“Entonces se levantó y regresó”
Sermón sobre Rut 1:1-6
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El libro de Rut contiene la bella historia de una mujer extranjera, de la tierra de Moab, que salió del paganismo y la idolatría a un verdadero conocimiento del Dios de Israel. Booz, uno de los personajes más importantes en este libro, lo dice de esta manera: “Bajo cuyas alas has venido a refugiarte.” 2:12
El libro tiene solamente cuatro capítulos pero contiene mensajes importantes. Las últimas palabras de 4:17, “Este es padre de Isaí, padre de David,” muestra porque el autor escribió este libro. Entonces sigue una genealogía de Obed, hijo de Rut hasta David. Con este libro podemos conectar la casa de David con la tribu de Judá. Esta cadena comienza con Génesis y llega al establo de Belén, a la cruz, y a la corona – al trono de David en el cual nuestro Señor reinará en el futuro.
Pero también encontramos otro mensaje de igual importancia y es la doctrina de la redención. La redención se hace posible solamente por medio de un mediador. Ya que solo Dios puede redimir, fue necesario que El llegara a ser esa persona. Isaías 59:20 dice “Y vendrá el Redentor…dice Jehová.” Dios Hijo es aquella persona. Para entender la explicación y el perdón de Dios se necesita entender lo que es el pariente cercano y redentor. Booz es el único personaje cercano y redentor en la Biblia que nos muestra este aspecto de la redención. En el tiempo apropiado de estos estudios hablaré más en cuanto al pariente cercano y redentor, pero basta en esta introducción decir que es un hermoso tipo de Cristo.
En realidad este libro es la historia de dos personas que se aman, y su historia es un cuadro en el cual podemos ver el amor divino del Salvador para nosotros. V.1 LEE
La Biblia dice que, “santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” y el Espíritu Santo es un buen reportero. Aquí en el principio del libro nos da el tiempo y el lugar donde transcurrió esta historia. En tiempo fue “en los días cuando gobernaban los jueces.” Fueron días muy difíciles en la historia de Israel. Se acuerdan que los israelitas habían estado en servidumbre en Egipto, pero Dios los libró de su esclavitud – El los redimió y los trajo a la tierra prometida. Hubiéramos pensado que esta nueva generación habría aprendido del triste pasado de sus padres y habría servida a Dios con gozo. Pero no fue así. El libro de los jueces nos relata la triste historia de como el pueblo de Israel rechazó y abandonó a Dios. Estos que habían servido al Dios vivo y verdadero, ahora vivían en idolatría y corrupción moral. El libro relata la manera que ellos buscaban a Dios cuando sus enemigos los oprimía y como Dios les dio un juez para librarles.
Cuando ellos se apartaron de Dios, fueron juzgados y Dios les mandó a esclavitud, o el enemigo los venció. Entonces, en su dolor, ellos clamaron a Dios. Y en su gracia, Dios les mandó jueces a guiarlos.
Los incidentes del libro de Rut ocurrieron durante esa época – durante el tiempo cuando Sansón era una figura pública. Cuando pensamos de los escándalos que han estremecido nuestro país, piensen en Sansón, un líder fuerte pero débil de carácter. Esta hermosa historia de Rut transcurrió durante ese período de corrupción y confusión. Esta historia representa la luz en medio de las tinieblas.
Y la historia se lleva a cabo en Belén. El significado de esta palabra, “Belén de Judá” es interesante. Belén significa, “casa de pan” y Judá significa “alabanza.” ¡Que bonito lugar para vivir! ¿No? – en la casa de pan y alabanza. La historia comienza y termina allí. Y allí también es el lugar donde nació Jesús. “Y un varón de Belén de Judá fue a morar a los campos de Moab, el y su mujer y dos hijos suyos.” V.1 Este hombre que vivía en el lugar de pan y alabanza, se fue a la tierra de Moab. En el Salmo 108:9 Jehová dice a Moab, “Moab, la vasija para lavarme.” Este no es una frase de cortesía o afecto. Esta gente era gente desechada, excluida de la sociedad. Otra forma de traducirse pudiera ser: “Moab es mi tina de basura.”
Veamos a esta familia – un cierto hombre, su esposa, y sus dos hijos – que van rumbo a Moab. Dejan la casa de pan y alabanza y buscan el lugar de basura. ¿Han oído una historia igual antes? Claro que si. Nos hace pensar del hijo pródigo. El dejó la casa de su padre. Fue a un lugar lejano, donde trataba de llenar su vientre con las algarrobas que comían los cerdos. Pero aquí tenemos la historia de una familia pródiga. Cuando hubo hambre en su propia tierra, cuando llegó la escasez, les entró el pánico.
Hay que acordarnos, hermanos, que esta historia transcurrió durante una época triste y difícil en la historia de los israelitas. La verdad es que ellos no tenían suficiente fe para creer que Dios los pudiera cuidar en la casa de pan y alabanza – en Belén de Judá, así que trataron de remediar la situación con sus propias fuerzas. Lo que hicieron fue para ellos un fracaso, y será para nosotros un fracaso también si dependemos de nuestra propia sabiduría y nos olvidamos de Dios.
Ahora, vamos a conocer a la familia. V.2 LEE El hombre se llamaba Elimelec. Significa “mi Dios es rey” o “el Rey es mi Dios.” ¡Que bonito nombre! Era un testimonio de Dios cada vez que alguien lo pronunciaba. Elimelec – mi Dios es Rey. Pero en esta historia el no actuó como si Dios fuera su rey.
Nosotros, hermanos, somos hijos de Dios. Nos llamamos cristianos, que significa que somos seguidores de Cristo. ¿Estamos dando un buen testimonio de nuestro nombre?
