La Vida de Rebecca
En febrero de 1959, una madre soltera y divorciada, abandonada por su marido, luchaba con un trabajo para sobrevivir. Tenía que sostener a su hijo de dos años y a ella misma en el estado de Pensilvania. Sus padres se habían mudado a California del sur y ella decidió dar su noticia de despedida dentro de dos semanas en su trabajo y juntarse con sus padres para comenzar una vida nueva.
Durante las dos semanas ella asistió la boda de una amiga. En la recepción después de la boda, un hombre joven le acercó y le trajo un cóctel con la intención de tener una conversación con ella y empezar una relación. Ella cortésmente declinó su oferta y le explicó que estaba a punto de mudarse a California en unos días y no estaba interesada ni disponible para empezar una relación con él. Después de reconocer varias veces que ella estaba decidida en su decisión, él le trajo un vaso de champán para brindar durante el brindis del matrimonio, y ella lo aceptó pero con un poco de resistencia. Lo hizo en parte para apaciguar sus intentos inquietos.
La próxima cosa que se recordó fue cuando se despertó en la casa de una amiga la mañana siguiente. Ella (Marian) no tenía la mínima idea de lo que había pasado durante el tiempo entre la boda y después en la casa de su amiga.
Desde Pensilvania, Marian se mudó a California dónde se encontró un trabajo y vivió con sus padres. Ella trabajaba, apoyaba y cuidaba de su hijo, y trató de iniciar una nueva vida.
El 3 de noviembre de 1959, lunes, ella dio noticias a su madre que estaba experimentando molestias abdominales y cuestionaba a si misma si debería hacer una cita para ver su médico. Al final ella decidió y llamó al doctor para hacer una cita el viernes. El viernes, 7 de noviembre, ella tuvo la cita con el médico y después de un examen, sin tener un pronostico especifico, él surgió que ella se hiciera una radiografiá. El resultado de esta radiografía trajo muda sorpresa tanto a ella como a su médico. ¡Él le explicó que ella estaba embarazada de nueve meses! Entonces, como su hijo nació de una operación cesárea, el doctor creía que este bebé debe nacer de la misma manera. Entonces el parto fue programado para el lunes.
Marian se fue a casa y les dio a sus padres las noticias. [Usted puede imaginar la sorpresa que tenían los padres al recibir estas noticias]. Ella no era solamente embarazada sino que llevaba nueve meses en cinta y ¡tenia cita para dar a luz el lunes! Ella nunca faltaba un ciclo menstrual y no tenía ningún rasgo físico de estar embarazada. Ella ganó durante estos 9 meses sólo 5 libras y pesaba a 115 libras en total. Pero es obvio que ella experimentó un abanico de emociones durante estos momentos. Su madre le habló de dar el bebé en adopción. Y Marian no estaba muy entusiasmada por hacer esto pero ella sabía que era lo más práctico dado la situación.
Mientras tanto, en octubre de 1959, una pareja viviendo cerca de la familia de Marian, invitaba a los vecinos a un banquete en su casa para anunciar la venida de un bebé que se iban a adoptar . Y durante el festival, ellos recibieron una llamada telefónica de su abogado diciéndoles que la madre del bebé había cambiado su decisión y ella decidió quedarse con su bebé. Entonces ellos fueron muy afectados emocionalmente pero sabían que Dios tenía las cosas bajo control y aceptaron que si no fuera este bebé, Dios tendría otro esperándoles.
El 8 de noviembre de 1959, sábado, Marian empezó sus contracciones y fue llevado a la sala de partos. Más tarde, “el bebé Jorge” nació, una bella y saludable niñita.
En lunes, el 10 de noviembre de 1959, la pareja viviendo cerca de la familia de Marian recibió una llamada telefónica de su abogado preguntándoles si estaban dispuestos adoptar otra niña pequeñita. Y ellos estaban tan contentos pero un poco perplejos por el hecho de que la niña nació pero la madre estaba esperando que alguien le recogiera el mismo día de su nacimiento. Pero ellos se fueron al hospital y le trajeron la niña a casa y ella empezó su vida entonces conocida como Rebecca Earlene Talley.
Salmo 139 nos dice que estamos formados en el vientre de nuestra madre. Es referido como “el lugar secreto” o “en oculto fui formado” (vs. 15). Rebecca claramente era un secreto de su madre biológica. Y su familia nueva le educó y le crió a amar a Dios y ella le dió su vida a Jesucristo cuando era muy joven.
Dios tiene las mismas intenciones y planes para cada uno. Las Escrituras nos dicen que somos creados “en la imagen de Dios”.(Génesis 1:26) Su deseo es que vivamos nuestras vidas al máximo, alcanzando nuestra máxima potencial y usando nuestros dones espirituales que Él nos ha dado. (1 Corintios 12:7). Usando lo que Él nos dio, le traemos a Dios la gloria porque cumplimos uno de sus propósitos fundamentales inherentes en ser Su creación. Dios desea que expresemos nuestra alabanza con palabras por Sus obras especificas en nuestras vidas, pero Él es glorificado cada vez que Su creación cumple Sus propósitos, tanto en que le traigamos atención o no.
