Los Pentecostales Unicitarios, conocidos también como Pentecostales del Nombre, Sólo Jesús, Apostólicos, etc., son acérrimos enemigos de la doctrina de la Trinidad. Ellos enseñan que Dios es uno y rechazan la existencia de una pluralidad de personas en la unidad de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son títulos que se refieren al mismo ser, a quien llaman Jesús, o en su defecto, el Padre. Reiteramos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son sólo títulos, roles, manifestaciones, modos de actividad, o aspectos relacionales de Dios para con los hombres.
Esta doctrina, conocida también como modalismo, fue una de las primeras herejías en atacar al cristianismo de los primeros siglos. Ha resurgido como un monstruo de siete cabezas en los últimos cien años de historia. Una de sus aberraciones más destacadas es que el Hijo es solamente el nombre del cuerpo físico de Jesús. Unos le llaman el “velo de carne.” Dentro del velo de carne que se llama “Hijo”, habita el Padre Eterno. De acuerdo con esta teología tan singular, el Hijo no es eterno, no es divino, nació en un momento de la historia y su rol tendrá su fin en el futuro.
Los persistentes ataques de los unicitarios a la doctrina de la Trinidad, no son más que una cortina de humo o una maniobra preventiva para evitar que su propia doctrina sea examinada y criticada a la luz de la Escritura. Siguiendo la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, muchas páginas de internet, incluyendo la de la Iglesia Pentecostal Unida, la denominación más conocida entre los unicitarios, publican innumerables trabajos denigrando la Trinidad. Uno de estos lo encontramos en http://www.ipuhispana.org/CTrinitarianismo.htm, bajo el título “Contradicciones del Trinitarismo.” Este artículo fue extraído, anuncia la página, del libro La Unicidad de Dios (Tomo I) por David K. Bernard, páginas 279 — 282. Básicamente, contiene 26 objeciones o preguntas que se suponen ponen en aprietos al cristiano y refutan la doctrina de la Trinidad. Todo cristiano interesado seriamente en defender su fe, tarde o temprano encontrará uno o más de estos argumentos en su camino.
El trabajo a continuación tiene como finalidad el contestar estas preguntas y a la vez, defender la doctrina de la Trinidad exponiendo los errores del razonamiento unicitario, representado aquí por el teólogo más conocido de la secta, David K. Bernard (ex-miembro de la Iglesia Pentecostal Unida). Otros ya lo han hecho en el pasado, pero hemos considerado necesario elaborar nuestra propia refutación por la razón de que, hasta donde sabemos, no existe nada en español que refute las 26 preguntas — si ya existe algo, pido disculpas y espero que nuestro trabajo sea, al menos, de carácter complementario a lo ya publicado. No reclamamos decir nada exclusivo o que no se haya expresado anteriormente. Plasmamos en esta obra conceptos que hemos aprendido de un sin número de autores, tantos que sería imposible hacer una lista de nombres y recursos para dar el crédito correspondiente. Entre tanto material, es posible que haya una que otra contribución nuestra, de las cuales ya hemos perdido el rastro y no sabríamos identificar. Pero antes de refutar los argumentos en forma de preguntas que plantea Bernard, consideramos necesario introducir brevemente la doctrina unicitaria de Dios.
La doctrina unicitaria de Dios
Cuando el unicitario dice que Jesús es Dios, el concepto detrás de la frase es: Jesús es toda la Deidad. De acuerdo con su doctrina, Dios es uno y no existen posibilidades de una pluralidad de personas en su Ser [1], y esa sola persona es el Padre [2].
En la teología modalista, el Padre es el Jehová del Antiguo Testamento, cuyo nombre final por revelación progresiva, es Jesús. Jesús es el nombre del Padre, o de Dios [3].
Es ese Dios el que luego desempeña el papel del Hijo de Dios cuando se manifiesta en carne. Para los unicitarios, Jesucristo es la manifestación del Padre en la carne — el mismo Dios revestido con carne [4]. Jesucristo era Dios ya que el Padre vivía dentro de su cuerpo humano [5]. Es en ese sentido que pueden decir que “Jesús es Dios””, algo que suena perfectamente ortodoxo para el que no conoce su doctrina. Pero cuando el zapato aprieta, vamos a ver que la persona de Jesucristo no es Dios para los unicitarios:
La Deidad de Jesucristo es el Padre — La deidad residente en Jesucristo es nada menos que el Padre. En otras palabras, el Espíritu en el Hijo es el Padre.” Bernard, La Unicidad de Dios, 131.
