LA HEREJIA UNITARIO-SOCINIANA
Una refutación de la teología de Mario Olcese
Parte 1
Junto con los beneficios que trajo el advenimiento del internet concerniente a la propagación del Evangelio, también vinieron aparejadas ciertas desventajas. Entre ellas, la oportunidad para que falsos maestros como el apologista sectario Mario Olcese difundan sus peligrosas distorsiones de la Escritura. Olcese es un ferviente promotor de la herejía Sociniana, herejía ésta que había permanecido olvidada por siglos. Hoy, el monstruo levanta su cabeza gracias a la facilidad de propagación que el internet provee. Es a través de sus blogs que Olcese confunde a muchos cristianos nuevos en la fe o pobremente discipulados. Es por ello que hemos considerado necesario encarar una refutación sistemática de sus falsas enseñanzas.
El Socinianismo es una seria desviación de la verdad bíblica. Niega la Deidad plena de Cristo, la predestinación, el pecado original, la incapacidad total del hombre para lograr salvación, el sacrificio sustitucional de Cristo y la justificación por fe. En el Socinianismo la salvación es lograda por obras, algo similar al catolicismo romano. Pero su distintivo principal es el rechazo de la definición ortodoxa de la Trinidad. En esta teología, Dios es unipersonal y la existencia de otras personas en su esencia es una imposibilidad. Dios es uno, no sólo en esencia sino también numéricamente. De acuerdo con los socinianos, Jesús, a pesar de ser sólo un hombre durante su estadía en la tierra, puede ser llamado “Dios” en el sentido de que ha recibido de Dios “toda potestad en el cielo y en la tierra”, lo que lo transforma en una especie de hombre deificado. Los socinianos creen que no existe una relación entre lo infinito y lo finito, por lo tanto la encarnación de lo divino no es posible, i.e., ninguna persona divina puede unirse a una persona humana porque la unidad entre dos individualidades no es posible. En otras palabras, Jesús no pudo poseer dos naturalezas, la humana y la divina juntas. Tampoco existió en ninguna forma antes de su nacimiento, o sea, no fue preexistente. Su existencia comenzó en el momento que nació de María. Precisamente, el tema de la preexistencia de Cristo es el tema del artículo donde Mario Olcese pretende refutar esta doctrina cristiana y que se titula: ¿Preexistió Jesús en el cielo antes de nacer en Belén? www.elevangeliodelreino.org/deidad/antesdenacer.doc
A continuacion iremos presentando los argumentos de Olcese seguidos por nuestra refutación en letras azules. Para refutar ciertos argumentos, en algunos casos sólo proveemos el link correspondiente donde nosotros ya hemos escrito artículos relacionados con el tema. En otros casos, ha sido necesario presentar la refutación en toda su extensión. Reitero, nuestras refutaciones serán en azul. Comenzamos con el encabezamiento del artículo de Olcese:
¿PREEXISTIO JESUS EN EL CIELO ANTES DE NACER EN BELEN?
Olcese escribe:
Desde los albores del cristianismo la iglesia ha debatido sobre Cristo, su naturaleza, y su relación con el Padre. Los debates comenzaron algunos siglos después de la muerte de Jesús. En los concilios de Nicea (325 D.C), y de Constantinopla (381 D.C). En estos dos concilios se elaboraron la Deidad del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (“La Santísima Trinidad”). Podemos decir entonces que la Trinidad fue desconocida por Cristo y sus seguidores hasta el siglo IV de la Era Cristiana.
Respuesta:
La Trinidad: ¿Un Dogma de Errores y Contradicciones?
En este artículo dirigimos al lector a la sección subtitulada: El Surgimiento y Desarrollo de la Doctrina [de la Trinidad]
1 Corintios 8:6
Olcese escribe:
Pero, ¿realmente concuerdan Cristo y sus apóstoles con los concilios del siglo IV? La Biblia tiene otra historia que contarnos, pues sorprendentemente Pablo sí revela quién es el único y verdadero Dios. El texto clave de Pablo está en 1 Corintios 8:6, que dice: “Para nosotros (los apóstoles y creyentes en general), sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” Observemos que para Pablo, sólo uno es Dios, el Padre. También añade que uno es nuestro Señor o Mesías rey, el Señor Jesucristo. Es clarísimo que para Pablo, Cristo no es el único Dios; es, más bien, el único Señor o Jefe de los hombres que se convierten a él. Es la cabeza de la iglesia, la cual somos todos nosotros, los bautizados por inmersión.
Respuesta:
¿Enseña 1 Corintios 8:6 que Jesucristo no es Dios?
