Contestando Argumentos de los Pentecostales Unicitarios contra la Doctrina de la Trinidad, Parte 2
Para el lector que inesperadamente avista esta segunda parte de nuestro tratamiento sobre ciertas objeciones planteadas contra la doctrina de la Trinidad provenientes del movimiento pentecostal unicitario, consideramos conveniente brindar una especie de introducción al tema. El movimiento pentecostal unicitario, conocido también con el nombre de Sólo Jesús, nombre que ellos resienten, se caracteriza por promover una doctrina sobre Dios llamada modalismo. En algunos casos, la doctrina es llamada sabelianismo, en relación a Sabelio, su mayor exponente en la antigüedad. Corresponde aclarar que la doctrina en sí, no solamente es enseñada por los pentecostales unicitarios (o apostólicos – otro nombre popular) sino que también es avanzada en otros grupos sectarios que no están asociados o afiliados con ellos. Si el lector no está versado en el tema, es de utilidad presentar ahora una breve perspectiva sobre el movimiento en general.
¿Quiénes son los Unicitarios (Sólo Jesús o Apostólicos)?
Usted los ha visto, o quizá conoce a alguien que concurre a una iglesia apostólica. También se les conoce bajo el nombre de Pentecostales Unicitarios, Pentecostales del Nombre de Jesús, Pentecostales Apostólicos, o simplemente Sólo Jesús.
Este último apelativo está fundado en la doctrina modalista sobre la naturaleza de Dios. Ellos niegan la doctrina de la Trinidad, o sea la existencia de tres Personas en la unidad de un solo Dios, co-existentes, co-eternas y co-iguales. En su defecto, enseñan que Dios es unipersonal pero que se manifestó de tres “modos” en la historia, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo. Esa persona que se manifestó de tres modos se llama Jesús y por lo tanto bautizan en el nombre de Jesús solamente, en lugar de hacerlo en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Al negar la pluralidad de personas en la Deidad, los apostólicos van contra toda la enseñanza bíblica, la cual establece que Padre, Hijo y Espíritu Santo son personas distintas, no la misma y única persona. Los apóstoles regularmente comenzaban sus epístolas orando por gracia y paz para sus lectores, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo. En Segunda de Juan, versículo 3, Juan dice que gracia, misericordia y paz vienen de “Dios el Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre.” Más claro imposible, Jesús no es el Padre — es el Hijo del Padre.
A su vez, Jesús habló del Espíritu Santo como “otro Consolador” (Jn. 14:16) que vendría una vez que él se fuera. Aún más, Jesús dijo que él enviaría al Espíritu Santo (Jn 16:7). Cuando el Espíritu Santo viniera, él no hablaría de sí mismo sino que glorificaría a Jesús (Jn. 16:14).
Al negar la Trinidad, los apostólicos rechazan el mensaje central del Nuevo Testamento — que Dios el Padre envió a su Hijo unigénito para que los creyentes fueran salvos (Jn. 3:16; Gál. 4:4). Por inferencia lógica, deben ser considerados definitivamente heréticos. Claro que puede haber entre ellos algunos cristianos genuinos que se encuentren confundidos debido a que la herejía modalista es una de las más confusas e internamente contradictorias en existencia.
Sumado al error garrafal del modalismo, y como prueba de que el error engendra error, los Pentecostales Unicitarios sostienen que para ser salvo uno debe ser bautizado con la fórmula específica que ellos usan (en el nombre de Jesús), la persona debe hablar en lenguas y debe mantener ciertas normas de santidad, entre las cuales se incluyen reglas en cuanto a vestimenta, corte de cabello, y la prohibición de ir al cine, ver televisión y cosas por el estilo.
Este legalismo ejerce una presión tremenda sobre los miembros de las iglesias, lo que sumado al conocido abuso de autoridad y control por parte de los pastores, produce a la larga personas y familias destrozadas.