Lo anterior significa que en la persona de Jesucristo, según los modalistas, sólo una parte de Jesucristo es Dios. Dividen por ende la sustancia en dos, la humana y la divina. Por más que traten de arreglarlo en otras declaraciones, terminan con un Jesucristo que en ninguna manera es el Teantropos bíblico, el Dios-Hombre en toda su persona.
En cuanto al Espíritu Santo, es la modalidad en la que opera Dios, o el Padre, en la actualidad. En esta ecuación aberrante, el Espíritu Santo o Espíritu Eterno es también la persona del Padre [6].
Resultado final: tanto el Padre, como el Hijo, y el Espíritu Santo son la misma persona, i.e., Dios, cuyo nombre es “Jesús”:
“Está claro que los términos Padre, Hijo, y Espíritu Santo no pueden significar tres personas, personalidades, voluntades, o seres distintos. Pueden denotar solamente diversos aspectos o papeles de un ser espiritual–el único Dios. Ellos describen las relaciones de Dios para con el hombre, no personas en una Deidad.” Bernard, La Unicidad de Dios, 131.
Una variante importante en este esperpento teológico es que los nombres o títulos, Jesucristo, Jesús, Hijo de Dios, Cristo, Hijo del Hombre, pueden ser usados alternativamente para describir la carne, la humanidad, el cuerpo del Hijo [7]. Hijo de Dios es un título que los unicitarios usan mayormente para identificar l
a humanidad de Jesucristo — aunque cuando les conviene lo validan para describir a la humanidad y la deidad juntas en Jesucristo [8]. Este Hijo no es eterno, nació en un momento de la historia (de María), no existió en el pasado [9], y en el futuro dejará de cumplir su papel de Hijo [10].
Debido a esto, ellos determinan que no es posible hablar de un Hijo eterno, aun cuando la Biblia habla en tantos pasajes de la pre-existencia del Hijo de Dios. Explican estos pasajes, dependiendo del contexto, como si fueran proféticos o como si hubieran estado en la mente de Dios desde la eternidad. Es por ello que el Verbo es definido como un plan pre-ordenado en la mente de Dios, un pensamiento, un concepto abstracto que se hace sustancia cuando nace el Hijo. “Hijo” y las denotaciones derivadas sólo pueden ser usadas con relación a la Encarnación, o la humanidad de Dios, Jesucristo:
El Verbo — Juan 1 enseña de una manera hermosa el concepto de Dios manifestado en la carne. En el principio era el Verbo (griego, Logos). El Verbo no era una persona aparte o un dios aparte, tal como la palabra de un hombre no es una persona aparte de él. Más bien el Verbo era el pensamiento, el plan, o la mente de Dios. El Verbo estaba con Dios en el principio y realmente era Dios mismo (Juan 1:1). La Encarnación existía en la mente deDios antes que el mundo comenzó.” Bernard, La Unicidad de Dios, 63.
Con estas nociones básicas, pasamos ahora directamente a refutar las objeciones del Dr. David Bernard. Todas las preguntas a continuación que él plantea están basadas en las arenas movedizas de las falacias lógicas. Paso a demostrar.
1) ¿Tuvo Jesucristo dos padres? El Padre, es el Padre del Hijo (I Juan 1:3), pero el niño que nació de María fue engendrado por el Espíritu Santo (Mateo 1: 18, 20; Lucas 1:35). ¿Cuál de ellos es el verdadero padre? Algunos trinitarios dicen que el Espíritu Santo era meramente el agente del Padre en el proceso de la concepción — un proceso que ellos comparan a la siembra artificial.
El Dr. Bernard distorsiona aquí la doctrina de la Trinidad, así también como el lenguaje bíblico. Cuando el doctor lee “Padre” e “Hijo” su mente se transporta a un hospital de maternidad. Digo esto porque en otro lugar del mismo cuestionario, para negar la eternidad del Hijo, pregunta: “¿Quién fue la madre de Jesús en la eternidad?”
