El Castigo y la Recompensa
. . . bltácora por Dennis Swick
A veces los padres les dicen a sus hijos, “haz esto y recibirás aquello.” Ésta es una forma de premiar al niño por su buen comportamiento. Si el niño se porta bien, quizá reciba un helado como su premio. Mi yerno a veces le dice a su hijo de 6 años, “si comes todo el brócoli de tu plato, te daré un helado como postre”. Ésta es una forma de premiar a mi nieto por haber comido algo que a él no le gusta.
Por otro lado, hace años a un niño se le podría castigar por medio de darle un castigo con un látigo. La frase que se repetía en ese caso era “perdona la vara y mima al niño”, frase que viene de Proverbios 13:24. Dice:
“Quienes no emplean la vara de disciplina
odian a sus hijos.
Los que en verdad aman a sus hijos
se preocupan lo suficiente
para disciplinarlos.”
Cuando yo era más joven, no se usaba un látigo, sino una paleta de ping pong. Cuando hacía algo malo y me castigaban, ¡caramba, las pompis me dolían muchísimo debido a esa paleta de pingpong! ¡Así que pensaba dos veces antes de hacer lo malo!
Hoy en día, en el 2008, no se castiga a los niños de la misma forma que se usaba hace 30 años. Ahora el castigo se hace por medio de premiar, o no premiar, a los niños. Eso se debe a lo que hoy en día se considera como “abuso del niño”. El abuso de los niños se puede definir como ser negligente, como abuso físico, sicológico/emocional o aun como maltrato sexual. En muchos casos se nota que a algunos niños sus padres los han golpeado, dejándoles moretes.i
La Disciplina y el Castigo
La palabra “disciplina” y la palabra “castigo” parecen tener dos significados diferentes.
La disciplina se define como “entrenamiento que corrige, moldea o perfecciona las facultades mentales o el carácter moral”.ii Incluye “el entrenamiento o la corrección” del carácter moral de uno:
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Job 5:17; Salmo 94:12 – Felices son los a quienes Dios corrige.
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Proverbios 22:6 – “Instruye al niño en su camino…”
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Proverbios 3:12; Hebreos 12:5-11; Apocalipsis 3:19 – Dios disciplina a quienes ama.
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Job 33:19 – Dios puede usa la enfermedad y el dolor para disciplinar.
La palabra “castigo” significa “sufrimiento, dolor, o pérdida que sirve como retribución: un castigo infligido por un proceso penal sobre uno que ha ofendido.iii Consiste de sufrir una pérdida como una retribución penal acorde con lo que uno ha hecho.
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Jeremías 17:10; Ezequiel 16:59 – Dios le da a cada uno la recompensa que merece. El castigo puede ser una de ellas.
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Job 34:11; Salmo 62:12; Mateo 16:27 – Dios paga según los hechos de uno.
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Mateo 25:46 – El castigo eterno es la separación eterna de Dios. Incluye el tormento (Apocalipsis 20:10).
Una recompensa, por el contrario, es diferente a “la disciplina” y “el castigo:” La palabra recompensa es “algo dado o recibido como paga por comportamiento digno o en retribución por actos malvados”.iv
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Hebreos 10:35 – La confianza es una recompensa.
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Mateo 6:1-6 – Lo que se hace bien en secreto, será recompensado por Dios.
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Mateo 5:12 – El Cielo, y todo lo que hay en él, es una recompensa.
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Colosenses 3:24 – Una herencia es una recompensa.
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Salmo 58:11 – Los justos serán premiados.
Hay consecuencias por todo lo que hacemos. Gálatas 6:7-8 dice,
“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios.
Siempre se cosecha lo que se siembra.
Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa
cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte;
pero los que viven para agradar al Espíritu,
del Espíritu, cosecharán vida eterna.”
El pecado se puede definir por lo que Santiago 4:17 dice,
“Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.”
Lo que sembramos (lo que decidimos hacer a propósito) es lo que cosecharemos (las consecuencias de la decisión que tomamos).
Aquí hay una lista de las consecuencias del pecado.
