Muchos cristianos, cuando los Testigos de Jehová o los Mormones tocan a sus puertas, simplemente no contestan pretendiendo que no están en casa, o en su defecto, le cierran las puertas en sus narices.
Para justificar tal conducta utilizan el versículo 10 de la Segunda Epístola de Juan, que dice: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis !Bienvenido!”
¿Querrá ésto decir en realidad que no debemos abrir nuestras puertas a los sectarios y hablar con ellos? ¡De ninguna manera! El pasaje debe ser entendido dentro del contexto histórico-cultural en el cual fue escrito. Recordemos que las iglesias del primer siglo se reunían principalmente en casas. Por ejemplo, Pablo en su carta a los Romanos, saluda a Priscila y Aquila y a los de la iglesia de “su casa” (Ro.16:3). En Colosenses 4:15, otra vez, Pablo saluda a Ninfas, de la ciudad de Laodicea, y a la iglesia que está en “su casa”. Y así muchos otros ejemplos.
Al considerar esto, vemos entonces que Juan realmente está diciendo: “Si alguno no predica la sana doctrina, o sea, que Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo, no le permitan enseñar en su iglesia, no le den acceso al púlpito”.
En efecto, las epístolas de Juan tienen como propósito refutar la herejía gnóstica, que presentaba otro evangelio y distorsionaba la naturaleza de la persona de Jesucristo. Muchos eran los falsos maestros que promovían esta doctrina.
Algunas traducciones de la Biblia dicen: no lo recibáis en “tu” casa. Esto puede parecer como que Juan estaba hablando a los cristianos individualmente, pero la verdad es que en los manuscritos originales las palabras “en tu” no existen.
Otra interpretación del pasaje sugiere que Juan está prohibiendo a los cristianos a que hospeden en sus casas a estos falsos maestros. La costumbre de la época era dar alojamiento a los maestros cristianos ambulantes, ya que en esa época no había un motel en cada esquina.
De acuerdo con esta interpretación, Juan estaba escribiendo algo por este estilo: “Si alguno no predica el verdadero evangelio de Cristo, no le hospeden en sus casas. No le permitan usar sus casas como base de operaciones para propagar su veneno doctrinal”. Es por ello que el apóstol Juan dice en el siguiente versículo: “Porque el que le dice !Bienvenido! participa de sus malas obras”.
En el día de hoy, esto sería equivalente a que nosotros permitiéramos a los Testigos de Jehová hacer estudios bíblicos en nuestras casas o en nuestras iglesias. Esto no es correcto. Ejemplo: a dos cuadras de mi casa hay una iglesia evangélica de inmigrantes eslavos que le alquila sus instalaciones al grupo sectario de la Secta Moon los domingos por la tarde. Puede tratarse de ignorancia o simplemente una decisión de carácter económico, pero cualquiera sea el caso la Biblia nos advierte contra ello.
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