Es evidente que Bernard no conoce que “Padre” es un término que marca una relación, una comunión íntima. No significa que el Padre engendró literalmente a Jesús, eso sería doctrina mormona en su más grosera forma.
Bernard tiene razón cuando dice que los trinitarios entendemos que el Espíritu Santo fue el agente por medio del cual Cristo fue engendrado en María. Mateo 1:18 dice que “se halló que había concebido del Espíritu Santo” — heurethe en gastri echousa ek pneumatos hagiou — la preposición ek, seguida por el genitivo pneumatos (Espíritu), indica “agencia”, “medio.” Pero debe quedar claro que la Biblia en ningún momento dice que el Padre de Jesús fue el Espíritu Santo, como parece sugerir Bernard. La conclusión a la que nos quiere conducir Bernard es que el Padre y el Espíritu Santo son la misma persona.
Hace un tiempo argumentábamos en un debate sobre el mismo tema y decíamos lo siguiente:
Recordemos que Bernard da todas estas vueltas para negar la existencia de 3 personas y afirmar que Jesús, el Padre y el Espíritu son todos la misma persona. La falacia de Bernard es la falacia del falso dilema: ¿Quién engendró a Jesús? ¿El Espíritu Santo o el Padre? Su razonamiento va así:
- La Trinidad es falsa.
- La Biblia dice que Jesús fue engendrado del Espíritu Santo.
- Esto haría al Espíritu Santo el padre de Jesús.
- Pero la Biblia dice que el Padre engendró a Jesús.
- Por lo tanto el Espíritu Santo no puede ser una persona diferente al Padre. Y si no es una persona diferente, entonces es el Padre, o una manifestación del Padre, o el espíritu del Padre.
Jamás le pasaría por la cabeza a Bernard que las tres personas de la Trinidad están involucradas en el nacimiento de Jesús, de la misma forma que lo estuvieron en la Creación, en la Resurrección y en el proceso de Salvación (aspecto económico de la Trinidad).
Esto sucede porque Bernard lee la Escritura con sus presuposiciones como axiomas. “La Trinidad no existe” y “Dios no puede ser uno en un sentido y tres en otro.” Su razonamiento circular o falacia del círculo vicioso consiste en afirmar en la premisa lo que quiere comprobar con la conclusión (que la Trinidad es falsa).
2) ¿Cuántos Espíritus hay? Dios Padre es Espíritu (Juan 4:24), el Señor Jesús es Espíritu (2 Corintios 3:17), y el Espíritu Santo es un Espíritu por definición. Sin embargo, hay un solo Espíritu (I Corintios 12:13; Efesios 4:4).
Bernard comete aquí la falacia de categoría. En la pregunta confunde la naturaleza ontológica de Dios de la misma forma que obvia la doble naturaleza de Cristo, a pesar de reconocer en sus libros una especie híbrida de doble naturaleza en Cristo. Muy convenientemente evita mencionar que Dios es espíritu en su esencia (los cielos de los cielos no pueden contenerlo). Seguidamente pasa a dividir la naturaleza ontológica de Dios en 3 espíritus usando una ensalada de versículos.
Se olvida, cuando plantea la pregunta, que el Hijo, de acuerdo con la Trinidad, es totalmente Dios y totalmente Hombre en una sola persona, algo que Bernard dice creer en apariencia (usa las mismas palabras para describir un concepto diferente). No existe una parte de Dios en el Hijo, toda la naturaleza de la Deidad está en Jesús (Col. 2:9).
En realidad, no existen 3 Espíritus diferentes. Dios es espíritu y no puede ser dividido en 3 partes. Dios es indivisible, incuantificable e inseparable. Esto es lo que enseña la Biblia y la doctrina de la Trinidad. Es por ello que Jesús dice que el Padre y el Hijo habitarán dentro del creyente. El Espíritu Santo también mora en el creyente, de acuerdo con otros pasajes. Es un solo Espíritu, pero he aquí la diferencia: Cuando Bernard dice “sin embargo hay un solo Espíritu”, consecuente con su doctrina modalista, pretende hacernos creer que ese Espíritu es la misma persona manifestada de tres modos diferentes. Esa es la idea detrás del argumento. No obstante, el testimonio de la Escrituras establece que dentro de la Deidad existe una distinción de personas. A decir verdad, el mism
o capítulo de 2da. Corintios que Bernard cita, distingue claramente la diferencia entre Cristo y el Espíritu Santo (2 Cor. 3:3).
