El problema
Hay quien dice que la noción tradicional de que Jesús fue juzgado y crucificado un viernes se basa en la declaración de Marcos 15:42, “Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado, José de Arimatea … pidió el cuerpo de Jesús.” Consideran esta noción errónea, y arraigada en la ignorancia de que el primer día luego de la Pascua es un día festivo, o Sábado solemne, porque en él comienza la fiesta de los ázimos o panes sin levadura, que era un Sábado sin importar qué día de la semana cayese (David R. Reagan, Daniel’s 70 Weeks Of Years. Lamb and Lion Ministries, http://www.lamblion.com/Web04-23.html.
Un problema relacionado, que sin embargo no trataré en detalle, es el tiempo que Jesús pasó en la tumba. Según la noción tradicional, Jesús habría permanecido en la tumba parte del viernes, todo el sábado y parte del domingo, es decir, menos de tres días completos. Según la noción revisada, Jesús habría estado sepultado desde el jueves hasta el domingo, o sea tres días completos. Mateo 12: 39-40 dice: “El respondió y les dijo:
– La generación mala y adúltera demanda señal, pero señal no les será dada, sino la señal del profeta Jonás. Como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
A primera vista esta profecía de Jesús parecería exigir tres días completos o 72 horas. Sin embargo, la expresión “días y noches” es una forma hebrea de referirse a un día, que puede comprender solamente parte de él. Así, por ejemplo, en Ester 4:16 se nos dice que los hebreos ayunaron tres días y tres noches antes de que Ester compareciese ante Asuero, y sin embargo en 5:1 se relata que ella se presentó en “el tercer día”.
Por lo demás, los mismos datos de los Evangelios son consistentes con la noción de que la expresión “tres días y tres noches” puede significar menos de 72 horas. De hecho, los anuncios de Jesús acerca de Su resurrección “al tercer día” en realidad exigen entender así la expresión (Mateo 16:21; 17: 23; 20:19; ver 27:64; Marcos 9: 31; 10: 34; Lucas 9: 22; 18: 33; 24:33 , cf. 24:7, 21). Por tanto, los anuncios de la resurrección no están en contradicción entre sí, ni permiten decidirse por la cronología tradicional o la revisada de la última semana.
En el cuadro que aparece en la última página para referencia rápida, se compara la cronología tradicional con la propuesta alternativa.
El año civil y el año religioso
En tiempos de Jesús, los judíos empleaban dos calendarios: el civil que era solar y comenzaba en Octubre o Noviembre con la fiesta de Rosh Ha-shana, y el religioso, que era lunar y comenzaba con el mes de Nisan (marzo o abril). Un mes lunar es apenas más largo que 29 días, de modo que en el calendario lunar había meses de 29 y de 30 días. Si se caía en la cuenta de que la Pascua habría de caer antes del equinoccio de primavera (21 de marzo según el calendario actual), se añadía entre el último mes del año religioso y el mes de Nisan un mes intercalado o embolísmico, que se llamaba Ve-Adar. Según Números 28, la Pascua se celebraba el 14 de Nisan, y era inmediatamente seguida por la fiesta de los ázimos (15 al 21 de Nisan). Como los días de la semana se determinaban según el año solar civil, la Pascua podía caer en cualquier día de la semana, ya que su momento se determinaba según el calendario religioso (lunar) que estaba desfasado con el solar.
Existe evidencia de que algunas sectas judías empleaban un calendario perpetuo según el cual las fiestas siempre caían en el mismo día de la semana, pero no está en absoluto claro si Jesús o los primitivos cristianos seguirían esta disposición sectaria. Esta hipótesis carece, por tanto, de fundamento firme; véase la discusión al respecto en la International Standard Bible Encyclopedia 3: 953-954, artículo “Preparation, Day of”.
El “día de la preparación”
Con respecto a la expresión griega “hëmera paraskeuës” o “día de la preparación”, el erudito bíblico Gleason L. Archer (1982, p. 375-376) señala: “Primero, la palabra paraskeuës ya se había tornado, en el primer siglo de la Era Cristiana, en un término técnico para designar al viernes, ya que el viernes era el día de la preparación para el Sábado. En griego moderno, paraskeuë significa “viernes”.
