La Iglesia Local y las Misiones
Pastor Ronald D. Vásquez M.*
INTRODUCCIÓN:
El propósito de Dios es que la Iglesia crezca en todo en forma conjunta. Dios desea que su Iglesia sea una Iglesia saludable en todo el sentido de la Palabra.
Cuando tocamos el apasionante tema de la Iglesia y las Misiones, es una gran oportunidad que Dios nos brinda para pensar y reflexionar acerca de lo que significa extender el Ministerio de la Iglesia local hacia un mundo no evangelizado.
A Dios en su soberanía le ha placido tomar en cuenta a la Iglesia para el cumplimiento de sus planes, en cuanto a la redención de la humanidad. ¡Qué bendición resulta el hecho de saber que Dios desea que su Iglesia sea parte activa en los planes trazados para rescatar atodos los pueblos, a todas las tribus, a todas las familias y a todas las naciones de la tierra!Es un privilegio que la iglesia recibe de parte de Dios, pero que muchas veces no lo ha tomado como un privilegio sino más bien como una carga o bien la respuesta de la Iglesia ha sido tomarlo sencillamente como un acto de obediencia, o quizá ha rehuido o esquivado esta responsabilidad.
Estimados hermanos, no sé cuál es tu posición dentro de la Iglesia del Señor, quizá sea un Pastor, un líder de la Iglesia, un líder de una comité de Misiones o un miembro común y corriente, debes de saber que el propósito de Dios es que tu Iglesia participe en la evangelización del mundo. Puede sonar demasiado pretencioso, o decir, “Esa visión no cabe en mi cabeza”, o “Es una idea no alcanzable; Pastor eso es muy descabellado, no es realista”.
Escucha bien amado hermano, sea nuestra iglesia de 25, 50 o 100 miembros, o de 300 miembros, o de 500 miembros, o de 2000 o quizá de 5 mil personas, dice la Biblia que el plan de Dios para tu Iglesia es que participes en la evangelización mundial. El propósito de Dios no es que te quedes en la banca de la Iglesia, sino que uses tu vida, tus dones y talentos, tus recursos para el servicio de Dios y de su agente activo su Iglesia.
Amados hermanos a veces creemos que cada persona tiene el derecho a tener su óptica personal en cuanto a la realidad y necesidad del mundo, y que a partir de allí hacemos nuestros planes y estrategias. Creo que debemos de pedir perdón al Señor y arrepentirnos (yo lo tuve que hacer un día) porque muchas veces hemos fallado por querer hacer las cosas de acuerdo a nuestra propia óptica y no de acuerdo a la óptica de Dios. Con todo el respeto que te mereces amado hermano, te invito a ver el mundo no como tú lo ves, sino más bien como lo ve Dios desde su perspectiva. Y al verlo como lo ve Dios, únete a Él, donde él esta trabajando.
COMO PUNTO DE PARTIDA, ES FUNDAMENTAL COMPRENDER CUAL ES LA NATURALEZA DE LA IGLESIA.
También es de vital importancia tener claridad en cuanto al panorama general de los fundamentos bíblicos teológicos de la misión de la Iglesia:
En primer lugar, Dios es el Creador de la Obra Misionera. Él fue quién la origino, ella estuvo en la mente de Dios. Además él guía a la Iglesia en el proceso misionero, preparando a los pueblos para recibir el evangelio.
En segundo lugar, debemos entender que Cristo es el Mediador de la Obra Misionera. Él fue el enviado de Dios para el desarrollo de la misión y su obra concluye con su exaltación, que es fundamental para la obra misionera, porque allí se le exalta como el Señor de la Iglesia.
En tercer lugar, el Espíritu Santo es el que impulsa la obra misionera. Él inyecta de su poder a la Iglesia para desarrollar la obra misionera. Lo hizo con la Iglesia en el libro de los Hechos y lo desea hacer hoy. La Iglesia debe estar anuente a escuchar su voz, ya que el Espíritu Santo no sólo preserva el mundo como un campo misionero, sino que también el Espíritu Santo crea épocas potenciales y gentes receptivas.
