El Ayuno Bíblico
– Refuerzo al ejercicio de nuestra autoridad espiritual –
En momentos de especial necesidad, el ayuno puede ayudarnos a enfocar toda nuestra energía en buscar a Dios para entender su voluntad, al mismo tiempo que da más fuerza a nuestras oraciones. La Escritura describe diferentes situaciones y ocasiones cuando Israel como nación buscaba a Dios con oración y ayuno. Israel ayunaba, por ejemplo, en los momentos de una crisis nacional.
1. La reina Ester, antes de interceder a favor de su pueblo, pidió a todos los judíos que estaban con ella en Susa que ayunaran.
“Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca” (Ester 4:15-16).
2. Cuando Nehemías escucha en Babilonia que los muros de Jerusalén están en ruinas, se lamenta, ayuna y ora.
“Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (Nehemías 1:3-4).
Estos dos pasajes vinculan el ayuno con el fuerte deseo de ver a Dios intervenir, proteger y restaurar el bienestar de Israel.
3. De la misma forma Esdras ora y ayuna pidiendo protección al emprender el largo viaje desde Babilonia a Israel.
“Y publiqué ayuno allí junto al Río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes. Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan. Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio” (Esdras 8:21-23).
4. El rey Josafat llama a Israel a ayunar cuando enfrenta un combate militar inminente.
“Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor, y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas la ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová” (2 Crónicas 20:1-4).
5. El profeta Joel llama a Israel a ayunar como señal de confesión y arrepentimiento por su gran pecado.
“Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación. Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová” (Joel 1:13-14; ver también Joel 2:12; Jonás 3:5).
En cada uno de estos cinco pasajes del Antiguo Testamento, reconocemos varios temas comunes: Israel pide que Dios intervenga, proteja, libere y restaure. En cada uno se hace ayuno, al parecer, como señal de la gran importancia de la situación y el gran deseo de Israel de ver a Dios actuar. Esto quiere decir que para ellos no había nada más importante que la situación que enfrentaban en ese momento. La actividad normal no podía continuar igual. La rutina diaria era interrumpida. Aun las necesidades básicas de comer y beber se dejaban de lado como señal ante Dios que Israel estaba en un gran peligro y sólo podía ser
salvado si Dios actuaba a su favor. “Señor—decían las peticiones—tómanos en serio. Sin ti no tenemos salvación. Si nos dejas solos, estamos perdidos. Actúa a nuestro favor. Perdona nuestras iniquidades. Queremos cambiar.”
En el Nuevo Testamento encontramos a personas y grupos ayunando en preparación para periodos intensos de ministerio y prueba. En otras ocasiones, las personas ayunaban y oraban para discernir la voluntad de Dios en una situación particular.
1. Jesús ayunó por cuarenta días en el desierto antes de su enfrentamiento con el diablo (Lucas 4:1-2).
2. Jesús explicó a los discípulos que ciertos actos de ministerio requieren una ardua labor. Habiendo fallado ellos en su intento de echar fuera el demonio de un muchacho, Jesús les dice que “este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno” (Marcos 9:29).
3. La profetisa Ana servía en el templo “con ayunos y oraciones de noche y de día” (Lucas 2:36-38), y una de las pocas personas en reconocer al Mesías cuando apareció fue ella.
4. Fue mientras ayunaban, adoraban y oraban que la iglesia en Antioquía entendió que Bernabé y Pablo debían ser apartados para la obra a los gentiles (Hechos 13:2).
En estos diferentes ejemplos, vemos que el ayuno conlleva renunciar a algo, normalmente a la comida, por el bien de un mayor beneficio o necesidad. Richard Foster escribe:
“La idea central del ayuno es la negación voluntaria de lo que de otra manera sería una función normal, con el propósito de realizar una actividad espiritual intensa. No hay nada malo en estas funciones normales de la vida; simplemente sucede que hay momentos en que las ponemos a un lado para concentrarnos” (Study Guide for Celebration of Discipline—Guía de Estudio de Alabanza a la Disciplina, Foster, pág 40).
(Este material sobre el ayuno ha sido adaptado del curso titulado: Tiempo y Lugar para Dios: Hacia el Crecimiento Espiritual, Módulo 4, publicado por el Centro por la Excelencia en las Organizaciones de Eastern College, USA.)
Para hacer un estudio más extendido sobre el ayuno, ve la siguiente página.
EL AYUNO – ESQUEMA GENERAL
1. ¿QUÉ TIPOS DE AYUNO PODEMOS HACER?
Tipo |
Alimento: Sólido o Líquido |
Agua |
Referencia bíblica |
Normal |
Ninguno |
Sí |
Mateo 4:2; Lucas 4:2 |
Parcial |
Privarse de – una comida – un alimento – una actividad |
Sí |
Elías: 1 Reyes 17:6,13 Daniel: Daniel 1:15; 10:3 Juan: Mateo 3:4 |
Absoluto |
Ninguno |
No |
3 días: Ester 4:16; Esdras 9:3; 10:6; Hechos 9:9 40 días: Ex. 34:28; Deut. 9:9,18; 1 Reyes 19:8 |
El ayuno más común es el de abstenerse de todo alimento, pero bebiendo agua. Según vemos en la Biblia, una persona que se aparta para buscar a Dios puede ayunar hasta 40 días (Lucas 4:1-2). En algunas emergencias se ha ayunado completamente, sin tan siquiera beber agua; pero la Biblia no hace mención de nadie que lo haya hecho por más de tres días (Ester 4:16), a no ser por intervención divina (Moisés, Elías).