Bernard, además, comete la falacia del monigote de paja (mal representar lo que los trinitarios creemos) y la falacia ignoratio elenchi, no conocer la posición que se refuta.
3) Si el Padre y el Hijo son personas co-iguales, ¿por qué oró Jesús al Padre? (Mateo 11:25). ¿Puede Dios orar a Dios?
4) De igual modo, ¿cómo puede el Hijo saber tanto como el Padre? (Mateo 24:36; Marcos 13:32).
5) Así también, ¿cómo puede ser que el Hijo no tenga poder si el Padre no se lo da? (Juan 5:19,30; 6:38).
6) De igual modo, ¿qué de los otros versículos de la Escritura que indican la desigualdad entre el Hijo y el Padre? (Juan 8:42; 14:28; I Corintios 11:3).
7) ¿Murió “Dios el Hijo”? La Biblia dice el Hijo murió (Romanos 5:10). Si es así, ¿puede morir Dios? ¿Puede morir una parte de Dios?
Hemos aglomerado estas 5 preguntas porque todas ellas se originan en el mismo error. Todas adolecen de cometer la falacia de categoría, o sea, no reconocer las dos naturalezas de Jesús y entender que cuando Jesús tomó forma humana, tal como lo expresa Filipenses 2:5-10, se limitó en el uso de sus atributos de Deidad — no los perdió.
Jesucristo, durante su estadía en la tierra, se subordinó totalmente al Padre. Como humano es lógico que orara al Padre, que no supiera algunas cosas, que dependiera del Padre para muchas cosas. Esto es prueba de que Jesucristo fue totalmente humano (conservando plenamente su deidad) — eso es lo que enseña la doctrina de la Trinidad. Una maravillosa prueba de que como humano pudo pagar por nuestros pecados al morir en la cruz.
Información adicional:
Falacias Categóricas: Siempre que escuchen preguntas u objeciones por este estilo:
“¿Si el Hijo era Dios, quién sostuvo el universo por tres días cuando el estuvo muerto?”
“¿Si Dios no puede ser tentado, por qué el Hijo fue tentado?”
“¿Si el Hijo era Dios, a quién le oraba?”
“¿Como puede el Hijo ser Dios si no sabía cuando volvería?”
“¿Cómo puede el Hijo tener fe en Dios si él era Dios?”
“¿Si el Hijo era Dios, como pudo morir?”
Debemos tener presentes que estas interrogantes surgen de:
- La falla de no saber distinguir entre lo que se conoce en teología como el aspecto ontológico de la Trinidad y el aspecto económico, funcional o estructural de la Trinidad.
- No distinguir las dos naturalezas de Cristo.
- No distinguir las tres personas dentro de la Trinidad.
Estas fallas expresadas en preguntas se conocen con el nombre de falacias de categoría. En lógica se les conoce también como “preguntas sin sentido” (nonsensical questions).
He aquí, los aspectos de la Trinidad:
Trinidad Ontológica (“onto“: ser; “logos“: estudio de): También se le ha llamado la Trinidad trascendente. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son considerados como UNO en naturaleza, esencia o ser. Son co-iguales, co–omni, co-gloriosos, etc.
Trinidad económica, funcional o estructural: Describe al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo funcionando juntos para lograr un objetivo tal como la Creación, la Providencia o la Salvación. Cuando hablamos de la Trinidad soteriológica, por ejemplo, estamos hablando de las tres personas actuando o funcionando juntas como UNA para traer salvación a los pecadores. También se le conoce como la Trinidad inmanente.
Cuando la Trinidad está obrando para lograr algo, las tres personas dividen sus roles y responsabilidades. Aquí es donde entra la subordinación. El Hijo y el Espíritu se subordinan al Padre cuando funcionan juntos para traer salvación. El Padre es el que envía, y el Hijo y el Espíritu son los enviados a hacer Su voluntad en la tierra. Subordinación en el contexto estructural de la Trinidad, no presenta ningún problema para los trinitarios. El Padre es mayor que el Hijo en virtud de su rol de Enviador, mientras que Jesucristo es el Enviado. Que el Padre sea mayor en rango no implica lógicamente que sea mejor en naturaleza.