En cuarto lugar, la Iglesia es el agente del proceso misionero. Con esto queremos decir que ella se constituye en el medio, el canal que Dios usa para reconciliar al ser humano con Él. La naturaleza de la Iglesia es ser misionera. Ella no lo es en el sentido de estar “interesada” en misiones; o en el sentido de “hacer mucho” por misiones. Misiones no es un pasatiempo o un simple ministerio de la Iglesia. La Iglesia como un todo es misionera en todas sus relaciones, es misionera en su sustancia y esencia.
En quinto lugar, la Biblia es el texto del proceso misionero. Ella tiene toda la autoridad para el quehacer misionero. La Iglesia puede usar todos los recursos habidos y por haber en el campo de las ciencias sociales, de las comunicaciones y de la más alta tecnología de punta, pero la Biblia será el libro que dará las directrices para todo el proceso misionero. Ante este último aspecto se debe preguntar si de verdad y en la práctica la Iglesia está aceptando la autoridad de las Sagradas Escrituras, para el desarrollo del ministerio y también para nuestra propia vida.
LA IGLESIA Y SU PROPÓSITO
La Iglesia debe tener claro su propósito de misión enmarcado en la Biblia y dado por nuestro Señor Jesucristo. La Iglesia debe hacerse constantemente la pregunta ¿Para que existe la Iglesia? ¿Cuál es su misión? ¿Cuál es su propósito? ¿Para qué fue establecido ese organismo llamado Iglesia?
Si no hay claridad en esto, la Iglesia puede incurrir en un grave error y es el hecho de estar haciendo otra cosa aparte de lo que Jesús definió como misión. Lastimosamente hoy día muchas iglesias van desorientadas en cuanto a su norte misional, algunas iglesias están jugando de ser iglesias, se la pasan entreteniendo a su feligresía en un activismo exacerbado, pero están dejando de hacer lo más importante, la prioridad dicha por Jesús en Mateo 28:19 y también en Hechos 1:8.
Aún pueden mostrar ser muy activas y aún crecer en sus ministerios, tener cierta fama en el medio evangélico, tener programas en los medios de comunicación, organizar grandes eventos a nivel nacional e internacional, pero no están fijando sus metas en la misión encomendada por Jesús.
Un día como Iglesia y como liderazgo de la Iglesia compareceremos ante el Señor a rendir cuentas y su pregunta escrutadora girara alrededor del cumplimiento de la misión que El nos encomendó. ES ASUNTO DE VER LA PRIORIDAD DE DIOS Y AJUSTARME A ELLA.
La iglesia local debe ser el motor que promueve e impulsa el movimiento misionero mundial. Si es una “iglesia en misión” la misión forma parte de la esencia de la iglesia. La iglesia nace de la misión y existe como iglesia propiamente dicho sólo en la medida en que está en misión, pregonando el Shalom del Reino de Dios en Jesucristo a los demás. Si no está en misión no es iglesia.
Razón tiene el Pastor brasileño Antonio Nasser en su libro Una Iglesia Apasionada por las Misiones publicado por COMIBAM, donde refiere al retrato de las iglesias en el proceso misionero. Expresa el pastor que en todo este desarrollo que tiene la iglesia en América Latina observa diferentes tipos de Iglesia, si la iglesia no tiene bien definido su norte podría perder su razón de ser, a continuación un resumen de esta óptica para corregir nuestro que hacer eclesiológico.
Por ejemplo se habla de iglesias “Disneylandia” (si quiere ponerlo en tico, “Parque Nacional de Diversiones”), iglesias que están buscando placer como si fuese lo más placentero de su vida, un culto alegre, música que haga danzar, predicación que haga reír y un lugar para la fantasía. Pero recordemos que la fantasía es recurso infantil. Lastimosamente hay iglesias que adoptan una postura infantil y se complacen en ella. La fantasía no hace ver al hombre la cruda realidad. Una iglesia que tiene esta actitud y vive en esta realidad no podrá entender el compromiso misionero, el sufrimiento en el campo misionero, el sacrificio y la perseverancia en el campo misionero. Los discípulos de este tipo de iglesia tendrán una visión muy corta en cuanto a las misiones.