Si usted, amigo lector, pertenece a una iglesia de éstas, le advertimos que no está en un iglesia cristiana, sino en una secta de carácter nocivo desde todo punto de vista. Usted podrá escuchar del pastor buenos consejos para usted, sus hijos y su familia, podrán utilizar la Biblia, predicarán con términos bíblicos y con apariencia de piedad, le hablarán de valores morales, de obediencia, de ser llenos del Espíritu etc., pero no significa que esto venga en el poder del Espíritu Santo. Todas esas cosas las puede enseñar un ateo, un psicólogo, una organización de gobierno, cualquiera puede hacerlo.
Pablo, instruyendo a Timoteo sobre los falsos maestros y sus doctrinas (2 Tim. 2), nos previene sobre los utensillos de oro y de plata, y otros de madera y de barro para usos viles. Dos tipos de utensillos, para honra y para deshonra. La distinción entre los verdaderos maestros de la Palabra y los falsos maestros es clarísima aquí.
Unos traen honor a Cristo. Los otros traen vergüenza. Son maestros sin valor, como la madera y el barro. No importa que tan populares sean, la madera y el barro no pasarán la prueba del fuego.
Si usted es un cristiano verdadero, y todos esos ataques contra la Trinidad, la doctrina del bautismo con la fórmula “correcta” y todo lo demás le suenan como lo que son, barro y madera, sepárese de esos falsos maestros y busque una iglesia de sana doctrina.
“Si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento de honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” 2 Timoteo 2:21
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De aquí en adelante, continuamos refutando los argumentos de David K. Bernard en su libro La Unicidad de Dios, p.p. 279-282. Las preguntas de Bernard están resaltadas en azul para facilitar la lectura.
10) ¿Renunció “Dios el Hijo” Su omnipresencia mientras que estaba en la tierra? Si es así, ¿cómo podría ser El Dios todavía?
Observe el lector la forma en que Bernard plantea la pregunta. En ella, pretende en forma subliminal, hacer creer al lector que los trinitarios creemos que Jesús fue solamente Dios y no humano al mismo tiempo. Jesús no dejó de ser Dios mientras estuvo en la tierra, sino que además de ser Dios, tomó naturaleza humana. Su encarnación no comprendió la substracción de su Deidad, sino que agregó una naturaleza adicional, la humana. El Dr. Bernard debe repasar Filipenses 2:5-11:
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombr
e, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
1) El texto no dice que Jesús se despojó de su Deidad, sino que en realidad se despojó de Sus derechos inherentes de Deidad y tomó forma de siervo para ser un ejemplo para nosotros.
2) El texto declara que que El era en forma de Dios o en la naturaleza de Dios, como lo expresa la Nueva Versión Internacional. Así como siendo en forma de siervo significa ser siervo por naturaleza, “forma de Dios” significa ser Dios por naturaleza.
3) La forma verbal “siendo” es un participio del tiempo presente y acarrea la idea de presente continuo, o sea de existencia continua. Este mismo pasaje afirma que un día toda rodilla se doblará y confesará que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre (2 personas claramente definidas, no la misma persona como dicen los unicitarios).
Es natural, entonces, que no haya usado sus atributos en la mayor parte de su ministerio, a los efectos de cumplir su misión redentora como hombre para poder redimir a los hombres.
En un sentido, por virtud de su unión con el Padre, en su esencia siguió siendo omnipresente. Es por ello que pudo decir que “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 18:20. De la misma forma, cuando Natanael se acercaba a Jesús, éste dijo: “He aquí un verdadero israelitta, en quien no hay engaño.” Natanael se sorprende y le pregunta a Jesús de dónde le conocía. “Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Juan 1:47-48), fueron las palabras de Jesús. Vemos aquí el claro uso de su omnisciencia, la cual demanda omnipresencia al mismo tiempo.
