Un análisis crítico del reciente libro “Un Falso Dios Llamado Trinidad”
En un libro que se escribe con la sola finalidad de atacar la doctrina de la Trinidad, nunca pueden faltar los reciclados argumentos que proponen que el concepto de la Trinidad se origina en el paganismo. César Clavijo, el autor de Un Falso Dios Llamado Trinidad, recurre a la consabida fábula cuando comienza el segundo capítulo, titulado La Trinidad y sus Orígenes Paganos, con el siguiente párrafo:
En este capítulo vamos a demostrar que el dios trinitario es producto de la descomposición religiosa y moral que se dio en Babilonia. El culto al dios trinitario pasó desde el paganismo religioso y filosófico a la cristiandad apóstata que lo adoptó como su dios. Vamos a demostrar que la trinidad fue algo muy común y bastante explícito en las religiones paganas, pero completamente desconocido en la enseñanza de las Escrituras Sagradas de Israel. Finalmente vamos a contestar algunas objeciones que han elaborado los trinitarios ante estos argumentos.
Como se aprecia, el autor comienza con grandes promesas. Promete demostrar muchas cosas, por lo que es lógico esperar que el resto del capítulo nos entregue argumentos sólidos que apoyen sus promesas. En lugar de ello, lo que encontramos es una serie de planteos plagados de falacias lógicas e información carente de respaldo histórico y académico.
Clavijo comienza su “investigación” histórica en Babilonia y escribe:
Para mostrar los orígenes de la trinidad, tenemos que remontarnos a Babilonia, la gran ciudad donde los hombres pervirtieron su camino delante de Dios y alejados del verdadero y único Dios, inventaron al dios trinitario.
Para explicarnos el “origen” de la Trinidad, Clavijo nos introduce a la historia de Nimrod, su esposa Semiramis y el hijo de Semiramis, Tamúz:
Pasado un tiempo después de la muerte de Nimrod, Semíramis quedó embarazada. Por supuesto, el niño no podía ser hijo de Nimrod porque este ya había muerto hace un buen tiempo. No obstante, Semíramis reclamó que ella había quedado embarazada porque el espíritu de Nimrod había sido capaz de fecundarla viniendo desde el más allá. Ella argumentó que el niño que iba a nacer, no era más que el mismo Nimrod reencarnado en su vientre para renacer. El nombre que recibió ese niño fue Tamuz, y fue conocido como el niño dios, o dios el hijo. Ella decía que ese niño era el salvador del mundo.
Según las fuentes que utiliza Clavijo, esta historia marca el inicio de la trinidad pagana babilónica, Nimrod, Semiramis y Tamúz. Lamentablemente para Clavijo y otros autores, la historia de Semiramis es una leyenda que tiene una infinidad de versiones. Realmente nadie está seguro de que esta reina haya existido. Las especulaciones más conservadoras ubican a un personaje de nombre fonéticamente similar en el período del imperio Asirio, lo que realmente hace imposible que estuviera casada con el Nimrod que menciona la Biblia.
Además, el imperio Asirio tenía su capital en Nínive, no en Babilonia, pero me imagino que existe libertad para ubicar a Semiramis en cualquier zona geográfica, ya que ella es una leyenda fruto de la imaginación de muchas civilizaciones paganas. Lo cierto es que las diversas historias de Semiramis, sus enamoramientos con diferentes personajes (incluyendo un rey de Armenia) no pasan de ser mitos y fábulas. Una de las versiones sugiere que Semiramis era la madre de Nimrod, y que éste se casó con su madre. Basar un argumento en tales arenas movedizas es exponerse al ridículo.