Segundo, la expresión griega tou pasja (literalmente “de la Pascua” se toma como equivalente de la semana de la Pascua.” De modo que, en primera instancia, parecería que el juicio y la crucifixión del Señor ocurrieron un viernes. Quienes sostienen que hay un error en la interpretación tradicional señalan como evidencia que Marcos 16:1 dice que un grupo de mujeres compraron especias para ungir el cuerpo de Jesús luego de que hubo concluído el Sábado, pero que Lucas 23:56 dice que compraron las especias antes del Sábado, y luego descansaron durante éste antes de ir a la tumba.
Los textos bíblicos
El argumento recién mencionado requiere alguna elaboración. Pero antes de ello, transcribiré los textos relevantes:
Mateo 26: 1-2. “Cuando acabó Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: «Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y que el Hijo del hombre será entregado para ser crucificado».”
Mateo 26:17. “El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciéndole: – ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la Pascua?”
Mateo 27: 62-64. “Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato y le dijeron: – Señor, nos acordamos que aquel mentiroso, estando en vida, dijo: «Después de tres días resucitaré». Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos de noche, lo hurten y digan al pueblo: « Resucitó de entre los muertos». Y será el último engaño peor que el primero.”
Marcos 14:1-2. “Dos días después era la Pascua y la fiesta de los Panes sin levadura. Los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderlo con engaño y matarlo. Y decían: «No durante la Fiesta, para que no se alborote el pueblo».”
Marcos 14:12. “El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, sus discípulos le preguntaron: – ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la Pascua?” (ver también v. 14,16).
Marcos 15: 42-43. “Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado, José de Arimatea, … vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.”
Lucas 22: 1,7-8. “Estaba cerca la fiesta de los Panes sin levadura, que se llama la Pascua … Llegó el día de los Panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la Pascua. Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: – Id, preparadnos la Pascua para que la comamos.”
Lucas 23: 53-54. “Bajándolo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie. Era el día de la preparación y estaba para comenzar el sábado.”
Juan 13: 1-2. “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasara de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban …”
Juan 18:28. “Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y así poder comer la Pascua.”
Juan 19: 14. “Era la preparación de la Pascua y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: – ¡Aquí tenéis a vuestro Rey! “
Juan 19: 31. “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedaran en la cruz el sábado (pues aquel sábado era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados de allí.”
Juan 19: 42. “Allí, pues, por causa de la preparación de la Pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.”
Costumbres y nomenclatura en la época de Jesús
En realidad, según el Antiguo Testamento, los corderos debían sacrificarse el día anterior al primer día de la fiesta de los Panes ázimos; véase el libro de Roland de Vaux (p. 610-620) para la historia antigua de estas celebraciones. Sin embargo, como ya señalé, en el tiempo de Jesús, el 14 de Nisan se acostumbraba sacar por la mañana la levadura de las casas para ser quemada, y en la tarde se sacrificaban los corderos pascuales que cada familia reservaba el 10 de Nisan. Esta costumbre es referida por Marcos 14:12 y Lucas 22:7 (ver arriba). La cena pascual se celebraba después de la puesta del sol, lo que en la práctica significaba luego de la aparición de las primeras tres estrellas en el cielo.
Entre los judíos se hizo la práctica común designar tanto esta celebración pascual como la fiesta de los Panes ázimos que la seguía bajo el término común de “panes sin levadura” o indistintamente “Pascua”, como si fuesen una sola celebración continua . Esto es atestiguado por el historiador judío Flavio Josefo ( Antigüedades de los Judíos 14,2:1 y 17,9:3). Mateo, que probablemente se dirigía primariamente a cristianos judíos, parece dar por sentado que sus lectores conocían esta práctica al llamarla el primer día de los panes sin levadura, lo cual sería un sinsentido de no ser por la costumbre señalada, pues en tal caso ya habría pasado el tiempo de la Pascua (Mateo 26: 2, 17).
