¿Por Qué a la Gente Mala le Suceden Cosas Buenas?
No, no me equivoqué en el título. Sólo invertí el orden de la conocida interrogante planteada por el mundo cuando las tragedias ocurren. El Rabino Harold Kushner escribió hace un tiempo un libro titulado, ¿Por qué a la Gente Buena le Suceden Cosas Malas? Su respuesta es que Dios no tiene el poder para detener la maldad. Está maniatado por las leyes naturales y la voluntad del hombre. EL Teísmo Abierto, por su parte, coincide con Kushner en que Dios no tiene el poder para prevenir tragedias porque no tiene control sobre las acciones de sus criaturas debido a la forma en que ha diseñado el mundo. Claramente, el dios de Kushner y los teólogos del Teísmo Abierto, no es el Dios de la Biblia. Ambas posiciones son claramente heréticas.
¿Cómo responde el cristianismo en general al problema del mal y el sufrimiento? Al escuchar recientemente a un popular pastor penosamente intentar responder las consabidas y eternas preguntas por parte del público y los conductores de ciertos programas televisivos [1], ¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas? ¿Por qué Dios no impide tragedias como la de Septiembre 11, 2001? ¿Por qué Dios no interviene?, un solo pensamiento vino a mi mente: ¡Por favor, paremos de ofrecer excusas por Dios!
La gente no está esperando respuestas como, “Dios se especializa en traer bien del mal”, “El plan de Dios es como un tapete. El revés es una maraña incomprensible de fibras entrecruzadas y el frente es un hermoso paisaje”, “Los planes de Dios no los podemos comprender desde el punto de vista humano”, y otras cosas por el estilo. Estas cosas, si bien son verdad, no son las razones por las que el mal y el sufrimiento existen. Las preguntas son planteadas por dos tipos de personas, el confuso por un lado, y el pagano moderno que no pierde la ocasión de cuestionar la existencia de Dios, pero no se da cuenta de que al hacerlo brinda al cristiano preparado una excelente oportunidad para hablar claro:
“Me alegro que haya usted traído a Dios a la ecuación, porque esto me permite traer al hombre a la ecuación (Es aquí donde cambiamos el foco acusador de Dios al hombre). El mal, el sufrimiento, las tragedias, son el resultado de la depravación innata de los seres humanos. La Biblia dice que el corazón del hombre es más perverso y engañoso que cualquier otra cosa (Jer. 17:9) y que sólo Dios puede entenderlo. Es por ello que usted hoy plantea sus preguntas, porque quiere una explicación, y la explicación es que el pecado en el corazón del hombre es la causa de todas estas cosas malas que suceden.”
“Sumado a la maldad en el hombre, existe otro factor contribuyente que al combinarse con el primero, produce los terribles eventos que presenciamos en el presente, Septiembre 11, 2001, y muchos otros. La Biblia dice que ‘ya está en acción el misterio de la iniquidad’ (2 Ts. 2:7), un eufemismo para significar la actividad satánica. Traigo a Satanás a la ecuación, cosa que me imagino usted no objetará desde que usted trajo a Dios, a menos que usted piense que Dios existe pero Satanás no, lo que lo pondría a usted en precarias condiciones para seguir hablando del tema al dejarlo en evidencia como un simple charlatán. La influencia satánica, obrando en conjunto con el pecado del hombre, han sacado a luz en estos tiempos una clase de maldad ‘in creciendo’ que excede en proliferación y gravedad lo que el humano por sí solo puede producir.”
Lo anterior o algo por el estilo es la respuesta apropiada para entregar en un programa televisivo, donde el tiempo es limitado. No será lo que la gente quiere escuchar, pero es la verdad tal como está expresada en la Biblia. Como cristianos tenemos la obligación de decir la verdad, no atenuarla ni envolverla para regalo. Claro que el Dios de la Biblia no es impotente como el dios del Teísmo Abierto y del rabino Kushner. Dios tiene la solución a estos problemas y en su tiempo los corregirá, pero la pregunta del pagano moderno fue, ¿por qué ocurren cosas malas? Y la respuesta no es ningún misterio, ha sido revelada claramente en la Palabra de Dios, y no existe ninguna razón para que usted, como cristiano, no la sepa.
Algunos apologistas cristianos tienen también la costumbre de irse a la deriva cuando se les plantea preguntas como: ¿Por qué Dios permite que pasen estas cosas? ¿Dónde estaba Dios cuando surgió la Alemania Nazi? ¿Por qué Dios no interviene para evitar los genocidios? ¿O en el plano individual, la violencia y los crímenes? La respuesta bíblica es categórica:
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:28-32
Lo cierto es que Dios no interviene, por regla general, para evitar masacres como las de Ruanda y otras, desde la perspectiva nuestra. Digo desde la perspectiva humana porque sólo Dios sabe lo que él hace para detener cosas de las cuales nunca nos llegamos a enterar porque El ha intervenido. Los cristianos podemos identificarnos con este escenario porque si fuera por el enemigo de nuestras almas, hace ya tiempo que todos los cristianos hubiéramos sido destruidos.