1 Timoteo 2:5
Olcese escribe:
Ahora bien, veamos este otro texto paulino. Está en 1 Timoteo 2:5, y que dice así: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres Jesucristo hombre”. Observe nuevamente lo que está diciendo Pablo. Él dice que sólo hay un Dios, y además, un solo mediador entre ese Dios y los hombres llamado Jesucristo. Sí, Jesucristo es mediador entre usted y Dios, por tanto ¡Jesucristo no es Dios! Él es Mediador, ¡no Dios! Él está en medio de usted y Dios como ‘el Abogado’. Estas declaraciones de Pablo resultarían contradictorias si en verdad existiese la Trinidad, ¿no l
e parece a usted, lector?
Respuesta:
Olcese usa aquí el mismo argumento de los arrianos (el Socinianismo es un tipo de arrianismo). Si Jesús como mediador no puede ser Dios (Deidad), siguiendo la misma lógica de Olcese tampoco puede ser hombre. Tal razonamiento es obviamente erróneo. Desde la perspectiva de la Escritura, Jesús puede mediar entre Dios y el hombre precisamente porque él es ambos, Dios y hombre. Fue únicamente como hombre que Cristo pudo representar a toda la humanidad y morir como los hombres mueren. Sin embargo, desde que Cristo era también Dios (Deidad) su muerte tuvo un valor infinito y suficiente para proveer redención por todos los pecados de la humanidad (He. 2:14-16; 9:11-28). En consecuencia, sólo la muerte del perfecto Dios-hombre pudo realmente mediar entre la humanidad pecadora y Dios.
[Nota: Hemos incluido “Deidad” entre paréntesis inmediatamente luego de “Dios”, para diferenciar los términos correctamente. Esto se debe a que cuando Olcese escribe Dios, él entiende solamente el Padre.]
Ensalada de versos de Olcese
Olcese escribe:
Además, Pablo les dice a los corintios que “Dios es cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3). Nótese que Pablo dice que Cristo tiene una “cabeza” (superior en rango) que es Dios. Esto significa que Cristo tiene su Dios. También se lee en Efesios 1:17: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre…”. Y también concuerda con Pedro, quien escribió: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Pedro 1:3). Pero lo interesante del caso es que el propio Jesús admite tener Su Dios en Juan 20:17: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios, y vuestro Dios.” Y en Mateo 27:46 leemos: “Jesús clamó a gran voz diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Pero aún más sorprendente es que en cielo, el entronizado y glorificado Jesús sigue afirmando tener Su Dios (¡4 veces!). Léalo en Apocalipsis 3:12 donde dice: “Al que venciere yo le haré columna en el templo de mi Dios, y nuca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Esta reiteración de la frase “de mi Dios” pareciera advertirnos en contra de la doctrina de la Trinidad. El hecho que Jesús siga teniendo su Dios en el cielo demuestra que él no es el Único Dios Verdadero.
Respuesta:
En estas desafortunadas anotaciones, Olcese comete las falacias típicas de los antitrinitarios arrianos. Primero, supone erróneamente que superioridad en rango equivale a superioridad en naturaleza. Nosotros ya hemos tratado con este razonamiento pueril en otras publicaciones. Otra falacia cometida por Olcese es la falacia de categoría, por lo que falla en reconocer las dos naturalezas de Cristo inferidas en la Biblia.
Antes de su encarnación, Cristo sólo tenía una naturaleza divina (Jn. 1:1). A partir de su encarnación (Jn. 1:14) Cristo tomó naturaleza humana. Desde su humanidad (Fil. 2:6-8) es correcto y natural que Cristo reconozca a su Padre como “mi Dios”, ya que Jesús fue “en todo semejante a sus hermanos” (He. 2:17). En su condición de humano, Jesús reconoce a Dios como lo hacemos los humanos. Sin embargo, en su condición o naturaleza divina, Jesús nunca podría referirse al Padre como “mi Dios”, ya que Jesús fue plenamente igual al Padre en lo relacionado con su naturaleza divina (Jn. 10:30).
Juan 17:3
Olcese escribe:
Y esta conclusión se extrae de la misma declaración de Jesús en Juan 17:3, donde se lee: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado.” Nótese que es Jesús quien está hablando acá. Él afirma que la vida eterna consiste en conocer sólo a Su Padre como el Único Dios Verdadero, y a él (Jesucristo), como el enviado del Padre. Jesús no está diciendo que la vida eterna consiste en creer que el Padre y él son “El Único Dios Verdadero”, y menos aún, que una Tercera persona esté comprendida en ése Único Dios Verdadero. Es, pues, necesario escudriñar Las Escrituras, y en particular, cada palabra de Jesucristo mismo en cuanto a la relación que tiene él con Su Padre.
Respuesta:
¿Prueba Juan 17:3 que Jesucristo no es Dios?
