Crisis de Conciencia
Por Raymond Franz
Antiguo Miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová
Un comentario por David A. Reed escrito en 1984
Este libro fue prohibido mucho antes de ser escrito. El autor, Raymond Franz, fue excomulgado por la Sociedad Watchtower en 1981 por haber comido con el dueño de su casa, también excolmugado anteriormente por la misma sociedad. A dos millones y medio de Testigos de Jehová les fue prohibido hablar con Raymond Franz, e incluso decirle “hola” si se cruzaban con él por la calle.
Y la Watchtower (La Atalaya) hace bien protegiendo a sus seguidores de ese hombre— si quiere mantenerles fieles. Raymond es el sobrino de Fred Franz, anterior presidente de la Sociedad Watchtower. Además, Raymond llevaba nueve años en el “top secret” Cuerpo Gobernante. La información confidencial que Franz revela en su libro es suficiente como para sacudir la fe de cualquier Testigo de Jehová —no en Dios, sino en la organización que pretende ser la portavoz de Dios.
¿Puede Juanito recibir un transplante de organo o deben sus padres rehusarlo? ¿Puede la Señora López hacer lo que su marido quiera en la cama, o debe negárselo? ¿Puede Jaime aceptar trabajo en el hospital como alternativa al servicio militar o debe rehusarlo e ir a la cárcel?
Si los padres de Juanito, Señora López y Jaime son Testigos de Jehová, sus respuestas proceden de la Sede de la Watchtower en Brooklyn, Nueva York. Y la última palabra la decide el Cuerpo Gobernante. Como miembro de este grupo selecto, Raymond Franz tenía que participar tomando las decisiones de los Testigos de Jehová en todo el mundo. Y como los votos del “Cuerpo” oscilaban—y millones de vidas de Testigos tambaleaban en la balanza—a Franz le daba cada vez más asco ver lo que estaba ocurriendo.
Un capitulo de su libro explica detalladamente la decisión del Cuerpo Gobernante en cuanto a un cierto tipo de conducta en la cama entre marido y mujer, que podría llegar a ser motivo de divorcio y excomulgación del grupo. Después de establecer la ley (La Atalaya, 1-12-72, pg. 734-736) numerosos matrimonies rompieron como resultado, Siete años más tarde (1979), el Cuerpo Gobernante cambio su postura y norma—con nada de disculpas por las vidas destrozadas y nada de ayuda par alas familias rotas.
De la misma manera, ellos registraron otros asuntos personales para sus seguidores, cosas como tratamientos medicinales, relaciones familiares, etc. Los Testigos de Jehová aceptaron las decisiones del “Cuerpo” como “Ley de Dios”, pero Raymond Franz sabía que cada decisión era un mero producto de caprichos humanos, opiniones y prejuicios de sus compañeros mientras discutían sus ideas y las sometían a votación. Franz recordó las palabras de Jesús
Dirigidas a los fariseos, “Y así han invalidado ustedes la palabra de Dios a causa de su tradición…porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas” (Mateo 15:6,9).
Como los Adventistas del Séptimo Día y otros grupos, los Testigos de Jehová niegan tomar las armas como soldados. Pero, a diferencia de otros, los Testigos rehúsan a hacer trabajos civiles en hospitales como “servicio alternativo”. Esta costumbre llegó a ser dudable en una serie de reuniones del Cuerpo Gobernante en 1978. Los Testigos dicen al juez que sus decisiones son el resultado de conciencia personal, pero en realidad cualquier Testigo que no siga las instrucciones de la Sociedad seria desasociado – o sea, incomunicado de ambos amigos y familia. En cada una de las reuniones en 1978, una decisión fue hecha permitiendo a los Testigos de aceptar servicio alternativo en los hospitales. En cada una de las reuniones la mayoría del Cuerpo Gobernante estaba a favor del cambio. Pero al final de las reuniones la resolución nunca llegó de ser aceptada por falta de un acuerdo de los tercios de la mayoría. Así, los jóvenes Testigos de Jehová tenían que seguir rehusando a trabajar civilmente en los hospitales con la posibilidad de ser encarcelados – a pesar de que la mayoría del Cuerpo Gobernante no tuviera inconvenientes.
Otra cuestión de “conciencia” por los Testigos de Jehová fue el asunto de tener una tarjeta de calidad de miembro de su partido político. Cuando el gobierno del país de Malawi, en Africa, exigió que sus cuídanos comparan y llevaran una “tarjeta de partido político”, la Sociedad Watchtower adopto una actitud clara en contra de tal asunto. Entonces los pobres Testigos de Jehová de Malawi no tenían más remedio que aceptar obedecer la Sociedad y ser encarcelados, recibir palizas y sufrir tormentos a manos del Gobierno Republicano de Malawi.
Mientras tantos en México los Testigos de Jehová solían tener el habito de sobornar a los oficiales del Estado para conseguir tarjetas que les identificaran como reservas quienes habían cumplido su año de servicio militar. Pero no tener la “cartilla” tendrían algunas molestias pero nada comparado a como sufrían los Testigos de Malawi.
Franz escribe en detalle como el Cuerpo Gobernante de la Sociedad Watchtower aprobó ambas normas, dejando a los africanos en apuros y permitiendo a los mejicanos escapar de las consecuencias solo comprando sus “cartillas” bajo mano. Usando una medida distinta e injusta para ambos grupos causo una tragedia para los Testigos en Africa y además, preparó el camino que Franz iba a tomar más tarde cuando experimentó como miembro de ese Cuerpo Gobernante la “Crisis de Conciencia”.
La última parte de su libro esta dedicado a los acontecimientos en cuanto a su expulsión del Cuerpo Gobernante y su excomunión de los Testigos de Jehová. Si no fuera por el escenario moderno y las cuestiones doctrinales propias de los Testigos de Jehová, su libro parecería igual como cualquier juicio de “herejía” durante la época de la Inquisición en España.
Aunque es verdad que las victimas de la Inquisición fueron quemadas en las hogueras, lo cual era mucho peor de lo que Franz sufrió, no podemos negar el hecho de que él ha pagado un precio muy alto e injusto perdiendo su subsistencia y familia. Pero, a pesar de todo eso, ya queda la sensación de que Franz es un autor hoy en vez de un cadáver, por la sencilla razón de que la Watchtower no puede ejecutar la pena de muerte. Pero igualmente, desde el punto de vista de ellos, Raymond Franz es en realidad un hombre muerto.
Crisis de Conciencia sería un libro de interés particular a cualquier Testigo de Jehová (si se atreve de leerlo). Pero, para todos en general, vale la pena leerlo porque nos da algo más para meditar en cuanto a nuestra relación con Dios y nuestra actitud hacia los hombres que intentan imponerse su autoridad religiosa.
©1984. Usado con permiso por David A. Reed, Comments From The Friends, P.O. Box 840, Stoughton, MA 02072, EE.UU. David Reed fue un Testigo de Jehová activo por 13 años incluso “pr
ecursor” de tiempo cabal por 2 años y 8 años de anciano. El libro se puede conseguir de LIBROS CLIE, Galvani, 113, 08224 Terrassa (Barcelona), España.
Escriba a: http://www.cftf.com/
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