La muerte de Michael Jackson
Estupefacto quedé cuando el pastor de mi iglesia preguntó cuántos de los presentes tenían en sus hogares uno o más álbumes de Michael Jackson. Calculo que de un 15 a 20 por ciento de los presentes levantaron su mano, creo que totalmente ignorantes de que su respuesta los delataría como gnomos espirituales. El pastor agradeció la franqueza de los que alzaron sus brazos para luego dar una breve perspectiva bíblica acerca de la vida y muerte del Rey del Pop.
Michael Jackson, alma torturada, mezcla de genio musical, andrógino narcisista, niño del averno, ídolo de masas profanas, dios de fiambres espirituales, mutación étnica, conejillo de quirófano, leyenda tétrica, gnomo autodestructivo, filántropo admirado, cuerdo y demente, héroe y villano, víctima y culpable, muñeco misterioso y estrambótico, egocéntrico materialista y soñador idealista, manipulador y manipulado. Alma torturada al fin.
Toda muerte es trágica, un sombrío recuerdo de que la muerte entró en este mundo por el pecado. Toda muerte es la herencia maldita que nos dejó Adán. Trato de ser cauto cuando hablo de la muerte porque la siento más cerca cada día. Padezco de una enfermedad terminal, y no me refiero a la vida, por aquello de que la vida es una enfermedad incurable. Agradezco a Dios que mi destino eterno está asegurado en sus brazos, pero qué decir de aquellos que mueren sin Dios. En nuestra sociedad es tabú hablar de la condenación eterna. Todos nuestros héroes, políticos, actores, músicos, etc. van al cielo automáticamente. Al menos es lo que escuchamos en los homenajes póstumos.
Inmediatamente al deceso de Michael Jackson (MJ en adelante) toda clase de reportes comenzaron a circular. Ciertos blogs cristianos dieron la noticia de que MJ había recibido a Cristo como su Salvador tres semanas antes de su muerte. No existe una pizca de evidencia que corrobore la historia. Parecería que ésta es una constante que se da en cada muerte de un personaje famoso. Luego de la lamentable muerte de Steve Irwin, The Crocodile Hunter, se corrió el rumor de que tres semanas antes había pasado al frente en una iglesia para dar su vida a Cristo. Resultó ser otro rumor, tanto él como su esposa se inclinaban al Budismo. Lo mismo escuchamos de Anna Nicole Smith, Rock Hudson, John Wayne, el president John F. Kennedy y otros. Nuestros ídolos, no importa como hayan vivido, están en el cielo, ya sea por decreto popular o por una historia de conversión en el último minuto. Se me ocurre que Dios está dejando pasar tremendas oportunidades al dejarlos morir, pudiendo prolongar sus vidas para que den testimonio de su conversión a los fanáticos que los siguen. De ser así presenciaríamos el avivamiento más vibrante de la historia, ¿no lo cree así?
La beatificación de MJ comenzó minutos después de la noticia de su muerte. Oleadas de adoradores comenzaron a reunirse en diferentes lugares asociados con el ídolo. Los adulones aun siguen visitando sus residencias y el famoso Rancho Neverland, realizando vigilias y homenajes aun antes de su sepelio. Gente totalmente extraña derramando lágrimas por un perfecto extraño. Esto revela el estado lamentable de esta generación sin brújula moral, sin un ancla que los amarre a la Verdad de Dios.
La jornada religiosa de MJ desde ex Testigo de Jehová, ex esposo de Lisa Marie Presley, devota seguidora de Scientología, siguiendo con una supuesta conversión a la Nación del Islam, la versión islámica de Louis Farrakhan, y finalmente al Islam tradicional, nos habla de un lamentable declive espiritual. Los frutos de su carrera musical, desde nuestra perspectiva, son detestables. Un ejemplo de sus letras revela la inmoralidad detrás de la leyenda:
Amiga
Le voy a decir a tu novio (Yeah)
Díle (Woo Hoo)
Exactamente lo que hacemos (yeah)
Dile lo que me haces
Tarde en la noche cuando el viento es libre
(Título: Girlfriend)
Yo sé que hay letras aun más fuertes de otros artistas, pero no ganamos nada justificando los malos ejemplos señalando hacia otros peores. Este tipo de letras son las que han formado una generación sexualmente sobreexistada con las trágicas consecuencias que hoy vivimos. Hasta los viejos andan sensualmente enardecidos. Michael Jackson, ¡qué legado impúdico has dejado! Le comentaba a mi esposa el otro día que si yo me pusiera en la esquina a bailar con mi mano en los genitales como MJ lo hacía, por seguro terminaba arrestado. Incoherencias de una sociedad confundida.
MJ lo tuvo todo a su alcance, fama, poder y dinero. Nada de ello fue usado para la gloria de Dios. Fin de la historia: “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Palabras de Jesucristo (Mr. 8:36). No menos terminantes son las que dijo en la parábola del hombre rico: “Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. (Lc. 12:20-21)
No puedo finalizar sin levantar el nombre del Rey de Reyes, Jesucristo. Toda la gloria sea para él, que continúa presidiendo sobre los funerales de todos los reyes de la tierra, aun se llamen Rey del Pop, Rey del Rock o lo que se les ocurra. <>
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