La Identidad Cristiana
Como cristiano, que es un discípulo de Jesús, existen varios problemas para afrontar. No es tan sencillo como decir una oración y ya está salvo. Ser un discípulo de Jesús es mucho más. Pero antes de decidir ser un discípulo de Jesús, hay un par de cosas que tienen que ver con la identidad. La identidad abarca la cultura, las costumbres, la forma de pensar, y los roles que tomamos. Nuestra identidad como persona en muchas maneras refleja más los pensamientos de nuestra cultura en vez de los de la Biblia. La identidad de una persona depende de su estatus, su país de origen, sus estudios, su familia, y su creencia o no creencia en Dios, más. También se ve la identidad de una persona en ser hombre, mujer, adulto, joven, gordo, flaco, rico, pobre, famoso, desconocido, músico, sordo, inteligente, ignorante, trabajador, perezoso, sano, invalido y más.
Lo que la biblia dice sobre nuestra identidad como cristianos:
- Salmo 139:1, “Jehová, tú me has examinado y conocido.” Estoy conocido por Dios.
- Salmo 139:13, “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.” Estoy creado y formado por Dios.
- Salmo 139:14, “¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” Soy una creación admirable.
- Romanos 8:1, “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,” Estoy perdonado y no condenado por mi pecado.
- Romanos 8:15, “Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: « ¡Abba! ¡Padre!»” Soy un hijo de Dios.
- Romanos 8:38-39, “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” Estoy seguro en el amor de Dios.
- 1 Corintios 6:17 – Estoy unido con el Señor.
- 1 Corintios 6:19, 20 – He sido comprado por un precio. Pertenezco a Dios.
- 1 Corintios 12:27 – Soy un miembro del cuerpo de Cristo.
- Efesios 1:5 – Soy adoptado como niño de Dios.
- Efesios 2:18 – Tengo acceso directo a Dios a través del Espíritu Santo.
- Filipenses 4:19 – Tengo todas mis necesidades suplidas por Cristo.
- 2 Corintios 9:8 – Tengo la gracia suficiente por cualquier cosa.
- Colosenses 2:10 – Estoy completo en Cristo.
Pero, a pesar de estas verdades, a veces luchamos con nuestra identidad y lo que somos en Cristo. Entonces, lo siguiente trata de este tema.
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La Oración de Recogimiento
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por Dr. John H. Coe (1)
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Filipenses 3:7-11, “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” (2)
- Presentar. En este proceso hay que presentar al corazón y sus emociones al Señor e intentar aprender de Él. (Romanos 12:1-2). En oración se puede decir: “Señor, aquí estoy y quiero presenatar me a tí. Abre mi corazón a la verdad de lo que está pasando en mi vida ahora mismo.” (3)
- Considerar. Luego, es importante considerar como pérdida todas las cosas que pueden tentarse a encontrar ganancia en ellas fuera de Cristo. Hace falta comparar estas cosas con conocer a Cristo. Hay que desconectarse de las cosas que pueden llegar a ser ídolos en su corazón, tanto cosas buenas como malas, en la cual su carne podría ser tentado a encontrar su identidad fuera de Cristo. Hablar o platicar en oración con el Señor sobre estas cosas de la carne. 2 Corintios 12:7-10 dice, “Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” En oración se puede decir: En el centro de mi alma y espíritu no soy un éxito ni un fracaso, una persona rica o pobre, una persona que tiene que ser honrada , una buena persona o una mala . En el centro de mi ser, mi identidad no está en ser una buena o mala estudiante, profesor, padre, madre, esposo, esposa, hijo, hija, o una persona furiosa. Soy una persona en que el poder de Dios está perfeccionado en la flaqueza. (2 Corintios 12:9). Hace falta repasar los roles que ha desempeñado en la vida como habilidades, cualidades, características, y cosas buenas y malas mientras está en oración. Despégase de estas cosas en las cuales está tentado de hallar y encontrar su identidad. (Isaías 44:14-20).
- Afirmar. El tercer paso es afirmar que su alma tiene su verdadera identidad en Cristo. Su unión con Cristo le hace aceptado y perdonado por su sangre. Esto es su identidad real. Esto no depende de lo que siente con sus emociones. En Cristo está perdonado y aceptado (1 Corintios 15:21-22; 2 Corintios 5:14- 6:2; Colosenses 1:20). En oración se puede decir: “Fuí creado con el fin de tener unión con Dios. Entré en este mundo como pecador (Salmo 51:5) pero tenía el deseo de ser amado. Ahora estoy vestido con la justicia de Cristo (Isaías 61:10; Colosenses 3:10; Apocalipsis 7:13-14). Estoy perdonado y aceptado por Dios ( Mateo 9:2-6; 1 Juan 1:12; Romanos 5:1; Efesios 1:6). Estoy precioso en los ojos de Dios. Dios me llama a mi a su amado (Romanos 1:7; Efesios 5:1). Esto es lo que estoy en Cristo.
- Decidir.
En el cuarto paso hace falta decidir con su corazón y su mente fijar su mirada en Cristo. Esté receptivo, silencioso, y sereno a la voz del Espíritu Santo y lo que dice la palabra de Dios. - Escuchar. Y al final, hay que escuchar lo que la Biblia dice (Lectio Divina). 2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.”; Filipenses 3:8-10, “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que se basa en la Ley, sino la que se adquiere por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios y se basa en la fe. Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte.”; Juan 15:5 , “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” (4)
Adaptado de John Coe, Ph.D., Director, Institute for Spiritual Formation, Professor of Spiritual Theology and Philosophy, Talbot School of Theology and Rosemead School of Psychology. www.biola.edu/spiritualformation/
Usado con permiso.
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Fuentes:
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Dr. John H. Coe, Director Institute for Spiritual Formation, Talbot School of Theology, http://www.biblicaltraining.org/speaker/john-coe
- http://www.biblegateway.com/
- Ibid.
- Ibid.
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