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Esclaviza nuestra naturaleza pecaminosa (1 Corintios 3:3)
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No hay paz (Isaías 57:21)
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Uno será separado de Dios (Efesios 4:17-19)
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El sufrimiento de vergüenza y desgracia (Génesis 3:7; Proverbios 3:35; 13:5).
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Las consecuencias del pecado llevan a la muerte, tanto física como espiritual (Romanos 5:12; 6:23; Gálatas 6:8)
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El castigo máximo es ser separado de Dios para siempre (Apocalipsis 21:8)
Ahora, el asunto de un castigo o una recompensa justa es que tiene que ser aplicada justamente. La palabra “justa” se define como “ser honorable y justo en el trato o en las acciones de uno; ser consistente con lo que es correcto moralmente o lo que uno merece.”v Puesto que Dios es justo (Deuteronomio 32:4, a la vez es moral (Deuteronomio 32:4; Salmo 145:17).
Hay ejemplos de hombres buenos y justos que trataron de actuar justamente. Abraham Lincoln era uno de ellos. En la Proclamación de la Decimotercera Enmienda, Abraham Lincoln ha llegado a personificar un modelo de justicia en los derechos humanos, ya que estaba en contra de la esclavitud. Pero el ejemplo más grande que tenemos es Dios. Él, debido a su naturaleza propia, es justo (Isaías 30:18). Ama la justicia (Salmo 99:4; Isaías 61:8). No muestra parcialidad en Su justicia (Deuteronomio 16:19). No cambia (Malaquías 3:6). Él es lo mismo en el pasado, en el presente, y en el futuro (Hebreos 13:8; 1 Reyes 8:27; 2 Crónicas 2:6). Él es el “Yo Soy” (Éxodo 3:14; Juan 8:58), así que Su justicia siempre es la misma.
Pero hay otro lado del sufrimiento
Job 13:15 dice, “Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él.” Job no estaba cosechando lo que había sembrado cuando perdió a todos sus hijos, todo su ganado o su salud. ¡No había sembrado nada malo! Sin embargo, sufrió porque perdió a sus hijos (Job 1:18), sus ovejas con los pastores (Job 1:16), sus camellos y sus sirvientes (Job 1:17), porque le salieron llagas en la piel (Job 2:7) y otras pérdidas, pero sus pérdidas no vinieron porque había hecho algo malo. Estaba sufriendo porque Dios había hecho un trato con Satanás. Dios le dijo a Satanás (después de que Satanás se había quejado de que Job era recto porque Dios había puesto un seto alrededor de él) que podría hacerle cualquier cosa que quería hacerle, “pero no le hagas ningún daño físico”. (Job 1:12).
Cuando algo nos sucede, algo que nos hace pensar que estamos siendo penalizados, lo llamamos “castigo”, porque no hicimos nada para merecer esa retribución. Por lo general decimos, “¡Eso no es justo!” Pero ¿decimos, como dijo Job, “Dios podría matarme, pero Él es mi única esperanza.”? ¿Es Dios injusto en lo que nos hace, o podría haber otra razón detrás del dolor que experimentamos?
Una lista de cosas injustas podría ser:
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Que nos dé cáncer sin que hayamos hecho nada para merecerlo.
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Estar en terrible, constante dolor sin que hayamos hecho nada para merecerlo.
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Que un hijo se te muera sin que hayas hecho nada para merecerlo.
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Ensordecerse o enceguecerse sin que hayas hecho nada para merecerlo.
Pero en cada uno de estos casos, y en más, Dios nos refina como oro que contiene impurezas. Cristo es nuestro ejemplo en el sufrimiento (1 Pedro 2:21). No hizo nada malo, sino que, más bien, no tuvo pecado (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:22-23). Pero vemos que lo azotaron y que derramó sangró (Juan 19:1). Los soldados se mofaron de él y le pusieron una corona de espinas en la cabeza (Mateo 27:29). Le escupieron y lo golpearon en la cara (Mateo 27:30). Lo forzaron a llevar su propia cruz a su muerte, pero Simón de Cirene la cargó por Él (Mateo 27:32). Lo colgaron en una cruz de madera, clavándole clavos en las manos y los pies. Allí murió sobre un cerro llamado Calvario, lugar donde los ladrones pagaban con sus vidas (Mateo 27:33). Le dieron vinagre agrio para saciar Su sed (Mateo 27:33). Murió totalmente solo – ni siquiera Su Padre, Dios, pudo mirarlo (Mateo 27:45). Sufrió más dolor físico, emocional y espiritual de lo que nos podemos imaginar (1 Pedro 3:18; 4:1) ¡sin haber merecido eso! (1 Juan 3:4-5). Murió por nuestros pecados, no por el Suyo propio (Juan 10:11, 15; Lucas 24:46).
