Pasajes bíblicos manipulados
para apoyar la reencarnación
(Extractado de “La Reencarnación: Rompecabezas Milenario”, del mismo autor.)
Muchos insisten en que la Biblia enseña la doctrina de la reencarnación. Para probar su punto citan una serie de pasajes bíblicos tomados fuera de contexto, los cuales pervierten violando toda regla de interpretación bíblica. Seguidamente citamos los más notorios, con su refutación correspondiente:
1. ¿Qué significa “nacer de nuevo’?
En Juan 3:3 Jesucristo le declara a Nicodemo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Los proponentes de la reencarnación dicen que Jesucristo al hablar de “nacer de nuevo” estaba enseñando la doctrina. Nada más lejos de la verdad. He aquí cuatro líneas de refutación:
a) La palabra griega “anothen”, traducida “de nuevo”, significa literalmente “nacer de arriba” – nacer de Dios , no se refiere a un nacimiento físico.
b) El contexto habla de un nacimiento espiritual, Jesucristo mismo explica esto. Tuvo que hacerlo frente a Nicodemo cuando éste preguntó “¿Puede (un hombre) acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”. Como vemos, Jesús estaba hablando en sentido espiritual, pero Nicodemo, al igual que algunos “reencarnacionistas”, estaba en la sala de partos (en maternidad). El Señor mismo entonces explica lo que significa “nacer de nuevo”: “… el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Los eruditos difieren en el significado de la palabra “agua”, pero coinciden unánimes en que el pasaje no se refiere a reencarnación. “Nacer de nuevo “significa ser lavado de nuestros pecados y recibir nueva vida de parte de Dios por la obra del Espíritu Santo (Rom.3:21-26; Efe 2:5; Col.2:13; 1 Pe.1:23). El pasaje habla de regeneración, no reencarnación.
c) Jesucristo se refirió a la reencarnación hubiera dicho: “…el que no naciere de nuevo y de nuevo y de nuevo y de nuevo…..”. Eso es lo que la doctrina enseña, un ciclo prácticamente interminable de nacimientos y muertes.
2. ¿Quién era Juan el Bautista?
Nuestro Señor Jesucristo hizo tres declaraciones donde correlacionó a Juan el Bautista con el profeta Elías (Mt.11:14; 17:12-13; Mr.9:13). Tomemos una de ellas: “ Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él (Juan) es aquel Elías que había de venir” Mt.11: 12-14.
En efecto, Cristo parece estar diciendo que Elías ya había venido en la persona de Juan. Los reencarnacionistas dicen que esto es prueba de que Jesús enseñaba la reencarnación. Hay varias razones por las cuales Juan no pudo ser una reencarnación de Elías, a saber:
a) De acuerdo con la doctrina de la reencarnación, antes de que el alma se reencarne en un cuerpo, el cuerpo que habitaba anteriormente tiene que haber muerto; pero Elías nunca murió, sino que fue arrebatado al cielo en un torbellino (2 Re. 2:11).
b) Elías reaparece en el monte de la transfiguración (Mt. 17 y Mr. 9) junto con Moisés. Los discípulos parecen no tener problemas para identificarlo y en ningún momento lo confunden con Juan el Bautista. ¿Cómo sabían si nunca los habían visto personalmente? La respuesta es sencilla: conocimiento instintivo instantáneo. La psicología común nos enseña esto.
Tomemos ahora Mateo 17:12-13 — Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. — 13. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
¿Qué dijo entonces Jesús cuando afirmó que Elías ya había venido (Mt.17:12-13)? Simplemente que Juan había venido con la misma misión de Elías, o con el mismo objetivo.
En Lucas 1:17 el ángel le dice a Zacarías que su hijo, Juan el Bautista, vendría con “el espíritu y el poder de Elías”.
Indudablemente, estamos aquí frente a un clásico caso de tipificación bíblica. Tipificación es la representación de una cosa por otra, o una persona representando a otra. Ejemplos:
- Adán fue una tipificación de Cristo (Rom. 5:14).
- Isaac fue un tipo de Cristo (Heb 11:19).
- El cordero de pascua era una tipificación de Cristo (1 Cor.5:7), pero no era Cristo.
Ni Adán, ni Isaac, ni el cordero eran Cristo.
De la misma forma, Juan el Bautista tampoco era Elías.
3. El hombre ciego de nacimiento, ¿había vivido antes?
El pasaje lee así: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, “este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres; sino para que las obras de Dios se manifiesten en él” Juan 9: 1-3.
