Los Adventistas del Séptimo Día y el Sábado
¿Fue el día de reposo ordenado por Dios desde la Creación?
Tarde o temprano usted se va a encontrar con un adventista que lo desafiará en cuanto a la observancia del sábado, y lo va a hacer con argumentos que en la superficie parecen tener peso bíblico. Tal es así, que el cristiano que no ha sido discipulado, puede fácilmente ser apabullado por un adventista capacitado y quedarse sin respuestas.
La Revista Signs of the Times, publicada por la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD en adelante), en su ejemplar de Junio de 1999, presenta algunos de los argumentos que manejan los adventistas para apoyar que el día de adoración aprobado por Dios sigue siendo el Sábado y no el Domingo. Si bien estamos en el año 2009, escogimos este artículo porque define la posición del movimiento en forma clara y definitiva, sin necesidad de ir a los documentos doctrinales de la IASD.
En la página 24 de la revista, bajo el título “Por qué mi Día de Reposo es el Sábado”, el autor plantea un diálogo con su vecino. El vecino le invita al juego del sábado – el tipo de deporte no es especificado — y le ofrece una entrada gratis. El autor agradece a su vecino pero le aclara que no puede asistir al juego porque los sábados él va la iglesia. El vecino le indica que eso no sería problema ya que el juego es en la tarde. A esto, el autor replica que para él todo el sábado es un día de adoración. A continuación sigue la clásica letanía que pone al adventista en un plano superior a los que se congregan en domingo, y luego el autor comienza a enumerar una serie de razones por las cuales guarda el sábado.
La primer razón es expresada de la siguiente manera en el artículo:
“El séptimo día es mencionado por primera vez en el comienzo de la Biblia. Luego que Dios pasó domingo, lunes, martes, miércoles, jueves y viernes creando la tierra, la Escritura dice que “reposó el día séptimo …. Nosotros podemos inferir que desde la Creación en adelante, la gente guardó el sábado como día de adoración por generaciones. Cuando lo olvidaron, Dios se los recordó: ‘Acuérdate del día de reposo para santificarlo’, Dios dijo a los hijos de Israel. Y entonces incluyó el séptimo día – sábado en los Diez mandamientos. ‘Pueden trabajar por seis días pero el séptimo día deberá ser el día de Dios. Ustedes y toda su familia y aun vuestros animales deben descansar de trabajar ese día. En su lugar, pasen el día recordando que Yo soy vuestro Creador, y que en seis días hice toda la Creación, incluyendo la humanidad, y luego reposé'”.
El artículo continúa diciendo: “Esto en sí debería ser suficiente, ¿verdad? Si yo acuerdo con un amigo de encontrarnos en nuestro restaurante favorito el martes al mediodía, ¿iré el miércoles porque me es más conveniente? ¡Por supuesto que no! Y así es con Dios. Si Dios quiera que me encuentre con El en ese día, ¿por qué razón no lo haría?”
Este es el argumento básico desde el cual parten los adventistas para justificar su doctrina del día de reposo. Puesto en lenguaje teológico, el sábado es una ordenanza de la Creación, dicen ellos. Si ustedes logran poner en evidencia el error de este argumento, prácticamente estarán tirando abajo todo el aparatoso esquema de la doctrina adventista.
¿Es el Sábado una Ordenanza implantada desde la Creación?
Me permito citar ahora una porción del excelente trabajo del Dr. Robert Morey, Is the Sabbath for Today? Este breve ensayo de Morey fue escrito hace varios años pero conserva su vigencia por la claridad y sencillez de su refutación, por ello procedimos a traducir y adaptar los puntos a nuestro entender más destacados. Por supuesto que cada punto puede ser expandido y profundizado, pero preferimos dejarlo en su formato inicial para beneficio del lector.
Análisis del argumento:
1. ¿Qué es una “ordenanza de la Creación”?
Respuesta: Una actividad o institución que Dios estableció desde la Creación para que toda la humanidad observe perpetuamente hasta el fin de los tiempos. Algunas de las ordenanzas más obvias son actividades tales como el trabajo (Gn. 1:28; 2:15, 20) y el mandato cultural (Gn. 1:28), o instituciones como el matrimonio (2:8) y la familia (2:24).
