Un amigable debate con Olcese
El apologista de la herejía sociniana, Mario Olcese, ha respondido a un artículo nuestro titulado “¿Es el Espíritu Santo una fuerza impersonal?”. El artículo en sí es una respuesta a un trabajo suyo llamado “Siete preguntas puntuales sobre el Espíritu Santo”. Olcese raramente contesta mis refutaciones al material que publica en su blog atacando la doctrina de la Trinidad, pero esta vez se ha tomado el tiempo para refutar mis refutaciones (valga la redundancia). Es con placer ahora que abordamos la tarea de contestar su último post en el tema, titulado “Replicando al respondón don Pablo Santomauro acerca de la supuesta personalidad del Espíritu Santo [1]. Como vemos, Olcese es un genio en crear títulos breves. Ni hablemos de su gran clase para referirse a sus oponentes. A los efectos de facilitar la lectura, las preguntas originales de Olcese están en rojo, mis respuestas inmediatas en negro, sus respuestas a mis respuestas en azul, y mis últimas respuestas en azul oscuro.
1.- ¿Por qué no aparece el Espíritu Santo entronizado con el Hijo y el Padre en el cielo?
Aparentemente para Olcese, el hecho de que la Biblia no describa al Espíritu Santo en un trono en el cielo elimina la posibilidad de que éste sea Deidad (y consecuentemente una persona de la Trinidad). Esta pregunta pueril no solamente evita considerar todo el peso de la evidencia bíblica por la Deidad y personalidad del Espíritu, sino que además no tiene efectividad porque es simplemente un argumento basado en el silencio.
Respuesta de Apologista:
Sin duda el Sr. Pablo Santomauro no ha podido responder esta primera tesis y sólo dice que es un argumento basado en el silencio. ¿Alguien entendió esta locución (“basado en el silencio”)? ¡Pero si proclama a gritos de que algo no anda bien con la ausencia del Espíritu Santo en el trono celestial! ¿Acaso no le parece extraño a Santomauro que el Espíritu Santo no aparezca entronizado en ningún momento en el cielo?¿Y no es extraño que nunca el Espíritu Santo aparezca en el cielo recibiendo la reverencia postrada de las criaturas celestiales como sí sucede con el Padre y Su Hijo? (Ej: ver Apo. 5:13) No, Don Pablo, ésta no es una pregunta pueril. Lo pueril es lo que usted responde, y que no tiene sustancia alguna y por tanto no convence a nadie, y menos, a sus propios correligionarios.
2da. Respuesta de Santomauro:
Obviamente Don Olcese no quiere aceptar que su argumento fundamentado en el silencio es una falacia, o sea, un error de razonamiento. Los argumentos desde el silencio no son válidos de acuerdo con la ciencia de la lógica. Del hecho de que el Espíritu Santo no aparezca en un trono no se puede deducir que no sea una persona de la Deidad. De la misma forma, mal razonan aquellos que dicen que el nacimiento virginal de Cristo no es cierto porque el apóstol Pablo no lo menciona en sus cartas.
2.- ¿Por qué el Espíritu Santo no tiene un nombre propio?
Es cierto que la Escritura no registra un nombre propio para el Espíritu Santo. ¿Significa esto que éste no es una persona? Si el argumento fuera válido podríamos deducir que un bebé recién nacido no sería una persona hasta que los padres lo anotan en el Registro Cívico. Además, la Biblia no contiene los nombres propios de la mayoría de los demonios que menciona (cuya naturaleza espiritual es expresada por la palabra pneuma). Sin embargo, ni siquiera los antitrinitarios se animan a decir que estos demonios no tienen atributos de personalidad. Como vemos, el argumento detrás de la pregunta es inválido.
