Sentirse Abandonado
La sensación de sentirse abandonado por completo es horrible. Es como la expresión “colgada de la brocha”. Dos personas se ponen de acuerdo para pintar una pared alta. Una de ellas sostiene la escalera y la otra se sube para pintar. De pronto, él que sostiene la escalera le grita al otro: ¡agàrrate de la brocha! ¡Ya regreso! y quita la escalera y se va. Entonces ¿Qué sucede con él que está arriba? Pues, ¡se siente abandonado!
No hay nada en todo el mundo como esta sensación de sentirse abandonado. El hombre no es una entidad sola o una isla aislada que no necesita nada o a nadie. El hombre no puede vivir en la soledad. Para mi vivir en la soledad es como estár en el infierno separado de todo y encima sufriendo por la eternidad. (1)
Yo recuerdo hace muchos años cuando estuve en Madrid que mi esposa tenía que volver a Estados Unidos por un tiempo para terminar sus estudios. Durante este tiempo, yo estaba con mi hija y mi perro. Yo pensaba que podría aguantar esta situación por un tiempo mientras ella estaba fuera. Entre mi trabajo que hice cada día en un despacho en el sótano (que no tenía ventanas) pasaba horas sin que hubiera nadie alrededor mío. Estuve casi sólo 8 horas cada día durante 4 semanas . Y por la noche después de trabajar en mi despacho, me entía aislado al llegar a casa. Tenía que preparar la comida para mi hija y para mi, y luego llevaba al perro al parque. Pero por todo que me pasó en ese ambiente, me sentía sólo. Mi hija estaba ocupada con sus deberes y muchas veces se iba de casa con una amiga para hacerlos. Echaba de menos mucho a mi esposa. Durante este tiempo que ella estuvo fuera, me di cuenta de mi soledad.
Poco a poco la soledad llegó a ser más fuerte. Pensando en mi situación cada día, empecé a sentirme deprimido. Por un tiempo empecé a llorar a solas. No quería que nadie supiera de mis emociones. Pero curiosamente, durante ese tiempo recordaba algo de mi pasado de cuando tenía 5 años. Yo recordé que tenía que quedarme en un hospital porque descubrieron que tenía el diabetes. Y recordé que el hospital para mi era un lugar desconocido con gente extraña. Me sentía sólo y abandonado allí. Recuerdo bien quedarme llorando a pleno pulmón cuando mis padres, por primera vez en mi vida, tenían que salir del hospital y dejarme allí. Y yo no quería que me abandonasen. Pero el día siguiente ellos regresaron, pero yo no podría olvidar esta experiencia tan traumática y entonces me la guardé hasta este tiempo cuando mi esposa tuvo que irse.
Entonces, pensando nuevamente en mis emociones y en mi situación pensé, ¿cómo sentía Jesús cuando él murió en la cruz por nuestros pecados? Mateo 27:45- 46 dice, “Desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: «Elí, Elí, ¿lama sabactani?» (que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»).”
Todos los pecados del mundo estaban puestos sobre él (2 Corintios 5:21; Isaías 53:5-6, 11, 1 Pedro 2:24) y El Padre no podía ver el pecado. Habacuc 1:13 dice, “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio;” Entonces Jesús en la cruz sufría la soledad y el abandono que ninguno podría imaginarse. Él no sólo estaba abandonado por sus amigos y discípulos, sino también estaba abandonado por el Padre mismo a quien amaba con todo su ser. Como ejemplo, mira cuantas veces estaba con el Padre en oración. Juan 5:30 dice, “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.”
La segunda cosa que venía a mi mente era Hebreos 13:5 que dice “No te desampararé, ni te dejaré”. Cuando confieso que soy un pecador (Hechos 3:19-20) y creo en Jesús como mi Salvador (Hechos 4:12; Juan 1:12) entonces pertenezco a Dios. 1 Corintios 6:19-20 dice, “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.”. El Espíritu de Dios mora en mi (Efesios 1:13). Estoy sellado por Él. Efesios 1:13 dice, “En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido.”
En Hebreo 13:5 en el griego dice:
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ού = de ningun (que es en el doble negativo)
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μή = modo
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σε= te
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άνώ = dejaré (que también puede decir: dejar caer, a bajar, o a dejar de defender)
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ούδ’ ού μή = ni en modo ninguno (aquí se usa tres negativos haciendo una triple aseguración)
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σε = te
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έγκαταλίπω = desamparé (que es una palabra compuesta de tres palabras:
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έγ quiere decir: un lugar hostil o una circumstancia dónde una persona se encuentra de una forma aislada, en la estacada.
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κατα quiere decir: un estado de derrota, el rechazo, la sensación de impotencia.
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λίπω quiere decir: abandonar una persona en una situació n muy, muy dificil de resolver.
Conclusión
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Entonces pensando en todas esta cosas en este momento, todo cambió en mi. ¡Fue algo increíble! Me di cuenta de que no estaba abandonado. El Padre y Jesús estaban conmigo. El Espíritu Santo moraba en mi en este templo de polvo (Génesis 3:19). Su paz estaba conmigo (Juan 16:33; Gálatas 5:22; Isaías 26:3; Romanos 5:1)
y desde aquel día, estoy seguro de que el Señor nunca me desamparará. ¡Dios – la Trinidad – es maravilloso!
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Fuente:
1. C.S. Lewis, The Great Divorce, HarperCollins, 2009.
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