EL CREDO DE ATANASIO
Codificado
Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal. El que no guardare esta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente.
Y la Fe Universal es ésta: que adoramos a un solo Dios [Dt. 4:35, 39; 6:4; 32:39; Is. 43:10-11; 44:6, 8, 24; 45:5-6; 46:9; Mt. 23:9; Hch. 4:24; 17:24; 1 Co. 8:6a; 2 Co. 6:18; He. 11:3; Ap. 21:22]
en Trinidad, y Trinidad en Unidad [El Padre es Dios: Jn. 17:3; 1 Co. 8:6; Gál. 1:1; el Hijo es Dios: Jn. 1:1; Col. 2:9; el Espíritu Santo es Dios: Hch. 5:3-4; 2 Co. 3:17-18]
sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia [Ro. 1:3-4; 9;5; Fil 2:6-8; Col. 2:9]. Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; [Mt. 3:16-17; cf.17:4-5; Jn. 3:16-17; 3:35; 5:20; 11:41-42; 12:28; 14:31; 15:9; 15:26; 16:13-14 ; 17-1-26; Gá. 4:4; 2 P. 1:17-18; 1 Jn. 4:9-10, 14]
Más la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo. [Jesucristo co-sustantial (homoousion) con el Padre en la Deidad (theoteti, griego; deitate, latín): Jn. 1:1; 10:30; 14:9; Col. 1:19, cf. 2:9; He. 1:3]; [El Espíritu Santo es Dios: Hch. 5:3-4; el Señor: 2 Co. 3:16-17; Creador de vida: Sal. 104:30; Ez. 37:14; Lc. 1:35; Jn. 3:5-8; 6:63; Ro. 8:2, 6, 10-11; 2 Co. 3:6; Gá. 5:25]
Increado es el Padre , increado el Hijo [Mi. 5:2; Jn. 1:1] increado el Espíritu Santo [He. 9:14].
Incomprensible es el Padre [1 Co. 8:2-3], incomprensible el Hijo [Pr. 30:3; Mt. 11:25-27], incomprensible el Espíritu Santo [Jn. 3:8]. Eterno es el Padre, eterno el Hijo [Jn. 1:1], eterno el Espíritu Santo [He. 9:14].
Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un solo incomprensible [Dt. 6:4; Mr. 12:29]. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios [El Padre es Dios: Jn. 17:3; 1 Co. 8:6; Gál. 1:1; el Hijo es Dios: Jn. 1:1; Col. 2:9; el Espíritu Santo es Dios: Hch. 5:3-4].
Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios [2 Cr. 15:3; Jer. 10:10; Juan 17:3; 1 Tes. 1:9; 1 Jn. 5:20-21]. Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo [1 Co. 8:6; Ro. 14:3-12], Señor es el Espíritu Santo [2 Ts. 3:5]. Y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor [Dt. 6:4; Mr. 12:29: Ef. 4:5]. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión Cristiana nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres Señores [Ibid.]. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado [Jn. 1:1,14,18; 5:26; 6:57; 17:5; Gá. 4:4]. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente [John 14:16, 26; 15:26; 16:7]. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y coiguales.
De manera que en todo, como queda dicho, se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y l
a Trinidad en Unidad. Por tanto, el que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo [Jn. 1:14; He. 2:18]. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre [Ro. 1:3-4; Fil. 2:5-11]; Dios, de la Sustancia del Padre [Jn. 1:14; He. 1:3], engendrado antes de todos los siglos [eterno]; y Hombre, de la Sustancia de su Madre, nacido en el mundo [Gá. 4:4]; perfecto Dios [Col. 2:9; He. 1:3] y perfecto Hombre [Fil. 2:7-8; He. 5:8-9], subsistente de alma racional [Mt. 26:38-39; Jn. 11:33; 12:25; Hch. 2:27,31] y de carne Humana [Mt. 26:12; 27:56-59; Jn. 2:21; He. 10:10]; igual al Padre, según su Divinidad [Jn. 1:1 10:30; 14:9; 2:19; He. 1:3]; inferior al Padre, según su Humanidad [Fil. 2:7-8]. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo; uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona [Ef. 4:5; Fil. 2:6-8]. Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que padeció por nuestra salvación [Mt. 27; Mr. 15; Lc. 23; Jn. 18-19], descendió a los infiernos [Mt. 27:57-66 par.; Hch. 13:29; 1 Co. 15:4], resucitó al tercer día de entre los muertos [Lc. 24:44-46; 1 Co. 15:5]. Subió a los cielos Hch. 1:9-11], está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso [Mr. 14:62; Lc. 22:69; Hch. 2:33, 34; 5:31; 7:55-56; Ro. 8:34; Ef. 1:20; Col. 3:1; He. 1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22], de donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos [Mt. 25:31-46; Jn. 5:22-23, 28-29; Hch. 10:42; 17:31; 2 Co. 5:10; 2 Ts. 1:7-8; Ap. 2:23]. A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus propias obras. Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno [Dn. 12:1-3; Jn. 5:27-29, etc.]. Esta es la Fe Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse.
AMEN
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