Pregunta:
Hebreos 9:27 dice “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después el juicio”. El versículo parece expresar con claridad que los hombres somos juzgados inmediatamente luego de la muerte. Por otra parte, la Escritura enseña que Jesucristo juzgará a los hombres en su Segunda Venida (Mt. 25:31-34; Hch. 17:31), y que además habrá un juicio llamado “el juicio del gran trono blanco” donde aparentemente comparecerán los destinados al lago de fuego (Ap. 20:11-14). ¿Por qué tanta información conflictiva?
Respuesta:
En realidad no existe contradicción ninguna. El juicio de Hebreos 9:27 es un “juicio de fe” y efectivamente toma lugar inmediato a la muerte de la persona. Un ejemplo claro es el de Lucas 16, donde inmediatamente después de sus respectivas muertes, el hombre rico se encuentra en el Hades y Lázaro, el mendigo, en el seno de Abraham o Paraíso. En este juicio la sentencia depende exclusivamente de la condición del alma del individuo con relación a Dios, por eso podemos definirlo como un “juicio de fe”, o sea, basado en la fe o falta de fe del individuo.
El segundo pasaje mencionado en la pregunta es la parábola de las ovejas y los cabritos, mal titulada en la Biblia como “El juicio de las naciones” (Mt. 25:31s). La parábola indica que en su Segunda Venida, el Hijo del Hombre, como juez y rey, separará las ovejas de los cabritos (las ovejas siendo los salvos y los cabritos los no salvos). No se trata de un juicio de naciones en forma corporativa, sino un juicio de gente entre las naciones. La segunda parte del verso 32 especifica que será un juicio a los individuos (“y apartará los unos de los otros”). Cualquiera sea la interpretación de la parábola y/o la posición escatológica del intérprete, no quedan dudas de que este juicio de separación ocurrirá durante la Segunda Venida de Cristo. Como vemos, esto no conflictúa con el juicio de fe de Hebreos 9:27.
Tercero y último, el juicio ante el “gran trono blanco” no incluye a los salvos sino a aquellos que rechazaron a Dios. Será un juicio de obras y sucederá previo a la creación del nuevo cielo y la nueva tierra (Ap. 20:11-15). Notemos que hasta la muerte y el Hades son lanzados en el lago de fuego. En otras palabras, los habitantes del Hades, el lugar donde el hombre rico de Lucas 16 fue a parar, serán transportados al lago de fuego, el lugar donde los incrédulos pasarán el resto de la eternidad luego del juicio del gran trono blanco.
Como nota adicional, digamos que los creyentes también pasarán por un juicio de obras, donde serán examinadas sus obras desde el momento de su salvación en adelante (1 Co. 3:10-15). A este evento se le conoce como el “Tribunal de Cristo” (Ro. 14:10; 2 Co. 5:10) y en él no se decidirá si la persona será salva o no, eso ya se decidió en el momento que la persona fue justificada por gracia por medio de la fe. Este procedimiento judicial tendrá como finalidad la entrega de recompensas eternas. Algunos creyentes, aparentemente, no tendrán ninguna (1 Co. 3:15). El tiempo en que ocurrirá este juicio es incierto, pero de acuerdo con la posición escatológica que yo profeso, sucederá en algún momento entre el rapto de la iglesia y la Segunda Venida de Cristo, y definitivamente mucho antes del juicio del gran trono blanco. Otros disienten con esta tesitura, y eso es perfectamente respetable.
Concluimos que una vez que estudiamos la Escritura propiamente, la contradicción sobre los juicios que plantea la pregunta inicial, desaparece ante el peso de la evidencia. <>
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