1ª Corintios 6:12; 10:31-33; Colosenses 1:17
¡La televisión, la primera maestra, y en algunos casos la primera mamá!
Pido disculpas a las madres y docentes por esta afirmación, pero la batalla que estas dos “luchadoras” libran contra la primacía de la “caja mágica”, muchas veces está perdida.
En otro tiempo se decía que: “La maestra es la segunda madre” y por ende, “la madre la primer maestra”, pero vemos que por el lugar que las madres dan a la televisión desde los primeros años de sus hijos, poniéndolos delante para que se entretengan y por la influencia que la televisión tiene en la conducta de ellos durante la niñez y la adolescencia, podemos decir que La TV les gana a ambas en influencia, aprendizaje y “obediencia”. La televisión no puede ser un recurso fácil para desentenderse de los hijos, para que nos dejen un rato tranquilos, no es la niñera que mantiene quietos a los niños.
La televisión enseña, educa, informa y forma, no lo podemos negar; todo depende de la actitud de padres e hijos ante ella. Pero, ¿qué aprenden? La televisión es como una moneda, tiene “cara y seca” (¡más seca que resulta cara..!), pero hay que aprender y enseñar a usar la televisión. Nunca se debe utilizar la televisión como método disciplinario o como premio o castigo.
¿Televisión y progreso?
La televisión, al igual que la radio, el microondas, el teléfono o las computadoras, forma parte de nuestra vida cotidiana y de nuestros hogares, y es además un elemento fundamental de la cultura de nuestro tiempo; puede ser un medio de aprendizaje, fuente de educación y conocimientos.
Nuestros niños nacieron en un tiempo que la TV lo domina todo. Convive de forma natural con ella, comparte con sus amigos y familiares los contenidos de la televisión, y lo que ve en ella interviene en su desarrollo como persona. La televisión debería tener su lugar limitado en la vida de un niño como cualquier otra actividad de ocio (como jugar, practicar deportes, salir a pasear, leer o escuchar música).
Sin embargo, hoy día los niños ven demasiada televisión; y esto conlleva dos problemas principales: el tiempo que pasan delante del televisor y la programación en sí misma, lo que ven.
Tiempo frente a la televisión
Los niños dedican mucho tiempo a ver la televisión, siendo su principal actividad además de dormir. El promedio es de 22-25 horas semanales de TV, pero hay casas donde se ve una media de 6 horas diarias de televisión. En estos hogares suele haber pocos libros, poca buena música, la familia no pasea, ni va a los museos; tampoco se comunican fácilmente entre sí. Ver mucha televisión produce fatiga y tensión nerviosa en el niño; a veces trastornos del sueño (insomnio –también en los adultos- y pesadillas).
Dedicar mucho tiempo a la televisión supone dejar de hacer otras muchas cosas divertidas; hay que animar a los niños a hacer otras actividades, juegos y deportes, salir con los amigos. Para ello, los padres deben estar dispuestos a compartir más tiempo con sus hijos. También esta debe ser una preocupación de la iglesia y no destinar solo una hora a la semana para ellos en su nutrido programa semanal si no queremos sorprendernos con su deserción ya en la preadolescencia.
Otra costumbre a desterrar es la de tener encendido el televisor con el fin de tener “voces de compañía”.
¿Comemos o vemos televisión?
Es para mí el principal punto práctico de este diálogo. No se debe almorzar o cenar con la televisión encendida. No existe otro momento a mi entender (si usted conoce otro hágamelo saber para retransmitirlo) en que “podamos estar sentados, toda la familia” unos frente a otros y hablar de los más variados temas de la vida cotidiana, sea hogar, escuela, trabajo, iglesia, etc.”
Nos sorprenderíamos, de usar esta disciplina, de las “cosas que nos enteraríamos de la vida de nuestros hijos”, ya sea su forma de pensar frente a distintas circunstancias o experiencias que ellos han pasado fuera del hogar.
Es en la mesa familiar donde descubrimos las verdaderas emociones que manifestamos en nuestras relaciones interpersonales. ¿Será que tememos a esto y por eso encendemos el televisor como un escapismo?
¿Quién maneja el control-remoto?
