Soy conciente de que el tema es controversial, que existen al respecto tantas opiniones como cristianos (perdón por la hipérbole) y que en el proceso de manifestar mi posición es posible ofender a buenos hermanos, y ganar al mismo tiempo más “antipatizantes” de los que ya tengo. “Antipatizantes” es un término cariñoso que acuñé para aquellos que no me quieren mucho. El tema de los ministerios para solteros (MS en adelante) nunca hubiera sido tocado por un servidor a lo largo de mi vida, de no ser por alguien que solicitó mi opinión. Ante el pedido comencé diciendo: “Lo primero que debemos hacer con los MS es eliminarlos. Lo segundo es olvidarlos”. Pero entremos en materia.
Muchas iglesias hoy tienen ministerios enfocados a los solteros/as. La práctica está más generalizada en las congregaciones de habla inglesa, pero se propaga a paso firme en los ministerios de habla hispana. Una denominación en los EEUU, por ejemplo, dedica una página web en español exclusivamente para los miembros solteros. Entre las actividades sugeridas en ella tenemos: paseos en canoa, un crucero, paseos en bicicleta, caminatas por el parque, viajes misioneros, retiros, diferentes deportes, obras de teatro con participación de los solteros, grupos de canto, exhibición de películas cristianas, etc. Estas son sólo algunas de las 70 sugerencias ofrecidas.
¿Es esto lo que necesitan primariamente las personas solteras en nuestras congregaciones? ¡Yo diría decisivamente que NO! Lo que los solteros necesitan es casarse, punto. “Bueno, esa es la idea para la que han sido creados los ministerios de solteros”, dirían algunos. No exactamente, por regla general en los MS el matrimonio es considerado sólo una opción y la soltería es elevada a un status equivalente, y en algunos casos preferible, para vivir la vida cristiana. Es esta pretendida actitud neutral la que abunda en estos grupos.
¿Soltero y muy feliz?
Muy a menudo escuchamos testimonios de solteros que desafían el sentido común y la Biblia misma, que relatan con frases de iglesia cuán espiritualmente realizados se encuentran en su vida de solteros, al punto de que no tienen la necesidad de estar casados. ¡Por favor! No insulte mi inteligencia con declaraciones o testimonios a ese respecto. Tanto la Escritura como la realidad diaria indican que el grueso de la raza humana ha sido programado por su Creador para vivir en matrimonio. Génesis 2:18 dice que “no es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él”. La última vez que revisé, éstas fueron palabras de Dios mismo.
Un famoso teólogo contemporáneo trató de desmerecer la fuerza de este verso diciendo que es una referencia a antes de la caída del hombre en pecado. Sustentó su interpretación agregando que si el pecado no hubiera hecho su aparición, en un mundo perfecto quizá no hubiera habido solteros y todos tendríamos la pareja perfecta. Es obvio que grandes teólogos también erran en sus criterios, sobre todo cuando se ponen a escribir en cualquier tema. Descontar este verso con tal facilidad significa ignorar que en la historia de la Creación se establecen principios que son válidos para el resto de la historia. Por ello es que Jesús vuelve a Génesis cuando los judíos tratan de hacerlo tropezar en Mateo 19:4-6. Cristo los lleva al principio donde dice que Dios, varón y hembra los hizo, y que el hombre dejará a padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
En el mismo artículo, este teólogo trata de reconfortar a los solteros recordándoles que Jesucristo fue soltero. El detalle que pasa por alto es que Jesús no tuvo una naturaleza pecaminosa y su capacidad de autocontrol era infinitamente mayor que la nuestra. No se casó porque la importancia, objetivo y urgencia de su misión tomaron prioridad sobre las costumbres de la época. Poner a Jesús como el ejemplo a seguir en este tema, es simplemente derivar una enseñanza que la Biblia no contiene y crear una meta prácticamente imposible de alcanzar.
La vida diaria y la Biblia también muestran que los seres humanos necesitan, en la vasta mayoría de los casos, placer sexual. La Biblia prescribe que ese placer sexual se debe disfrutar dentro del matrimonio exclusivamente. El libro de Cantares y Proverbios 5:15 en adelante atestiguan lo dicho. Por consiguiente, cuando usted me dice que está satisfecho en Jesús y que no tiene la necesidad de una esposa o esposo, cuando en realidad toda molécula de su cuerpo se rebela contra lo que usted dice, yo no tengo más alternativa que pensar que usted vive en un estado de negación total, o de lo contrario, está haciendo gala de una hipocresía no propia de un cristiano.
El lobo y la presa
Crear un MS (solteros toda su vida, divorciados o viudos) equivale a exponer a los miembros de una iglesia a los recursos seductores de gente que se unen al ministerio sin ser convertidos. Existe la idea entre los inconversos de que un marido o esposa cristiano/a es una mejor adquisición, por ello es que luego de fingir ser cristianos por un tiempo se casan con el/la creyente de su elección. El resultado es un desastre de mayores proporciones. Claro que esto puede ocurrir en cualquier iglesia, aun las que no tienen MS, pero ¿por qué facilitar aun más la ocasión? En este sentido, el pastor debe recordar que su primer tarea es proteger al rebaño.