Respuesta de Apologista:
Es cierto que un niño no tiene nombre hasta que los padres van al registro civil para inscribirlo como “fulano de tal”. Sin embargo, lo que no dice Pablito es que los padres ya le han asignado un nombre al hijo aún antes de nacer. Esa es una práctica común de los padres que esperan la llegada de un hijo al mundo. ¿o acaso no es así, señor Santomauro?¿No ocurrió esto mismo con la profecía del nombre “Jesús/Emanuel” del profeta Isaías (7:14)? Es extraño que el diablo principal, Satanás, tenga su nombre propio y no así el Espíritu Santo, quien supuestamente es el mismísimo Dios Todopoderoso. Y con relación a los demonios, ellos ciertamente son personas espirituales y ciertamente deben tener nombres propios, porque sabemos que algunos nombres de estos demonios aparecen en las Escrituras, como todos sabemos. Sin embargo, como son tantas las legiones de demonios, seguramente se hubieran requerido muchímas más páginas en la Biblia para registrarlos a todos con sus respectivos nombres, funciones y rangos. En todo caso, aún queda pendiente una respuesta satisfactoria para este argumento.
2da. Respuesta de Santomauro:
No siempre los padres piensan de antemano qué nombre le pondrán a sus hijos. La Biblia tiene ejemplos en los que los padres nombraron a sus hijos en el momento de su nacimiento o después, no antes (Esaú, Jacob, Benjamín, Fares, Zara). Pero este punto es apenas secundario en referencia al planteo de Olcese. Nuestro ingeniero “apoloherejista” dice que “aún queda pendiente una respuesta satisfactoria [de Santomauro] para este argumento. Sería bueno saber qué argumento, porque yo no veo ninguno.
El planteo de que el “diablo principal tenga su nombre propio (Satanás) y no así el Espíritu Santo” se queda por el camino cuando observamos que su nombre significa “adversario”, nombre que describe una de sus funciones. Más que un nombre es una descripción. De la misma forma, la Biblia llama a la tercera persona de la Trinidad “Espíritu Santo” y lo presenta como un ente distinto al Padre y al Hijo. Así como el Padre y el Hijo tienen diferentes nombres a través de la Escritura, y estos nombres implican características, propiedades, atributos y ministerios, “Espíritu Santo” también nos habla de una propiedad y un atributo de esta persona, es espíritu y es santo, y nadie más es llamado de esa forma en la Escritura.
Por otra parte, Olcese reconoce que los demonios son “personas espirituales” y que seguramente deben tener nombre, pero aduce que son tantos que hubiera sido imposible registrarlos en la Biblia. Pero Olcese pierde el punto nuestro totalmente, es decir, el hecho de que alguien no tenga registrado su nombre en la Biblia, no anula su estatus de persona. Sin embargo, eso es lo que Olcese expresa acerca del Espíritu Santo en su planteo.
3.- ¿Por qué al Espiritu Santo nunca se le llama DIOS de manera directa?
La treta aquí está en lo que el autor de la pregunta entiende por directa. Consideremos el pasaje de Hechos 5:3-4:
“Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”.
Yo pienso que aquí el Espíritu Santo es llamado Dios en forma bastante directa. Sólo un necio no lo ve.
Respuesta de Apologista:
Sin duda el Sr. Pablo Santomauro carece de argumentos sólidos para responder a mi tercera tesis. Noten con cuidado que Don Pablo simplemente se limita a decir que sólo un necio no ve que en Hechos 5:3-4 al Espíritu Santo se le llama Dios. Francamente yo no veo que al Espíritu Santo se le llame Dios de manera clara o directa en Hechos 5:3-4, como supone ciegamente Santomauro. En esos dos versículos de Hechos 5 sólo se puede inferir o colegir que el Espíritu Santo es Dios, pero definitivamente NO es un pasaje que nos diga
de manera segura y contundente que el Espíritu Santo es Dios. El día que alguien me muestre un texto que diga “El Espíritu Santo es Dios”, yo creeré.
Yo suelo interpretar Hechos 5:3-4 citando las palabras de Jesús en Juan 13:20, que dicen: “De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.” Aquí Jesús dice que quien recibe a su enviado, lo recibe a él; y aquel que lo recibe a él, recibe a Su Padre. Esto no significa que nosotros somos el Hijo, ni que Cristo es el Padre. Del mismo modo podemos decir de manera opuesta que quien no nos recibe a nosotros, no recibe a Jesús; y que quien no recibe a Jesús, no recibe al Padre que lo envió. LO mismo sucede con Hechos 5:3-4. Mentir al Espíritu que proviene de Dios, es mentir a Dios el Padre, de quien el Espíritu pertenece y proviene. Este sencillo razonamiento no lo entienden los “Trinotercos” como el Sr. Pablo Santomauro debido a su obcecado fanatismo. El Sr. Pablo Santomauro simplemente sigue insistiendo en una doctrina que carece a todas luces de fundamento bíblico sólido.