Ahora, si la presencia de Dios Hijo en la tierra significó renunciar a su omnipresencia, la presencia de Jehová en su trono (Sal. 11:4) significa que Jehová (a quién los unicitarios identifican como el Padre) renunció a su omnipresencia también, y según el razonamiento de Bernard, también dejó de ser Dios. Muy convenientemente, Bernard se olvida, cuando plantea la pregunta, de diferenciar entre la presencia localizada y la omnipresencia de Dios, algo que sí admite en la página # 32 de La Unicidad de Dios. Claro que Bernard sólo atribuye omnipresencia al Padre, no a Jesucristo. Recordemos que cuando Bernard dice “Dios” se refiere sólo al Padre. Es algo que debemos tener en cuenta cuando leemos los materiales unicitarios.
Pero lo interesante de todo esto es que Bernard plantea la pregunta con la finalidad de enseñar que Jesucristo era omnipresente pero no en su calidad de Hijo, sino de Padre. Recordemos que el Hijo, según la teología de Bernard, es sólo un cuerpo humano habitado por el Espíritu del Padre, y es en esta retorcida doctrina que Bernard encuentra la excusa para contestar su misma pregunta pero desde la perspectiva unicitaria. Veamos lo que dice tratando de rebatir que en el bautismo de Jesús hay 3 Personas presentes (Mat. 3:16-17):
Para poder entender esta escena correctamente, debemos recordar que Dios es omnipresente. Jesús es Dios y era Dios manifestado en carne mientras que El estaba en la tierra. Él no podría sacrificar Su omnipresencia mientras que estaba en la tierra, y no lo hizo, porque eso es uno de los atributos básicos de Dios, y Dios no cambia. Por supuesto, el cuerpo físico de Jesús no era omnipresente, pero su Espíritu sí era. Además, aunque la plenitud del carácter de Dios era residente en el cuerpo de Jesús, el Espíritu omnipresente de Jesús no podía ser contenido así. Entonces, Jesús podría estar en la tierra y el cielo en el mismo tiempo (Juan 3:13) y con dos o tres de sus discípulos en cualquier momento (Mateo 18:20). La Unicidad de Dios, 169.
La mente no entrenada puede que entienda estas palabras como perfectamente ortodoxas, pero cuando analizamos cuidadosamente el discurso de Bernard, nos damos cuenta de que está hablando de dos personas en un cuerpo: la persona humana (el Hijo) y la persona divina del Padre (el Espíritu) viviendo en el cuerpo de Jesucristo — puesto de otra forma, Jesús poseía un espíritu humano junto con un espíritu divino, dos personas habitando en un cuerpo, no de la forma que el Espíritu Santo habita hoy en el creyente, sino dos personas distintas bien definidas. Es aquí donde las doctrinas del modalismo y el nestorianismo se unen por el vértice. La doctrina nestoriana fue una herejía del 5to. Siglo propulsada por Nestorio, patriarca de Constantinopla. Avanzaba la idea de que en Jesucristo existían dos personas distintas, la divina y la humana.
Veamos lo que dice Bernard:
“Hay una verdadera dualidad, pero es una distinción entre el Espíritu y la carne, y no una distinción de personas de Dios. Cuando leemos un pasaje difícil en relación con Jesús, debemos preguntar si le describe en Su papel como Dios o en Su papel como hombre, o ambos. ¿Habla El como Dios o como hombre en este caso? Recuerde que Jesús tiene una naturaleza dual como ningún otro ha tenido.” La Unicidad de Dios, 168.
Vemos aquí que Bernard sutilmente suplanta o evita usar el término ”persona.” Lo reemplaza con los términos “Espíritu” y “carne.” La desviación puede pasar desapercibida, pero llega un momento que su maniobra es delatada, especialmente cuando Bernard dice que cuando Jesús oraba, era su carne la que oraba a su Espíritu. ¿Puede una naturaleza orar a otra naturaleza? ¿No se requieren dos personas en una oración?