(Basado en The Trinity: Evidence and Issues, Robert Morey)
Ahora, observemos por un momento la pregunta # 7 de Bernard: ¿Murió “Dios el Hijo”? La Biblia dice el Hijo murió (Romanos 5:10). Si es así, ¿puede morir Dios? ¿Puede morir una parte de Dios?
Esta pregunta es un claro ejemplo de otra falacia lógica cometida por Bernard. Se llama la falacia de la presuposición oculta, y la comete doblemente. La primera presuposición oculta es la idea de que Jesús es toda la Deidad. Claro que en él habita toda la Plenitud de la Deidad, pero esto es diferente a decir que Jesús es la única persona de la Deidad. Cuando Bernard pregunta, ¿Puede morir una parte Dios?, obviamente repite su error de dividir a Dios en partes.
¿Es posible decir que Dios murió por nosotros? ¡Por supuesto! Si queremos ser más específicos, podemos decir que la 2da. Persona de la Trinidad, que es Dios, murió por nosotros. Cuando los trinitarios decimos que Jesús es Dios, no estamos diciendo que Jesús es el Padre, sino que Jesús contenía en sí la naturaleza divina, la esencia divina, el pleroma (Col. 2:9).
La otra presuposición oculta es que la muerte es sinónimo de exterminación, o extinción, o aniquilación. Jesucristo poseía un espíritu humano. En Lucas 23:46 Jesús dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” En este caso “espíritu” no es una referencia al Espíritu Santo, sino a su parte humana inmaterial (alma o espíritu).
Naturalmente que su naturaleza divina también se desprendió del cuerpo junto con su espíritu humano en el momento de la muerte (thanatos). Pero esto es muy distinto a decir, como lo hace Bernard, que en el momento de la muerte de Jesucristo, el Espíritu divino (el Padre) abandonó el cuerpo.
Para finalizar, veamos la pregunta número 5: ¿Cómo puede ser que el Hijo no tenga poder si el Padre no se lo da? (Juan 5:19,30; 6:38).
Las palabras del Dr. Ron Rhodes aclaran esta aparente contradicción:
“La cultura judía es importante de tener en cuenta. Entre los antiguos judíos era parte de la sabiduría común el que los hijos imitaran a sus padres. Por supuesto que los hijos judíos tenían la misma naturaleza que sus padres judíos (ambos eran humanos). De la misma forma, no obstante Juan 5:19 nos muestra a Jesús imitando al Padre, Jesús tiene la misma naturaleza del Padre (naturaleza divina). El comentarista bíblico Albert Barnes lo explica de esta forma: “Cuando se dice que Jesús no puede hacer n
ada por sí mismo, se expresa que tal es la unión que subsiste entre el Padre y el Hijo que el Hijo no puede hacer nada independientemente o separado del Padre …. en todas las cosas. El debe, por la necesidad de su naturaleza, actuar en acuerdo con la naturaleza y la voluntad de Dios …. No hay acción separada — no hay existencia separada; pero en acción y en ser, existe la más perfecta unidad entre El y el Padre.” Nosotros pensamos que es interesante notar que en este versículo hay un reclamo velado de deidad, porque expresa llanamente que “todo lo que el Padre hace, también lo hace el hijo igualmente.” El Padre es Dios. ¿Y quién aparte de Dios puede hacer las cosas que sólo Dios puede hacer? Ya que Jesús hace sólo lo que el Padre puede hacer, Jesús mismo es obviamente Dios (como el Padre lo es). El erudito bíblico Brooks Westcott, por lo tanto, declara que Jesús hace lo que el Padre hace no como mera imitación, “pero en virtud de Su igualdad de naturaleza.” Por supuesto, “las cosas que Dios hace son las cosas que Jesús hace; y las cosas que Jesús hace son las cosas que Dios hace.” Apología Cristiana, Vol. 3 — Núm. 4, Vol. 3 — Núm. 4, Centro de Investigaciones Religiosas, P.O. Box 846, Montebello, CA 90640 EE. UU., 15 de octubre, 1999.
