Sanidad en la Biblia
Una de las áreas que nos concierne a todos directamente es la sanidad. En nuestra fragilidad humana, todos somos susceptibles a enfermarnos en mayor o menor grado, ya sea con enfermedades comunes y pasajeras, otras más delicadas y de por vida, y otras fatales, las que resultan en una muerte prematura. Cuanto más avanzados en años, más propensos somos a los achaques causados por el desgaste “natural” (1) de nuestro organismo. Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a la reina de las enfermedades, la que a nosotros los cristianos nos llevará a la presencia del Señor, la muerte. También afecta a todos los que no son cristianos, diez de cada diez personas se mueren.
Considerando esta realidad, es lógico que surjan preguntas como: ¿Por qué Dios no siempre sana cuando oramos por una persona? O para ponerlo desde un ángulo más negativo, he aquí las palabras de un cristiano en un foro de Internet:
Resulta que en la iglesia cuando alguien se enferma, obedeciendo este versículo, los hermanos van a hacer oración por el enfermo, e incluso yo he ido con ellos. Llegamos a la casa del hermano, y efectivamente hay diversos problemas y enfermedades, como gripe, fiebre, o enfermedades graves. …… los diáconos de la iglesia e incluso el pastor de la iglesia van, se unge con aceite al hermano y éste no sana. Pero el pastor le dice que hay que creer y confesar con fe, y el hermano y todos confesamos con fe porque creemos, pero la realidad es que no se sana. Pasan algunos días y las gripes o los resfríos se sanan, (y se hubieran sanado incluso si no hubiéramos orado) y de eso se da testimonio de que Dios lo sanó, pero las enfermedades más complicadas no se sanan, como el caso de un hermano ciego y su esposa que le agarró una extraña enfermedad en el vientre que se hinchó tanto que finalmente murió y sus hijos quedaron huérfanos. Fui testigo que hubo todas las oraciones y toda la fe, he incluso la mujer abandonó el hospital porque dijo, Dios me sanó. Aun recuerdo como la enfermera se le rió en la cara. Pero la verdad es que a los días murió. Esto pasó hace ya varios años, y ejemplos como estos abundan. En la iglesia se sigue diciendo lo que dice la Biblia, de que Dios sana las enfermedades, pero en lo personal no he visto a nadie que se hubiera sanado. Cuentan testimonios, pero para el que tiene cierta formación universitaria y conoce algo sobre como funcionan los virus, las bacterias y ciertas enfermedades, no le meten gato por liebre. No sé si es que la iglesia no quiere admitir de que eso de la sanidad en realidad, al menos en esta iglesia nunca sucedió y dejar de engañarse a si mismos, o en realidad no se tiene el valor suficiente para enfrentar la verdad. (2)
La observación de este hermano, estamos seguros que corresponde con la realidad de su entorno, y con certidumbre podemos decir que en otros lugares las sanidades de tipo milagroso brillan por su ausencia. En lo que no estamos de acuerdo es con la conclusión inferida, y si bien el hermano quizá no quiso decir que Dios no sana hoy, no podemos evitar llevarnos esa impresión. Es ilógico generalizar partiendo desde un contexto geográfico particular o de nuestra perspectiva limitada. Pero sí es cierto que el número de sanidades que pueden ser atribuidas a Dios, a menor o mayor escala, no son tan numerosas y comunes como ciertos sectores dentro del cristianismo pretenden hacernos creer.
Aún en las famosas cruzadas de sanidad, las curas milagrosas que pueden ser comprobadas médicamente son escasas o inexistentes. En el decenio de los noventa, el Christian Research Institute pidió a Benny Hinn, el famoso “sanador”, que presentara pruebas médicas de sus sanidades. Hinn presentó sólo tres casos “documentados” que fueron luego encontrados fraudulentos. (3)
Seguidamente, trataremos con los temas de la sanidad que más conciernen a la comunidad cristiana. La presentación será sucinta a los efectos de no constituir una carga pesada para el lector. Esperamos que lo expuesto a continuación genere más interés en la investigación del tema, pero sobre todo que aporte claridad bíblica al tema de la sanidad.
Primera Distinción Clave
Es importante diferenciar entre la sanidad natural y la sanidad milagrosa. Ejemplos:
1. Sanidad Natural
A. El proceso o mecanismo de sanidad normal con el que Dios ha dotado al cuerpo humano.
Ejemplos:
1. Anticuerpos que combaten una infección.
2. Reconstrucción natural de tejidos.
3. Huesos quebrados que se fusionan con el tiempo.
4. Síntomas iniciales que permiten detectar enfermedades a tiempo.
B. A este proceso se le llama en la Escritura, una “bendición” de Dios. David agradece a Dios por las bendiciones diarias de la sanidad natural (Sal. 103:3). [Nota: En este sentido, el cristiano no erra cuando da testimonio de que Dios lo sanó de una gripe u otra afección pasajera. Hago esta referencia en relación a las palabras del hermano forista respecto a la aparente no participación de Dios en la sanidad]
C. La sanidad natural no puede ser llamada o considerada un “milagro”. Lo que ocurre regularmente en la vida diaria no son milagros.(4)
II. Sanidad Milagrosa
A. No relacionada en absoluto con el proceso natural de sanidad visto anteriormente. La sanidad milagrosa se origina y se realiza a partir de y por medio de poderes sobrenaturales. Sólo puede tener dos orígenes: el diablo o el Señor. Inferencia: No toda sanidad proviene de Dios.(5)
B. Sanidad milagrosa satánica:
1. Son varios los grupos sectarios y ocúlticos que reclaman sanidades milagrosas. Ellos aducen que estas sanidades son prueba de la legitimidad de sus creencias o de su grupo. Deuteronomio 13:1-5, por el contrario, nos advierte que esta prueba no es válida. Si las enseñanzas de estos grupos son erróneas, sus milagros son de Satanás.
a. Sanidades dentro del catolicismo (oraciones a María o los santos).
b. Sanidades mormonas.
c. Sanidad de los grupos llamados Ciencia Cristiana, Ciencia Religiosa y Unity School of Christianity. (6)
d. Sanidades en el contexto del movimiento de fe, G-12, Iglesia Universal del Reino de Dios (Brasil), campañas o cruzadas de sanidad llevadas a cabo por líderes que predican doctrina controversial dentro del cristianismo (no todas, por supuesto, ya que admitimos que a estas cruzadas concurren cristianos genuinos y por supuesto Dios puede sanarlos basados en su condición de hijos de Dios).
2. Sanidad Ocúltica — sanidades genuinas han sido documentadas en varias formas de magia o brujería, blanca y/o negra.
a. Pociones, amuletos, rituales, etc.
b. Sanidades demoníacas.
c. Curanderos, manos santas, botánicas, vudú, santería, etc.
d. Satanismo, Iglesia de Satanás. (7)
3. Sanación psíquico-moderna — sanidad que proviene supuestamente de gente que tiene “poderes”. Por lo general reclaman que el poder se los concede Dios.
a. Cirugía pasando manos o dedos sobre el órgano afectado (cirugía
psíquica). Brasil, Filipinas, etc.
b. Sanadores espirituales
c. Sanadores psíquicos no religiosos.
d. Sanidad originada en “confiésalo y reclámalo”.
e. Positivismo.
f. Visualización.
g. Sanidad por medio de hipnotismo.
h. Acupuntura, reflexología, homeopatía, y sanidades relacionadas con la
Nueva Era/salud holística (8)
C. Sanidades Milagrosas de Parte de Dios.
1. Estas sanidades suceden cuando Dios interviene sanando directamente con su poder soberano o por medio de terceros. Existen 35 incidentes de sanidad directa en la Biblia. Ejemplos:
a. Gé. 17 y 21: Abraham y Sara
b. Is. 38: 1-6: Ezequías
c. Lc. 7:1-10: el siervo del centurión
2. Sanidad indirecta (Dios usa un agente intermediario).
a. La mayoría de las sanidades registradas en la Biblia pertenecen a esta categoría. Ejemplos:
1. 1 Re. 13:1-6: Jeroboam sanado luego de la oración de un hombre (“varón de Dios”).
2. Hch. 3:1-16: el hombre cojo sanado por medio del ministerio de Pedro y Juan.
3. Hch. 28:8: el padre de Plubio sanado por la oración de Pablo.(9)
El Balance y Amor Bíblicos
Es importante no sostener posiciones extremas en cuanto a la sanidad. Por posiciones extremas me refiero a: “Dios siempre sana”, “Dios no sana hoy”, “La sanidad divina cesó con la muerte de los apóstoles”.
Estas posiciones son anti-escriturales y por lo general tienen como consecuencia la depresión, la desesperanza, y en muchos casos plantan dudas acerca de la fe cristiana y fomentan el abandono del servicio a Cristo. Descendiendo el espiral, pueden concluir en un acentuado escepticismo.
Posiciones extremas que tienen la audacia de decirle a un cristiano que no ha sanado por culpa de su propio pecado, o porque no tiene fe suficiente, hacen gala de presuntuosidad y ausencia total de amor cristiano. Denotan, incluso, una insensibilidad hacia los sufrimientos de otros, además de desobediencia al mandamiento bíblico de no juzgar por apariencias (Jn. 7:24). Elliot Miller, del Christian Reasearch Institute, declara que ha conocido a más de una persona que demostraba esta clase de desdén por las personas enfermas, a las que finalmente Dios las tuvo que acostar de plano en la cama padeciendo una enfermedad. Cuando vieron que su versión de fe y su fórmula de sanidad no funcionó, cambiaron de parecer (10).
Es evidente que la experiencia humana, si bien no debe usarse para interpretar la Escritura, podemos decir que en cierta forma es una guía para saber si nuestra doctrina está bien cimentada. Si tenemos la Verdad bíblica, podremos vivir lo que creemos y creer lo que vivimos. Francis Schaeffer acuñó esta máxima. En otras palabras, si no podemos vivir lo que creemos, nuestras creencias son falsas.
