Durante nuestra trayectoria como miembros del Centro de Investigaciones Religiosas hemos recibido y seguimos recibiendo innumerables preguntas sobre diferentes tópicos. Las preguntas son respondidas por diferentes hermanos, miembros del CIR, de acuerdo al tema. Aquí comparto sólo algunas de las que me han tocado contestar. Un amable hermano nos remitió hace poco las siguientes preguntas en un correo electrónico.
Mis preguntas son: ¿Qué pasa después de la muerte? ¿Los cristianos van al cielo? ¿Cómo es el cielo? y ¿qué de la nueva Jerusalén? Dios va a restaurar la tierra, y los animales dejarán de ser salvajes. ¿Es esta una indicación de que la eternidad será en la tierra restaurada por Dios? ¿O va a haber comunicación entre el cielo y la tierra y estaremos en el cielo y podremos venir a la tierra?
A continuación publicamos las contestaciones. Las preguntas están resaltadas en azul para facilitar la lectura.
¿Qué pasa después de la muerte? ¿Los cristianos van al cielo?
La respuesta a estas preguntas pueden ser sucintamente contestadas con las palabras del apóstol Pablo: AUSENTES DEL CUERPO Y PRESENTES AL SEÑOR.
En 2 Corintios 5: 6-8 leemos:
“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.”
En el texto griego de este pasaje, las frases “presentes al Señor” y “ausentes del Señor” están en el tiempo presente (lo que indica acción continua). Nosotros podríamos leer a Pablo de esta forma:
“Por lo tanto, viviendo siempre confiados, y sabiendo que mientras continuamos estando en el cuerpo, también continuamos estando ausentes del Señor.”
En contraste con esto, la última parte del pasaje contiene dos aoristas infinitivos: “ausentes del cuerpo” y “presentes al Señor”. Estos aoristas acarrean la noción de “una vez por todas”. [Citado en Anthony Hoekema, The Four Major Cults, Grand Rapids; Eerdmans, 1978 – p.356). Podríamos entonces leer de la siguiente manera, de acuerdo con el autor mencionado anteriormente:
“Así que vivimos confiados, yo digo, y prefiero estar…. ausente del cuerpo [mortal, perecedero] y de una vez por todas presente al [con él] Señor.”
En cuanto a todo esto el Sr. Hoekema comenta: “Mientras que los tiempos presentes en el v.6 nos pintan una continuidad de estar en el cuerpo y una continuidad de estar lejos del Señor, los aoristas infinitivos del v.8 apuntan hacia un suceso que ocurre en un momento y es de una vez por todas finalizado. ¿Qué significa esto? Sólo puede haber una respuesta: La muerte es una transición inmediata entre el estar en el cuerpo y estar en casa con el Señor (p.356).
En el momento que el cristiano muere, ella o él inmediatamente está en la presencia del Señor.
Es interesante además, notar que la palabra griega “pros”, que es usada en la frase “presentes al Señor”, sugiere una relación íntima, bien cercana (cara a cara). Pablo por lo tanto, indica que la relación que él espera tener con Cristo inmediatamente después de su muerte física es de una gran intimidad.
¿Cómo es el cielo?
Esta pregunta da para escribir ríos de tinta. Permítanos ser breve. En el cielo ninguna actividad será sin propósito. La Escritura describe a los creyentes estando involucrados en un servicio continuo a Dios, aunque en total paz. Apocalipsis describe a los salvos ofreciendo adoración y alabanza ante el trono de Dios y de Cristo (Ap. 19:1-6). Esta adoración será perfecta, no limitada o manipulada como puede ser ahora. Será espontánea y no forzada, genuina y no fingida. No estaremos somnolientos como a menudo lo estamos hoy en los cultos. Estaremos llenos de gozo para expresar toda la alabanza posible a Dios.
También estaremos sirviendo perpetuamente a Dios y Cristo (Ap. 1:5,6; cf. 22:3). No hablamos de un servicio tedioso sino uno estimulante y vibrantemente gozoso. No existirá el aburrimiento en la eternidad ya que habrá un sin fin de tareas y objetivos que lograr. Dios es un Dios de creatividad e ideas infinitas.