Hay razones por las cuales Jesús sufrió y murió injustamente. Fue que algo más importante estaba sucediendo. No fue que murió injustamente. Más bien fue que pagó el precio por nuestro pecado con Su propia sangre (Apocalipsis 5:9). Fue “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Compró a la humanidad de nuevo con Su sangre sin pecado (Gálatas 3:13; 1 Pedro 1:18-19). Sin el derramamiento de sangre, no hay perdón del pecados (Hebreos 9:22). Pero Jesús derramó Su sangre por nuestro pecado. Él pagó lo que debíamos haber pagado, para que podamos tener comunión de nuevo con Dios (Hebreos 10:19, 22; Colosenses 1:14, 20). Esa es la razón verdadera por Su muerte en la cruz. Dios demostró Su amor por nosotros en que, aun siendo pecadores, Cristo murió por nosotros (1 Pedro 2:24; Juan 3:16; Romanos 5:8; Efesios 2:4-5).
Nosotros como cristianos podemos sufrir injustamente. Somos discípulos de Cristo y sufriremos al igual que Él (1 Pedro 2:21). Tenemos que compartir los sufrimientos de Cristo (Romanos 8:17). Él sufrió y murió, y tenemos que estar dispuestos a pasar por lo mismo (Lucas 24:46), sabiendo que nuestra recompensa será el Cielo (Filipenses 1:21; Romanos 14:8; Salmo 39:4; Hebreos 13:14).
(Advertencia: este sitio tiene fotos gráficas de cristianos siendo martirizados en Iraq:
http://www.catholic.org/news/international/middle_east/story.php?id=56481
Sufriendo por Cristo. Lo que nosotros, como discípulos de Cristo, podemos esperar:
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Si sufrimos, también reinaremos con Cristo (2 Timoteo 2:12).
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Sufrir por Cristo no nos separará del amor de Dios (Romanos 8:35)
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Debemos regocijarnos en las pruebas de fuego y los sufrimientos por nuestra fe (Romanos 5:3; 1 Pedro 4:12-13).
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Nuestra fe será probada (1 Pedro 1:7). Sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).
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Caminamos por fe, no por vista (2 Corintios 5:7). La fe es como una pequeña semilla que crecerá cuando es probada (Salmo 81:7; 1 Pedro 1:7; Santiago 1:3, 12).
Conclusión
Así que, trata de recordar que hay castigo y hay recompensas porque Dios es justo (Deuteronomio 32:4), y lo que sembramos, eso mismo cosecharemos (Gálatas 6:7-8). Pero eso no significa que no existe otro lado del sufrimiento. Jesús sufrió muerte para que podamos tener vida eterna (Juan 6:47, 50; Tito 1:2; 1 Juan 5:11).
Y nosotros, por ser discípulos de Jesús, sufriremos tal como Él sufrió (1 Pedro 2:21). Pero nuestro sufrimiento nos purificará (Hechos 15:9), nos dará más aguante (Romanos 5:3-4; 2 Timoteo 2:3), y reinaremos con Cristo (2 Timoteo 2:12).
Fuentes:
i http://en.wikipedia.org/wiki/Child_abuse
ii http://www.merriam-webster.com/dictionary/discipline
iii http://www.merriam-webster.com/dictionary/punishment
iv http://www.thefreedictionary.com/reward
v http://www.thefreedictionary.com/just
* Este artículo se basa sobre Punishment and Reward publicado en inglés: Noviembre 25, 2008
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