Clavijo continúa diciendo que “Semiramis (la diosa madre) y su hijo Tamuz (dios el hijo, o el niño dios) fueron adorados al igual que Nimrod (el dios padre) como unos dioses.” Esta es, según los antitrinitarios, la trinidad babilónica, de la cual los que creemos en la doctrina de la Trinidad heredamos, por imitación, el concepto trinitario. Obviamente, cualquiera puede ver las diferencias entre ambos conceptos, uno es una tríada de tres dioses separados y el concepto bíblico es un Dios en tres personas unidos en su esencia. Sumado a esto, no existe una madre en el concepto bíblico de la Trinidad. Comparar o relacionar cosas no análogas es cometer la falacia lógica de categoría.
Para zanjar estas diferencias y asociar el trío babilónico con la Trinidad bíblica, Clavijo surge con un ardid muy ingenioso. Veamos lo que dice:
Pero, a pesar de estar adorando a esos tres dioses, ellos sabían que la revelación original había sido la de un solo Dios verdadero. Entonces ¿Cómo podrían “armonizar” su politeísmo con el monoteísmo original? Lo que se hizo en Babilonia fue proclamar que Nimrod (el dios padre), Semíramis (la diosa madre) y Tamuz (dios el hijo) no eran tres dioses separados sino la emanación de un solo y mismo dios. Se argumentó que todos eran un solo dios porque emanaron de una misma sustancia divina. Así, ellos eran de igual sustancia. De ese modo fue como inventaron a la trinidad o al dios trino, que siendo tres no era tres sino uno. [subrayado del original]
Muy interesante, ¿verdad? Por supuesto que Clavijo no nos da ninguna referencia de dónde tomó esta información. A lo sumo, al final del párrafo que sigue al que vimos, da una nota al pie de la página relacionando el texto con la obra de Alexander Hislop, The Two Babylons, Chapter II, Section 1, Trinity in Unity.
Alexander Hislop fue un clérigo anglicano del siglo 19. Su obra, The Two Babylons, fue una diatriba con la intención de asociar la Iglesia Católica con el paganismo de Babilonia. Cabe aclarar que Hislop era trinitario y en ningún momento afirmó que la Trinidad era de origen pagano. El título de la Sección,Trinity in Unity (Trinidad en Unidad), es suficiente para discernir que su obra no tuvo como finalidad condenar la Trinidad. Por el contrario, su intención fue probar que el concepto de la Trinidad era inherente en las civilizaciones paganas, tal es así que crearon sus propias trinidades. En otras palabras, lo que los paganos pervirtieron fue la imagen del Dios Trino de la Biblia. Los antitrinitarios dan vuelta
el concepto de Hislop y lo utilizan para tildar a la Trinidad de pagana.
Para demostrar que Hislop era trinitario y que nunca pretendió negar ni refutar la Trinidad, basta citar algunas de sus palabras en el mismo libro y el mismo capítulo (p. 18) que cita Clavijo:
Mientras que cargada de idolatría, el reconocimiento de una Trinidad era universal en todas las naciones antiguas del mundo, probando qué tan profundamente arraigada estaba en la raza humana la doctrina primitiva en esta materia, la cual se destaca distintivamente en Génesis.
No solamente Hislop discierne la Trinidad de Dios en el libro de Génesis, sino que más adelante en su libro también llama a la Trinidad “la fe patriarcal original” y el “sublime misterio de nuestra fe.” Definitivamente, leyendo a Hislop en este tema, la persona honesta concluye que Hislop enseñó que las tríadas asirias, babilónicas, hindúes y otras, eran sólo corrupciones de la religión humana original. La existencia de tríadas alrededor del mundo, en otras palabras, no fue más que la expresión distorsionada y corrupta de un conocimiento inherente en la psiquis universal. La deshonestidad intelectual de los antitrinitarios queda en evidencia cuando tratan de usar los argumentos de Hislop para probar lo contrario de lo afirmado por él.
