la extraña interpretación unicitaria
¿Es posible negar la preexistencia del Hijo de Dios y llamarse cristiano? De ninguna manera. En el sistema doctrinal cristiano, la preexistencia del Hijo de Dios es tan importante como su Deidad. Cualquier sistema doctrinal que niega una de ellas se sitúa de facto en el campo herético.
Para aquellos que son capaces de leer sin ningún prejuicio, Jesucristo brota de las páginas de la Biblia como una sola persona de una naturaleza dual pero una sola sustancia, no dos personas en una, no dos naturalezas separadas sino dos naturalezas fusionadas formando una sola persona y sustancia ontológica. Es por ello que los trinitarios no necesitamos recurrir a jugarretas para explicar la persona de Cristo, mientras que los modalistas deben enseñar a sus seguidores a descubrir cuál naturaleza de Cristo habla (como si una naturaleza pudiera hablar). David K. Bernard, de la UPC (Iglesia Pentecostal Unida) escribe:
“Cuando leemos un pasaje difícil en relación con Jesús, debemos preguntar si le describe en Su papel como Dios o en Su papel como hombre, o ambos. ¿Habla El como Dios o como hombre en este caso? Recuerde que Jesús tiene una naturaleza dual como ningún otro ha tenido.” [1]
La Biblia, por el contrario, muestra que cuando Jesús hablaba lo hacía desde su única y sola persona. Por ejemplo, en Juan 8:24b, Jesús dice: “Porque si no créeis que YO SOY, en vuestros pecados moriréis”. Una lectura normal de la frase no deja duda posible de que Jesús afirma aquí su Deidad, y al mismo tiempo su eternidad, o para el caso, su preexistencia. Sin embargo, en la teología modalista el Hijo de Dios no es eterno, sólo el Padre lo es. Es por ello que el unicitario enfrentado con un pasaje como éste, no tiene más opción que decir que Jesucristo hablaba desde su Deidad, en otras palabras, el que hablaba era el Padre en él.
Recordemos que los modalistas enseñan que el Hijo es nada más que una “modalidad” o “rol” que el Padre asumió en cierto punto de la historia con el objetivo de lograr la redención de los pecadores. Como anoté antes, en la doctrina modalista el Hijo tuvo un comienzo. Bernard expresa:
“El rol del Hijo comenzó cuando el niño fue concebido en el vientre de María. Las Escrituras dejan esto perfectamente en claro … El Hijo fue hecho durante la ley – no antes de la ley (ver también Hebreos 7:28) … Hebreos 1:5-6 también revelan que el engendramiento del Hijo ocurrió en un momento específico y que el Hijo tuvo un comienzo en el tiempo … En todos estos versos es fácil ver que el Hijo no es eterno sino que fue engendrado por Dios hace casi 2000 años”. [2]
Esta es una noción axiomática para los unicitarios. Por supuesto que su exégesis es errónea. Se niegan, a su vez, a aceptar los otros textos de la Escritura que implican que el Hijo fue eterno y los re-interpretan a su manera para adaptarlos a su teología.
La teología unicitaria (o modalista) concibe a Dios como un ser unipersonal (este ser es el Padre y su nombre es “Jesús”), por lo tanto el Hijo no pudo existir en la eternidad junto con el Padre. Los pasajes que implican que el Hijo existió antes de Belén, según los modalistas, son simples referencias al plan futuro en la mente del Padre acerca de la venida del Padre en su modalidad de Hijo al mundo. Por medio de este razonamiento, ellos reducen al Hijo a un mero “plan” o “concepto” en la mente del Padre. David Bernard explica:
“El plan del futuro Hijo existió con Dios [el Padre] desde el prinicipio – como una idea en la mente de Dios”. {3}
De acuerdo con Bernard, el Hijo preexistió en la condición de un plan divino, no como una persona de la Deidad. Este es un reclamo sin apoyo bíblico con sentido. Uno de los ejemplos más claros y extremos de la extraña hermenéutica modalista es la explicación que dan sobre la introducción del Evangelio de Juan:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Jn. 1:1).