También se habla de iglesia “Megalomaníacas”. Nuestro país y América Latina han vivido un crecimiento de la Iglesia, miles de conversiones hay cada año en nuestras iglesias, lo cual nos puede llevar a una sensación de complacencia y triunfalismo evangélico. Muchas iglesias dejaron de ser iglesias pequeñas para convertirse en iglesias grandes y en muchos casos inmensas o mega iglesias. Esto ha traído como consecuencia que ya no haya en algunas de estas iglesias escuela dominical, los miembros de estas iglesias no se conocen, no hay un pastoreo efectivo. Esto ha traído como consecuencia que se haya sumido en una maquinaria administrativa que absorbe su tiempo y misión.
Lastimosamente muchas de ellas han dejado a un lado las misiones, porque expresan el “tiempo de Dios dice que hagamos otra cosa” y honestamente y bíblicamente, ¿cuál tiempo de Dios dice que hagamos otra cosa en contra de lo revelado en la Biblia? Hoy es tiempo para que la Iglesia piense en la redención de las naciones, es un kairos de Dios, es un momento oportuno de puertas abiertas, de oportunidades para predicar el Evangelio.
Entiéndase que no estamos en contra del crecimiento de la Iglesia en esas proporciones, gloria a Dios por esa bendición, el problema es un sobreenfasis en esto, una exacerbada preocupación solo por el megacrecimiento. Una excesiva preocupación por lo local puede hacernos olvidar la predicación en las naciones. El evangelio del reino de Dios debe ser predicado a todas las etnias, para testimonio de los pueblos.
Por otro lado se habla de “Iglesias tecnócratas”. Estas son las iglesias que actúan según modelos prefabricados y técnicas previamente establecidas sobrevaluando los métodos en detrimento del contenido. Algunos pasos para crecer, otros tantos para ser santo, como ser feliz en diez lecciones, etcétera. Este es otro caso de extremismo. Hay métodos eficaces pero es agua que no corre, agua que no fluye. Debe haber un mover del Espíritu Santo de Dios en la Iglesia, de manera que le enseñe a actuar. Hay comunidades evangélicas que no saben nada sobre estas técnicas, pero están creciendo tremendamente haciendo la obra del Señor con alegría y destreza y son valerosas para situarse a las necesidades del mundo.
En las misiones, la Iglesia local necesita oír al Espíritu de Dios, necesita estar alerta y abierta a su voz y dirección. La iglesia en Antioquia, capacitada por el Señor, a través de Pablo y Bernabé, supo reconocer y obedecer la orden del Espíritu Santo y enviar a aquellos siervos a los viajes misioneros (Hechos 13).
Muchas veces nuestras mentes no están preparadas para cambios drásticos. Parece que necesitamos digerir lo que el Señor esta haciendo. Pero gracias a Dios que al igual que los hermanos de Antioquia oyeron al Espíritu Santo y prontamente obedecieron, así algunas iglesias y pastores están atendiendo a la voz del Espíritu. Otras iglesias por el contrario se resisten a la voz de Dios, su estructura, su organización, sus asambleas, su liderazgo, no les permite ir adelante. Estas iglesias han caído en un pecado histórico de la eclesiología, el institucionalismo. La iglesia antes que una institución inerte es un organismo vivo.
Pero también tenemos en el ambiente misionero iglesias observadoras. Estas son iglesias que pasaron algún tipo de contacto con misiones, recibieron a algún misionero pero tuvieron en el camino una mala experiencia en las misiones, los cuales les creó o desencadenó un trauma misionológico. Lastimosamente fueron víctimas de personas irresponsables que macularon la novia del Señor con actitudes incoherentes para un misionero.
Estas iglesias se encuentran “resfriadas” por un mal uso de ofrendas misioneras, porque se le dieron falsas expectativas, por un mal testimonio de algún misionero, por falta de preparación de un obrero enviado al campo, en fin por tantas cosas. Pero hay esperanza para estas comunidades, necesitan mirar al Señor de la obra y no a los obreros, y dejar que la Palabra sane y restaure sus heridas y tomen nuevamente ese amor por el quehacer misionero.
