Confucionismo – Dios Mio Jesus

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Confucionismo

Confucio (551 a.C. – 479 a.C.) fue un reconocido pensador chino cuya doctrina recibe el nombre de confucionismo. Nació unos 500 años antes de Cristo y murió a 71 o 72 años de edad. Está sepultado en el cementario Kong Lin en Qufu. El nombre habitual de Confucio en chino mandarín es Kǒngzǐ, literalmente «Maestro Kong», aunque muchas veces se escribe «Kung Fu Tse». ⁽¹⁾

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A los 50 años empezó sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a otro instruyendo a los contados discípulos que se reunían en torno a él. Su fama como hombre de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres tradicionales, pronto se propagó por el principado de Lu, y luego a toda China. ⁽²⁾

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El Confucionismo es conocido como una religión moral. Su enfoque abarca dos cosas que son la piedad filial y el culto ancestral, o sea la veneración y reverencia de los ancianos por los jóvenes. ⁽³⁾

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Los Principios Primarios de Confucionismo son:

Jen: – la regla de oro
Chun-tai – la caballerosidad de virtud
Cheng-ming – el juego de roles en la sociedad
Te – el poder de la virtud
Li – normas ideales de conducta
Wen – los artes pácificos (música, poesía, etc. ). ⁽⁴⁾

La doctrina confuciana era lo siguiente:

Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.
Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a Aquel que es el Primer Dominador.
Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.
En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del «Justo Medio».
Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.
Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).
Tener por objeto final la paz universal y la armonía general. ⁽⁵⁾

Confucio dijo cosas similares a la Biblia

Confucio, Las Analectas Libro XV, Cap. XXIII.

Tsze-hung pregunta, ” ¿hay una palabra que puede servir como una norma para toda la vida?” El maestro Confucio dijo, “no es una palabra como reciprocidad? Lo que no quieres que te hagan a ti mismo, no se lo hagas a los demás.”⁽⁶⁾

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Biblia:

Lucas 6:31, “”Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”
Mateo 7:12, “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.” ⁽⁷⁾

Libros supuestamente escritos por Confucio (Libro de las Odas, libros de Ritual, Anales de la primavera y el otoño) fueron en realidad sólo editados por él. Confucio no escribió obras propias. Incluso las Analectas de Confucio fueron escritas por un discípulo o discípulos, que escribieron una colección de los dichos del Maestro que empezó con el, la ya famosa, frase “Confucio escribió ….”⁽⁸⁾

A continuación, Jesús enfatizó la creencia en cosas espirituales como “El Padre que está en el cielo”mientras Confucio no dio importancia al mundo espiritual sino dio importancia a la relaciones materiales y carnales.

Conclusión

A pesar de que Confucio dijo cosas similares a la las Escrituras, él no mencionó el pecado. La Biblia claramente habla del pecado y enseña que hemos nacido en él (Sal. 51:5). La Biblia enseña que el hombre es un pecador por naturaleza desde el nacimiento (Jeremías 17:9 ) y es incapaz de hacer lo suficiente para hacer buenas obras para ser como Dios, santo y justo. Todos hemos pecado (Rom. 3:23) y el castigo es la muerte eterna (Rom. 6:23). El hombre se encuentra es en necesidad desesperada de un Salvador. Dios ha provisto un Salvador en Su Hijo, Jesucristo, que murió en la cruz para pagar el castigo de nuestros pecados y nos hace aceptables a Dios (Heb. 9:22). El pagó el precio por nuestros pecados: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21 ). Por creer en Él y recibir su don (Juan 14:16) somos declarados justos (Rom. 3:28; 5:1-3; 8:1). Ya no seguimos pecando (1 Juan 5:10-12).

Confucio dijo: “En cuanto a ser un Sabio divino o incluso un buen hombre, lejos esté de mi para hacer cualquier reclamación.” ⁽⁹⁾ Si Confucio negó que él era divino o incluso un buen hombre, Jesús afirmó que él era divino y moralmente perfecto. (Juan 8:58). ⁽¹⁰⁾

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Fuentes: