Larry Dunne era un pescador y le gustaba haciéndolo. El crecía en Skerries, un condado de Dublín, dónde por cientos de años ha sido uno de los puertos más importantes de Irlanda. Casi no podría evitar el encanto del mar pescando con barcos pesqueros – algunos del tamaño de 28 metros de largo. Ellos arrastrarían el fondo del océano con sus redes, sacando todo lo que podía como langostinos, bacalao, y muchos otros pescados.
Larry recuerda el día especial del pueblo cuando tenía la “Bendición de los Barcos” en el cual que el sacerdote Católico roció los pescadores con el agua “bendita”. El día empezó con una ceremonia en la Iglesia Católica con música de un desfile de caramillos que marcharon hacia el puerto, y los políticos y los líderes religiosos hicieron sus discursos. Era un día de la familia, y muchos barcos transportaría la gente al mar en viajes cortos alrededor de islas cercanas.
Con la edad de 15 años, el empezó trabajando en estos barcos. Durante la estación mejor del año, los barcos navegarían hasta 17 horas al día, e incluso estarían fuera por algunos días, y tomarían descansos por turnos cada hora cada pescador. Era difícil y duro a veces, pero Larry le gustó el trabajo. El ganaba más dinero que su padre, el cual trabajaba por el Concilio del Condado. Ganaba suficiente dinero para comprar unas motocicletas y más tarde – automóviles. ¡Todo parecía como si viviera una buena vida! Pero un día, justo antes de su decimoséptimo cumpleaños, un automóvil se giró en frente de él y como estaba en la moto, mató al pasajero y casi a si mismo. Estaba en el hospital por diez días. Y durante este tiempo, pensaba en cosas religiosas y no faltaba asistiendo “misa” los domingos u otros días de obligación.
En el principio de los ochenta, el viajó a los Estados Unidos por una temporada y trabajó con barcos pesqueros en la costa este, desde Florida hasta Nueva York. Durante este tiempo continuaba su búsqueda espiritual. Mientras pescaba en su barco en Norfolk, Virginia, un domingo por la mañana, él se fue buscando una Iglesia Católica Romana. Pero no la encontró, así que se hizo una visita a una Iglesia Bautista – que es para un “católico” pecado hacer. En otra ocasión se reunió con algunos “moonies” en Nueva York (una secta), y ellos le persuadieron vivir con ellos en su comuna donde él escuchaba ciertas lecturas desde el 8 de la mañana hasta el 12 de la noche. Con tiempo, el volvió a Irlanda y compró su propio barco pesquero.
Larry sabía que un barco pesquero podría ser un poco peligroso para trabajar, con las cuerdas, cadenas y maquinas. El había conocido hombres que perdieron su estabilidad y cayeron al mar y algunos de ellos murieron.
Un sábado por la tarde en marzo de 1985, el se fue a pescar con un compañero. El bajó al barco para limpiar el filtro de agua que estaba debajo de la transmisión. Hilos sueltos de su chaqueta fueron atrapados en cuanto al eje que movía rápido y se lo llevó por dentro, dejándole inconsciente. Cuando estuvo consciente, él supo que estaba atrapado con el eje aun haciendo giras y cortando su espalda. Su compañero estaba dormido, pero Larry pudo hacer un salto con sus piernas sobre si mismo para dar una patada a la puerta y avisarlo. El compañero se despertó y envió un mensaje de “alarma” o “peligro”. Dentro de una hora, un helicóptero vino para llevar a Larry al hospital.
El perdió su brazo en el accidente, pero recuerda acostándole en el hospital con una sensación de “paz” incluso diciendo los que estaban alrededor de él que Dios permitió esto de suceder por una buena razón.Y era de sorpresa que Larry no estuviera amargado ni era autocompasivo.
De aquello otoño, él empezó a buscar las cosas espirituales con más fervor. El empezó a hacer la “misa” cada tarde. El empezó a rezar el rosario. Y él hizo la confesión de pecados con regularidad. Todo el mundo vio su vida muy diferente, y un sacerdote le decía, “eres un joven muy devoto.” Mientras tanto, Larry hizo averiguaciones en como él podría llegar a ser un sacerdote. En septiembre de 1985, él recibió un billete de avión gratis para ir a visitar a Roma y otros sitios religiosos. Esto le parecía fantástico, pero al final cuando regresó, la verdad es que no sentía más cerca de Dios. Un día en 1985, cuando era difícil pescar por el clima, él se fue a Dublín para hacer compras. Caminando por la calle Henry, Larry se fijo en un hombre que tenía una multitud alreadador de él y estaba dibujando en una tabla. Este hombre hablaba del pecado y de Cristo e incluso este hombre decía que iba al cielo cuando muriera. El hombre tenía un acento Americano, así que Larry era prudente por miedo de que él podría ser victima de otra secta americana. Larry pensaba a si mismo, “¿Voy a misa cada día, diciendo mis rezos y confesando mis pecados, y con todo lo que hago, espero, sin estar seguro, de que me vaya al cielo?” Después, el hombre habló sobre las buenas obras que la gente hace para ganar el favor de Dios y cómo esto era en balde, porque el pecar nos separa de Dios. Luego, él habló de Jesucristo y cómo él pagó el precio por nuestros pecados. También decía que es por el amor de Dios que debemos vivir vidas buenas en vez de hacerlo para ganar la salvación eterna. Larry empezó a ver por si mismo que nada que él podría hacer para Dios le satisfacería y que Jesucristo mismo hizo todo. Esto tenido sentido para Larry, pero para él se parecía demasiado fácil.
Pero poco después de esto, Larry puso su fe en Jesús su Señor y Salvador. Resultó que el hombre americano era un pescador también como Larry. Solamente él pescaba almas en vez de peces.
Larry ahora dice: “Yo era un pescador, pero fui alcanzado y llevado al amor de Jesús. Estaba perdido espiritualmente, pero ahora he encontrado a Jesús. Tengo la paz verdadera con Dios a través de Jesucristo. Después de buscar por todos los años, ahora tengo la aseguranza de que si muriera en este momento, iría al cielo”.
Un par de años después, Larry terminó de pescar en el mar y empezó pescando por almas para Jesucristo. El llegó a ser “un pescador de hombres”.
Traducido por Dennis Swick
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