Es este tipo de lenguaje, al que yo llamo hablar por los dos lados de la boca, lo que le permite a los unicitarios presentar a un Jesucristo con doble personalidad. Un Jesucristo que cuando habla alguna cosa que pone en dificultades o contradice la doctrina modalista (lo que es la norma en los evangelios), se le puede acallar con la idea de que algunas veces hablaba como humano y otras como Dios. Hacen trampas como los niños.
Los trinitarios también creemos en una naturaleza dual en Cristo, pero estas dos naturalezas confluyen en una sola persona y una sola sustancia, al contrario de la naturaleza dual presentada por Bernard, la cual a los efectos prácticos, degenera en dos personas o personalidades dentro de Cristo. El Credo de Calcedonia establece claramente la naturaleza dual del Cristo bíblico:
Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros,y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor.
Por más que los unicitarios reclamen que Jesucristo era una sola persona, lo que dan con la mano derecha lo quitan con la izquierda cuando consideramos todas sus declaraciones doctrinales en conjunto.
11) Si el Hijo es eterno e inmutable (invariable), ¿cómo puede el reino del Hijo tener un fin? (I Corintios 15:24-28).
Bernard trató con esto de antagonizar la inmutabilidad eterna del Hijo de Dios contra la condición temporal del reino mesiánico establecido cuando estuvo en la tierra.
La pregunta de Bernard es otro monigote de paja. Los trinitarios NO creemos que el reino mesiánico será eterno. El reino mesiánico comenzó con el ministerio de Cristo en la tierra y fue establecido cuando Cristo se sentó a la diestra del Padre en los cielos, y terminará 1) cuando retorne en su gloria, o en su defecto, 2) al final del milenio en la tierra, dependiendo de la posición escatológica sostenida por el cristiano.
Lo cierto es que el reino tendrá un fin. Pero lo que no tendrá un fin será la posición de Cristo como Hijo. “Tu Trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (He. 1:8), “Tú eres el mismo, y tus años no acabarán” (He. 1:12).
Pero hay mucho más escondido en la pregunta de Bernard, y para su infortunio el argumento se vuelve contra él, convirtiéndose en el argumento del suicidio o del tiro en el pie. Jesucristo dijo en Juan 5:26: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo.” Este es un reclamo muy serio por parte de Jesucristo, ya que afirma que él posee uno de los atributos incomunicables de Dios, o sea que sólo son propiedad de Dios. Me refiero a la auto- existencia. Este atributo conlleva la idea de que Dios no depende de nada ni de nadie para su existencia, él es vida en sí mismo.
Nosotros los humanos no somos auto-existentes. Ninguna criatura lo es. Dependemos de mil y una cosa para venir a la vida y para seguir existiendo. Somos lo que en filosofía se conoce como seres contingentes. Pero si Jesucristo fue creado en cierto punto del tiempo, no puede ser ni auto-existente ni inmutable, como dicen los unicitarios.
El problema es que Cristo los desmiente de plano cuando afirma lo contrario. Por lógica, un ser auto- existente (que tiene vida en sí mismo) debe ser eterno. La posición unicitaria encuentra aquí una de sus más vergonzosas derrotas. Estas cosas no pueden ser explicadas con sus ridículos argumentos tales como, “Jesucristo estaba hablando desde su divinidad, o sea, el Padre viviendo dentro de él”, o “el que hablaba era el Padre.”
La palabra clave aquí es “incomunicable”. Bernard, si alguna vez abrió un libro de teología sistemática, debe saber que los atributos incomunicables de Dios son precisamente eso, incomunicables. En otras palabras, hay atributos que son de Dios y no pueden ser transferidos o impartidos a ningún ser creado, entre ellos, la auto-existencia. Es por ello que el hecho de que el Hijo sea auto-existente implica necesariamente su eternidad.
Es obvio, a la luz de la declaración de Cristo, que él fue pre-existente como Dios Hijo antes de su concepción en el vientre de María. Ningún disparate usado por los unicitarios puede contra este argumento. Ni siquiera la forma en que describen la naturaleza dual de Cristo, la cual lo presenta como una especie de androide programado que a veces habla desde su humanidad y otras desde su divinidad, siendo ésta última, el Padre encerrado en un cascarón de carne. ¡Menudo trabajo tenía el Cristo unicitario apretando los dos botones diferentes según la ocasión!
