La evidencia de la verdad del evangelio de Jesús se nos presenta de muchas maneras. Sino logras agarrar la verdad, es solo por tu falta de mirar y creer. ¡Las evidencias están por todas partes!
¿Qué hace falta para que creas que algo es cierto? Si lo dice tu amigo de confianza, tu hermano o tu madre—¿crees en lo que dice? Si lo ves con tus propios ojos—¿lo crees? Si ocurre delante de ti—¿lo crees?
Sin embargo, algo que ocurrió antes de que naciéramos tiene que demostrarse con evidencias. ¿Qué evidencias son lo suficientemente buenas—para que lo creas?
La verdad de Jesús y su evangelio—se nos muestra con evidencias. Mira por ejemplo este pasaje del libro de los Hechos. Está lleno de testimonios y evidencias físicas. Los escritos en el libro de los Hechos son verificables.
Concéntrese en las afirmaciones hechas aquí por el apóstol Pablo en Hechos 2.
- “Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben;”v22
- “ Queridos hermanos, ¡piensen en esto! Pueden estar seguros de que el patriarca David no se refería a sí mismo, porque él murió, fue enterrado y su tumba está todavía aquí entre nosotros; “ v 29
- “Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos”.v 32
- “Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy”. v 33
22 »Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben; 23 pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de gentiles sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron; 24 pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio. 25 El rey David dijo lo siguiente acerca de él:
“Veo que el Señor siempre está conmigo.
No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
26 ¡Con razón mi corazón está contento,
y mi lengua grita sus alabanzas!
Mi cuerpo descansa en esperanza.
27 Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos
ni permitirás que tu Santo se pudra en la tumba.
28 Me has mostrado el camino de la vida
y me llenarás con la alegría de tu presencia.
29 »Queridos hermanos, ¡piensen en esto! Pueden estar seguros de que el patriarca David no se refería a sí mismo, porque él murió, fue enterrado y su tumba está todavía aquí entre nosotros; 30 pero él era un profeta y sabía que Dios había prometido mediante un juramento que uno de los propios descendientes de David se sentaría en su trono. 31 David estaba mirando hacia el futuro y hablaba de la resurrección del Mesías. Él decía que Dios no lo dejaría entre los muertos ni permitiría que su cuerpo se pudriera en la tumba.32 »Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos. 33 Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy.
¿Qué evidencias son lo suficientemente buenas para ti – para creer que Jesús era Dios, enviado a la tierra para morir por nosotros para que Dios pudiera justificarnos? Las evidencias son muchas. Todo lo que tienes que hacer es mirar… y creer.
¿Qué has hecho con las declaraciones de Jesucristo?
Basado en el artículo The Importance of Evidence, publicado en inglés: 20 de mayo, 2016.
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