Reacciones cristianas ante
“El Código Da Vinci”
en Argentina
ESTRENO LA VERSION DEL LIBRO PARA EL CINE
La llegada de la película sobre el polémico libro generó distintas reacciones en el ámbito evangélico en Argentina, aunque todas coincidieron en cuestionarla. El estreno de la versión cinematográfica del bestseller “El Código Da Vinci” generó reacciones en iglesias y organizaciones cristianas en la Argentina. La federación ACIERA (Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina) incluyó al film dentro de una “nueva ola de agresiones contra la fe cristiana, en la que se tergiversan conceptos históricos y bíblicos, bases fundamentales del cristianismo”.
En un boletín, la entidad “recomienda y solicita expresamente a nuestras iglesias y congregaciones que (…) aprovechen esta oportunidad para volver a enseñar con renovadas fuerzas sobre la divinidad, el Canon Bíblico, etc.”.
Las organizaciones apologéticas analizaron un día después del estreno de la película (el 17 de mayo en más de 200 cines sólo en la Argentina) el contenido del film. Aquí, algunos extractos de este análisis:
“El largo de la película (casi dos horas y media), junto a la casi constante iluminación sombría y el acompañamiento monocorde de una música de fondo que intenta transmitir la sensación de misterio, no ayudan a digerir la trama inverosímil y los personajes poco convincentes que ya aparecían en la novela. Pero el interés de quienes habíamos leído la novela iba más allá de la calidad artística de la película.
La incógnita estaba en saber si la información errónea y tendenciosa que salpicaba el libro y que había causado tanto escozor entre los cristianos aparecería con mayor o menor fuerza aquí. Por de pronto, no aparece la engañosa frase
“Todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces” que prologa la historia del libro. De haber aparecido en el cine, seguramente el efecto habría sido mucho mayor inclusive que en el libro. La información también es mucho menor, con los cual los errores son menores, rehenes de una trama que les quita credibilidad. Tampoco están las constantes referencias a los supuestos “expertos” del libro, quedando prácticamente toda la responsabilidad para “iluminarnos” con ideas extravagantes en un solo y poco creíble personaje, Leigh Teabing.
Inclusive, en el diálogo entre éste y la pobre Sophie Neveu, Robert Langdon comienza una tibia defensa de la verdad, a diferencia del libro, en que ambos están del mismo lado en todo momento. Como consecuencia, el efecto cuestionados de la fe cristiana que tiene ostensiblemente el libro se ve diluido considerablemente en la película, especialmente entre los espectadores que están acostumbrados a ver la ficción mezclada con la realidad como un recurso más de un relato fílmico”.
“Un cuento para niños”
Por su parte, el pastor bautista Samuel Libert compartió sus impresiones ante el estreno de esta película:
“Mucha gente se alarma por ‘El Código Da Vinci’, una producción cinematográfica basada en la novela del mismo nombre, cuyo estreno ha despertado curiosidad y polémicas en casi todo el mundo. Los que se alarman creen que esta película va a ser catastrófica para la religión cristiana y sus milenarias instituciones, porque contradice a la Biblia, denuncia los supuestos manejos del Opus Dei, y describe el romance de Jesucristo con María Magdalena, entre otras cosas. El público discute si todo eso es verdad o ficción. En realidad, la gente sabe poco o nada de historia bíblica, y millones de espectadores opinan sin haber leído jamás las Sagradas Escrituras del cristianismo. Muchos saben más sobre Harry Potter que sobre el profeta Isaías o sobre la epístola a los Filipenses. Algunos gobernantes asumen el poder jurando sobre Biblia que nunca leen ni obedecen. Poco importa, pues, que una película ponga en tela de juicio la veracidad de algún relato del Nuevo Testamento. Toda esta alarma parece más bien una maniobra publicitaria para lanzar al mercado un espectáculo que podría ser una especie de “Harry Potter para adultos.”. La alta crítica de los siglos XIX y XX también inventó historias sobre la vida de Jesús y sobre la Iglesia. Escribieron hombres como Voltaire, Robert Ingersoll, Ernest Renán, Taylor Caldwell, Jess Stearn, nuestro propio Lisandro de la Torre, y muchos más, sin lograr el derrumbe del cristianismo.
A la gente le agrada sentarse en la silla del trasgresor y atacar los altos valores de la fe. Va ahora al cine y alimenta sus dudas. Ignora que Jesucristo dijo “YO edificaré mi Iglesia”. Nada ni nadie puede derribar lo que Él construye. En realidad, no vale la pena rasgarse las vestiduras. Jesucristo y su Iglesia son inconmovibles”.
Marcos Witt: “Una porquería”
Consultado por la cadena de televisión Univision acerca del libro y la película, el pastor y líder de alabanza y adoración Marcos Witt recordó que el autor de “El Código Da Vinci”, Dan Brown,
“escribió un libro de ficción sobre una teoría que cuestiona las leyes de Dios, si la ficción es capaz de cambiar tu fe en Dios entonces esa fe nunca estuvo bien fundamentada. Yo, simplemente no tengo tiempo de leer porquería, si es algo que pone en duda mis creencias y desacredita a mi Señor entonces para mí es basura y lo descarto”.
Tomados de varias revistas y Periódicos cristianos de Argentina.
Fernando Martínez, Buenos Aires, Argentina.
Julio 15 del año 2005.
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