Por otra parte, tanto Marcos como Lucas, que al parecer se dirigían a cristianos procedentes de la gentilidad (no judíos) establecen la distinción entre ambas celebraciones (Marcos 14:1,12: Lucas 22:7). Ambos dejan muy claro que la cena se celebraba en el mismo día –según el modo actual de contarlos, de 0 am a 12 pm- en que se sacrificaban los corderos. Mateo también establece el 14 de Nisán en 26:17, es decir, el día en que se acostumbraba sacar la levadura de las casas. Aquí hay un defecto de traducción en la versión Reina-Valera –hasta en su revisión de 1995- ya que dice: “El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura”.
En el texto griego se lee: prötei tön azumön, “el primero de los ázimos”. Aquí la palabra “día” está sobreentendida y es correcto añadirla: “el primer día de los ázimos”. Sin embargo, la palabra “fiesta” es una adición injustificada que cambia el sentido: cuando se habla de la “fiesta”, como en Juan 13: 1, no se incluía la cena pascual. Si bien Juan llama al día del juicio de Jesús “la preparación para la Pascua”, esto debe entenderse, como lo deja muy claro la Nueva Versión Internacional (en inglés), como “el día de la preparación de la semana de la Pascua”. Esto no sólo es indicado por el uso conocido, ni es un recurso para hacer encajar a Juan en el esquema de los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), sino que se demuestra claramente por lo que Juan dice en 18:28.
En el día del juicio de Jesús los judíos rehusaron entrar en el pretorio o corte de Pilato, ámbito gentil, para evitar contaminarse y así poder “comer la Pascua”. Ahora bien, la comida a la que aquí se hace referencia debe haber sido la de las ofrendas de la fiesta de los Panes ázimos (ver Deuteronomio 16: 2-3). La razón es que, si el día del juicio de Jesús hubiese sido el 14 de Nisan, contaminarse por entrar en el pretorio no les hubiese impedido a los judíos comer la cena pascual, toda vez que esta cena se celebraba tras la caída del sol, cuando la contaminación ritual ya había concluido (Levítico 22:7).
¿Cuándo ocurrió la crucifixión?
La Pascua debía teóricamente caer en la noche de luna llena del décimocuarto día luego del comienzo de la fase creciente. Sin embargo, esto no era necesariamente preciso desde el punto de vista astronómico, ya que el comienzo de la fase de la luna era determinado según decreto de un tribunal o Beth Din, sobre la base del testimonio de tres personas. Esto puede haber causado a menudo un retardo de 24 horas (ya que los meses lunares no podían durar menos de 29, ni más de 30 días) entre el comienzo real y el comienzo declarado del nuevo mes lunar.
Según el esquema propuesto por Reagan, en el año 31 la Pascua cayó en un miércoles. Jesús fue crucificado en la misma mañana, agonizaba mientras se estaban sacrificando los corderos pascuales, y fue enterrado el mismo día hacia el atardecer. El siguiente día, un jueves, era un Sábado solemne. El viernes, después del Sábado solemne, las mujeres habrían comprado las especias, y luego descansaron durante el sábado normal (semanal) antes de ir a la tumba en la mañana del domingo.
Ahora bien, en realidad se desconoce el año preciso de la crucifixión, aunque se sabe que debe de haber sido entre el año 30 y el 34 (aquí debe recordarse que Jesús nació entre el año 4 y 7 a.C., antes de la muerte de Herodes; la fecha tradicional de nacimiento se fijó erróneamente en la Edad Media). Por las fechas involucradas, los años 32 y 34 pueden descartarse, quedando como posibles candidatos los años 30, 31 y 33. Teniendo en cuenta que la Pascua debía necesariamente caer después del equinoccio de primavera, y la incertidumbre en la determinación de la luna nueva, Joachim Jeremias ( p. 38-39) muestra que, según cálculos astronómicos los días correspondientes para los años 30, 31 y 33 fueron como sigue.
30 d.C.: 14 y 15 de Nisan 14 corresponderían al viernes 7 y al sábado 8 de abril (menos probablemente al jueves 6 y al viernes 7 de abril).
31 d.C.; 14 y 15 de Nisan 14 corresponderían o bien al miércoles 25 y al jueves 26 de abril, o alternativamente al jueves 26 y al viernes 27 de abril.
33 d.C.: 14 y 15 de Nisan 14 corresponderían o bien al viernes 3 y al sábado 4 de abril, o alternativamente al sábado 4 y al domingo 5 de abril.