No importa en que forma traten algunos líderes de describir los MS en sus iglesias, i.e., “espiritualmente orientados”, “cristocéntricos”, etc., la experiencia muestra que estos ministerios son nada más que una versión de night club sin bebidas alcohólicas. Por lo general son los hombres (lobo) los que se benefician con la estructura y dinámica de estos ministerios. Me refiero que los hombres somos más “aventureros” por no usar una palabra más fuerte. Para el hombre el clásico eslogan de los MS, “haga nuevas amistades” o “amplíe su círculo de amigos”, es imposible de resistir. Las mujeres (las presas), por el contrario, no necesitan nuevos amigos. Se unen a estos grupos con el propósito exclusivo de encontrar un esposo, pero como la atmósfera de los MS es neutral respecto al matrimonio, las pobres damas corren en desventaja. En otras palabras, tienen que ofrecer su compañía sin esperar ninguna proposición seria de parte de la otra persona.
El mito de la abstinencia sexual
No hay nada malo en enseñar la abstinencia sexual antes del casamiento, es bíblico. Lo malo es, como hacen algunos, aconsejar a solteros que ya han pasado de la juventud a la edad adulta, divorciados o viudos, a que practiquen la abstinencia sexual sin motivarlos a casarse. Esto es prácticamente imposible y un programa de 12 pasos para controlar los impulsos naturales y “encontrar más satisfacción en Jesús” es un plan más que ingenuo, diría absurdo.
La existencia de un buen número de MS deja margen para que algunos solteros salten de un ministerio a otro, buscando ampliar su círculo de amigos, posponiendo el paso al casamiento, perpetuando su soltería y definitivamente teniendo relaciones sexuales con diferentes individuos. Lo siento por mi cinismo, pero si usted piensa que un creyente que viene probando diferentes ministerios por algún tiempo permanece célibe, usted vive en un mundo diferente. ¿Qué apuro por casarse tiene un soltero de iglesia si puede disfrutar de la vida de soltero como cualquier otra persona en el mundo? Después de todo, el MS consiste en una incansable maratón de noches en la playa (lunadas o como se llamen), paseos en bicicleta, noches de boliche, salidas al bosque, viajes en canoa, estudios bíblicos, retiros, películas, bailes y alguien con quien despertar en la cama de vez en cuando. Lo siento por la crudeza, pero los cristianos debemos ser realistas.
Buscando soluciones a la situación presente
Me permito sugerir lo siguiente:
1) Disolver cualquier ministerio de solteros o los proyectos de formar uno inmediatamente.
2) Deshacerse de los libros en la biblioteca de la iglesia que glorifican la vida de soltero. En el análisis final, son un colección de razonamientos erróneos y excusas para justificar la soltería, consolar al soltero y avanzar la idea de que Dios mira con sumo agrado la soltería. Algunos autores llegan a decir que la persona que rehúsa formar una familia, recibirá una tremendamente más numerosa integrada con los amigos y hermanos en el cuerpo de Cristo. También hacen hincapié en las ventajas espirituales de dedicarse plenamente a Cristo sin las trabas que una familia involucra. En otras palabras, maquillan la tragedia de la soledad con pincelazos de heroísmo, sacrificio y la satisfacción de vivir una vida más espiritual que la del casado, quien por supuesto, es siempre descrito como un cristiano con una entrega a Dios de mucha menor cuantía.
3) Los pastores deben corregir el error generalizado de que la soltería es agradable ante a los ojos de Dios. No existe un sólo pasaje bíblico que exalte la soltería. En verdad, la soltería es la excepción, no la regla. La Palabra de Dios sólo exceptúa del matrimonio a aquellos que tienen el don de abstinencia – o sea la ausencia del deseo sexual – y aquellos que han sido llamados por Dios para un ministerio especial (Mt. 19; 1 Co. 7). La verdad es que no existe en la Biblia un equivalente moral entre el matrimonio y la soltería.
Muchos pastores erran al enseñar que la soltería tiene tanto valor como el matrimonio. El pasaje favorito para apoyar este error es 1 Corintios 7:7, donde el apóstol Pablo expresa el deseo de que todos fueran como él, “pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro”. Se interpreta este pasaje como que la soltería es un don de Dios, así como lo es el matrimonio.
El gran problema con esta interpretación es que por regla ampliamente general, estos “dones” parecen fluctuar en cada persona. Yo he visto casarse a hermanos cristianos de los cuales se pensaba tenían el don de la soltería. ¿Significa que perdieron el don? De la misma forma, muchos que están casados terminan solteros de nuevo. ¿Significa que perdieron el don del matrimonio?
