Pero, todo mi «esfuerzo» (es decir: mi trabajo) no se hace para ganar la aceptación de Dios. ¡Jesús la ganó por mí! Y como soy eternamente salvo – corro para agradar al Dios que amo. Corro para ganar… para Su gloria, no la mía. De todos modos, ¡no puedo ganármela! 7 Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos. 8 Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor. – 2 Corintios 5:7-8
¿Quién te crees?
¿Tú llegas a pensar que le puedes decir a Dios qué hacer? ¿Quién está a cargo aquí?