La referencia al pecado de los padres tiene que ver con el concepto judío de que la culpa era pasada de generación en generación. Es la referencia a que la persona ciega pudo haber pecado antes de nacer, lo que motiva a algunos a decir que la reencarnación es implícitamente enseñada en el pasaje. En realidad no podemos estar seguros si la pregunta fue originada en la creencia de algún tipo de reencarnación, aunque es posible que sí. Ya circulaban en aquella época versiones de la doctrina. Los discípulos obviamente están implicando que la persona podría haber pecado antes. ¿Por qué lo hicieron? He aquí tres razones posibles:
a) Ciertos rabinos judíos enseñaban que el ser humano tenía la capacidad de pecar voluntariamente ya en el vientre de la madre. No es bíblico.
b) Otra corriente religiosa enseñaba la preexistencia del alma y le atribuía la capacidad de pecar antes de poseer un cuerpo físico (los mormones heredaron esta doctrina). No es bíblico.
c) La creencia en una forma de reencarnación ya era popular.
La respuesta de Jesús es directa e invita a los apóstoles a bajarse del caballo de la reencarnación o cualquier otro tipo de especulación. Mark Albrecht, en su libro “Reincarnation — a Christian critique of a New Age doctrine”, expresa: “Si Jesús creía y enseñaba la reencarnación, esta hubiera sido una oportunidad ideal para explicar las doctrinas del karma y la reencarnación; sin embargo, con una sola frase las excluyó como posible explicación”.
Es este silencio sepulcral sobre la reencarnación el que explica la actitud general de los cristianos con respecto al nacer repetidamente.
Gálatas 6:7 – “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
La segunda mitad del versículo, a primera vista parecería expresar una idea similar al karma. Una vez más, una lectura del verso en contexto es la llave para entender el significado.
La primera parte del verso establece que “Dios no puede ser burlado”, por lo tanto estamos tratando con un Dios personal, no con una ley del karma impersonal. En efecto, el verso se refiere a un Dios personal que nos hace responsables por nuestras decisiones y nos promete que seremos juzgados por ellas.
Segundo, el versículo siguiente explica la aplicación particular de la declaración Aquellos que siembran para la carne segarán corrupción, los que siembran para el Espíritu segarán vida eterna.
No existe en el pasaje ninguna implicación que sugiera la reencarnación. Por el contrario, el lenguaje de Pablo es el mismo que usa en 1 Corintios 15:36-58, donde el tema es la resurrección, exactamente la alternativa cristiana a la reencarnación.
4. ¿Creía Job en la reencarnación?
“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” Job 1: 20-21.
El argumento reencarnacionista: Job aquí dice que la persona retorna de nuevo después que muere. Esto habla claramente de la reencarnación.
Refutación: Job no habla del retorno del alma a otro cuerpo para volver a vivir, sino del cuerpo volviendo a la tierra o la tumba.
Dios le dijo a Adán “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ellas fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
La palabra hebrea para vientre es “Shammah”, y se usa en sentido figurado en la poesía del libro de Job para simbolizar la “tierra”.
La idea de “tumba”, con “tierra” y con “vientre”, están muy entretejidas en el pensamiento semítico —– Leamos Salmo 139: 15
“No fue encubierto de ti mi cuerpo, bie
n que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra.”
Veamos ahora algo de lo que se conoce como literatura judía de la sabiduría. Este libro que les señalo ahora no es inspirado, pero refleja el concepto que estamos enseñando ——- Eclesiástico 40:1: “Un penoso trajín ha sido impuesto a todos los hombres, un pesado yugo agobia a los hijos de Adán, desde el día en que salen del seno materno hasta aquel día en que vuelven a la madre tierra”.
¿Se dan cuenta? De la misma manera, Job utiliza la forma poética, la expresión “y desnudo volveré allá.”
Si insistimos en entender el pasaje literalmente, aun así no probaría la reencarnación de todas maneras. ¿Por qué? Porque interpretado sin considerar la cultura, el contexto, la gramática, etc., lo que dice es que Job sale del vientre de la madre, y al morir vuelve adónde? Al vientre de su misma madre, lo que es absurdo.
Segundo, el pasaje habla sólo de lo que sucede con el cuerpo físico. Job no está hablando del alma, o sea del componente inmaterial de la persona.
Tercero, Job no creía en la reencarnación. ¿Cómo lo sé? Acompáñenme a Job 19: 25-26, oigan lo que dice Job:
“Yo sé que mi redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”.
¿No les hace acordar esto a “lo corruptible se vestirá de incorruptible”, el concepto de 1 Corintios 15? — ¡El tema es la resurrección, no la reencarnación!
¡Job sabía que un día él sería resucitado en un cuerpo inmortal y físico!
Si Job hubiera creído en la reencarnación, o sea que sería reencarnado en otro cuerpo, en un cuerpo mortal para morir de nuevo, jamás hubiera dicho esto.
No hay base para reclamar que Job creía en la reencarnación
En fin, hay otros pasajes que los reencarnacionistas usan, Jeremías 1:4-5; Juan 8:58, Santiago 3:6, etc. Todos y cada uno de estos pasajes pueden presentarse como en favor de la reencarnación una vez que se quitan de contexto y del entorno histórico cultural. Pero cuando son interpretados en el contexto apropiado y dentro de la cosmovisión Judea cristiana, la interpretación de la Nueva Era puede, con toda confianza, ser depositada en cualquier recipiente que garantice su destino final en el basurero municipal. <>
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