El Evangelio de Judas
La figura de Judas siempre ha despertado una extraña fascinación en el lector de los Evangelios. Todo en torno a él parece conllevar un destino trágico, que nos deja perplejos y sobrecogidos. Es por eso tal vez que su personaje produce una extraña simpatía, que tiene más que ver con el atractivo del antihéroe, que con la realidad de su traición. En estas fechas siempre suele haber reportajes sobre la historia de Jesús, pero cada vez están menos relacionados con los orígenes del cristianismo y más con la moda del momento, en este caso la obsesión por el gnosticismo que ha traído El Código Da Vinci. El montaje que ha hecho
Estos días los medios han dado una clara demostración de hasta dónde han llegado los efectos de los errores de la novela de Dan Brown. Es increíble leer cómo la prensa seria compara a los evangelios gnósticos, como éste de Judas, con los cuatro Evangelios, como si fueran textos contemporáneos, al tiempo que repite la absurda idea de El Código Da Vinci, por la cual el Concilio de Nicea decidió cuáles eran los verdaderos Evangelios. Las críticas de reconocidos eruditos como Robinson, recordando que al fin y al cabo este documento está escrito doscientos o trescientos años después de los Evangelios, no han tenido sin embargo otra respuesta de los portavoces de
Desde que
LAS VERSIONES DE BORGES
La verdad es que sobre Judas se ha escrito todo lo imaginable. La literatura lo retrata como un personaje atormentado, obsesionado por el dinero e incluso revolucionario. Una de las interpretaciones más curiosas es la de Jorge Luis Borges en sus Tres versiones de Judas (1944). En este cuento, definido por el escritor argentino como una “fantasía cristológica”, se proponen tres tesis de un autor apócrifo empeñado en explicar la traición del apóstol. Con esa técnica tan borgiana de intercambiar ficción y realidad, que da impostación real a la invención y viceversa, monta una hipótesis tan sorprendente que uno concluye que Judas puede ser Jesús…
El cuento examina las tres versiones y en la tercera, apurando la fantasía de las dos anteriores, se dice textualmente: “Dios totalmente se hizo hombre, pero hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo”. Ya que “para salvarnos pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia”. Así pudo ser Alejandro o Pitágoras”, pero “eligió un ínfimo destino: fue Judas”. El artificio está tan bien contado que incluye hasta un aparato crítico. Lo que hace pensar en una extraña teoría herética, aunque no es más que una ficción de Borges.
¿REY DE REYES?
El cine hace también cada vez más protagonista a Judas de la historia del Evangelio. Así Nicholas Ray, ya en 1961, hace una nueva versión de la historia de Jesús con el titulo que uso Cecil B. de Mille en 1927, Rey de Reyes, en la que Judas se debate entre Jesús y Barrabás.
española de Ortodoxia y Moralidad, lo único que le preocupaba era la danza de Salomé…
. El Jesús de Jeffrey Hunter no es sólo pasivo, sino pacifista. Ray muestra así a Judas como un revolucionario, que duda entre los métodos pacíficos de Jesús y la violencia de Barrabas. Es en definitiva un gran patriota, que se cuestiona cuál es la mejor alternativa de resistencia. Judas se va haciendo fuerte y Jesús cada vez más débil, como en la versión de Zeffirelli (1977). Con Scorsese y la novela de Kazantzakis, se afirma ya “la sustancia dual de Cristo” en La Ültima Tentación (1988). Lo que nos anuncia que “el Imperio Gnóstico ataca de nuevo”…
HASTA EL FIN DEL MUNDO
La música popular, que está detrás de algunas de las versiones más populares de Jesús en el cine a partir de los años setenta, hace a Judas también protagonista de muchas canciones de rock. Dylan fue uno de los primeros en preguntarse si “¿Judas Iscariote tenía a Dios de su lado?”, pero una variación particularmente interesante es la del grupo U2 en el tema que lleva el titulo de Hasta el fin del mundo (1991). Aunque aparentemente parece sólo una canción sobre la traición, está claramente inspirada en la traición de Cristo. Bono ha dicho que la escribió después de leer un libro de poemas del irlandés Brendan Kennelly, que había aparecido recientemente. Se llama El Libro de Judas, y es el resultado de ocho años de preguntas:
“¿Era Judas el tipo que cayó por algún diseño sublime, que ni siquiera podía entender?, ¿qué estaba intentando probar? ¿Era un hombre, cuya visión de las cosas estaba siendo ahogado por otra visión, mucho más popular? ¿Puede que no se limite su espíritu al hombre que llevó el nombre de Judas, sino que esté ahora más vivo que nunca, al final de este siglo paupérrimo, engreído, trivializado, analítico, amenazado de bomba, progresivo y obsesionado por el dinero?”. Estas son las preguntas que Bono se hace también en su canción, a la luz de leer de nuevo el Evangelio según Juan, capítulo 18, versículos 2 al 6…
EL OTRO JUDAS
Muchas personas que no conocen
La verdad ha sido ya revelada. Está por lo tanto completa. No hay otro evangelio, ni lo habrá. Por lo que la fe nos ha sido confiada, para que la guardemos y defendamos. Ahora, como entonces, el Evangelio está bajo amenaza. Algunos, conscientemente o no, diluyen su mensaje; otros lo mezclan con ideas propias. Algunos niegan su autenticidad; otros, su poder y eficacia. Por lo que no debemos eludir nuestra responsabilidad como cristianos, de “contender ardientemente” en nuestra generación, por “la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”.
Hay “algunos hombres que se han infiltrado encubiertamente” en
Pero “Aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría, al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.” (24-25)
JOSÉ DE SEGOVIA BARRÓN es pastor de la Iglesia Evangélica del barrio de San Pascual de Madrid y presidente de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, estudió teología en la Universidad de Kampen (Holanda) y la Escuela de Estudios Bíblicos de Welwyn (Inglaterra). Es profesor del Instituto Bíblico y Seminario Teológico de España (IBSTE) en Castelldefels y el Centro Evangélico de Estudios Bíblicos (CEEB) de Barcelona. Autor de libros sobre arte y fe (Entrelíneas, Consejo Evangélico de Madrid, 2003) y Ocultismo (Andamio, 2004).
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