2da. Respuesta de Santomauro:
La necedad de esta respuesta alcanza proporciones inusitadas. Decir que el día que me muestren un texto que diga “El Espíritu Santo es Dios, yo creeré”, me habilita para replicar: El día que me muestren un texto que diga que el Espíritu Santo es un poder, yo creeré. Pero cuando les pedimos un texto así nunca tenemos una respuesta. Negar la contundencia de Hechos 5:3-4 es como negar la contundencia de la siguiente narrativa: (suponiendo que Olcese sea el presidente de Perú) ¿Por qué has mentido a Olcese? No has mentido al portero de la casa de gobierno, sino al Presidente. ¿Acaso de estas palabras “sólo se puede inferir o colegir que Olcese es presidente?” ¿O decir “pero definitivamente NO es un pasaje que nos diga de manera segura y contundente que Olcese es presidente?”. (Aclaramos que en ninguna manera estamos comparando jerarquías funcionales con las personas de la narrativa bíblica en la ilustración.)
Olcese aún debe explicar cómo es posible mentirle a un poder o fuerza operacional. Si es posible mentirle a un poder es también posible mentirle a la energía eléctrica, y siguiendo el razonamiento de Olcese, mentirle a la energía eléctrica es mentirle al inventor de la electricidad. Es obvio que Olcese ha perdido el dominio del lenguaje y no puede usar o entender las palabras en su sentido natural, sino que para salir de la encrucijada debe bailar un vals peruano alrededor del argumento para distraer al lector.
4.- ¿Por qué el Espíritu Santo está siempre en género neutro si es una persona?
Consideremos los siguientes pasajes:
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual [quien] procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. (Juan 15:26) “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”. (Juan 16:7)
Los pronombres personales “quién” y “él” se usan en referencia al Espíritu. Esto es claro. Por otra parte, observando el segundo verso, Juan 16:7, vemos que no tiene sentido que Jesús diga que él se va y a cambio les enviará un fuerza operacional. No vemos allí la conveniencia de cambiar a un Jesús personal por algo impersonal.
¿Qué tan válido es el argumento escondido en la pregunta (el Espíritu siempre en género neutro)? Veamos los siguientes datos:
- Las palabras traducidas en la Biblia Reina-Valera como “criatura”, “niño” y “niña”, son del género neutro en el griego, exactamente igual que el Espíritu Santo es neutro.
- La palabra “espíritu” (pneuma) referente a ángeles es de género neutro.
- Para “demonios” también se usa pneuma (neutro).
- El nombre “espíritu” en Génesis 1:2 está en el femenino: “y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
- El pronombre masculino “el” (ekeinos) es aplicado al Espíritu Santo en todo el Nuevo Testamento a pesar de que “Espíritu” (pneuma) es neutro. Así vemos que Dios se asegura de que entendamos que el Espíritu Santo es una persona.
- La palabra “espíritu” está en el género neutro en referencia a Dios Padre (Jn. 4:24) y a Jesús (1 Co. 15:45). ¿Significa esto que el Padre y el Hijo no son personas?
De esta forma vemos que el argumento de Olcese se desinfla estrepitosamente. Este planteo es muy usado para confundir al cristiano ya que muy pocos de nosotros sabemos algo de griego.
Respuesta de Apologista:
Debo decir que ningún sustantivo masculino que se refiere a un sustantivo neutro hace a ese sustantivo neutro una persona. En Griego la palabra agua es neutro, pero el vocablo río es masculino. Así, el Espíritu es neutro, pero cuando es puesto en la forma de Consolador, o Ayudante, es gobernado por el pronombre masculino porque Consolador es un sustantivo masculino; pero esto no hace al Consolador una persona, como tampoco el ejemplo el agua del río, donde el agua que es neutro y el río masculino convierte al agua en una persona simplemente por este vocablo (agua) está asociado con otro (río) que es personal.