Juan 14:28
Olcese escribe:
Jesús enseña que Su Padre es mayor que él. Esto es muy importante, pues si el Padre es mayor que Su Hijo, luego éste es menor que Aquel. El texto que señalaremos es Juan 14:28, en donde Jesús dice: “…porque el Padre mayor es que yo”. Algunos Trinitarios han argumentado contra este texto diciendo que “Cristo hablaba como hombre”, y por eso afirmó ser menor que Su Padre. Pero: ¿Acaso no es de esperar que todo hombre sea menor o inferior a Dios?¿No sería esa una declaración innecesaria en un hombre, y por demás ridícula? Pero yo creo que lo que Jesús quiso enseñar es que su relación con Su Padre es de permanente sujeción y de obediencia, como de alguien que no es igual a Dios. Incluso en la eternidad, Jesús seguirá sujeto a Su Padre (Leer 1 Corintios 15:28). Además, Jesús también recalca esta superioridad del Padre diciendo: “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos”. (Juan 10:29).
Respuesta:
“Porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28) ¿Significan estas palabras que Jesucristo no es Dios?
Lucas 8:43-46
Olcese escribe:
Si Cristo es Dios, ¿no es de esperarse que sepa todo? ¡Pero Jesús no lo sabe todo! Y si no lo sabe todo, es porque no es el único Dios verdadero. Recuerde que sólo Dios lo sabe todo y nada ignora. Pero Jesús si ignoró (…e ignora) ciertas cosas. Por ejemplo: Él no supo quién le había tocado su manto o túnica. Su pregunta fue: “¿Quién me ha tocado?” (Lucas 8:43-46).
Respuesta:
Olcese se refiere aquí al episodio en que la mujer que padecía de flujo sanguíneo por do
ce años fue sanada cuando se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. Jesús en ese momento preguntó quién le había tocado. Olcese aprovecha el relato bíblico para aducir que Cristo ignoraba y aun ignora ciertas cosas, ergo, no puede ser Dios. El razonamiento de Olcese ignora que los Evangelios siempre presentan a Jesús en total control de su poder divino de sanidad. No existe en la Escritura un solo caso donde la gente podía acercarse a Jesús, tocarlo y sanarse sin su conocimiento. El contexto indica que Jesús quiso que esta mujer se diera a conocer. Olcese, muy sospechosamente, no toma en cuenta los versículos que siguen al pasaje que él cita, o sea, vv.47-48. En ellos vemos que la mujer finalmente confiesa su fe y Cristo le dice: “Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”. De esta forma Cristo mostró una vez más el poder de Dios en acción y al mismo tiempo hizo posible la integración de esta mujer a la sociedad, ya que por la naturaleza de su aflicción, posiblemente era considerada inmunda. No se trató de ninguna ignorancia de parte de Jesús, sino que el Señor obligó a la mujer a dar testimonio público de su fe. De otra forma, el milagro hubiera pasado desapercibido. El hecho de que la mujer se acercó a él en forma subrepticia, se debió precisamente a que por su enfermedad la ley levítica la declaraba ceremonialmente inmunda (Lv. 15:25-30). Como dicen en inglés: “Nice try Mister Olcese”.
Marcos 13:32
Olcese escribe:
También en otra ocasión Jesús afirmó no saber el día del fin del siglo y de su segunda venida. Categóricamente dijo: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino mi Padre.” (Marcos 13:32).
Respuesta:
Juan 1:18
Olcese escribe:
El apóstol Juan dijo: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Recordemos que Juan vio a Jesús personalmente, y sin embargo él dice que a Dios nadie lo ha visto jamás. Esto quiere decir que Juan no creyó jamás que Cristo fuera Dios. Si Cristo era Dios, ¿no parecerían contradictorias las palabras de Juan? Sólo quedan dos opciones: O era Jesucristo Dios, o no lo era. Si lo era, entonces Juan se equivocó, y su evangelio no es confiable.
Respuesta:
Olcese usa aquí lenguaje confuso, y como es típico de su teología, lo que dice no tiene el menor sentido. La doctrina de la Trinidad enseña que la segunda Persona de la Deidad tomó para sí una naturaleza humana pero conservando su naturaleza divina enteramente (Jn. 1:14; Fil. 2:5-11). Cuando Juan dice que a Dios nadie le vio jamás es una referencia al Padre; una criatura de cinco años entiende eso, pero no Olcese. Las conclusiones de Olcese aquí son derivadas de su absurda presuposición. Para él, el hecho de que Jesús tuviera una naturaleza humana lo descalifica para ser Deidad. Esto es coherente con la teología sociniana, la cual enseña que una esencia es correspondiente con una individualidad, por lo tanto no puede haber una unión entre dos individualidades. En el pensamiento sociniano esto equivale a que una persona Divina no puede estar unida a una persona humana. Por supuesto que no existe en la Escritura ninguna base para este tipo de especulación. Por último, cuando Olcese dice que “Sólo quedan dos opciones: O era Jesucristo Dios, o no lo era”, comete la falacia del falso dilema. Esta consiste en ofrecer solamente dos posibilidades, obligando a la persona a contestar de un modo u otro, cuando en realidad existe una tercera (o más) alternativa. En este caso específico, la alternativa bíblica nos enseña que Jesucristo es Dios y Hombre simultáneamente.<>
Deja un comentario