2. ¿Qué se necesita exegéticamente para probar que guardar el sábado es una ordenanza desde la Creación?
Respuesta: Para probar que el guardar el sábado es una ordenanza creacionista, debemos encontrar en la historia de la Creación misma, uno o más de los siguientes elementos:
a. Un mandamiento dado al hombre para observar una semana de 7 días.
b. Un mandamiento dado al hombre para descansar en el séptimo día.
c. Un ejemplo donde el hombre descanse el séptimo día.
d. Una explicación del porqué el hombre debe descansar en el séptimo día.
La evidencia exegética aplastante es que no existe un solo mandamiento, ejemplo o explicación sobre el guardar el sábado en la historia de la Creación. No existe en absoluto en Génesis 1-3 o en ningún otro lugar, ninguna evidencia exegética que sugiera que guardar el sábado sea una ordenanza creacionista.
3. Pero, perdone que insista, ¿está seguro que el mandamiento de guardar el sábado no está en Génesis 2:1-3?
Respuesta: No, la palabra “sabbath” no aparece en el texto. Una aproximación bíblico-teológica muestra que Génesis 2:1-3 es el comentario de Moisés mirando en retrospectiva hacia el período de la creación en el contexto de su propio entendimiento de los diez mandamientos, y no se trata de una referencia al entendimiento que poseía Adán en el comienzo de la historia.
El texto no dice que el hombre o los animales santificaron el día y que descansaron. El texto establece la declaración simple y sencilla de que las obras creativas inmediatas de Dios llegaron a un fin. El hecho de que Dios “reposó” es claramente antropomórfico. Dios no necesita descansar.
4. Pero se menciona el séptimo día. ¿No prueba esto que es una ordenanza creacionista?
Respuesta: No necesariamente. El nudismo y el vegetarianismo también son parte de la historia de la Creación. En realidad, nadie tendría el descaro de reclamar que estos elementos son mandamientos simplemente porque se mencionan en el texto.
5. ¿Pero no es Génesis 2:1-3 un patrón o un modelo para que nosotros lo sigamos?
Respuesta: ¡Espero que no! Luego que Dios trabajó durante 6 días, descansó en el séptimo día y continúa “descansando” hasta el presente (He. 4:10-11). Dios no comenzó otro ciclo de 6 días de trabajo y uno de descanso. Por lo tanto, si los hombres vamos a seguir el modelo, entonces tendríamos que trabajar 6 días en el comienzo de nuestra carrera u oficio, ¡y luego descansar por el resto de nuestras vidas! De todas maneras
, para probar que guardar el sábado es un mandamiento creacionista, debemos mostrar un ejemplo de un hombre guardándolo. Si esto es cierto con respecto a otras ordenanzas de la Creación, ¿cuál es la razón para que la observancia del sábado sea exenta de esta regla de fe?
Además, Adán nunca hubiera estado en condiciones de observar el sábado correcto porque el séptimo día de Dios fue el segundo día de Adán, por lo cual el séptimo de Adán fue el quinto de Dios. ¿Cuál de los dos séptimos días observaba Adán?
Adicionalmente, todos los pasajes bíblicos como Nehemías 9:5-38 (cf. vs. 13-14) que dan un resumen de la historia redentiva, siempre ponen el comienzo de la observancia del sábado junto a Moisés, no Adán. Si la observancia del sábado hubiera comenzado al momento de la Creación, sin duda la Escritura lo hubiera mencionado cuando se narra la historia del mundo, pero no lo hace.
No existe tampoco en la historia de la Creación en Génesis ninguna mención de una semana de 7 días ordenada por Dios u observada por el hombre.
Ningún ejemplo, ningún mandamiento o precepto puede ser extraído de Génesis 1-3. Si bien más adelante en la historia de la redención aparece la semana de 7 días, no existe evidencia de que Adán o Eva usaban tal medida de tiempo.
(Hasta aquí el trabajo del Dr. Morey)
Concluímos que lo visto es suficiente para echar por tierra la columna vertebral del argumento adventista que pretende conectar su distorsionada interpretación del séptimo día con la historia de la Creación. En esta materia, los adventistas son culpables de ver y pensar más allá de lo que está escrito (1 Co. 4:6). <>
Deja un comentario