Lo cierto es que siendo el Espíritu NEUTRO, éste puede ser o no ser Personal. Uno debe decir su verdadera naturaleza viendo otros pasajes en la Escritura. Por ejemplo: El Espíritu Santo de Dios es contrastado con el espíritu del mundo en 1 Corintios 2:12. Este pasaje lee, así: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Obviamente “el espíritu del mundo” NO es una persona; por tanto, el Espíritu de Dios con el que es comparado, no es una persona tampoco. Este Espíritu de Dios es contrastado con “el Espíritu de error” en 1 Juan 4:6, y otros espíritus que son neutros e impersonales. ¿Contrastaría Dios su espíritu, que es supuestamente personal, con espíritus que no son personas? No creo.
Creemos también que el Espíritu Santo no es una persona porque se lo menciona en común con otras cosas que no son personas. Se le pone en contraste con la carne (Gál. 5:17) la carne, aunque femenino en el Griego, no es persona individual. Es, por tanto, correcto y apropiado concluir que el Espíritu (neutro) con el cual es contrastado, de igual modo no es una persona. Sin duda hay mucho pan que rebanar sobre este asunto de la llamada “personalidad” del Espíritu Santo, y el señor Santomauro nos debe aún muchas explicaciones que aún no nos ha ofrecido.
2da. Respuesta de Santomauro:
Nótese que la pregunta inicial de Olcese fue ¿Por qué el Espíritu Santo está siempre en género neutro si es una persona? Con esta pregunta afirma que al Espíritu estar en neutro, no puede ser una persona. Pero en su respuesta dice que sí puede ser una persona. Olcese dice: Lo cierto es que siendo el Espíritu NEUTRO, éste puede ser o no ser Personal. Olcese se contradice en forma flagrante, lo que hiere de muerte su posición.
Como mi respuesta original destruye totalmente el argumento implicado en la pregunta de Olcese, es natural que acto seguido Olcese pase a usar la falacia de distracción para enturbiar las aguas. Olcese se concentra ahora en mi punto núm. 5.
El ejemplo del río es inválido porque cualquier persona con un mínimo de comprensión gramatical, aun alguien que no tuvo el privilegio de ir a la escuela, sabe que un río no es una persona. Sin embargo, la Biblia habla del Espíritu Santo claramente como una persona. Cualquiera que lea sobre el Espíritu sin la preconcepción o el a priori antitrinitario, jamás llegaría a la conclusión de que el Espíritu es un poder o fuerza.
Los contrastes que ofrece Olcese son inválidos para demostrar que
el Espíritu Santo es impersonal. Analicemos:
1) 1 Corintios 2:22 – El “espíritu del mundo” aquí mencionado no es obviamente una persona. Se emplea un lenguaje figurado para representar la forma mundana de pensar y conducirse opuesta a la voluntad de Dios. Otras ocasiones donde se le llama espíritu a un tipo de carácter o cualidad moral, mala o buena, de una persona o corriente de pensamiento las vemos en Romanos 8:15 (espíritu de esclavitud-de adopción), 1 Corintios 4:21 (espíritu de mansedumbre), 2 Timoteo 1:7 (espíritu de cobardía–poder, amor y dominio propio), etc. El contraste del espíritu del mundo con el Espíritu de Dios es claramente una antítesis, también conocida como metáfora de contraste, donde los elementos contrastados no necesariamente tiene que ser similares. El ejemplo de Olcese es inválido, más si tenemos en cuenta que en los versos siguientes se describe al Espíritu Santo como alguien que enseña, discierne y conoce la mente del Señor (dos mentes interactuando).
2) 1 Juan 4:6 – (el espíritu de verdad y el espíritu de error): Lo dicho anteriormente es válido para estas dos expresiones. Olcese pretende hacerle creer al lector que “espíritu de verdad” es una referencia al Espíritu Santo o Espíritu de verdad (Juan 14:17), pero este es un ardid que queda en evidencia cuando examinamos los contextos. Nice try, Mario!