Si frente a este argumento, el unicitario les dice que el que estaba hablando era el Padre, o que era la divinidad de Cristo hablando, es obvio que se equivoca porque el pasaje deja bien en claro que el que habla es el Hijo. Y como para ellos, el Hijo es solamente humano, es obvio, entonces, que el Padre le otorgó un atributo incomunicable de Dios a un humano, algo que sólo pertenece a Dios, y esto es imposible. Conclusión: Cristo es el Hijo de Dios desde la eternidad. Es de la misma esencia del Padre, pero no es el Padre.
12) Si al responder a las preguntas 3 a 11 decimos que solo el hijo humano de Dios era limitado en conocimiento y en poder, y que El murió, entonces ¿cómo podemos hablar de “Dios el Hijo”? ¿Hay dos Hijos?
La verdad es que ningún trinitario usa la expresión “el hijo humano de Dios”. Esta es una mala representación que Bernard hace de la posición trinitaria. Para los cristianos, el Hijo fue Hijo desde la eternidad, adquiriendo una naturaleza humana en cierto punto del tiempo, y continuó siendo la misma persona, el mismo Hijo de Dios, o Dios Hijo.
Una vez más, ésta es otra pregunta que ignora la doble naturaleza de Jesús, enseñada en la Biblia (Rom. 1:1-4; Rom. 9:5; Fil. 2:5-11; 1 Tim. 3:16). De acuerdo con los unicitarios, el Hijo, en su aspecto humano, no se diferencia del resto de los hombres. Tuvo un origen y tendrá un final, como ya explicamos. Pero cuando los trinitarios decimos que Jesús tenía dos naturalezas, indicamos que él era humano y divino al mismo tiempo, totalmente Dios y totalmente hombre en la misma persona.
Los cristianos, en perfecta armonía con la enseñanza judía intertestamentaria de que el Mesías era eterno, enseñamos, como lo hace el Nuevo Testamento, que Jesucristo no comenzó su existencia en el vientre de María. Por el contrario, El existió por toda la eternidad, fue pre-existente.
Por “pre-existencia” entendemos que mientras que el cuerpo de Jesús comenzó a existir en el momento de su concepción, su mente y el alma existieron antes de la concepción de su cuerpo de carne.
Jesús, es único, por lo tanto, porque fue el único hombre cuya alma pre-existió antes de su concepción en el vientre de su madre.
Mientras que los humanos comenzamos nuestra existencia en la concepción, El Hijo de Dios pre-existió antes de su entrada en el escenario terrrenal.
Bernard, al plantear esta pregunta, trata de crear una dicotomía inexistente. Primero, si bien Jesús fue humano, nunca dejó de ser Dios durante la encarnación, por ello es que podemos hablar de Dios Hijo, o “Dios el Hijo”, como lo pone Bernard. Como vemos, estamos hablando de una sola persona, un solo Hijo, no dos. Esta persona es la que murió en la cruz.
Segundo, convendría recordar a Bernard lo que el Credo de Atanasio dice, estableciendo correctamente la posición bíblica y trinitaria:
“[Jesús] Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Su sustancia, sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación … resucitó al tercer día de entre los muertos …”
Es importante que leamos lenta y concienzudamente el texto para darnos cuenta que el que murió en la cruz, fue el mismo que fue engendrado en el vientre de María, una sola persona, un solo Cristo, una sola sustancia, Hombre total y Dios Total. No, no hay dos Hijos en la doctrina de la Trinidad, señor Bernard.
13) ¿A quién adoramos y a quién oramos? Jesús dijo que debemos adorar al Padre (Juan 4:21-24), pero Esteban oró a Jesús (Hechos 7:59-60).
