¡Dos preguntas muy importantes!
Es muy difícil hoy hablar con personas que tienen dudas de casi todo. Han escuchado noticias malas por la radio. Han leído cosas en el periódico. Han visto problemas por la televisión. E incluso en su barrio hay problemas que han sucedido que han afectado sus creencias en el hombre. O sea, ¡El hombre es sospechoso! Entonces cuando Usted intenta hablar con él sobre una creencia suya, él pueda mostrarle su buena educación, pero no le va a tomar en serio. ¡Lo que Usted le dice a él es bajo sospecho!
Ahora normalmente la persona que hace la presentación está preparada para plantear sus conclusiones sobre un asunto. 1 Pedro 3:15 dice, “Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros:” Y con esto lo que sucede es que la persona presenta todo lo que hay en su mente de argumentos e información como su presentación fuera el menú de día.
Por ejemplo, la persona puede decir:
- Dios no existe. No lo ha visto entonces no existe.
- La Biblia está llena de errores.
- El hombre es bueno. Son las cosas culturales que afecta el hombre en ser malo.
- La homosexualidad es bueno. Es homosexual y esto no le ha afectado en nada.
Con cada una de estas declaraciones, el cristiano piensa que tiene que dar un montón de contestaciones para defender lo que la Biblia dice en contra de estas conclusiones.
Pero existe otra forma de hacer el trabajo. En vez de dar las respuestas que Usted tiene preparada, sería mucho mejor hacerle esta pregunta:
¿Qué quiere decir con esto?
Con esta pregunta, la persona tiene que defender lo que ha dicho y vez de Usted defendiéndolo con sus creencias. Déjale que la persona explíca ¿qué quiere decir con esto?
Normalmente la persona no puede explicar lo que quiere decir. No tiene pruebas suficientes para usar y lo sabe. Entonces se queda callada. Lo que ha expresado son solamente “dichos populares”.
Pero vamos a suponer que la persona conteste a su pregunta y le explica lo que quiere decir con esto. Entonces usted le escucha a sus argumentos y le responda con otra pregunta:
¿Cómo ha llegado a esta conclusión?
Entonces él tendrá que decir cómo ha llegado a su conclusión. Y al escuchar a sus conclusiones, verá muchos errores en su lógica. Muchas veces no sabe lo que dice la Biblia, entonces tendrá un mejor momento para hablarle porque estará más listo para escucharle.
! Entonces es bueno recordar estas dos preguntas! Estas dos preguntas le ayudarán mucho.
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