3) Gálatas 5:17 – El contraste aquí no es entre el Espíritu y la carne, como arteramente nos quiere convencer Olcese. El contraste es entre los frutos de aquellos que viven de acuerdo a su naturaleza pecaminosa y los que son guiados por el Espíritu Santo.
Una vez más queda en evidencia la pobreza argumentativa de parte de las filas unitario socinianas.
5.- ¿Por qué Jesús nunca dijo que el Padre, él, y el Espíritu Santo son uno?
Olcese se refiere a Juan 10:30: “Yo y el Padre uno somos”. El contexto es suficiente para contestar la pregunta. Jesús viene argumentando con los judíos en torno a su naturaleza relacional con el Padre, no con el Espíritu Santo. Nombrarlo sería innecesario.
A pesar de mi experiencia con los sectarios, aun quedo perplejo ante este tipo de planteos. En ocasiones es bueno preguntarles a ellos cosas como “¿Por qué Jesucristo nunca dijo que el Espíritu Santo es una fuerza o poder operacional? O ¿por qué no existe un solo pasaje en toda la Escritura que niegue explícitamente que el Espíritu es una persona o es Deidad? Muchas de las preguntas de estos sectarios se pueden dar vuelta 180 grados para ponerlos en serios aprietos.
Respuesta de Apologista:
Lo cierto, Sr. Santomauro, es que nunca Jesús enseñó que El Padre, él, y el Espíritu Santo son UNO. Esto es sumamente curioso y muy sugerente. Obviar a la supuesta TERCERA PERSONA DE LA TRINIDAD de la UNIDAD DIVINA resulta extraño, por no decir, preocupante. Y cuando leemos el libro de Apocalipsis, e intentamos buscar al Dios Trino, simplemente no lo podemos encontrar por ningún lado, y mucho menos, en el trono celestial. Este hecho no nos resultaría extraño si admitiéramos honestamente que la TRINIDAD es sencillamente una invención humana sin fundamento bíblico alguno.
Algo más. Es curioso que Jesús dijera: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17). Me pregunto, ¿qué pasó con el Espíritu Santo? ¿Acaso no trabajaba el en aquel entonces como la Tercera Persona de la Deidad Trina? Verdaderamente sí vemos al E.S en varias ocasiones funcionando entre los hombres, pero de allí que sea una Persona Divina, ese es otro asunto. Lo que me parece entender de Juan 5:17 es que Jesús NO percibe al Espíritu Santo como una Persona Celestial que debe ser incluida dentro de la labor divina en la tierra. Sólo Su Padre y él Son Personas divinas que trabajan unidos para la salud y la redención de los hombres. Y al decir yo que ambas Personas tienen una naturaleza divina, no estoy de ningún modo igualándolos, como tampoco igualo a cualquier padre carnal con su hijo, simplemente porque ambas personas son de naturaleza humana carnal. Siempre uno es cabeza del otro. Y como dicen los militares: “la antigüedad es clase”.
2da. Respuesta de Santomauro:
Olcese no quiere admitir que su argumento está fundamentado en el silencio, y como dije antes, del silencio sólo se puede deducir silencio. Es curioso que Olcese me llame terco, obstinado y obcecado, pero estas parecen ser características de su personalidad, sobre todo si tenemos en cuenta su defensa en este punto. Aparentemente Olcese insiste con su capricho de que Jesucristo diga lo que él quiere, y tiene problemas para aceptar la realidad. El hecho de que Jesús no mencionara al Espíritu Santo no prueba que éste no sea una persona. La evidencia exegética por la personalidad del Espíritu es abrumante y no viene al caso presentarla en este corto debate. Además, Olcese parece olvidarse de que el ministerio de Jesucristo tuvo como uno de los objetivos principales el glorificar al Padre (Jn. 14:13;17:4). Es natural que el Padre tenga un rol más pronunciado que el Espíritu Santo en su discurso. Así mismo, un ministerio clave del Espíritu es glorificar a Cristo (Jn. 16:14 ), lo que explica que, como la fuente que inspiró las Escrituras, el Espíritu se posiciona a sí mismo como un personaje de menor relieve.
6.- ¿Por qué Jesús nunca dijo que quien lo ha visto a él ha visto al Padre y al Espíritu Santo?
