isis.
Podríamos seguir listando ejemplos dados por páginas anticristianas hasta el infinito, pero creo que éstos son suficientes. Todos los escritos en favor de la conexión pagana concluyen que el cristianismo copió o se apoderó de las metáforas simbólicas de las antiguas religiones paganas y las injertó en la historia de la Creación y de ahí en adelante.
El primer planteo que nos hacemos es: ¿Son todos estos reclamos realmente históricos? ¿Existe documentación que pruebe la información? Bueno, tengo buenas noticias, ni siquiera tenemos que preocuparnos por ello aun si todos fueran verdaderos, porque la refutación más sólida a las acusaciones es: ¿Y qué? Un simple “¿Y qué?” es suficiente para poner en evidencia la imbecilidad.
¿Existen pruebas de que los discípulos de Jesús viajaron a la India, vieron el pez, y lo trajeron con ellos para incorporarlo al cristianismo?
¿Acaso el pez del cristianismo tiene una connotación sexual?
¿Acaso las deidades-pez como Dagón son un paralelo válido con el símbolo del pez cristiano, el cual no es adorado?
¿Se ha demostrado que el pez encontrado en figuras del paganismo tiene el mismo diseño de las dos curvas intersecadas del cristianismo?
En otras palabras, ¿tiene todo este palabrerío algún peso evidencial o merece el respeto de la mente analítica? La respuesta es NO. Todo el argumento se reduce a “Aquí hay un pez; allá hay un pez. El último debe ser una copia del primero”. Bastante infantil, ¿verdad? Infantil es una palabra muy benigna para calificar el razonamiento de estas mentes. Veamos un ejemplo moderno y práctico. La analogía puede ser clarificadora:
El ratón Mickey Mouse fue creado por Walt Disney en 1928. La caricatura de Tom y el ratón Jerry aparece en 1939 como una creación de Hanna y Barbera. En el decenio de 1940 entra en el mercado el Super Ratón por medio de CBS y el Topo Gigio nos comienza a deleitar en 1958. Estoy seguro de que debe haber otros ratones menos conocidos entre uno y otro. Ahora, ¿Alguien sabe si Disney demandó legalmente a Warner Brothers, CBS, o María Perego, la creadora del Topo Gigio por usar un ratón como personaje? Del mismo modo ¿Qué conexión existe entre el Conejo de la Suerte, el conejo color rosa de las baterías Energizer, el logo de la revista Playboy y Roger Rabbit? La única conexión es que son todos conejos, de la misma forma que los anteriores son todos roedores.
El punto es que las representaciones o figuras de animales son nociones comunes y no son propiedad intelectual de nadie, porque son parte de la experiencia universal. Los cristianos tienen todo el derecho de seleccionar un pez como símbolo y solamente un individuo mentalmente desafiado puede imaginar que existe una “conexión pagana” en el uso de la figura del pez. Aun si los cristianos hubieran sabido de los otros usos del pez en las religiones paganas, por cierto que le dieron al pez un significado afín con su propia fe.
Curiosamente, en los EEUU ciertas organizaciones ateas y liberales, anticristianas por excelencia, insisten en que el pez es un símbolo exclusivamente cristiano, tanto como lo es la cruz. Obviamente no se han informado de la “conexión pagana”.
A lo mejor los cristianos del pasado deberían haber revisado las creencias anteriores a su época para encontrar símbolos y descartar las similitudes: “Qué lástima, no podemos usar el pez porque los babilonios ya lo usaron, y Vishnu también. Busquemos otro”. O podrían haber dicho: “A ver… a ver… el pez… ¡Oh no, es marca registrada de la ‘Gran Madre’! No podemos usarlo”.
En conclusión, la ridiculez del argumento anticristiano dice mucho del coeficiente intelectual de sus promotores. El pez es un símbolo que no significa para los cristianos ni fertilidad ni tiene connotaciones sexuales, ni apunta al paganismo en general, sino que significa identificación con Jesucristo, su evangelio y su salvación. <>
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* Si usted entiende inglés, para más información de cómo refutar la idea de que éste y otros elementos y mitos paganos han sido introducidos en la fe cristiana, sugerimos ver: http://www.tektonics.org/copycat/copycathub.html
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