¿Quiénes son los Apostólicos (Sólo Jesús)?
Usted los ha visto, o quizá conoce a alguien que concurre a una iglesia apostólica. También se les conoce bajo el nombre de Pentecostales Unicitarios, Pentecostales del Nombre de Jesús, Pentecostales Apostólicos, o simplemente Sólo Jesús.
Este último apelativo está fundado en la doctrina modalista sobre la naturaleza de Dios. Ellos niegan la doctrina de la Trinidad, o sea la existencia de tres Personas en la unidad de un solo Dios, co-existentes, co-eternas y co-iguales. En su defecto, enseñan que Dios es unipersonal pero que se manifestó de tres “modos” en la historia, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo. Esa persona que se manifestó de tres modos se llama Jesús y por lo tanto bautizan en el nombre de Jesús solamente, en lugar de hacerlo en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Al negar la pluralidad de personas en la Deidad, los apostólicos van contra toda la enseñanza bíblica, la cual establece que Padre, Hijo y Espíritu Santo son personas distintas, no la misma y única persona. Los apóstoles regularmente comenzaban sus epístolas orando por gracia y paz para sus lectores, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo. En Segunda de Juan, versículo 3, Juan dice que gracia, misericordia y paz vienen de “Dios el Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre”. Más claro imposible, Jesús no es el Padre — es el Hijo del Padre.
A su vez, Jesús habló del Espíritu Santo como “otro Consolador” (Jn. 14:16) que vendría una vez que él se fuera. Aún más, Jesús dijo que él enviaría al Espíritu Santo (Jn 16:7). Cuando el Espíritu Santo viniera, él no hablaría de sí mismo sino que glorificaría a Jesús (Jn. 16:14).
Al negar la Trinidad, los apostólicos rechazan el mensaje central del Nuevo Testamento — que Dios el Padre envió a su Hijo unigénito para que los creyentes fueran salvos (Jn. 3:16; Gál. 4:4). Por deducción lógica, deben ser considerados definitivamente heréticos. Claro que puede haber entre ellos algunos cristianos genuinos que se encuentren confundidos debido a que la herejía modalista es una de las más confusas e internamente contradictorias en existencia.
Sumado al error garrafal del modalismo, y como prueba de que el error engendra error, los Pentecostales Unicitarios sostienen que para ser salvo uno debe ser bautizado con la fórmula específica que ellos usan (en el nombre de Jesús), la persona debe hablar en lenguas y debe mantener ciertas normas de santidad, entre las cuales se incluyen reglas en cuanto a vestimenta, corte de cabello, y la prohibición de ir al cine, ver televisión y cosas por el estilo.
Este legalismo ejerce una presión tremenda sobre los miembros de las iglesias, lo que sumado al conocido abuso de autoridad y control por parte de los pastores, produce con tiempo personas y familias destrozadas.
Si usted, amigo lector, pertenece a una iglesia de éstas, le advertimos que no está en un iglesia cristiana, sino en una secta de carácter nocivo desde todo punto de vista. Usted podrá escuchar del pastor buenos consejos para usted, sus hijos y su familia, podrán utilizar la Biblia, le hablarán de valores morales, de ser bueno, etc., pero no significa que esto venga en el poder del Espíritu Santo. Todas esas cosas las pueden enseñar un ateo, un psicólogo, una organización de gobierno, cualquiera puede hacerlo.
Pablo, instruyendo a Timoteo sobre los falsos maestros y sus doctrinas (2 Tim. 2), nos previene sobre los utensilios de oro y de plata, y otros de madera y de barro para usos viles. Dos tipos de utensilios, para honra y para deshonra. La distinción entre los verdaderos maestros de la Palabra y los falsos maestros es clarísima aquí.
Unos traen honor a Cristo. Los otros traen vergüenza. Son maestros sin valor, como la madera y el barro. No importa que tan populares sean, la madera y el barro no pasarán la prueba del fuego.
Si usted es un cristiano verdadero, y todos esos ataques contra la Trinidad, la doctrina del bautismo con la fórmula “correcta” y todo lo demás le suenan como lo que son, barro y madera, sepárese de esos falsos maestros y busque una iglesia de sana doctrina.
“Si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento de honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” 2 Timoteo 2:21 <>
(Mira el tema de la Trinidad)
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