Los datos anteriores implican además que no es en absoluto seguro que el 14 de Nisan haya caído en miércoles en el año 31, aunque exista la posibilidad. Sin embargo, si este fue el día de la crufixión, ello significa que la Última Cena tuvo lugar en el día previo al de la cena pascual o sea, según el reconocimiento hebreo de los días desde un atardecer hasta el siguiente, al comienzo del 14 de Nisan; pero los Evangelios (Mateo 26:17 y paralelos) dicen explícitamente lo contrario. Esta es una importante dificultad de esta hipótesis ya que, como Jeremias y otros han demostrado, la Última Cena fue de hecho una comida Pascual.
¿Uno o dos Sábados en la última semana?
Otra importante dificultad es que la hipótesis revisada presupone dos Sábados, según el siguiente detalle:
La Última Cena el martes en la noche (comienzo del 14 de Nisan)
El juicio, la crucifixión y el entierro el miércoles antes del atardecer (14 de Nisan)
Un sábado solemne el jueves (15 de Nisan)
Un día de preparación el viernes (16 de Nisan)
Reposo durante el Sábado semanal (17 de Nisan)
La resurrección el domingo (18 de Nisan)
Fuera de la observación de que la Pascua podía caer en cualquier día de la semana -un hecho seguramente conocido por estudiosos favorables a la cronología tradicional de la talla de Archer y Jeremias- el principal argumento a favor de dos sábados parece ser éste: “Los Evangelios dejan claro que la semana de la crucifixión tuvo dos Sábados. Marcos 16:1 dice que un grupo de mujeres compró especias para ungir el cuerpo de Jesús después de terminado el Sábado. Pero en Lucas 23:56 se dice que compraron las especias antes del Sábado y luego descansaron en el Sábado antes de ir a la tumba.” (Reagan, obra citada).
Ahora bien, estas declaraciones son inexactas. Primero examinemos los textos griegos con una traducción literal:
Marcos dice, Kai diagenomenou tou sabbatou, Maria he magdalënë kai Maria he tou Iakobou kai Salömë ëgorasan arömata ina elthousai aleipsösin auton. Kai lian proi tes mias sabbatön erchontai epi ton mnëmeion…
“Y transcurriendo el sábado, María la Magdalena y María la [madre de] Jacobo, y Salomé compraron especias [de modo] que viniendo pudiesen ungirlo. Y muy temprano en el primer [día] de la semana vinieron a la tumba…”
Lucas dice, de ëtoimasan arömata kai mura. Kai to men sabbaton ësichasan kata tën entolën. Të de mia tön sabbaton … ëlthon epi to mnema
“y prepararon especias y ungüento. Y el sábado, descansaron según el mandamiento. Pero en el primer [día] de la semana … vinieron a la tumba.”
Dos cosas son dignas de atención aquí. En primer lugar, ni Marcos ni Lucas mencionan dos Sábados. Cada autor se refiere a un solo Sábado. Marcos dice que las mujeres compraron especias ( arömata) pero Lucas no dice tal cosa; simplemente relata que las mujeres “prepararon” (ëtoimasan) especias y ungüento. Como lo ha señalado Walter W. Wessel, el relato de Marcos sugiere que ellas compraron las especies tan pronto como concluyó el Sábado, es decir después de las 6 de la tarde. Es posible que las hayan comprado para agregarlas a las ya preparadas –que menciona Lucas- si les pareció que estas últimas no serían suficientes (Mark, en Expositor’s Bible Commentary ; 8:786).
En segundo lugar, la hipótesis de dos Sábados da por sentado que el grupo de mujeres que prepararon las especias según Lucas era exactamente el mismo que compró las especias según Marcos. Esta es una suposición que carece de fundamento sólido. Debe recordarse que había muchas mujeres que seguían a Jesús (Lucas 8:3). Marcos menciona a María Magdalena, María la madre de Jacobo y a Salomé, mientras que Lucas no nos dice sus nombres en este texto (Lucas 23:56), que simplemente habla de “las mujeres”.