8) ¿Cómo puede haber un Hijo eterno cuando la Biblia habla del Hijo engendrado, así claramente indicando que el Hijo tuvo un comienzo? (Juan 3:16; Hebreos 1:5-6).
Esta objeción es otro argumento desde la ignorancia, a los cuales ya nos tienen acostumbrados los unicitarios. El argumento se basa en una palabra en español, y no en el significado real que le daban los autores del Nuevo Testamento. Bernard ignora los lenguajes bíblicos y piensa que la palabra “engendrado” (unigénito) significa “creado” o “nacido” en cierto momento de la historia.
La palabra que los traductores de la Biblia traducen como “engendrado” es la palabra griega monogenes (monos: único; genos: clase, tipo, género). Monogenessólo significa “único en su género.” No tiene nada que ver con engendramiento o nacimiento. En Juan 1:18, 3:16 y otros pasajes, se usa la palabra monogenes y se traduce “unigénito.”
La palabra sólo indica que Jesucristo es único en su género. Monogenes es claramente un término que indica la relación íntima con el Padre. Alguien ha señalado inteligentemente que si la frase de Hebreos 1:5. “Yo te he engendrado hoy”, significa que Cristo no existió antes de Belén, la misma cita en Hechos 13:33 significa que Cristo no existió antes de su resurrección. ¿Para reírse, verdad? Esa es la mentalidad con la que tratamos cuando dialogamos con los Sólo Jesús.
El argumento de Bernard expresado como una pregunta tiene la finalidad de mostrarle al trinitario que el Hijo, Jesús, no es eterno. En la siguiente objeción explicamos brevemente la posición unicitaria respecto a esto. Pero a modo de introducción, digamos que Juan el Bautista tenía una idea totalmente contraria a Bernard. Juan sí supo que el Hijo era eterno. Recordemos que Juan había nacido 6 meses antes que su primo Jesús. No obstante exclamó: “El que viene después de mí es antes de mí; porque era primero que yo” (Juan 1:15). Más claro imposible, Juan el Bautista reitera el concepto en Juan 1:30, 33 y afirma, “Yo no le conocía”, explicando que Dios Padre se lo reveló. La declaración de Juan el Bautista es incontrovertible, habla de la pre-existencia del Hijo de Dios.
9) Si el Hijo es eterno y si El existía cuando se hizo la creación, ¿quién era Su madre entonces? Sabemos que el Hijo nació de una mujer (Galatas 4:4).
Llamarle ridículo a este argumento es ser bastante amable. En lógica, reitero, a estos argumentos se les llama non sensicals (sin sentido). Son tan irracionales como preguntar: ¿Puede usted dibujar un círculo cuadrado? Por definición un Hijo eterno no puede tener una madre.
Corresponde aclarar que para los unicitarios el Hijo no es eterno, sino que comenzó a existir en el vientre de María. Ese Hijo, o Hijo de Hombre, o Hijo de Dios, es la manifestación en carne humana del Padre, expresa Bernard en La Unicidad de Dios, p. 283:
“El Hijo de Dios es engendrado y no es eterno. El hijo de Dios existía desde toda la eternidad como un plan en la mente de Dios. El Hijo de Dios llegó a la existencia actual (substancial) en la Encarnación, al mismo tiempo en que el Hijo fue engendrado por el Espíritu de Dios. El Verbo de Juan 1 (el Logos) no es una persona distinta, sino es el pensamiento, el plan, la actividad, o la expresión de Dios. El Verbo se expresó en carne como el Hijo de Dios.”
Pero, ¿qué dice la Biblia?
¡Por supuesto que el Hijo es eterno! 1 Juan 1:1-2 dice: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada y la hemos visto, y testificamos y os anunciamos la vida eterna la cual estaba con el Padre y se nos manifestó).”
El pasaje dice que el Verbo o la vida eterna estaba con el Padre y se nos fue manifestada. “Vida eterna” es un eufemismo que se usa para denotar a Jesús. 1 Timoteo 3:16 dice que “Dios fue manifestado en carne.” El mismo Juan dice que Jesucristo vino en carne (1 Juan 4:2; 2 Juan 7).