Finalmente, las iglesias desafiadas. Gracias a Dios hay muchas iglesias en Costa Rica y América Latina que han sido desafiadas por la Palabra de Dios y se están involucrando en Misiones. En ellas, el trabajo misionero pasó de una visión local y nacional a la amplitud mundial. Estas iglesias ya están haciendo conferencias anuales, viajes de corto plazo, recibiendo misioneros para inspirar a la iglesia la visión misionera, hay un motivado comité de misiones transmitiendo la visión.
Sin embargo es importante hacer una advertencia y librarles de un eminente peligro en que pueden caer, con el tiempo si pierden la perspectiva de la Palabra, pueden convertirse en iglesias-eventos misioneros. El peligro es que si esto sucede pueden con el tiempo convertirse en iglesias observadoras. Pero está claro si una iglesia desea siempre estar desafiada debe constantemente tener el desafío de la Palabra de Dios en cuanto a la visión misionera (recordemos que ella vive y permanece para siempre). Por supuesto, la iglesia tiene que usar la creatividad de los dones espirituales en el seno de la Iglesia para comunicar esa visión.
LA IGLESIA MISIONERA ANTE EL RETO DEL POSTMODERNISMO
Un factor que está influyendo tremendamente para que no se cumpla la misión de la Iglesia en nuestros tiempos, es la infiltración de la cultura posmoderna en el seno de la Iglesia. Este factor no se ha analizado a fondo en los círculos misionológicos, pero en su momento observaremos que afecta el compromiso y el llamado a las misiones de potenciales obreros.
Recordemos que una señal de la cultura posmoderna tiene que ver con la falta de compromiso de parte de la Iglesia, que la vida sea llevada de una manera fácil, casi sin ningún compromiso; es casi como hablar de un cristianismo tipo Light. Hoy día, al nivel de la Iglesia, mucha gente no quiere comprometerse con el Señor, ni en el servicio de la Iglesia.
La Iglesia local y las instituciones misioneras debemos estar alertas ante este mal que nos acecha y que se ha infiltrado en la cristiandad.
La Iglesia debe enfrentar en estos tiempos la ola del postmodernismo, él vendrá quiérase o no y debemos de pedirle al Señor la sabiduría para poderla surfear. La persona típica que sigue un perfil hedonista (o sea aquel individuo que hace solo lo que le cause placer y donde pueda tener ventaja o ganancia) es hijo de la posmodernidad, que no desea tener ningún compromiso ni servicio hacia lo interno de la Iglesia. Ve la iglesia como un sitio para conseguir placer pero no para tener ningún compromiso serio.
Obviamente esto influirá por cuanto muchos de los discípulos no querrán aceptar el reto de ir a las misiones ni de comprometerse en sostenerlas. Debemos orar para que el Señor nos dé las estrategias creativas para enfrentar este reto del postmodernismo que ya lo estamos viviendo en nuestras iglesias.
El mayor problema que tiene la iglesia local en Costa Rica y América Latina en este aspecto es que tiene debilidad en cuanto a la formación de discípulos. No solo hay problema en cuanto a que entran muchos por la puerta de enfrente y salen muchos por la puerta de atrás, sino al hecho de que no se están haciendo discípulos entre los que permanecen, según la estrategia de Jesús. No formar discípulos en tiempos de postmodernidad puede conducirnos a ser una iglesia y cristianismo nominal con el paso de los años.
LOS TEXTOS QUE NOS AYUDAN A ENTENDER LA MISIÓN DE LA IGLESIA
Se hace necesario vez tras vez refrescar los textos de la misión de la Iglesia.
Creo que es importante partir del significado de la palabra Iglesia que proviene del griego Ekklesia, del verbo kaleo que significa “llamar fuera de”. Por tanto viene a significar una reunión o asamblea.
En los Evangelios la palabra Iglesia solo aparece en Mateo 16:18 y Mateo 18:17 y después es muy frecuente su uso en los escritos del apóstol Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento. Dios a todos los que hemos creído nos ha llamado a salir del mundo y formar de esta forma el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Es importante decir que este término no designa jamás un edificio ni un lugar de culto, como sucede en la actualidad.
