Los dos “Jehová” de Génesis 19:24
Uno de los versículos más reveladores de la Biblia lo encontramos en Génesis 19:24, sobre el final de la historia que concluye con el juicio divino sobre Sodoma y Gomorra:
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos (Gn. 19:24).
El verso es una especie de grand fínale a la narración que le precede, la cual es en sí misma, vívida y llena de valor didáctico respecto a la naturaleza del Dios de la Biblia. Es obvio que en el verso existen dos personas llamadas Jehová.
A los efectos de captar el impacto del texto en toda su fuerza, es necesario retroceder a los eventos que le preceden. Recomendamos, de aquí en adelante, que el lector abra su Biblia en Génesis, capítulo 18, para poder seguir el razonamiento a continuación.
Estando sentado a la puerta de su tienda, Abraham recibe la visita inesperada de tres individuos. Uno de ellos era Jehová en forma humana (Gn. 18:1). Los otros dos eran ángeles. Como tales los identifica el narrador, Moisés, en Génesis 19:1. El texto hebreo indica claramente que los dos ángeles que visitaron a Lot eran los dos “varones” que acompañaban a Jehová (que también es descrito como un varón) durante la visita a Abraham. Génesis 18:22 confirma más allá de toda especulación que los tres varones eran: uno, la aparición humana de Jehová; y los otros dos, ángeles. En Génesis 18:13, uno de los tres varones es finalmente identificado como el Jehová que apareció en el versículo 1. De ahí adelante, este tercer hombre habla en primera persona. Este hombre no puede ser simplemente otro ángel. Ningún ángel puede hablar en primera persona, o sea, usar el Divino YO sin cometer una blasfemia.
La apariencia (forma) de Jehová es de un hombre (Gn. 18:2). Tenemos aquí una persona que es “Dios” y “hombre” al mismo tiempo. La conversación entre Abraham y el hombre llamado Jehová es natural y fluye libre de obstáculos porque ambos están hablando cara a cara. Pero…. ¡no puede ser! ¿Acaso no dice Juan 1:18 que nunca nadie ha visto al Padre? Entonces, el que apareció a Abraham no puede ser el Padre. Tiene que ser otra persona de la Deidad. ¿Jesucristo quizá? Tomando en cuenta un sin número de pasajes que confirman la existencia de una pluralidad en la Deidad en el Antiguo Testamento, la lógica nos lleva a concluir que sí, el Jehová que se apareció a Abraham fue Jesucristo.
Este personaje es el que en Génesis 18:17-20 anuncia que Jehová va a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra. Es este personaje llamado Jehová él también, el que dice que va a descender a Sodoma. Es este personaje el que en Génesis 19:21 habla con Lot y le da a entender claramente que él recibe y contesta oraciones. Sólo Jehová puede hacer eso. Vemos entonces como toda la narrativa nos prepara para la tremenda revelación de Génesis 19:24:
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos.
El verso expresa que hay dos personas llamadas Jehová responsables por la destrucción de ambas ciudades. El texto es cristalino.
Ataques antitrinitarios al texto de Génesis 19:24.
1. El peligro de las versiones bíblicas deshonestas.
Durante un debate que tuvimos contra un modalista, éste trató de usar la Versión Reina Valera 1995 (RV 1995), la cual entrega el versículo de la siguiente manera:
Entonces Jehová hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y sobre Gomorra.
Vemos aquí que esta versión, RV 1995, de cuestionable reputación, elimina la mención del segundo Jehová. Ot
ras versiones con pesado bagaje modernista o liberal también lo hacen. Por ejemplo, la Biblia Dios Habla Hoy, traduce el pasaje:
El Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra.
La Biblia Latinoamericana, una versión de autores o traductores católicos simpatizantes de Marx, lee así:
Entonces Yahvé hizo llover del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre ardiendo que venía de Yahvé.
Tristemente, la Nueva Versión Internacional (NVI) también cae en el mismo error:
Entonces el Señor hizo que cayera del cielo una lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra.
Felizmente, las mejores versiones mantienen la traducción en forma correcta mostrando que el verso menciona a dos personas llamadas Jehová. Curiosamente, los Testigos de Jehová en su Traducción del Nuevo Mundo, la versión bíblica más distorsionada en existencia, mencionan dos veces a Jehová pero con la salvedad de que usan deshonestamente las comas para no quedar en evidencia de que existen dos Jehová, lo cual destruiría toda su teología. Ellos traducen el verso así:
Entonces Jehová hizo llover azufre y fuego desde Jehová, desde los cielos, sobre Sodoma y sobre Gomorra.
Observe el lector el uso arbitrario de las comas, las cuales comunican la idea de que se trata de una repetición de la expresión anterior, o sea, que “desde Jehová” es otra forma de decir “desde los cielos.” Es evidente la mala intención para proteger sus postulados teológicos. Pero el punto que quiero destacar es que no tuvieron más remedio que dejar en el texto la doble mención de Jehová, y esto se debe a que la evidencia de los manuscritos hebreos no deja lugar a duda de la repetición. La estructura gramatical del versículo no concede oportunidad para la traducción arbitraria de la Reina Valera 1995. Esto a su vez, muestra que las versiones que citamos anteriormente están en el error y que ese error no es involuntario, sino que es parte de una agenda. Si los Testigos de Jehová, los peores enemigos de la Trinidad, no eliminan las dos menciones del nombre sagrado, ¿por qué lo hacen las versiones citadas? Sólo podemos concluir que las versiones han sido influenciadas por el modernismo teológico.
2. ¿Enfasis poético?