También se pueden hacer ayunos parciales, cuando uno tiene que trabajar, o tiene alguna enfermedad del estómago, o está tomando medicamentos que no puede dejar de usar. Este ayuno consiste en comer para mantener las fuerzas, pero no por el placer de comer (Daniel 10.2-3). Esto se puede hacer, por ejemplo, bebiendo sólo zumos, tomando sopas de verduras, o comiendo sólo fruta y verduras.
Es importante recordar que el PROPÓSITO de un ayuno es buscar a Dios; buscarle hasta que hayamos prevalecido con él y tengamos la seguridad de que hemos obtenido la victoria. No es ningún tipo de penitencia religiosa. Es un arma de guerra espiritual que hace más concentrada y eficaz la oración. Así que, la meta debe ser dedicar todo el tiempo posible a orar a Dios. Aun si hacemos un ayuno parcial y trabajamos la mayor parte del día, el propósito sigue siendo el mismo; necesitamos un esfuerzo especial en la oración. Por eso es aconsejable acompañar el ayuno de comida con otro “ayuno”; ayuno de televisión, libros, revistas, música, conversación prescindible, etc., para poder dedicar cada momento libre a la oración.
MEDITAMOS: El ayuno es un arma de guerra espiritual que concentra más la oración, la hace más eficaz, la respalda con mayor autoridad, y nos ayuda a conseguir la victoria.
Es muy importante la forma de TERMINAR un ayuno. Cuando una persona pasa más de dos o tres días sin comer, su sistema digestivo se ajusta a este estado, y la vuelta a las comidas de costumbre debe hacerse paulatinamente, para no forzar el estómago. La mayoría de los autores que escriben sobre el tema recomiendan un tiempo de ajuste de igual duración que el mismo ayuno, para evitar cualquier riesgo o problema. El periodo de “desayuno” se puede llevar de muchas maneras, pero aquí damos un ejemplo de cómo romper un ayuno de siete días con agua:
- Día 8: Desayuno – zumo de naranja, una fruta
Comida – sopa de verduras
Cena – sopa de verduras
- Día 9: Desayuno – leche o yogur, y un poco de pan
Comida – hervido de verduras
Cena – ensalada de lechuga
- Día 10: Añadir a lo anterior: queso, huevos
- Día 11-12: Añadir a lo anterior: pescado, pollo. Evitar cosas fritas, grasa, especias fuertes, picante, etc.
- Día 13-14: Comidas normales, pero de menos cantidad de lo normal.
Una regla de oro: En cuanto el estómago se sienta lleno, por poco que hayas comido, para enseguida. Sobre todo hay que resistir el apetito feroz que entra al cuerpo alrededor del tercer día del periodo de “desayuno”, cuando uno tiene ganas de comer grandes cantidades aunque su estómago se haya llenado; y evitar el picar entre comidas. Aun después del periodo de reajuste, es conveniente dejar unos días antes de “ponerse las botas”, porque esto puede ser muy peligroso para el cuerpo. El mismo Señor que da determinación y anhelo para hacer el ayuno, dará fuerza de voluntad para romperlo con prudencia.
2. ¿POR QUÉ COSAS AYUNAMOS?
- Como DISCIPLINA guiada por el Espíritu Santo: Mat. 4:2; 1 Cor. 9:25; 2 Cor. 6:5; 11:27
- Para buscar la VOLUNTAD DE DIOS en asuntos específicos: Jueces 20:26; Hechos 13:3; 14:23.
ARREPENTIMIENTO por el pecado: 1 Sam. 7:6; 2 Sam. 12:16, 21-23; 1 Reyes 21:27; Nehemías 9:1-3; Joel 1:14; 2:12,15; Jonás 3:5-10 (ver Jeremías 18:7-8). - A favor de la OBRA DE DIOS: Neh. 1:4; Joel 2:15
- LIBERACIÓN Y PROTECCIÓN: 2 Crónicas 20:3; Esdras 8:21-23; Ester 4: 13-16; 9:31; Marcos 9:29.
- Para HUMILLARSE delante de Dios: Salmo 69:10-13.
- Como parte de la ADORACIÓN: Lucas 2:37; Hechos 13:2,3.
- En tiempos de profunda AFLICCIÓN: 1 Sam. 31:13; 2 Sam. 1:12; 12:16, 21-23; Sal. 35:13; Dan 6:18.
- Para BUSCAR ENTENDIMIENTO y SABIDURÍA de parte de Dios: Dan. 9:2,3,21,22
3. ¿QUIÉNES AYUNABAN?
- El pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento: Lev. 16:29,31
- Juan el Bautista: Marcos 2:18; Lucas 5:33
- Ana, la profetisa: Lucas 2:37
- Jesús: Mt. 4:2; Marcos 1:13
- Jesús esperaba que sus discípulos ayunaran después de su partida: Mt. 9:14,15; Mr. 2:18-20; Luc. 5:33-35
- Los discípulos: Hechos 13:2,3; 27:9
- El ayuno era una práctica de la Iglesia del segundo siglo: Didajé, II Clemente, Hermas.
- Grandes hombres de Dios conocieron el poder y la disciplina del ayuno: Martín Lutero, Carlos y Juan Wesley, Carlos Finney, Juan Calvino, Jonatan Edwards, Pastor Hsi, Juan Knox, David Brainerd, Hudson Taylor.
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