Si bien el libro de Hislop ya ha sido desacreditado por varias razones, en una cosa acertó: La existencia de tríadas paganas, en lugar de apoyar los desvaríos antitrinitarios, son elementos de prueba para la existencia de un Dios trino. Al respecto, Robert Watts escribe en New Apologetic: “Las tríadas paganas son fragmentos residuales de su perdido conocimiento de Dios, no diferentes fases en un proceso evolutivo, sino evidencia de una degradación moral y espiritual (Augustus H. Strongs, Systematic Theology, p.352, cit. http://www.letusreason.org/Trin8.htm).
Es crucial destacar, además, que la siguiente afirmación de Clavijo simplemente no es verificable:
En Babilonia tres seres humanos, usurparon la adoración y la gloria que se le debe dar al único Dios Verdadero, quien es nuestro Señor Jesucristo. Nimrod, Semíramis y Tamuz formaron una deidad trina, pues se argumentó que siendo tres que no eran tres sino uno. Enseñaron que ellos estaban perfectamente unidos como un solo dios.
La afirmación de que los babilonios argumentaron que sus tres dioses era uno, es inverificable. Ni un solo documento de la antigüedad constata tal cosa. Obviamente, Clavijo inventa esto para compararlo con los credos trinitarios, los cuales afirman que la Biblia enseña que hay tres personas en la unidad de la Deidad.
Otra cosa que tira por tierra el argumento de Clavijo, quien llama a la Trinidad una doctrina diabólica y reclama que las tríadas paganas eran una corrupción de la unicidad de Dios, es el número de dioses que integraban estas “trinidades.” ¿De dónde obtuvieron los paganos el concepto de tres? ¿Por qué no cuatro o cinco? Si el diablo fue el que fomentó esta distorsión, es evidente que es lo suficientemente inteligente como para crear el falso concepto más aproximado a la realidad del Dios trino que él conoció desde un principio. Si su invención hubiera consistido de cuatro, cinco o más dioses, los antitrinitarios modernos no podrían usar estos argumentos que los cristianos confrontamos hoy. Claramente, el enemigo anticipó este tipo de argumentos que hoy son enarbolados por los herejes de todos colores, Testigos de Jehová, Cristadelfianos, unicitarios, musulmanes, Fe Bahai, etc.
Por último, digamos que, como ya mencionamos al pasar, toda la tesis del libro de Clavijo está basada en el trabajo de Hislop en el siglo 19. Su obra, The Two Babylons, fue refutada hace un siglo y medio. El 17 de septiembre de 1859, el Saturday Review, dice en la página 340 (en referencia al libro de Hislop):
En primer lugar, toda la súper-estructura [del libro] se sostiene en la nada. Nuestra autoridad más antigua en cuanto a la historia de Semiramis, escribió en el comienzo de la Era Cristiana, y el historiador del cual obtuvo su información vivió entre 1500 y 2000 años después de la fecha que Hislop le asigna a la gran reina Asiria.
Segundo, todo el argumento arranca de la suposición de que todo el paganismo tiene un origen común. La semejanza accidental en detalles mitológicos se considera como evidencia para lo anterior, y no se otorga lugar para las elucubraciones naturales de la mente humana. Tercero, el razonamiento de Hislop crearía cualquier cosa de cualquier cosa. Con la ayuda de oscuros pasajes de historiadores de tercera, figuraciones de identidad sin base alguna, y torturando las raíces etimológicas, todo lo que sabemos y todo lo que creemos, puede ser convertido … en algo totalmente diferente. Finalizamos nuestro comentario de Hislop y su obra con la afirmación de que nunca antes conocimos la gran estupidez de la que es capaz la ignorancia de la poca instruida mente estrecha.