Una de las funciones que tendremos será reinar con Cristo (Ap. 22:5). Estaremos, por tanto, involucrados en tareas de gobierno. Una de las cosas que haremos, ya desde el comienzo, será juzgar (gobernar) a los ángeles (1 Cor. 6:2,3). Es obvio que en la eternidad estaremos por encima de los ángeles, lo contrario del presente.
Por último, los creyentes estaremos perpetuamente aprendiendo más de nuestro gran Dios. Se nos mostrará las abundantes riquezas sin fin de su gracia (Ef. 2:7). Recordemos que Dios es infinito, por lo cual nunca terminaremos de explorar y conocer su grandeza. En lo personal, pienso que una gran mayoría de cristianos va a estar tomando estudios bíblicos por mucho tiempo, para compensar por la falta de lectura bíblica y la no concurrencia a los estudios bíblicos que deberían haber tomado cuando estaban en la tierra.
¿Qué de la nueva Jerusalén? Ya que Dios va a restaurar la tierra, y los animales dejarán de ser salvajes, ¿es ésta una indicación de que la eternidad será en la tierra restaurada por Dios? ¿O habrá comunicación entre el cielo y la tierra y estaremos en el cielo y podremos venir a la tierra?
Debido a que la tierra fue maldecida cuando Adán y Eva pecaron contra Dios, es obvio que la tierra tiene que ser restaurada antes que la eternidad comience. No solamente la tierra será renovada, también la atmósfera de la tierra (el primer cielo) y el universo estelar (el segundo cielo) serán renovados.
Las Escrituras hacen referencia varias veces a que los cielos y la tierra pasarán. Por ejemplo, el Salmo 102:25-26 habla de los cielos y la tierra siendo mudados. Apocalipsis 21:1, 5 habla de nuevos cielos y nueva tierra, y que todas las cosas serán hechas nuevas. La palabra griega para designar la renovación del cosmos es kainos. Significa “nuevo en naturaleza” o “cualitativamente nuevo.” Por lo tanto, la expresión “cielo nuevo y tierra nueva” no se refiere a un cosmos absolutamente diferente al ya existente, sino al cosmos presente. Es este cosmos presente el que será totalmente renovado. Por ello Mateo 19:28 describe esta renovación como “la regeneración”, y Hechos 3:21 como la “restauración de todas las cosas.”
La nueva tierra, habiendo sido renovada, tendrá una condición eterna. Antes de que comience la eternidad, será adaptada para existir en el estado eterno, lo cual requiere grandes cambios físicos y morales. Todo será nuevo en la eternidad. Algo importante a tomar en cuenta es que en la eternidad, cielo y tierra no serán ya dos dimensiones separadas como lo son hoy en día, sino que ambas se fusionarán. De ello se desprende que los creyentes continuarán estando en el cielo, al mismo tiempo que están en la tierra.
El “Cielo”, por consiguiente, encompasa el cielo nuevo y la tierra nueva. La Nueva Jerusalén – la ciudad eterna, que mide 1500 x 1500 x 1500 millas, aparentemente descenderá y se establecerá sobre la nueva tierra (Ap. 21:2). Esta ciudad será la morada eterna de los santos de todas las épocas.
En lo referente a los animales, debido a lo que ya explicamos, no creemos que esa sea una indicación de que la vida eterna será sólo en la tierra. En la interpretación premilenista, a la cual personalmente suscribo, la mención de los animales siendo inofensiva otra vez, es una referencia al milenio luego de la 2da. Venida de Cristo. Du rante el milenio Jesucristo reinará en la tierra desde Jerusalén, y al final de los mil años comenzará la eternidad.
Pablo Santomauro es subdirector de CIR. “Apología Cristiana”, CIR, P.O.Box 846, Montebello, Cal. 90640-EE.UU. URL de CIR: (en español). El Centro de Investigaciones Religiosas (CIR) es una organización interdenominacional especializada en la apologética de sectas. Es pastor ordenado, autor profuso de artículos relacionados con la disciplina de la apologética cristiana y conferencista especializado en sectas y religiones comparada.
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