Como discípulo de Jesucristo e impulsado por su amor, me comprometo a obedecer la gran comisión por la gracia divina de Dios para su gloria.
- Acepto la prioridad de Pablo para asegurar que el evangelio sea proclamado donde Cristo todavía no ha sido nombrado. (Romanos 15:20)
- Como testigo de Cristo, irá a otra cultura u otro país; o me quedará en lo mío propio según la dirección del Señor.
- Me informaré sobre las necesidades espirituales existentes a mi alrededor y el mundo entero; alzaré mis ojos para mirar los campos que están blancos para la siega. (Jn. 4:35)
- Compartiré mi visión y compromiso con las misiones mundiales en mi iglesia y con mis amigos; buscaré que ellos se unan en este compromiso y tarea.
- Oraré “al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” (Mt. 9:38): también, lo haré por los misioneros que están trabajando y por los pueblos aún no alcanzados.
- Participaré con todo lo que esté a mi alcance, según los dones que Dios me ha dado, en el movimiento misionero iberoamericano.