Respuestas al los Testigos de Jehová
- Si bien los Testigos de Jehová dicen que hay un solo Dios, ellos niegan el concepto bíblico de que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. La Watchtower enseña que solo el Padre es Dios (Jehová) y que el Hijo es la primera y gran creación de Dios, mientras que el Espíritu Santo no es una persona sino una fuerza como lo es la electricidad. La Biblia, sin embargo, declara que 1) Hay un solo Dios (Deut. 4:35, 39; 6:4; 32:39; Isa. 43:10-11; 44:6, 8, 24; 45:5-6; 46:9), y 2) El Padre es identificado como Dios (1 Cor. 8:6; Gál. 1:1, etc.), el Hijo es identificado como Dios (Jn. 1:1; Col. 2:9, etc.) y el Espíritu Santo es identificado como Dios (Hch. 5:3-4). La única conclusión lógica es que estas 3 personas son el único Dios. Esto es, básicamente, la doctrina de la Trinidad.
- Contrario a lo que la Watchtower enseña, Jesucristo no es un ser creado ni un ángel, sino el Creador, Juan 1:2-3; Col. 1:16; Apoc. 22:8-9.
- El Espíritu Santo no solamente es Dios, sino que también es una persona, de acuerdo con la Biblia, Juan 16:13-14; Hch. 8:29, 13:2.
- La Biblia es contundente en el concepto de que todos viviremos eternamente, ya sea en el cielo o en tormento eterno. Cielo: Juan 14:1-3; Apoc. 6:9. Infierno: Mat. 23:33, 25:41, 45; Apoc. 20:14.
- La Biblia es clara respecto a la resurrección corporal de Jesucristo. Mientras que los Testigos de Jehová dicen que Cristo resucitó como un espíritu, el mismo Cristo dijo a sus discípulos, quienes se espantaron porque pensaban que veían un espíritu: “Palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” Lucas 24:39.
- Una persona no gana la salvación por el hecho de que forme parte de la Watchtower. La Salvación es por fe solamente (Efe. 2:8-9) y tiene que ver con la relación de la persona con Jesucristo (Juan 3:3, 16-20; Hch. 4:12; Rom. 3:24-26; 1 Juan 1:7-10).
- Jesucristo no volvió en forma invisible en 1914 como la Watchtower muy convenientemente enseña para justificar su falsa profecía. La Biblia afirma que cuando Jesucristo vuelva “todo ojo le verá” (Apoc. 1:7).
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