Preguntas Fundamentales
1. ¿Sana Dios Hoy?
a. No hay nada en la Escritura que diga que Dios no sanaría en el futuro.
b. Son demasiados los casos de sanidad bien documentados.
c. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (He. 13:8).(11)
2. ¿Sana Dios en toda ocasión?
a. La experiencia y las estadísticas son más que claras en cuanto a ésto. No, Dios no siempre sana.
b. Tampoco existe una promesa al respecto en la Escritura (que Dios sanará siempre).
c. Tampoco existe ning
ún ministerio en la Biblia que estuviera totalmente libre de enfermedades (Fil. 2:26,27; 2 Co. 12:7-10; 2 Ti. 4:20).
3. Cuando una persona no se sana ¿Es por falta de fe o de confesión positiva?
a. Respuesta: No, Dios nunca ha dicho que la sanidad, o cualquier otra cosa, dicho sea de paso, dependen de la voluntad o la fe del hombre. (Ro. 9:14-18).
b. ¿Cuánta fe tuvo Lázaro en la tumba? ¿O sus hermanas? Un cuidadoso examen del pasaje (Jn. 11) nos revela que la fe brillaba por su ausencia.
c. La falsa doctrina del movimiento de fe o confesión positiva hace sentir a la gente culpable y estorba la relación de ellos con Cristo.
4. ¿Hay sanidad en la expiación?
a. Yo creo que sí. Pero cualifico mi afirmación: Las sanidades que ocurrieron durante la historia y las que ocurren en el presente tienen su base teológica en el sacrificio de Cristo.
b. Ante la pregunta: ¿Está garantizada la sanidad en la expiación?, mi respuesta es “Sí, está garantizada, pero la recibiremos en el momento de la Segunda Venida de Cristo”.
c. El hecho de que algunos sean sanados hoy es sólo una sinopsis de lo que vendrá. Aún la persona que es sanada hoy morirá de todas maneras. Cualquier sanación del físico hoy, es incompleta y no transforma en inmortal a nadie.
d. Recibiremos la sanidad total en la Resurrección y ésta será final, perfecta y completa.
Consideraciones Finales
Hemos visto que aquellos que dicen que la voluntad de Dios es siempre sanar al cristiano, no tienen apoyo escritural en que basarse. Lamentablemente viven en un mundo de fantasía o dentro de una burbuja que puede estallar en cualquier momento.
Los ejemplos bíblicos deberían ser suficientes para mostrarles el error de su doctrina. El apóstol Pablo mismo padecía de una enfermedad que pidió a Dios quitar y Dios no lo hizo (Gá. 4:13-15; 2 Co. 12:7-9). Job ciertamente estuvo afligido con muchas enfermedades (Job 1-2). Timoteo y Epafrodito padecían de problemas médicos. En
ninguno de estos casos se dice que estas enfermedades fueron causadas por pecado o incredulidad. Dios obra en la enfermedad también. Hay razones espirituales por las cuales Dios la permite. En algunos casos, Dios se glorifica en las enfermedades y hasta en la muerte de las personas (Jn. 9:3; 11:4).
Finalmente, digamos que son muchos los pasajes de la Biblia que nos revelan que nuestros cuerpos se deterioran paulatinamente. Nuestros cuerpos en el presente son perecederos (se corrompen) y débiles (1 Co. 15:42-44). Pablo dijo que “nuestro hombre exterior se va desgastando” (2 Co. 4:16). La muerte y las enfermedades son parte de nuestra condición humana y estarán presentes con nosotros hasta el tiempo en que recibamos los cuerpos de la Resurrección, poderosos, incorruptibles, inmunes a toda enfermedad. (1 Co. 15: 51-55).[12] <>
Notas:
- La razón por la cual ubicamos “natural” entre comillas es que en la cosmovisión cristiana la palabra “natural” solo corresponde al mundo y la vida antes del pecado original. De ahí en adelante se convirtió en “innatural”. Pero no somos dogmáticos en cuanto a ello. La palabra “natural” se sobreentiende en la mayoría de los casos y corresponde con el estado natural de las cosas hoy en día.
- http://www.foroekklesia.com/showthread.php?s=&postid=190023#post190023
- Hank Hanegraaff, Christianity in Crisis, Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402, 1993, pp. 339-341.
- Robert Morey, The Encyclopedia of Practical Christianity, Christian Scholars Press, Las Vegas, Nevada 88119, 2003, p. 123.
- Ibid., p.123
- Ibid., p.123
- Ibid., p.123
- Ibid, p.124
- Ibid, p.124
- Elliot Miller, La Sanidad ¿Sana Dios Siempre?, artículo DH-018/SDP, Christian Research Institute, 1991.
- Robert Morey, The Encyclopedia of Practical Christianity, Christian Scholars Press, Las Vegas, Nevada 88119, 2003, p. 125.
- Ron Rhodes, The Complete Book of Bible Answers, Harvest, 1997, pp. 349-50.
Obras de Referencia:
- Robert Morey, The Encyclopedia of Practical Christianity, Christian Scholars Press, Las Vegas, Nevada 88119, 2003.
- Christianity in Crisis, Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402, 1993.
- Ron Rhodes, The Complete Book of Bible Answers, Harvest, 1997.
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