Por si lo anterior no es lo suficientemente convincente, digamos que la más contundente condenación del libro de Alexander Hislop, viene de un autor moderno que basó uno de sus libros en la información contenida en la obra de Hislop. Hablamos de Ralph Woodrow, cuyo libro Babylon Mistery Religion fue un bestseller en el decenio de 1970. Muchas de las ideas de su libro fueron tomadas del libro de Hislop. Una vez que Woodrow investigó rigurosamente su propia obra y las elucubraciones fantasiosas de Hislop, en un acto admirable de honestidad se retractó y escribió un libro refutando la hipótesis de Hislop (¿La Conexión Babilónica?). Veamos lo que dice Woodrow respecto al tema. La cita a continuación es tomada de su propia website:
Recibimos constantemente un alto número de pedidos del libro BABYLON MISTERY RELIGION, el cual ya no publicamos más … Durante mi experiencia cristiana inicial, cayó en mis manos cierta literatura sobre la mezcla del paganismo con el cristianismo. El libro de texto en la materia — frecuentemente citado y referido – era el libro THE TWO BABYLONS de Alexander Hislop (1807-1862). Durante años el libr
o ha impactado el pensamiento de mucha gente, desde aquellos en las sectas radicales hasta dedicados cristianos … Como el libro abunda en detalles y contiene una multitud de notas y referencias, yo supuse que era verdad. Pero a su tiempo descubrí que la “historia” de Hislop es mayormente una arbitraria compilación de mitos antiguos. El (Hislop) reclamó que Nimrod era un hombre negro grande, mal parecido; su esposa, Semiramis, era una mujer hermosísima de cabello rubio y ojos azules, una apóstata conocida por su estilo de vida inmoral, inventora del canto de soprano, originadora del celibato del sacerdocio, etc. [Hislop] dijo que … el hijo de Noé, Sem, mató a Nimrod, que Semiramis fue muerta por uno de sus hijos quien le cortó la cabeza, etc.
Estos y muchos de los reclamos de Hislop, llegué a darme cuenta, ¡que no podían ser sustanciados por ningún libro de historia reconocido! El reclamo básico de Hislop es expresado en su subtítulo “La Adoración Papal probó ser la adoración de Nimrod y su esposa”. Cuando yo revisé las obras de referencia, todas las enciclopedias, etc., ninguno de ellos decía nada acerca de Nimrod y Semiramis siendo marido y mujer. Ellos ni siquiera vivieron en el mismo siglo, como tampoco existen pruebas de que Semiramis fuera la madre de Tamuz …. Estas fueron todas invenciones de Hislop. (http://home.earthlink.net/~ralphwoodrow/books.htm) (Resaltado nuestro)
Como podemos ver, este libro de Hislop, escrito hace 150 años aproximadamente, cuando las ciencias de la antropología y la arqueología apenas estaban en estado embrionario, y la idea errónea de que todas las religiones paganas surgieron de una fuente común (Babilonia), ha sido completamente desacreditado. Sin embargo, Clavijo, el autor de Un Dios Falso Llamado Trinidad, promotor de la herejía modalista, no duda en usar los argumentos desprestigiados de Alexander Hislop, en un intento desesperado por reflotar la derrotada teología unicitaria y conquistar nuevos incautos para su causa.
En el resto del capítulo, Clavijo se esfuerza por mencionar un sin número de tríadas paganas alrededor del mundo, desde China hasta Centro y Sudamérica. Un simple vistazo a estos ejemplos dados por Clavijo, nos muestra que no existe ningún paralelo entre estas tríadas paganas y la Trinidad Bíblica. Ninguna de las tríadas paganas representa el concepto de 3 personas en un solo Ser (el concepto trinitario de Dios). Clavijo sólo afirma que las religiones paganas inventaron que los 3 dioses que integraban sus “trinidades”, eran en realidad un solo dios. Lamentablemente, no ofrece ninguna referencia o nota que nos lleve a una fuente académica de renombre que sostenga tal cosa. Todo se trata de un ejemplo más de la deshonestidad empleada por los autores antitrinitarios en general, y unicitarios en particular.<>
Todas las citas de Julio César Clavijo pertenecen a su libro, Un Falso Dios LLamado Trinidad, Capítulo 2 (http://www.pentecostalesdelnombredejesucristo.com/libros/falso/falso.htm)
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