La esposa de Elimelec se llamaba Noemí. Su nombre significa agradable o simpática. Yo creo que era una persona positiva, que siempre podía ver lo mejor en la vida. Hay muchos cristianos que actúan de esa forma. Quisiera que todos actuaremos de esa forma. Tal cristiano vive victorioso a pesar de las circunstancias. No siempre está contando sus miserias; a lo contrario, está alabando a Dios por lo que tiene.
Elimelec y Noemí tuvieron dos hijos. Sus nombres eran Mahlón y Quelión. Mahlón significa “enfermo” y Quelión significa “débil y desfallecido.” Parece que ellos tuvieron dos hijos enfermos. “llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.” 2b No solamente fueron a Moab a buscar comida, sino que se hicieron casa allí. Recuerden que aunque el hijo pródigo llegó a comer con los cerdos, por fin dijo, “Me levantaré y me iré a mi padre.” Lucas 15:18 A veces el pródigo se queda en la basura del mundo por un corto tiempo, pero esta familia, desafortunadamente, se quedó demasiado tiempo. Y, ¿sabe lo que siempre pasa con un hijo de Dios? Dios le tiene que castigar. Les tuvo que dar una corrección en esa tierra extranjera.
Cuando el hijo pródigo volvió a su casa, su padre pudiera haber dicho al siervo, “Tráeme el látigo; A este le voy a dar azotazos para que aprenda que no debe quitarme el dinero y blas
femar mi nombre. Yo le enseñaré bien.” Pero no lo hizo, sino que le abrazó, le dijo al siervo que matará el becerro gordo y que trajera el mejor vestido. Hay muchos cristianos que creen que nuestro Dios es un ogro, un Dios severo y cruel. Creen que si vuelven a Dios en arrepentimiento y remordimiento diciendo, “Padre, he pecado contra ti,” que en vez de recibirles en amor, les va a castigar. Mi hermano y amigo, el no te va a azotar. Tu recibirás esos azotes en la tierra lejana – en el mundo mismo, y créeme, es un castigo cruel que da el mundo. Fue en el mundo donde el hijo pródigo recibió los golpes duros de la vida y sufrió la decepción. Esta familia también sufrió bastante en la tierra lejana de Moab. Fíjense lo que sufren en el versículo tres. LEE
Este es el principio de sus dolores. Juan nos habla del pecado de muerte en 1 Juan 5:16. Yo no se porque, ni cuando Dios permite que uno de sus hijos se muere prematuramente, pero hay ejemplos mencionados en el Nuevo Testamento. Para Ananías y Safira fue cuando mintieron al Espíritu Santo. Para algunos cristianos de Corinto, pecaron al tomar indignamente la cena del Señor. Pueda ser que Elimelec murió prematuramente. Yo no sé, pero una cosa sí sé: cuando el cristiano se aparta de Dios y de las enseñanzas bíblicas, los problemas siempre vienen y se aumentan.
Primero el esposo de Noemí se muere. Entonces los dos hijos. V.4 LEE En primer lugar, ellos no tenían el derecho de casarse con las moabitas. Era prohibida por la ley Mosaica, pero se equivocaron porque no estaban en comunión con Dios. En la tierra extranjera se habían caído en la apostasía. Ya no creían en el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, Isaac y Jacobo. Así que se casaron con mujeres moabitas aunque era prohibido.
Las esposas tenían nombres significativos. Orfa significa “cierva” o “venada.” Rut significa “hermosura” y también significa “compasión” y “misericordia.” Rut es una persona extraordinario en nuestra historia y es uno de los antepasados de Cristo Jesús. En otras palabras, en su humanidad, la sangre de Rut corría por sus venas. Estas dos, Orfa y Rut se casaron con los hijos de la viuda Noemí.
Vemos a esta familia en una tierra extranjera, lejos de Belén de Judá. Los problemas y contratiempos ya han llegado y aún más vendrán a esta madre. Ha perdido a su esposo y ahora sus hijos.
V.5 LEE Estos dos hombres, enfermizos, fallecieron. Ahora Noemí ha perdido toda su familia y solamente quedan con ella las dos nueras, extranjeras. No tiene más. Esta familia ha sido azotada, como el hijo pródigo, en una tierra lejana. V.6 LEE
La escasez de la tierra prometida había pasado y nuevamente hubo pan en Belén de Judá, la casa de pan y alabanza. Así que Noemí quiere volver a su casa y a su tierra. Yo se que Noemí tuvo que seguir a su esposo a esa tierra lejana, y por eso no la voy a llamar una pródiga. Pero esa familia nunca debería haber estado en Moab. Igual que el hijo pródigo, la familia descarriada que también se arrepiente, anhelará estar en la casa del padre. Y si no tienen deseos, o anhelos fuertes de volver a la casa de su padre, es porque no son hijos del padre y no tienen nada en común con él. Un hijo pródigo no puede estar feliz viviendo con los cerdos de este mundo, porque en el fondo de su ser tiene la naturaleza de su padre, y no de un cerdo. Tendrá que concluir, “Me levantaré y me iré a mi padre, y le diré, Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” Lucas 15:18 Noemí decidió volver “y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá..” V.7b
Hermano en Cristo, ¿estás viviendo lejos del gozo y la paz que Dios te dio cuando la recibiste como Salvador personal? Si la respuesta es sí, entonces hay que hacer la decisión que hizo Noemí, de dejar la tierra lejana – el mundo y volver a Judá – la tierra prometida – la tierra de pan y alabanza – la vida victoriosa en Cristo. Haz esa decisión y comienza a andar en la luz otra vez. 1 Juan 1:9 nos promete, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
Tenlo por seguro que la confesión y arrepentimiento se igualan a gozo y paz. Vuelve hoy a la casa de tu Padre Celestial y el te recibirá con bendiciones.
por John Abels con todos los derechos reservados.
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