¿Plural Mayestático o de Excelencia?
Cualquier estudiante serio de la Biblia sabe que en Génesis 1:1 la palabra original “Elohim” es plural y es seguida por un verbo singular. Eruditos cristianos conservadores interpretan esto como un indicio de que hay más de una persona en la Deidad, pero éstas actúan como una unidad. Teólogos liberales, por otro lado, dicen que la palabra toma la forma plural para designar majestad. Muchos conservadores han estado de acuerdo con esto, y hasta el presente es aceptada en círculos teológicos la teoría del “plural de majestad”, “mayestático”, o de “excelencia.”
Se dice, para apoyar la interpretación, que los monarcas acostumbraban a referirse a ellos de esta forma. Ni la Escritura ni la literatura cuneiforme de la antigüedad apoyan la teoría. El Faraón de Egipto en tiempos de José — quien probablemente puede ser considerado como un ejemplo típico de monarca absoluto – regularmente se refiere a sí mismo en singular (Ej.: Gé. 41:15). Esto es importante ya que los críticos dicen que Moisés fue influenciado por el uso contemporáneo del lenguaje cuando puso el título de Dios en forma plural, a la manera de otros grandes de la época.
A través de los siglos siguientes, los israelíes sufrieron a manos de monarcas absolutos de los babilonios y los asirios. Ninguno de estos reyes se refirió a sí mismo en la forma plural. En el prisma de Senaquerib, columna 1, línea 11, y muchas veces de ahí en adelante, el rey se refiere a sí mismo en singular. La mismo sucede con Sargón, Salmaneser III (a quien los israelíes pagaban tributo), Tigla-Pileser III, y el rey de Moab, el famoso originador de la piedra moabita. Podemos concluir, por lo tanto, que la forma plural Elohim, seguida por un verbo singular, no es una idea tomada de otro lado sino un aspecto importante de la revelación de Dios.
Lo que es sorprendente es que gente fuera del cristianismo como modalistas y arrianos, siguen usando el argumento pluralis majestaticus, un cuento popularizado por el famoso académico judío Gesenius en el siglo 19. Pero aun más asombroso es que algunos cristianos ortodoxos cayeron en la trampa y le dieron validez a esta absurdidad.
Lo lamentable es que ahora, los antitrinitarios usan este caballito de batalla y lo aplican a TODAS las menciones plurales de Dios en la Biblia. Esto es una barbaridad porque si el principio fuera válido, solamente lo sería en lo relacionado con los discursos directos, i.e., con los “nosotros” y los “nuestros” (como lo intentó Gesenius). Pero los antitrinitarios hasta lo usan para escaparse de la connotación impactante del uso de la palabra plural “Elohim” en lugares como Génesis 1:1. Para vergüenza de ellos, como Génesis 1:1 no es un discurso directo, el recurso del plural mayestático cae en el ridículo. <>
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