Esta es una referencia a Juan 14:8-9: “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”
La pregunta de Olcese pierde todo sentido cuando notamos que la solicitud de Felipe a Jesús no incluye al Espíritu Santo. La contestación de Jesús se enfoca específicamente en el pedido de Felipe de que le mostrara al Padre. Incluir al Espíritu Santo en la contestación implicaría un lapsus linguae.
Respuesta de Apologista:
Creo que hubiera sido interesante que Jesús incluyera al Espíritu Santo en esa unidad que existe entre él y su Padre, ya que en el verso 17 de Juan 14 él mismo dice que el Espíritu Santo (El Consolador) ya estaba morando con Felipe y todos los cristianos. Lo cierto es que en repetidas ocasiones Jesús se presenta siempre unido con el Padre, pero no con el Espíritu Santo. Por ejemplo, cuando ruega por la unidad de los creyentes, él dice: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno (Juan 17:21,22). Realmente me parece curioso que Jesús no haya incluido al Espíritu Santo en la unidad existente entre él y Su Padre. Lo pudo haber hecho y dicho, si, en efecto, el E.S es la Tercera Persona de la Trinidad. Aquí Santomauro no alegará, como lo hace con Juan 14:8-9, de que la razón por la cual no se menciona al E.S es que éste no es el sujeto de la discusión. Jesús pudo muy bien incluir al E.S dentro de la unidad…¡Pero desaprovechó la oportunidad! ¿Curioso, no?
La pregunta subsiste, sin embargo, ¿Por qué nunca se menciona al Espíritu Santo en la unidad del Hijo con el Padre?
2da. Respuesta de Santomauro:
Aquí no vale la pena pasar mucho tiempo. Mi primera respuesta es contundente y derrota el argumento de Olcese por K.O. Todo lo demás que pueda decir Olcese es para poner a dormir a los niños.
7.- ¿Por qué el Espíritu Santo no está incluido en los saludos INTRODUCTORIOS apostólicos, especialmente en los de Pablo?
Este es otro argumento basado en el silencio, y además, el razonamiento que conduce a la pregunta es fallido. Muchas veces viene acompañado de otras preguntas como por ejempl
o: ¿Por qué Jesucristo en Juan 17:3 no menciona al Espíritu Santo? Estas simplezas son fácilmente contestadas cuando presentamos otros versos como Juan 6:47: “El que cree en mí tiene vida eterna”. Estas son palabras de Jesús. Nótese que él no menciona al Padre. ¿Debemos suponer que el Padre no es Dios porque Jesús no lo incluye en la frase? ¡De ninguna manera! De la misma forma, no podemos suponer que el Espíritu no es co-sustancial con el Padre y el Hijo porque Pablo no lo menciona en los saludos de sus cartas.
Respuesta de Apologista:
En Juan 6:47 Jesús dice que él que cree en mí tiene vida eterna. Es verdad que acá no se menciona al Padre, pero todos sabemos que creer en el Hijo es creer en el Padre, que le envió (Juan 13:20). Así que acá no hay conflicto alguno con Juan 17:3.
Lo interesante es que en las salutaciones apostólicas, el E.S brilla por su ausencia y eso debería no sólo llamar la atención del “ortodoxo” Santomauro, sino también la de muchos otros “trinotercos”. Este definitivamente no es un argumento fundamentado en el silencio como dice Don Pablito, pues la reiterada omisión del E.S en las salutaciones de los apóstoles no es una cosa fortuita o casual, sino algo permanente y evidente.
2da. Respuesta de Santomauro:
¿No vimos esta película antes? Se titula “Argumentum ex Silentio”, del director Mario Olcese. Su argumento no es válido y eso se lo puede decir cualquier estudiante de primer año de lógica. <>
1) http://apologista.wordpress.com/2010/01/31/replicando-al-respondon-don-pablo-santomauro-acerca-de-la-supuesta-personalidad-del-espiritu-santo/
- http://pastordanielbrito.wordpress.com/2010/02/15/un-amigable-debate-con-olcese/
- http://apologista.wordpress.com/2010/01/31/replicando-al-respondon-don-pablo-santomauro-acerca-de-la-supuesta-personalidad-del-espiritu-santo/
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