Tanto desde el punto de vista teológico como gramatical, Juan 1:1 refuta claramente la teología de toda secta o grupo aberrante que niega la Deidad y/o la preexistencia de Jesucristo. En el caso de los unicitarios todo lo que tenemos que hacer es ver Juan 1:1b: “y el Verbo era con Dios”, kai ho logos en pros ton theon. A pesar de la nítida diferenciación entre ho logos y ton theos marcada por la preposición pros (“con”), Bernard y otros escritores unicitarios insisten en lo siguiente:
“El Verbo o Logos puede significar el plan o pensamiento en la mente de Dios. El Verbo también puede significar el plan o pensamiento de Dios expresado en la carne, o sea el Hijo. ¿Cuál es la diferencia, por lo tanto, entre los dos términos, Verbo e Hijo? El Verbo fue preexistente y el Verbo era Dios (el Padre), de modo que podemos usarlo sin referencia a la humanidad. Sin embargo, el Hijo siempre se refiere a la encarnación y no podemos usarlo en ausencia del elemento humano”. [4]
La anterior es una grotesca desfiguración de lo que Juan realmente escribió. El apóstol dijo directamente que el Verbo era “con” (pros) el Padre. La preposición ”pros” varía de significados según el contexto. Cuando se aplica a personas, sin embargo, “pros” denota comúnmente una relación íntima y siempre una distinción entre las personas [5]. David Bernard trata de refutar esto diciendo que la palabra griega pros traducida “con” en el verso 1 es la misma palabra que es traducida “se refiere” en Hebreos 2:17 y 5:1. Juan 1:1, continúa diciendo, por lo tanto podría incluir en sus significados “El Verbo que se refiere a Dios, y el Verbo era Dios”, o, El Verbo pertenecía a Dios, y el Verbo era Dios”. [6]
Bernard, como es costumbre en todo autor unicitario, no menciona ninguna autoridad del idioma griego para apoyar su declaración. Su explicación de que “con” (‘pros’) debe ser traducido “se refiere”, basado en Hebreos 2:17 y 5:1, ignora la diferencia gramatical entre Juan 1:1 y los textos del libro de Hebreos. En Juan 1:1 dice ‘pros ton theon’ (“con Dios”), mientras que en Hebreos encontramos ‘ta pros ton theon’: “en lo que {‘ta’ pros} a Dios se refiere”. El uso del artículo neutro “ta” cambia el significado de “pros”. De esta forma podemos poner el argumento unicitario donde corresponde, en el archivo del olvido.
A. T. Robertson, el conocido experto en griego, conecta Juan 1:1 con 2 Corintios 5:8, “… y más quisieramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (pros ton kurion – “presentes con el Señor”). Robertson señala que Pablo tiene en mente la relación cara a cara, directa, con el Señor. Es por ello que pros expresa la relación íntima y especial que los cristianos tendremos cuando lleguemos a casa y estemos “con” (pros) el Señor. De la misma manera, Juan describe la relación entre el Verbo y Dios (el Padre).[7]
En la conclusión de nuestro estudio titulado El Abuso Unicitario del AT, señalamos que “la Hebrew/ Greek Key Study Bible enuncia que el verbo griego en, traducido “estaba” en la segunda frase del verso, mejor traducido debió leer “ya estaba”, y ofrece la siguiente paráfrasis para reflejar el verdadero significado en el texto griego:
Antes de que hubiera cualquier principio, el Verbo ya estaba…” [8]. Nota: La Biblia de las Américas y la Nueva Versión Internacional traducen el verso en similar forma.
Aun traducido en su forma más común, una lectura normal del verso nos revela que las palabras de Juan indican claramente que Cristo existió antes de la creación del mundo. La eterna existencia de Cristo es repetida en el verso 2: “Este era (ya era) en el principio con Dios”.