Bernard pretende establecer aquí que si Esteban oró a Jesús, entonces Jesús es el Padre. Me permito recordar al Dr. Bernard que probar que Jesús es Dios no prueba que Jesús es el Padre. Además, ¿para qué perder tiempo probando que Jesús es Dios? Los trinitarios ya creemos eso.
Una vez más, Bernard distorsiona la doctrina de la Trinidad. Esta dice que Dios es un Ser y que dentro de ese Ser encontramos 3 personas. Oremos a quien le oremos o adoremos a quien adoremos de las Tres, al ser las Tres una Deidad, estamos siempre orando o adorando a toda la Deidad. Al adorar al Hijo, al mismo tiempo adoramos al Espíritu Santo y al Padre.
Dios es incuantificable e indivisible, no puede ser dividido en partes. La Trinidad no consiste en tres individuos separados donde podemos adorar a uno excluyendo a los otros. Dios es un Ser, no tres seres. Dentro de ese Ser existen tres personas distintas, pero no separadas.
14) ¿Puede haber más de tres personas en la Deidad? Ciertamente el Antiguo Testamento no enseña tres, pero enfatiza la Unicidad. Si el Nuevo Testamento agrega al mensaje del Antiguo Testamento y enseña tres personas, entonces ¿qué hay para evitar revelaciones subsiguientes de personas adicionales? De igual modo podríamos interpretar algunos versículos de la Escritura para significar seis personas adicionales (Apocalipsis 3: 1; 5:6).
Primer error de Bernard: Razonamiento circular — Comienza con una proposición y supone que es verdad sin haberlo probado. Luego usa esa proposición no verificada para apoyar su conclusión y su conclusión para apoyar su primera proposición (o premisa). Además, es lógico que si uno comienza definiendo a Dios de forma que la Trinidad es imposible, naturalmente va a concluir que la Trinidad no es posible, 360 grados redonditos.
Segundo error: Supone que los trinitarios afirmamos que el Nuevo Testamento es el que introduce las tres personas de la Trinidad. Esto no es verdad. Para ver que los judíos no creían en un Dios unipersonal, ver mi trabajo “Jesucristo en el Antiguo Testamento” en la sección de Recursos Cristianos de www.IglesiaTriunfante.com y otras páginas. También se puede encontrar bajo el título “¿Es Jesús Dios en Realidad?”
Tercer error: Considerar que los simbolismos de Apocalipsis 3:1 y 5:6, así como otros, pueden ser entendidos como manifestaciones o personas de la Deidad (siete espíritus de Dios, los cuatros seres vivientes, etc.). Este recurso de Bernard es intelectualmente deshonesto. Claro que la Biblia utiliza varias figuras literarias metafóricas para referirse a Dios, pero eso no significa que éstas sean descripciones de personas adicionales en la Deidad.
Además, el lector debe notar que la pregunta de Bernard está basada en una proposición falsa, y toda conclusión derivada de una proposición falsa, es falsa. Obsérvese que Bernard dice “Ciertamente el Antiguo Testamento no enseña tres, pero enfatiza la Unicidad.” La falacia de Bernard, para empezar, se conoce como la “falacia cierta” – en otros casos varía y se le llama falacia obvia, evidente, etc. Esta se comete cuando la persona antecede a una proposición las palabras “Ciertamente, Obviamente, Evidentemente,” etc., y luego lo que dice a continuación no es ni cierto, ni obvio, ni evidente.
¿Enfatiza el Antiguo Testamento la Unicidad? Si bien en un sentido existe un énfasis en el concepto de que Dios es uno, éste no está relacionado con el aspecto numérico dentro de la Deidad, sino que es acentuado como la antítesis de la pluralidad de dioses en las culturas paganas y en el aspecto de la exclusividad de Dios, único en sus atributos y naturaleza.
Los unicitarios gustan hacer hincapié en una serie de versículos y pasajes donde Dios habla usando pronombres singulares, y creen que con eso ya han refutado la doctrina de la Trinidad.