La elección de los programas está en relación con la edad del niño. A los niños mayores hay que estimularlos a que ellos mismos elijan sus programas; pero los padres deben conocer los contenidos de los programas que ven sus hijos y, siempre que sea posible, ver la televisión con ellos.
- Cuando un niño ve televisión puede tener dificultades para diferenciar bien la realidad de la ficción y hay que aclarar bien estas situaciones.
- Además, hay mucha violencia en televisión, mezclada con historias de héroes, buenos y malos, que estimula conductas agresivas en niños y adolescentes. Hay que evitar programas saturados de violencia y agresividad.
- En televisión, las escenas se suceden de forma muy rápida, no hay tiempo para pensar. Los niños reciben una gran cantidad de información en muy poco tiempo; pero se limitan a escuchar de forma pasiva, sin participar ni discutir. Esta actitud la trasladan a otras situaciones como la lectura y el estudio, no piensan, no desarrollan su imaginación. Por ello, fomentar la lectura y escritura le permitirá conseguir una mayor riqueza expresiva, aprender a razonar y pensar. La lectura es un proceso activo, que crea inquietudes.
- La televisión tiene un enorme poder para crear estados de opinión, sobre muy diferentes temas de la vida cotidiana, educativos y culturales; siendo muy importante que los padres conozcan los contenidos de los programas que ven sus hijos y tratarlos con actitud crítica y dialogante.
- La publicidad en televisión tiene un gran impacto en los niños, muchas veces con información errónea o engañosa; y se centra en dos aspectos que conllevan hábitos de consumo negativos:
o Impulsa a desear juguetes, que no siempre hacen lo que se ve en TV, y no son los más adecuados para ellos, ni por precio ni utilidad; enseñando a consumir por consumir. Sin hablar de la ropa de moda.
o Insta a consumir alimentos, en general poco saludables para los niños, que predisponen a la obesidad y sus enfermedades conexas junto con malos hábitos alimentarios.
Televisión y violencia
Para asegurar el consumo de TV, los canales suelen abusar de los instintos básicos: sexo y violencia. Producto preferido de los adultos.
La Academia Americana de Pediatría ha aceptado la existencia de u
na relación directa entre la presencia de violencia en la TV y la conducta agresiva de algunos niños en sus hogares y escuelas. Por ejemplo, en los dibujos animados hay más episodios violentos que en los programas para adultos.
Los casos de violencia cotidiana parecen tener su causa en la confusión de lo ficticio con lo real, en la incapacidad de distinguir entre la realidad y la fantasía o imaginación. El ejemplo más clásico de confusión está entre las imágenes violentas de película y las reales de informativo con sus guerras, catástrofes, atentados, etc.
Un niño normal en EE.UU. a los 14 años ha contemplado cómodamente 18.000 muertes violentas en TV, en Europa se emiten 40.000 homicidios anuales y en Argentina más de 1.000 escenas violentas por semana entre las que se destacan agresiones, crímenes, exhibición de armas, violencia verbal y psicológica, vandalismo, secuestros, violaciones y agresiones sexuales, suicidios, torturas sin contar la impregnación de erotismo que la mayoría conlleva. Después nos preguntamos: ¿Porqué los niños de esta generación juegan tan violentamente?
Ver menos tiempo la televisión es el primer paso en el camino correcto. En general, se recomienda no ver la televisión más de 2 hora los días hábiles, y menos de 3-4 horas los fines de semana. ¡Difícil de lograr ¿verdad?
Es importante predicar con el ejemplo; los padres no pueden ser adictos de la televisión y deben saber discriminar los programas que ven en casa.
El uso espiritual de la televisión en el hogar.
Existen para la venta y alquiler, muchos videos de historias bíblicas y contenidos espirituales que podemos hacer ver a nuestros. Estas imágenes reforzarán la enseñanza espiritual del hogar y la iglesia..
Las iglesias además de una biblioteca deberían pensar en tener una Videoteca para ser facilitada a los padres. Bueno sería que los hijos de los creyentes se reunieran para ver estos videos, aprovechando para invitar a sus compañeritos y amiguitos que no conocen la Biblia y por ende a Cristo como su salvador