Cuando Juan escribió que el Verbo era con Dios, usó la preposición griega pros, que significa “hacia, cara a cara”, e indica movimiento en dirección hacia algo o alguien (Bullinger, The Companion Bible, Appendix 104, XV, 3). El uso de pros demuestra más allá de toda duda que el Verbo no estaba en Dios, no era posesión de Dios, ni una idea, plan ni proyecto, sino que coexistía como alguien distinto. Para afirmar más esto, Juan vuelve a usar pros también en el verso 2: “Este era en el principio con (pros) Dios”.
Las palabras del apóstol Juan destruyen todo argumento contra la preexistencia de Jesucristo y verifican la pluralidad de Dios revelada en el AT. Aquellos que proclaman que Jesucristo no existió eternamente como Theos y con Theos, son ciegos respecto a las palabras directas de la Biblia.
Razones de espacio y consideración al lector en este mundo moderno donde el tiempo nunca es suficiente, nos compelen a no cargar este artículo con una masiva presencia de citas de reconocidas autoridades mundiales en el idioma griego. Baste decir que a pesar de toda la evidencia en contra de la interpretación modalista, ellos insisten en que “el Hijo fue engendrado, no eterno. El Hijo de Dios existió por toda la eternidad sólo como un plan en la mente de Dios … el Verbo de Juan 1 (el Logos) no es una persona separada sino un pensamiento, plan, actividad o expresión de Dios”. [9]
¿Pueden los unicitarios citar alguna autoridad en el idioma griego para apoyar su interpretación de Juan 1:1?
No, no pueden. No existe un solo experto en el lenguaje griego que concuerde con la interpretación de Bernard o cualquier otro unicitario.
Un claro ejemplo lo encontramos en el artículo de Julio César Clavijo, titulado Juan 1-2 y el Logos. [10] Este escritor modalista escribe un largo ensayo donde pretende demostrar la versión unicitaria de Juan 1:1-2, pero en ningún momento cita a expertos en el idioma griego. El sabe que no existe ninguna erudición que apoye su interpretación.
¿Podemos prescindir del idioma griego para poder interpretar Juan 1:1b?
¡Por supuesto! Todo lo que hay que hacer es ver el uso de la palabra “con” en otros lugares de la Biblia. Ejemplos:
- “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María …” (Mt. 2:11)
- “Pasando de allí, vio a otros dos hermanos …y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo …” (Mt. 4:21)
- “Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.” (Mt.17:3)
- “Cuando llegaron a Roma … a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase”. (Hch. 28:16) etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc.
En todas las instancias, la preposición “con” siempre se usa para indicar la presencia de dos personas como mínimo.
¿Será cierto que el Logos, como un plan o pensamiento en la mente de Dios, era Dios mismo (el Padre) y no otra persona en la Deidad?
Julio César Clavijo, de pentecostalesdelnombre.com, asegura que sí:
Podemos afirmar que nuestros planes y pensamientos somos nosotros mismos.
PROVERBIOS 23:7
“Porque cual es su pensamiento [del hombre] en su corazón, tal es él”
Por esa razón el pensamiento de Dios es Dios mismo. Así la palabra o pensamiento de Dios es Dios: “el Verbo [la Palabra] era Dios” [11]
Esto es lo mismo que decir que no hay diferencia entre estar muerto y estar vivo. Siguiendo la lógica unicitaria, si José Luis de Jesús Miranda, el líder de la secta Creciendo en Gracia, piensa que él es Jesucristo Hombre, ¡significa que realmente lo es! Lo que un hombre piensa no lo define ni describe totalmente, él es mucho más de lo que piensa. Además, Proverbios 23:7, en contexto, no tiene nada que ver con la noción que avanza Clavijo. El hebreo entrega el verso literalmente: “Porque él [este hombre] es de los que os dice: ‘Come y bebe’, pero interiormente está llevando la cuenta”. El contexto trata con el hombre que aparenta ser generoso pero en realidad es un tacaño. La Nueva Versión Internacional capta bien la idea y la entrega así (en contexto):
6 No te sientes a la mesa de un tacaño,
ni codicies sus manjares,
7 que son como un pelo en la garganta.
«Come y bebe», te dirá,
pero no te lo dirá de corazón.
