¿Enseña 1 Corintios 8:6 que
Jesucristo no es Dios?
Sectas antitrinitarias como los Testigos de Jehová, los Cristadelfianos, los unitarios y otras, utilizan este verso para indicar que solamente el Padre es Dios, y Jesucristo, por ende, no lo es. Veamos lo que escribe un Unitario-Sociniano al respecto:
“Pero, ¿realmente concuerdan Cristo y sus apóstoles con los concilios del siglo IV? La Biblia tiene otra historia que contarnos, pues sorprendentemente Pablo sí revela quién es el único y verdadero Dios. El texto clave de Pablo está en 1 Corintios 8:6, que dice: “Para nosotros (los apóstoles y creyentes en general), sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” Observemos que para Pablo, sólo uno es Dios, el Padre. También añade que uno es nuestro Señor o Mesías rey, el Señor Jesucristo. Es clarísimo que para Pablo, Cristo no es el único Dios; es, más bien, el único Señor o Jefe de los hombres que se convierten a él.” (énfasis en el original) [1]
A primera vista, el apologista sectario que escribe esto parece estar en lo cierto, pero a la luz de la Biblia y la lógica, el argumento es pueril. Es completamente erróneo concluir que Jesús no es Dios porque 1 Corintios 8:6 diga que hay un Dios, el Padre, y un Señor, Jesucristo.
Hay muchos lugares en la Biblia donde el Padre es llamado Señor y el Hijo es llamado Dios. Cuando el cristiano se encuentra con este argumento, debe forzar al sectario a seguir su propia lógica hasta el final del camino.
Si la referencia al Padre como “un Dios” prueba que Jesús no es Dios, siguiendo el mismo razonamiento debemos concluir que la referencia a Cristo como “un Señor” significa que el Padre no es Señor.
Encierre al sectario en este dilema, no le permita salirse por la tangente. El punto que el cristiano debe machacar es que NO se puede interpretar la primera parte del versículo de una manera y la segunda de otra.
La falacia lógica del sectario consiste en suponer que el uso de un título para una persona en cierto contexto, automáticamente descalifica su aplicación para otra persona en otro contexto.
Lo propio de hacer es consultar TODA la Escritura y ver qué dice acerca del Padre y de Jesucristo, y luego llegar a una conclusión.
La Escritura enseña que el Padre es llamado Dios (1 P. 1:2) y Señor (Mt. 11:25). Sabemos también que Jesucristo es llamado Dios (Jn. 20:28; He. 1:8) y Señor (Ro. 10:9).
Cuando dejamos a la Escritura interpretar la Escritura, es obvio que el argumento antitrinitario se desmorona como un castillo de naipes. La designación del Padre como Dios en este verso no tiene la intención de excluir a Jesús ni al Espíritu Santo. De la misma forma, la identificación de Jesús como “Dios y Salvador” en Tito 2:13, no excluye al Padre ni al Espíritu Santo. En Hechos 5:4 el Espíritu Santo es llamado Dios, pero ello no excluye al Padre ni a Jesús. (ver When Cultists Ask p.228, Geisler/Rhodes) <>
1] http://www.elevangeliodelreino.org/deidad/antesdenacer.doc
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