Es probable que Pablo estuviera hablando del don de continencia, no la ausencia total del deseo sexual, y esto es lo que muchos entienden como el don de ser solteros. No dudo de que haya personas que posean el don de continencia, pero, ¿a cuántos conoce usted? Tenga usted por seguro de que esas personas no necesitan la ayuda de un ministerio especial para solteros. Así que, estimados pastores o líderes de grupos de solteros, no los busque en su grupo porque ahí no están. Tampoco forme en los asistentes la ilusión de que pueden obtener ese don. Cese, por lo tanto, de hablarle a los solteros del don de la soltería, es algo que no existe. En mi opinión, Pablo no tenía el don de continencia, ya que en en cierta ocasión afirmó que él tenía el derecho de tener una esposa como los otros apóstoles (1 Co. 9:5). Su afirmación no tendría sentido alguno si Pablo hubiera tenido el don de continencia.
Pienso que Pablo voluntariamente decidió practicar la abstinencia para avanzar el reino de Dios (Mateo 19:12b). Pablo amaba tanto al Señor y a las almas que una esposa para él hubiera sido una distracción que no se podía permitir. De ahí que expresa su deseo de que todos fueran como él.
Los pastores deben cesar de decir que no hay nada malo en ser soltero. La verdad es que hay muchas cosas negativas en la soltería, y a menos que usted haya sido llamado por Dios para ser un Pablo o un Jeremías, hace usted muy bien si trata de cambiar su estado civil por el de casado. Es porque esto no se les dice a los hermanos y hermanas que atienden los ministerios de solteros, que ellos prolongan su soltería pensando que hacen bien, cuando en realidad se someten a tentaciones sexuales difíciles de resistir y muchas son las ocasiones en que caen en pecado, llevados por sus deseos. Es por ello que los ministerios de solteros se convierten en “mercados de carne” donde una persona puede probar diferentes relaciones.
4) Enseñar a los solteros enfáticamente con el uso de la Escritura que el matrimonio es superior a la soltería. A menos que estas personas estén pensando quedarse solteros para el resto de sus vidas, ellos son responsables por razones de conciencia de casarse en el tiempo de su juventud. La Confesión de Westminster, P. 139, bajo el título ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el Séptimo Mandamiento? menciona la postergación injustificada del matrimonio como un pecado (1 Co. 7:7-9 y Gn. 38:26) tan grave como el sexo premarital. Ambos despojan a otro ser humano del derecho divino de gozar la plenitud de la sexualidad en el matrimonio. Por consiguiente, en lugar de consentir y contentar a los solteros con falsos preceptos “bíblicos”, debemos llamarlos a cumplir con sus responsabilidades.
5) No sacrificar hombres y mujeres jóvenes en aras de las misiones. En el mundo de habla inglesa muchos líderes incentivan a sus jóvenes, principalmente mujeres, a posponer sus planes o deseos de comenzar una familia a los efectos de enviarlas de misioneras o encausarlas en otras actividades en la obra de Dios. Los jóvenes tienen derecho a casarse primero y luego resolver si quieren o no ir a una misión.
6) Dejar que la vida de iglesia misma se encargue de poner las cosas en su lugar, i.e., la Providencia de Dios combinando las circunstancias, las voluntades y los tiempos. Yo mismo soy un ejemplo de cómo habiendo quedado soltero ya en mis años de adulto, y siendo un cristiano prácticamente nuevo en virtud de mi tardía conversión, con la guía, y en muchos casos las indirectas de los hermanos, encontré la mujer divorciada (de conversión también tardía) que hoy es mi amada esposa en el Señor. Otro ejemplo, si me permiten. Recientemente me encontré con un querido pastor en un restaurante de comida rápida. El pastor estaba acompañado por su esposa y dos matrimonios de su liderazgo. Me acompañaba en la ocasión un sobrino soltero de treinta años de edad quien expresó su deseo de encontrar una buena mujer cristiana para casarse. Yo pude observar cómo al instante las damas presentes activaron sus computadores mentales para encontrar la joven dama dentro de la iglesia que llenara los requisitos. Esa es la vida de iglesia, la comunidad siendo comunidad y guiada por la Providencia de Dios.
Consideraciones finales
Yo entiendo que los MS son creados por hermanos en Cristo muy bien intencionados. La iglesia angla comenzó a llenarse de gente soltera en los decenios del 1970/80 cuando los divorcios aumentaron en número como consecuencia de la influencia del humanismo y la decadencia moral aparejada. Paralelamente, el evangelio de Cristo comenzó a ser diluido por pastores que prácticamente competían por hacer del mensaje bíblico algo más agradable al paladar de los consumidores. En lugar de dejar que estos solteros se incorporaran a la vida de iglesia en la forma natural que el Espíritu prescribe, se decidió crear los MS. Se decidió atacar el síntoma y no la enfermedad, y en el proceso los separaron o alienaron creando estos ministerios de solteros. Claro, la intención no era esa, pero fue una forma no intencional de discriminar a los solteros, que de esa forma son segregados del resto de la congregación.
Luego de mucho pensarlo, he llegado a la conclusión de que solamente existe una ventaja en ser soltero, y es la posibilidad de vivir unos años más. Está estadísticamente comprobado que en el matrimonio, los hombres mueren antes que las mujeres. Las mujeres, por abrumadora mayoría, sobreviven a sus maridos. ¿Por qué viven más que los hombres? Yo pienso que es porque no están casadas con mujeres. <>
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