Y creciendo dentro de un hogar cristiano no quiere decir que no hay apuros y dificultades. El padre de Rebecca tenía luchas tremendas con disfunciones personales y psicológicas que a veces hizo la vida muy difícil para Rebecca durante su niñez. Sus enfermedades le requerían medicamentos que le afectaron en varios ocasiones pero estos existían para ayudarle ponerse estable durante sus excéntricos y violentos oscilaciones. Durante este tiempo cuando ella era una adolescente, Rebecca empezó usando drogas. Ella se experimentó con drogas como marihuana hasta LSD. Debido a su hogar y los problemas que ella tenía con ciertas personas en su entorno, ella decidió suicidarse una tarde y tomó una sobredosis de drogas. Una tarde, ella volvió de la escuela y tomó una botella de Coricidin, una botella de benedryl, y una botella entera de medic
ina de su padre. Su madre volvió a casa un par de horas después y la encontró inconsciente y enrollada en la posición fetal en la cama. Su madre se le llevó con prisa al hospital dónde los médicos intentaron sacar todo de su estomago con la bomba pero no podrían medicarle a Rebecca suficientemente, para contrarrestar los efectos de la droga, porque no sabían lo que ella hubiera tomado. Ella se quedó inconsciente cuando le llevaron a una sala oscura para recuperarse. Los médicos le explicaron a su madre que si sobreviviera, ella sufriría el daño cerebral de los efectos de la droga.
En cuestión de horas, ella recobró el conocimiento. Sus padres estaban regocijándose y ella no sufrió ningún daño cerebral permanente. Una vez más, Dios hizo un milagro en la vida de Rebecca porque El aún tenía un propósito no cumplido para realizar.
No es fácil entender el por qué Dios permite que algunas personas viven mientras otras mueren. Es una paradoja que los teólogos y pastores han intentado entenderse por siglos, menos aún explicarlo a otros en una forma aceptable. Y no hay respuestas fáciles. Pero existe la verdad de que Dios va a extremos en cuanto al tiempo para cumplir sus propósitos en ciertas vidas y en ciertas situaciones.
Cuatro años después de este incidente, Rebecca se casó conmigo.
Unos diez años después, Rebecca logró su certificado de EMT y empezó conduciendo una ambulancia. Una tarde, después de cumplir su trabajo, ella estaba en camino a casa cuando un automóvil que estaba en frente de ella frenó rápidamente. Ella paró también y salio de su auto para averiguar lo que ocurrió y ver si alguien necesitaba atención médica. Ella podría escuchar los gritos de una mujer joven que estaba en la acera. Rebecca estaba en un barrio hispano y la mujer le hablaba español. Rebecca encontró que un niño de 5 años se lanzó en frente de un automóvil. Él fue golpeado y estaba debajo del auto atrapado allí. Rebecca metió su mano debajo del automóvil y alcanzó al niño y rápidamente se dio cuenta que no respiraba y no tenía un pulso de corazón. Entonces inmediatamente le dio la reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras una masa de gente miraba la escena. En medio de todo esto mientras ella ayudaba a él, ella gritó que alguien allí llamara el 911 para ayudar al chico. Después de unos tres minutos, el chico tenía el pulso cardíaco otra vez, podría respirar, pero empezó a llorar. Los paramédicos se llegaron cerca de 2 minutos más tarde y le transportaron al chico a un hospital por las múltiples heridas que había sufrido. Rebecca se fue al hospital el día siguiente para hacer al chico una visita. Ella le encontró a Carlitos en una condición critica pero estable y recibió un abrazo grandísimo de parte de su madre. Un año después, Rebecca se fue a su casa porque su madre le invitó a venir en cualquier tiempo que estuviera en el área y le encontró a Carlitos celebrando su sexto cumpleaños en este mismo instante. Fue un momento mágico para ver a Carlitos vivo y sano.
Y a traves de los años, Rebecca ya tiene su RN (y otros certificados) y ha trabajado en el campo médico por muchos años. Ella ha tenido la oportunidad de ver y ayudar cientos de pacientes y sus familias en situaciones médicas muy difíciles. Ella también ha estado en otros países haciendo trabajos médicos como una voluntaria desde Uganda hasta las montañas del Perú con el fin de dar ayuda a personas que sufren en los países pobres. Incluso, ella estuvo abordo del barco USNS Mercy con el “Projecto Esperanza” por un mes dando ayuda médica a las victimas del maremoto que tuvo lugar en diciembre de 2004.
Rebecca es apasionante en cuanto a su profesión de enfermera y atención médica, especialmente en situaciones emergentes y críticas. Ella continua su trabajo en proveer un servicio médico dedicado a gente de todos las edades, de todas las formas de vida, y de todas las culturas y situaciones económicas.
En el libro de Génesis 50:20, José habló a sus hermanos (quienes le vendieron en esclavitud cuando tenía 17 años) y cuando estuvieron en su presencia (que tenía 39 años) unos 22 años habían pasado y les dijo, “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien…”
Marian fue drogada y violada, que es una cosa terrible. Pero lo que el hombre pretendió a mal, Dios ha cambiado la cosa a bien.
Por Calvin Ainley (su marido)
Traducido por Dennis Swick (2/2010)
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