No obstante, los trinitarios no tenemos ningún problema cuando encontramos palabras singulares aplicadas a Dios porque también creemos que Dios es uno. Esto parece ser ignorado por nuestros amigos unicitarios.
Un ejemplo de nombre singular para Dios lo encontramos en Números 23:19: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” En este versículo, se le aplica a Dios un nombre singular, “El”.
¿Nos preocupa esto a los trinitarios? ¡Claro que no! Desde que hay un solo Dios, esto no nos sorprende. Es perfectamente adecuado dentro de nuestra doctrina, que Dios hable en términos de “mí” y “yo”.
Pero cuando se trata de nombres, pronombres, adjetivos y verbos plurales, es frustrante para el unicitario encontrarlos en en Antiguo Testamento. La Biblia abunda en ejemplos. Desde que Dios es multipersonal, es natural que el Antiguo Testamento contenga pasajes donde Dios habla en términos como “nosotros” y “nuestro.” Nosotros sabemos que Dios es uno en un sentido y tres en otro. Esa es la doctrina de la Trinidad.
La doctrina de la Trinidad abarca tanto los plurales como los singulares. El pobre unicitario solo admite singulares, está preso es su propia concepción de Dios. No puede dejar que la Biblia hable por sí sola.
No es cierto lo que dicen acerca de que los judíos creían en un Dios unipersonal. Si los autores de la Biblia en realidad creían que Dios era solamente una persona, jamás hubieran usado en su gramática, nombres, pronombres, adjetivos y verbos en el plural. Pero eso es exactamente lo que hicieron.
¿Qué queda de los pasajes que los unicitarios mencionan? Desde el momento que usan nombres y modificadores singulares, es evidente que Dios está hablando como “uno.” Es la Deidad la que está hablando.
Pero, ¿por qué ignoran los pasajes con plurales (en hebreo)? Bueno, ya todos sabemos. Porque cometen la falacia lógica de la evidencia selectiva o parcial, es decir, citan solo la evidencia que les conviene e ignoran aquellas que contradicen su doctrina.
15) ¿Hay tres Espíritus en el corazón de un Cristiano? Padre, Jesús, y el Espíritu todos moran dentro de un cristiano (Juan 14:17, 23; Romanos 8:9; Efesios 3:14-17) Pero hay un solo Espíritu (I Corintios 12:13; Efesios 4:4).
¿No habíamos visto esta película antes? Otra vez Bernard distorsiona lo que la doctrina de la Trinidad enseña específicamente. No enseña que hay 3 espíritus separados, ni tres seres separados. La Trinidad es un Espíritu, un Ser, 3 Personas dentro de ese Ser. Convendría, a estas alturas, definir la Trinidad, para información de los unicitarios: Dentro de la unidad de un único Dios, existen 3 Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Estas 3 Personas comparten la misma naturaleza y los mismos atributos. Por consiguiente, estas 3 Personas son, lógicamente, el único Dios.
16) Hay un solo trono en el cielo (Apocalipsis 4:2). ¿Quien se sienta en él? Sabemos que Jesús se sienta allí (Apocalipsis 1:8; 18; 4:8. ¿Dónde se sienta el Padre y el Espíritu Santo?
Para contestar esta pregunta es importante saber qué busca probar el Dr. Bernard -específicamente, que Dios es una sola persona y esa persona se llama Jesús. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son solo manifestaciones de Jesús. Bernard trata de probar, por ende, que en el cielo sólo veremos a Jesús.
Apocalipsis 4:2 dice — “…… y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono UNO sentado.” [énfasis nuestro]
El hecho de que el versículo diga UNO es, según el modalista, prueba irrefutable de la unicidad de Dios. Aquí es importante indicarle al modalista que la palabra UNO no está en el texto griego. Pero si estuviera, ¿sería en referencia a qué? ¿A una persona o a un Dios?