8 Acabarás vomitando lo que hayas comido,
y tus cumplidos no habrán servido de nada. (Pr. 23:6-8)
Esto debería enseñar a los unicitarios a buscar las palabras de un pasaje en el idioma original antes de usarlo para apoyar sus doctrinas. El tipo de aproximación unicitaria produce siempre una teología de revista cómica.
¿Cuál es el significado del término “Logos” en Juan 1:1?
Julio César Clavijo escribe:
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EL SIGNIFICADO DEL TERMINO LOGOS
LOGOS es una palabra griega que significa: palabra, relato, causa, comunicación, doctrina, intención, predicación, razón, dicho, nuevas, pensamiento, mente, plan, actividad, declaración, expresión, etc.
En el uso griego, logos puede significar la expresión o el plan como existe en la mente del pregonero—como un drama en la mente de un dramaturgo—o puede significar el pensamiento como proferido o de otra manera físicamente expresado—como un papel que se juega sobre el escenario. Juan 1 dice que el Logos existía en la mente de Dios desde el principio del tiempo. Cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios puso aquel plan en acción. El puso carne sobre aquel plan en forma del hombre Jesucristo. El Logos es Dios expresado. Como dice John Miller, el Logos es “Dios expresándose a Sí mismo.” Tomado del libro la Unicidad de Dios, escrito por DAVID K. BERNARD |
Así, en el pasaje de Juan 1:1, el LOGOS significa el pensamiento, el plan, la actividad, la declaración, o la expresión de Dios. [12]
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El autor primero nos da una definición de la palabra logos (sin referencia a ningún diccionario) bastante acertada. Segundo, ofrece una cita de David Bernard, quien se enfoca en las últimas definiciones (expresión, plan, mente, pensamiento) para luego insertar esas definiciones (condensadas en una) en el contexto de Juan 1. Finalmente, el autor concluye que ese es el significado de Logos en Juan 1:1. La única razón por la cual llega a tal conclusión es que su teología no le per mite observar el lenguaje ni el contexto histórico-literario correctos del capítulo 1 de Juan.
¿Quiso Juan transmitir el significado de Logos que los modalistas le dan (pensamiento, plan)? ¡Claro que no! ¿Por qué Juan usó la palabra Logos? El término Logos tenía un bagaje filosófico considerable en esa época. Los filósofos griegos, que también eran los científicos de aquel entonces, se preguntaban: ¿Cuál es la realidad de todas las cosas, la Verdad, el Logos, el Arche, el origen, la causa de todas las cosas? ¿Qué mantenía todas las cosas en su lugar en el universo?
Las respuestas fueron varias. Algunos decían que la causa y lo que sostenía todo eran las cuatro sustancias básicas (los 4 elementos), fuego, aire, tierra, y agua.
Demócrates afirmaba que toda realidad estaba hecha de unidades individuales (hoy les llamamos átomos).
Alguien más apareció con otro nombre, el NOUS = mente (había una mente detrás de todo).
Heráclito y los estoicos le llamaron LOGOS = La fuente de toda armonía y orden en el universo. Para ellos este Logos era una fuerza impersonal.
Filón (cuyo pensamiento fue una combinación de estoicismo con platonismo – 25 BC a 50 DC), fue el primero en definirlo como algo “casi personal”. Según Filón, este algo casi personal existía como alejado o distanciado de su creación. Era el instrumento con el cual Dios hizo el mundo, un intermediario entre Dios y la inteligencia humana, impersonal e inferior a la Deidad [13]. Muchos comentaristas, como ya dije, llegaron a concluir que el Logos de Filón era personal, y otros lo consideran impersonal, como el caso de W. E. Wine: “Para ellos [la escuela filosófica de Filón] el Logos era una idea impersonal que transmitía los pensamientos de Dios” (The Epistles of John, p.11).
Si éste último está en lo correcto, son los unicitarios los que promueven una doctrina originada en la filosofía griega, no los trinitarios como ellos suelen denunciar. Corresponde puntualizar que esta diferencia de opiniones en cuanto al Logos de Filón se debe, en mi opinión, a que Filón fue incoherente e internamente contradictorio en sus escritos. En este sentido podemos decir que los unicitarios, con sus doctrinas ilógicas y contradictorias, están emparentados con Filón.
