¿Estás viviendo y dejando atrás a Dios? Eso es f-á-c-i-l de hacer. ¡Casi todo el mundo a tu alrededor está haciendo ESO!
Hay tantas, tantas maneras de alejarse de Dios. ¡Perdiéndolo! Puedes hacerlo muy rápido, o puedes hacerlo lentamente, poco a poco alejándote, hasta que se descubre de repente: “¡Ya no sigo a Jesús!” “¿Estás caminando muerto, hundido en el pecado, demasiado lejos para que a Dios le importe? ¿Cuán pecador puede ser uno – y aún así ser perdonado por Dios…?”