¿Estamos de acuerdo que el que se manifestó fue Jesucristo? Bien. Si estamos de acuerdo, tenemos que darnos cuenta que Jesucristo estaba CON el Padre antes de manifestarse en la carne.
¿Estamos de acuerdo que lo que se manifiesta es una persona, no únicamente “vida eterna”? Bien.
¿En alguna parte de la Biblia dice que el Padre se manifestó en carne? En ninguna.
Cada vez que la Biblia dice que Dios se manifestó en carne, siempre habla del Hijo de Dios, de Jesucristo, NO del Padre.
Conclusión:
Lo que fue manifestado en 1 Juan 1:2 es una PERSONA. No se trata de una manifestación, o un concepto abstracto como la vida eterna (no digo que la vida eterna no exista). Tampoco era un pensamiento en la mente de Dios, algo que el Padre planeaba hacer el futuro, una profecía, una intención de Dios, como dicen los unicitarios.
Esa persona que se manifiesta o que vino al mundo ESTABA con otra persona llamada Padre antes de manifestarse.
No se puede estar CON el Padre y SER el Padre al mismo tiempo, como dicen los unicitarios.
Esto es coherente con: En el principio era el Verbo, y el Verbo era CON Dios, y el verbo era Dios.
Jesús no fue una mera manifestación. La “vida eterna” en Juan 1:2 es una persona. Si no es una persona, el Padre tampoco es una persona, porque así como Jesucristo estaba con el Padre, el Padre también estaba CON él.
“Estar con” y la presencia de sustantivos personales o individuales implica personalidad, identidad.
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Para cerrar esta primera parte, digamos que la idea unicitaria de que el Padre no es una persona distinta del Hijo es, en el análisis final, UNA NEGACION DEL PADRE TANTO COMO DEL HIJO.
El Padre es simplemente una máscara que la deidad modalista se pone para representar un papel. Por lo tanto, el “Padre” adorado en las iglesias unicitarias no es el Padre trinitario o bíblico.
Tampoco el Jesucristo de los unicitarios es el Jesucristo bíblico. Este punto es muy difícil de entender porque la secta aparenta glorificar al Señor Jesús. Esto no es así. Cuando un modalista rechaza la Trinidad, está rechazando al Padre bíblico, al Hijo bíblico y al Espíritu Santo bíblico.
Pasan, de esta forma, a predicar otro Jesús, otro Padre, y otro espíritu. <>
Notas:
Todas las citas a continuación pertenecen a La Unicidad de Dios, de David K. Bernard.
1] Nunca ha existido un misterio con respecto a “personas” en la Deidad. La Biblia claramente afirma que hay un solo Dios, y esto es fácil de comprender para todos. 68
2] El término Padre se refiere a Dios mismo—Dios en toda Su deidad. 99
3] Jesús es la culminación de todo los nombres de Dios del Antiguo Testamento. Es el nombre más alto y exaltado que jamás ha sido revelado a la humanidad. 54
— … porque Jesús esel nombre del Padre (Juan 5:43; Hebreos 1:4), del Hijo (Mateo 1:21), y del Espíritu Santo (Juan 14:26). 135-36
4] El [el Padre] se puso carne como un hombre se pone un abrigo. 62
5] El Hijo de Dios no es una persona aparte en la Deidad, sino la expresión física del Dios único … 99
6] Cuando hablamos del Espíritu eterno de Dios, queremos decirDios mismo, el Padre. 99
7] Usamos a Hijo para significar … la humanidad de Jesucristo. 133
–“Hijo de Dios se refiere a la humanidad de Jesucristo.” 100
8] El papel de Hijo no solo tuvo un empiezo, sino que tendrá, por lo menos en ún sentido, un fin. 106
9] “La Biblia define al Hijo de Dios como el niño nacido de María, no como el Espíritu eterno de Dios …” p.100.
“Muchos otros versículos de la Escritura revelan que solo podemos usar correctamente el término ‘Hijo de Dios’ cuando incluye la humanidad de Jesús.” 99-100
10] Como acabamos de declarar, “Hijo” no siempre se refiere solo a la humanidad sino a la deidad y la humanidad juntas como existen en la persona única de Cristo. 101
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