Pero más tarde (24:10) Lucas menciona a las mismas Marías, a Juana –muy probablemente la mujer de Cuza, el mayordomo de Herodes Antipas- y “el resto de las mujeres [que estaban con] ellas” (kai ai loipai sun autais) . El plural indica que había otras aparte de Salomé, y Marcos no menciona a Juana. De modo que es perfectamente posible que las “mujeres” anónimas de Lucas preparasen especias y ungüento en la tarde del viernes y que las Marías y Salomé comprasen más por su cuenta después de concluido el sábado, antes de que todas se reuniesen para dirigirse a la tumba de Jesús.
Por tanto, es imposible demostrar que los Evangelios refieran explícita o implícitamente a dos Sábados. Un argumento corroborativo en contra de esta hipótesis es el hecho de que en el clima palestino los cadáveres se descomponían rápidamente. ¿Por qué las mujeres habrían de esperar desde la tarde del miércoles hasta la mañana del domingo para ungir el cuerpo de Jesús, cuando podrían haber realizado esta urgente tarea el viernes, de ser cierta la hipótesis de los dos sábados?
Conclusión
Considerando todos los hechos y los datos bíblicos, creo que un estudio cuidadoso demuestra que no hay contradicción entre la cronología de los Sinópticos y la de Juan. En consecuencia, reafirmo la doctrina tradicional según la cual Jesús celebró la Última Cena como una comida pascual el jueves en la noche, fue juzgado, crucificado y muerto durante el viernes, y resucitó al tercer día, el domingo. Como lo expresa Gleason L. Archer Jr., “De este modo, resulta que ha habido un sencillo malentendido de la frase paraskeuë tou pasja [preparación para la Pascua] … Las varias explicaciones ingeniosas ofrecidas por otros, como que Cristo celebró Su Pascua personal una noche antes, sabiendo que sería crucificado antes del atardecer del 14; o que Cristo y Su movimiento se adherían a un calendario diferente, que reconocía el 14 un día antes que el calendario del sacerdocio oficial de Jerusalén; o que Él seguía el calendario revisado que observaban los esenios de Qumran – todas estas teorías son bastante improbables y por completo innecesarias. No hay contradicción alguna entre Juan y los Sinópticos con respecto al día en que murió Jesús- fue un viernes.” (p. 376).
Bibliografía
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2. Bromiley, Geoffrey W. (Dir.). International Standard Bible Encyclopedia , 2nd Ed. Grand Rapids: W. B. Eerdmans, 1979-1988 [4 vol.].
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4. Gaebelein, Frank E. (Dir.). Expositor’s Bible Commentary ; Grand Rapids: Zondervan, 1975-1992 [12 vol.].
5. Geisler, Norman; Howe, Thomas. When critics ask. A popular handbook on Bible difficulties. Wheaton: Victor Books, 1992.
6. Henry, Matthew. Commentary on the whole Bible . Peabody: Hendrickson, 1991 [edición completa en un volumen].
7. Jeremias, Joachim. La última cena: Palabras de Jesús. Madrid: Cristiandad, 1980 (especialmente p. 13-88).
8. León-Dufour, Xavier . Los Evangelios y la historia de Jesús. Madrid: Cristiandad, 1982. (especialmente 349-358).
9. Saravi, Fernando D. La profecia de las setenta semanas: Otro punto de vista. Terrassa: CLIE, 1992.
10. Saravi, Fernando D. La esperanza de Israel: El pueblo judio y su Mesias. Terrassa: CLIE, 1994.
11. Vaux, Roland de. Instituciones del Antiguo Testamento. Barcelona, Herder, 1985.
Las citas bíblicas que no son traducciones literales provienen de la Versión Reina- Valera, revisión de 1995.
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Compartido por Pablo Santomauro que conoce a Dr. Fernando Yaraví. Pablo Santomauro fue subdirector de CIR. “Apología Cristiana”, CIR, P.O.Box 846, Montebello, Cal. 90640-EE.UU. URL de CIR: (en español). El Centro de Investigaciones Religiosas (CIR) es una organización interdenominacional especializada en la apologética de sectas. Es pastor ordenado, autor profuso de artículos relacionados con la disciplina de la apologética cristiana y conferencista especializado en sectas y religiones comparada. También se encuentra en http://www.calvarychapelamistad.org.