La repetición del nombre Jehová tampoco es un énfasis poético ni una repetición común en la literatura judía, como el mismo modalista que debatió con nosotros trató de argumentar cuando se le derrumbó la credibilidad de la RV 1995. La repetición, por el contrario, no sólo es coherente con el contexto (como ya demostramos) sino que constituye una pieza imprescindible del relato. Por ende, el argumento de que la mención del segundo Jehová es de naturaleza enfática es invalidado por las siguientes razones:
1) Moisés contrasta la tierra con el cielo. Nadie puede negar que ambos se yuxtaponen. Es obvio que los dos Jehová son parte del contraste. Así como los cielos no pueden interpretarse como una repetición de la tierra, tampoco el segundo Jehová puede ser interpretado como una repetición del primero.
2) No hay ningún ejemplo en el Pentateuco donde Moisés use la repetición como recurso para enfatizar una narración. Eso no fue parte de su estilo literario.
3. La repetición es una referencia a la omnipresencia de Jehová
Tengo que admitir que los antitrinitarios nunca dejan de sorprendernos. Esta es la explicación del pasaje más absurda que hemos escuchado. Partiendo de ella, hasta podríamos crear una nueva categoría de falacia, la falacia de la respuesta desesperada. Lo digo porque luego que las dos anteriores argumentaciones se desmoronaron, ésta fue la explicación a la que recurrió nuestro amigo unicitario.
Nunca nadie, en miles de años de historia salió con este disparate para explicar la repetición de Génesis 19:24.
¿Acaso algún comentarista serio ha usado durante la historia este pasaje para enseñar la omnisciencia de Dios? ¡Claro que no! Además, ¿qué necesidad tuvo Moisés de repetir el nombre Jehová? ¿Procuró enseñar en sus devocionales sobre la omnipresencia de Jehová, valga el sarcasmo? ¿Qué necesidad tuvo Moisés de acotar: “de parte de Jehová”? Ya se sabe que el fuego y azufre lo envía Jehová.
Es evidente que en su desesperación, los unicitarios están dispuestos a arremeter contra la coherencia e integridad de la Escritura, así como contra el flujo natural de la lectura, al punto de tratar de convertir la Palabra de Dios en algo sin sentido.
La evidencia histórica.
La evidencia histórica también constituye una derrota para los enemigos de la Trinidad. Unánimemente, los Padres de la Iglesia reconocieron que el Jehová Génesis 18 y 19 es Jesucristo en forma humana:
Justino Mártir (150 DC) – “…uno de los tres [que aparecieron a Abraham]… es ambos Dios y Señor, y ministra a El, quien está en los cielos, es Señor de los dos ángeles…. Y El es el Señor que recibió la comisión de parte del Señor que está en los cielos, i.e., el Creador de todas las cosas, de infligir sobre Sodoma y Gomorra lo que la Escritura describe en estos términos: ‘El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte del Señor desde los cielos.’” (Diálogo de Justino Mártir con Trifo, un judío, Capítulo LVI).
Ireneo (180 DC) – “Y otra vez, en referencia a la destrucción de los sodomitas, la Escritura dice, ‘Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte del Señor desde los cielos.’ Aquí se señala que el Hijo, que también había estado hablando con Abraham, hubo recibido poder para juzgar a los sodomitas por su maldad” (Ireneo, Libro 3, Cap. 6).
Tertuliano (200 DC) – “Un testimonio mucho más antiguo [de la Deidad de Cristo] lo tenemos en Génesis: ‘Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte del Señor desde los cielos’” (Tertuliano, Contra Praxeas, Capítulo XIII).
Ignacio (250 AD) – “Porque Moisés, el fiel siervo del Señor, cuando dijo, ‘Jehová nuestro Dios, Jehová uno es’, proclamó que había un solo Dios, pero sin embargo confesó también a nuestro Señor [Jesús] cuando dijo: ‘El Señor [Jesús] hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte del Señor’” (La Epístola de Ignacio a la iglesia de Antioquia, Cap. II. — La Verdadera doctrina respecto a Dios y la Trinidad).
El Tárgum de Jerusalén, comentando en Génesis 19:24 expresa: “Y la Palabra del Señor hizo descender sobre la gente de Sodoma y Gomorra fuego y azufre del Señor desde el cielo” (Jonathon ben Uziel, Targum de Jerusalén). La Palabra del Señor es uno de los títulos de Jehová en la tradición judía.
A su vez, el padre de la Reforma, Martín Lutero, expresa en su comentario de Génesis: “Notemos el hecho de que Moisés dice que el Señor (Jehová) hizo llover fuego y azufre desde el Señor (Jehová). Esto infuria a los judíos que en vano tratan de explicarlo. Pero Moisés menciona doblemente a Jehová para mostrar que hay un solo Dios, pero que en este único Dios existen tres distintas personas.”
Conclusión
El contexto, la evidencia textual, el lenguaje, la estructura gramatical y la evidencia histórica han emitido su veredicto hace ya mucho tiempo. El Jehová que habló con Abraham, y luego con Lot, fue Jesucristo en forma humana. Fue una aparición física pre-encarnación de la segunda Persona de la Trinidad. Teniendo en cuenta que ningún trinitario pretende demostrar la Trinidad basado en un solo versículo, sino en la evidencia acumulativa del testimonio de la Escritura, es bueno recordar que Génesis 19:24 debe ser presentado junto con otros pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, que una vez armonizados, son conclusivos respecto a la pluralidad de personas en la unidad de la Deidad. Pero podemos estar seguros de que Génesis 19:24, a la luz del contexto que le precede, es uno de los textos que más ha irritado a los antitrinitarios hasta el presente, y eso es bueno. <>
Nota:
El autor desea dejar constancia de que en la preparación del artículo, la siguiente obra fue de valiosa ayuda: The Trinity: Evidences and Issues, Robert Morey, World Publishing, Grand Rapids, 1996
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