Como hemos visto, Romanos 1 nos dice que por causa de nuestro pecado y rebeldía, Dios nos ha entregado a lo que nosotros realmente deseamos, nuestro pecado. Como no nos sujetamos a El y su autoridad, como queremos se libres e independientes de Dios, El finalmente dice: “Hagan lo que quieran, yo me cruzo de brazos para presenciar la tragedia y la carnicería resultante de vuestra rebelión. Quizá entonces consideren mis caminos.”
Otro punto que debemos compartir con el confuso y el escéptico es el hecho que las preguntas acerca del por qué Dios no interviene para impedir las tragedias tienen un ingrediente moral significativo. Las preguntas y los cuestionamientos siempre surgen cuando somos desvastados por una enfermedad fatal, una debacle financiera, o una tragedia de proporciones mayores, como un tsunami o un ataque terrorista de proporciones dantescas.
Greg Koukl, en su boletín de Noviembre/Diciembre 2005 [2], señala acertadamente que nuestra atención se centra sólo en las tragedias mayores, pero no pensamos en la masiva maldad de la cual nosotros somos responsables directos. Koukl escribe:
En Agosto 30, 2005 – el mismo día que fallaron los primeros dos diques y algunos de los vecindarios de New Orleans quedaron sumergidos bajo 6 metros de agua — me pregunto, ¿cuántos americanos estaban cometiendo adulterio en el resto de la nación? ¿Qué del efecto acumulativo de dolor personal y destrucción que resultó de todos esos actos individuales de pecado? ¿Qué de los embarazos no deseados (y abortos subsiguientes), las enfermedades sexualmente transmitidas, la vergüenza y la humillación? ……. ¿Qué de los hogares destrozados que dejan los divorcios causados por infidelidad? ¿Y los niños tramados que quedan emocionalmente a la deriva? No vi en los periódicos locales y nacionales ninguna indignación moral ni ninguna protesta contra Dios por permitir este mal. ¿Por qué? Porque los humanos no nos quejamos cuando la maldad nos hace sentir bien, sólo cuando nos hace sentir mal. [3]
El punto de Koukl es claro. Solamente protestamos por las tragedias, los reveses, y el mal que nos hace daño, que no nos agrada. Cuando se trata del pecado que nos agrada, el que nos hace sentirnos bien, el que da rienda suelta a nuestras pasiones y nuestro deseo de divertirnos, no preguntamos dónde está Dios para que intervenga. En otras palabras, elegimos nuestras tragedias morales según nos conviene.
Finalmente, un mensaje a los pastores y líderes de la iglesia cristiana. Si usted representa a Dios en un programa de televisión o radio, se supone que tiene algún conocimiento teológico, de lo contrario no asuma posiciones que no le corresponden. Usted tiene que saber que:
1. No existe gente buena desde la perspectiva bíblica. “Gente buena” es un cliché que se usa para describir gente sin antecedentes delictivos que llevan una vida relativamente productiva y pagan sus impuestos regularmente. Por otro lado, entre las tres mil personas que trágicamente perdieron la vida el 09-11-2001, el sentido común nos indica que había gente adicta a alguna sustancia, adúltera, homosexual, promiscua, envidiosa, jugadora, mentirosa, contenciosa, mal hablada, etc. Por supuesto que habría algunos más “buenos” que otros, es decir, su conducta pecaminosa no marcaría un 7.5 en la escala Richter, pero en definitiva, todos los que murieron ese día, si respetamos el veredicto de Dios en la Biblia, eran pecadores. Algunos podrían ser cristianos, o sea, pecadores salvos por gracia. Otros, pecadores que rechazaron la salvación de Cristo. Esta es la composición básica de la raza humana en la gráfica divina. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”, denuncia Pablo en Romanos 3: 9-20. No significa que todos los humanos son lo peor que pueden ser, sino que comparados con Dios no hay ninguno que pueda ser considerado bueno.
2. Parece que Dios no tiene ninguna intención de explicar el problema del mal y el sufrimiento más allá de lo que ha revelado en la Biblia. Y esto es, resumido, lo que ha revelado: “Esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Jn. 3:19) — palabras de Jesús.
Para el lector que no esté de acuerdo con esto, le sugiero que cuente las cosas buenas que han pasado y pasan en su vida, incluyendo aquellas necesidades básicas como tener un techo y alimento. Si es honesto, tendrá que preguntarse; ¿Por qué a la gente mala le suceden cosas buenas? <>
Notes:
- Hannity and Colmes – Fox News — Agosto 17, 2006, y previo show matutino en el mismo canal.
- Where was God when the recent hurricanes struck the Gulf Coast? Did He “evacuate”? Solid Ground, Gregory Koukl, Nov.-Dec., 2005.
- Ibid.
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