En esencia la iglesia, la es la comunidad de todos los creyentes en todo el planeta que han sido unidos por el lazo de la fe y de la acción regeneradora del Espíritu Santo, de una manera vital, a Jesucristo.
La iglesia es el pueblo de Dios que ha sido llamado de afuera para glorificar a Dios Padre por medio de Jesucristo. Esta concepción nos hace entender para qué existe la Iglesia: para llamar a los que se encuentran en pecado.
El propósito por el cual existe la Iglesia es claro y evidente en las Escrituras. En Mateo 28:19, Marcos 16:15 y Hechos 1:8, los términos “haced discípulos”, “id”, y “me seréis testigos”, nos hablan y nos dejan sin duda de cuál es la naturaleza de la iglesia. La Iglesia es una comunidad de creyentes llamada a testificar, llamada a rescatar, llamada a meter los que están fuera.
El Dr. Jonathan Lewis describe a la iglesia local como comunidad del pueblo de Dios en estos términos:
“Es una comunidad íntima, donde cada creyente se desarrolla en su vida espiritual y en la expresión de su servicio dentro de la congregación y hacia el mundo. Es el lugar del discipulado y de la formación ministerial. Lamentablemente, no todas estas congregaciones locales entienden su responsabilidad en la identificación, formación y el envío de misioneros”.
LA IGLESIA ES LLAMADA A HACER DISCIPULOS DESDE SU JERUSALEN HASTA LO ULTIMO DE LA TIERRA
Pero ese testimonio no se limita únicamente a una verbalización del evangelio. El texto bíblico es claro a lo que Jesús envía a los apóstoles. En griego dice: “poreutentes oun matetesate panta ta etna” (“id por tanto y haced discípulos a todas las naciones”). Podríamos leer casi en forma literal el texto y lo que dice es YENDO HACED DISCIPULOS. La Iglesia no solo verbaliza el evangelio sino que su misión es hacer discípulos.
El hacer discípulos es tarea fundamental en el quehacer de la iglesia. El hacer discípulos significa no solo transmitirles conocimientos intelectuales, sino formarles en su carácter, de modo que se vayan pareciendo a Cristo, de modo que vayan siendo perfeccionados a la estatura de Cristo como dice Efesios 4.
La responsabilidad de la Iglesia para con estos discípulos es como lo dice Mateo 28:20, es para enseñarles a guardar los mandamientos de Cristo, mientras se les va formando su vida y su carácter. Muchos fracasos de la iglesia local en la formación de los discípulos han sido porque su énfasis ha estado más en enfocar al intelecto, que en enfocar su formación de vida y carácter.
LA MISIÓN DE LA IGLESIA NO ES SOLO LOCALISTA SINO MUNDIAL
Pero la misión de la Iglesia no tiene una particularidad localista, sino que el texto dice “a todas las naciones”. Así que la tarea de hacer discípulos tiene una connotación mundial. Hechos 1:8 dice que debemos testificar no solo en nuestra Jerusalén, sino también en nuestra Judea y Samaria y hasta lo último de la tierra.
El propósito de Dios plasmado en la misión que dio a la Iglesia, es que mientras hacemos discípulos en nuestras comunidades, la Iglesia ore, ofrende y envíe a sus mejores hombres y mujeres, ya formados, a las naciones.
Es importante que comprendamos la connotación que tiene Hechos 1.8, porque la Iglesia y su liderazgo han confundido la misión de la iglesia dicha en este texto. Este texto tiene una gran implicación misionera para la Iglesia. Dice que la tarea se debe hacer toda a la vez, eso es lo que dice el texto en el idioma original.
O sea mientras hacemos discípulos en nuestra Jerusalén (llámese esto tu ciudad o comunidad o país) debemos estar pensando en hacerlos hasta lo último de la tierra (nos habla de cruzar una barrera transcultural).