En última instancia, es el apóstol Juan el que introduce el concepto de Logos como 1) cercano 2) personal 3) co-igual con Dios 4) distinto de otra persona llamada Dios y 5) encarnado. El texto de Juan 1 ni remotamente infiere que el Logos es una cosa abstracta como un plan, pensamiento, idea o intención.
El apóstol Juan tomó un concepto popular de la época y lo usó para presentar a Cristo, el Hijo de Dios, como el origen y creador de todas las cosas. El uso que hace Juan de la palabra Logos debe ser radicalmente diferenciado del uso de Filón de Alejandría y su escuela filosófica del 2do. siglo antes de Cristo.
Si el Logos es un plan o un pensamiento (un algo), ¿por qué se le describe con atributos personales?
El Logos o Verbo de Juan, considerado exegéticamente, es decir, si dejamos que el texto hable por sí mismo, tiene atributos personales:
1) Tiene la propiedad de estar con alguien. Estaba con (pros) Dios (1:1b). No estaba ahí como de mera compañía, sino en la máxima comunión posible con otra persona.
2) Es de la misma naturaleza que la otra persona: “y el verbo era Dios” (1:1c). Es Deidad.
3) Posee poderes creativos (1:3).
4) Se encarna (1:14). El mismo se encarnó en un acto voluntario. No fue “hecho carne” como equivocadamente traduce la Reina-Valera, sino que “se hizo carne” como bien lo entregan la Biblia de las Américas y la Nueva Versión Internacional.
5) Las referencias al Verbo siempre se hacen en la tercera persona del singular, usando el pronombre personal “él” (vs. 3, 4, 10, 15, 18). Un plan no tiene atributos personales.
Consideraciones finales
Por último, digamos que una de las evidencias más fuertes contra la posición modalista la encontramos donde muchos menos la esperan, en los pasillos de la sede mundial de los Testigos de Jehová en Brooklyn, Nueva York. El peso de la evidencia gramatical es tan aplastante que los peores enemigos de la Trinidad de todos los tiempos, los Testigos de Jehová, reconocen que hay dos personas en Juan 1:1. A los efectos de negar la Deidad del Logos, los Testigos de Jehová lo reducen a “un dios” (“y la Palabra era un dios” – Juan 1:1c), pero nunca llegan al extremo infantil de la interpretación unicitaria.
Nadie con un mínimo de seriedad y objetivdad puede leer el prólogo del Evangelio de Juan y concluir que “la Luz de todos los hombres”, el “unigénito Hijo” de l Padre, el Creador de todas las cosas, aquel para quien se usan pronombres personales para describirlo, es un plan, un pensamiento, o un mero concepto en la mente del Padre. <>
Notas:
1] Bernard, La Unicidad de Dios, 168.
2] David K. Bernard, The Oneness of God (Hazelwood: Word Aflame, 1983), 104-5.
3] Bernard, The Oneness of God, 183.
4] Bernard, The Oneness of God, 102-3.
5] Benjamin B. Warfield, Biblical Doctrines (Carlisle: The Banner of Truth Trust, 1929), 190-92.
6] Bernard, The Oneness of God, Chapter 4 http://ourworld.compuserve.com/homepages/pentecostal/One-Ch4.htm
7] Archibald T. Robertson, A Grammar of the Greek New Testament in the Light of Historical Research (Nashville: Broadman Press, 1934), 625.
8] The Hebrew/ Greek Key Study Bible, Zodhiates, Spiro, p.1315.
9] The Oneness of God, p.295.
10] http://www.ilustrados.com/publicaciones/EpAkEppAyubknlPGuO.php
11] Ibid.
12] Ibid.
13] A. Hilary Armstrong, An Introduction to Ancient Philosophy. (London: Methuen & Co. Ltd., 1947), 162., cit. http://www.earlychurch.org.uk/philo.php
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