Mth. Jaime Rodríguez CEMCA-SEPAL
RED DE PROGRAMAS Y CENTROS DE CAPACITACIÓN CONEM-COMCA
El hermano David Botelho, de Brasil, reaccionó de la siguiente manera ante este entusiasmo latino: “Realmente creo en el potencial de los latinos, pero creo que debemos preparar bien a los obreros. Necesitan un tiempo de entrenamiento en las áreas moral, emocional, sentimental, mental, teológica, lingüística, misionológica, visión global,etc.” (1)
La preparación del misionero es un proceso de toda la vida. El misionero ha recibido una preparación intencional, o no, en el área social, familiar, secular, profesional, lo cual se considera fundamental. En el campo transcultural el misionero deberá presentar de una manera adecuada el Evangelio. Para lo cual es fundamental la
preparación en el ministerio, Biblia, teología y misionología. (2)
No se puede pasar por alto la preparación transcultural, ya que se estarán traspasando barreras lingüísticas y culturales, a lo cual se han de tener las siguientes consideraciones: El adiestramiento transcultural adecuado en la capacitación previa al campo de labor le ayudará mucho en la adaptación. A su vez esto reducirá la tensión en el campo y dará fortaleza sicológica. Será saludable que el misionero tenga previas experiencias misioneras transculturales que harán más fácil su adaptación. Para lograr el blanco en la capacitación del misionero, es necesaria una educación “formal,” “no formal;’ e “informal”.
La educación formal
Se entiende por formal, educación teórica de aula.
La educación no formal
Es menos académica y se dirige a la capacitación para el trabajo. Por no formal, entendemos programas de enseñanza práctica. La mayor responsabilidad para la formación de misioneros recae en la iglesia local, con programas de capacitación misionera con énfasis no formal, como también sobre la orientación que puedan dar las organizaciones misioneras.
La educación informal
No tiene programación. Es lo que aprendemos en el contexto de la familia y la sociedad en la cual vivimos; se logra más “contagiando” que enseñando. Programas informales ponen énfasis en la comunidad y buscan principalmente la formación cualitativa del individuo.
Cada uno de estos elementos tiene su lugar en la capacitación de misioneros. Pero ninguno de los tres sirve aislado de los otros, si se pretende formar obreros eficaces para el ministerio transcultural.
Toda la preparación antes expuesta está enmarcada dentro de su preparación espiritual, que consiste en una relación íntima con el Señor de oración y dependencia de El, así como de una auto nutrición sólida en la Palabra. Su adaptabilidad también aumentará la eficacia en comunicar el Evangelio en otra cultura. (3)
Algunas sugerencias para la preparación del misionero guatemalteco que irá al campo misionero transcultural a largo plazo:
- Reconocer que la preparación es un proceso largo.
- La iglesia local debe estar involucrada en el proceso.
- Cooperar entre iglesias y Centros de Capacitación en buscar los mejores recursos en la preparación.
- Dialogar entre las iglesias enviadoras, Centros de Capacitación y Agencias sobre el curriculum necesario para cada área por alcanzar.
CONCLUSIÓN
El mundo escoge a los capacitados. Dios capacita a los escogidos. Dios capacitó aún más a sus siervos que tenían un trasfondo instruido, por ejemplo Moisés, Pablo y otros. La tarea que Dios está esperando que los misioneros latinos realicen entre los no alcanzados demanda una capacitación integral apropiada.
1 E-mail, 3 de junio del 2000.
2 Rudy Girón, Demasiado Valioso para que se Pierda Págs. 44-46
3 El Perfil para Capacitar Un Misionero Latinoamericano. Margaretha Nalina A diwardana, Demasiado Valioso Para
Que Se Pierda. Págs. 169-170
Tomado de: SEPAL, “Notas al pastor”, Vol. 9/No.1 /2006
Usado con permiso del autor para:
www.InstitutoInterGlobal.org
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