Para frustración del modalista, en el capítulo 5 de Apocalipsis, a unos pocos versos de distancia, encontramos al que estaba en el trono (Ap. 5:1) – el Padre, según el contexto. También encontramos al Cordero, el único digno de abrir el libro, el cual se acerca al trono y toma el libro de la mano del que estaba en el trono (Ap. 5: 1-7). La identidad del Cordero es irrefutable, es Jesucristo. El punto es que hay dos personas claramente distintas en el texto. Lo mismo sucede en Ap. 21:23 y 22:3-5, donde dos personas son descritas en el texto. El modalista no tiene respuestas con sentido para estas cosas.
Analizando la pregunta de Bernard más profundamente, podemos ver que aunque conoce la doctrina trinitaria, una vez más la distorsiona para presentar su argumento. Una vez más quiere presentar la Trinidad como tres personas separadas e ignora que las tres son unidas en una misma esencia para constituir un solo Dios. De esta manera intenta confundir al trinitario.
Para una respuesta más amplia de “¿A cuántos veremos en el trono?, ver nuestro artículo titulado “La Pregunta Capciosa de los Modalistas?” http://www.calvarychapelamistad.org/modules.php?name=News&file=article&sid=47&mode=&order=0&thold=0
17) Si Jesús se sienta en el trono, ¿como puede sentarse a la diestra de Dios? (Marcos 16:19). ¿Se sienta o se para a la diestra de Dios? (Hechos 7:55), o ¿está El en el seno del Padre? (Juan 1:18).
De nuevo, Bernard hace gala de su hermenéutica sectaria, la cual atenta contra el sentido común y viola toda regla de interpretación posible.
Dios no tiene una diestra ni una siniestra. El Padre es invisible (Col. 1:15; 1 Tim. 1:17; 6:16. Estar a la diestra de Dios (sentado o parado – el texto griego en Hch. 7:55 expresa “parado”) significa ocupar un puesto de autoridad, de honor (Efe. 1:20-21). La diestra de Dios es también un lugar de descanso (He. 10:12) y un lugar de intercesión (Ro. 8:34). El Salmo 110:5 presenta a Jehová Padre sentado a la diestra de Jesús. En base a todo esto, las preguntas con la connotación de sentarse o pararse pierden todo sentido.
La referencia al seno del Padre es primariamente una de relación íntima con el Padre, no de ubicación. Claro que todas estas interrogantes de Bernard tienen el objetivo de que por un proceso de razonamiento erróneo, su interlocutor concluya que Jesús y el Padre son la misma persona.
Finalmente, digamos que el argumento de Bernard es el llamado argumento del suicidio porque gira 180 grados y tira por tierra la posición modalista. Al estar Jesús a la diestra del Padre, ¿cómo puede ser eso sin los dos son la misma persona?
18) ¿Está Jesús en la Deidad? o ¿está la Deidad en Jesús? Colosenses 2:9 dice que la Deidad está en Jesús.
Bernard comete aquí la falacia del falso dilema. Contrapone las dos opciones cuando en realidad no son frases opuestas sino que en un sentido, ambas son verdad, dependiendo del contexto en que se expresen.
- En Colosenses Pablo está corrigiendo los errores de los docetistas, una variante gnóstica.
- El término “pleroma” (plenitud) era usado por los gnósticos en Colosas. Naturalmente, Pablo lo usa para que ellos noten lo grave de su error. Estos maestros sostenían que un poder divino individual, una fracción del pleroma, residía en el Señor. Pablo contesta que la totalidad del pleroma habita en Jesús.
- La palabra “deidad” es única en todo el Nuevo Testamento. No se usa en ninguna otra parte. Significa “deidad absoluta”. Esto lo confirman todos los expertos en griego. Las definiciones son por el estilo de: El estado de ser Dios, la esencia misma de Dios, deidad en sentido absoluto, todo lo que Dios es.
- Una vez más, debemos recordarle a Bernard que probar que Jesús es Dios no es lo mismo que probar que Jesús es el Padre. <>
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