Jesús orienta así a la iglesia primitiva, pero con el transcurrir del tiempo la Iglesia no ha salido de sus cuatro paredes en cuanto a la visión misionera, sigue muchas veces teniendo una visión corta y localista. Hechos 1.8 nos motiva a ver el mundo como lo ve Dios, como lo expreso Jesús a sus discípulos: alcen sus ojos y miren, la cosecha ya esta lista, hay que ir a segar. Iglesia de Costa Rica y de otras países que nos escuchan a través de esta ponencia, es el tiempo de Dios para ir y cosechar a las naciones. Hoy más que nunca el Espíritu está abriendo campos para que la Iglesia penetre con el poderoso Evangelio de Jesucristo.
Es importante señalar otro aspecto de Hechos 1:8, y este se encuentra en el inicio del texto. Dice que hemos recibido poder, esto es del griego dunamis, lo que se traduciría en español como dinamo o dinamita. Eso significa que es algo explosivo y poderoso. Ese poder lo recibió la Iglesia primitiva y se evidenció en todo el libro de los Hechos de los Apóstoles, porque ellos predicaron desde Jerusalén hasta lo último de la tierra.
Hoy día muchas iglesias dicen que tienen el poder de Dios, que Dios está haciendo maravillas en medio de ellos, pero el problema es que no están haciendo misiones. No están yendo hasta lo último de la tierra. La pregunta es ¿es el poder de Dios o el poder de qué? No caigamos en engaño. Una iglesia que está llena del Poder de Dios, llena del Espíritu Santo según la Biblia , proclamará e impactará con el poder del Evangelio desde su comunidad hasta lo último de la tierra.
EL TERMINO BIBLICO DE NACIONES
Cuando Jesús en Mateo 28:19 usa el término “naciones” este no tiene un significado político, como para pensar en los casi 250 países políticos que existen y tienen su representación ante la ONU. Más bien la palabra “naciones” tiene una connotación étnica, se refiere a grupos humanos con su propio idioma, idiosincrasia y particularidades culturales. Desde esta óptica existen hoy en el mundo aproximadamente 8.000 grupos humanos que aún no han oído del evangelio del Señor Jesucristo. A estos les denominamos Grupos Humanos no Alcanzados.
Y creo que es aquí donde está el reto para hacer la misión de la Iglesia en forma completa, y esto consiste en hacer todos los esfuerzos misioneros para dirigirse a donde está la necesidad real de nuestro mundo: los grupos humanos no alcanzados, que desde la perspectiva de nuestra misión constituye lo último de la tierra.
La responsabilidad de la Iglesia local es cumplir con toda fidelidad la MISION QUE LE HA SIDO ENCOMENDADA. Debe permanentemente dedicarse a la tarea de ganar a los perdidos, consolidarlos y hacerles discípulos, equiparlos y luego enviarlos como misioneros para que establezcan nuevas iglesias.
Este es el proceso natural de la misión de la iglesia seguido por Jesús y también por la Iglesia del libro de los Hechos. Hoy como Iglesia está llamada a escribir el último capitulo del libro de los Hechos siendo fieles y obedientes a la tarea misionera. ¿Cuantos capítulos tiene el libro de los Hechos? Hoy nos toca a nosotros escribir HECHOS 29.
CONCLUSIONES:
- Deseo terminar la siguiente ponencia sobre la Iglesia en las Misiones, recordando que la Iglesia es el Canal de Dios para la Evangelización Mundial de Hoy. Dios ha dado a cada iglesia local el potencial para ser su canal, cumpliendo su propósito final, cual es de hacer accesible las buenas nuevas de Jesucristo a todo el mundo.
- La misión de la Iglesia se orienta a buscar hacer posible que toda persona tenga la oportunidad de escuchar una presentación clara del evangelio en su propio idioma, así como la hemos tenido usted y yo.
- Que Dios le bendiga y que podamos hacer una realidad el deseo de Jesús el cual es alcanzar a todas las naciones, a todos los pueblos, a todas las familias y a todas las tribus de la tierra.
- Dios bendiga a Costa Rica en el cumplimiento de la Misión Mundial.
* El Pastor Ronald D. Vásquez M. es pastor principal de la Iglesia Centroamericana Central de San José, Costa Rica. Este sermón fue predicado en La Consulta Nacional de Misiones, Hotel La Catalina, Barrí de Heredia, Costa Rica, del 23 al 25 de Mayo del 2006
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