“Tu pueblo será mi pueblo”
Sermón sobre Rut 1:7- 22
La semana pasada empezamos nuestro estudio sobre el libro de Rut. Es la bella historia de una mujer extranjera, de la tierra de Moab que salió del paganismo y la idolatría a una verdadero conocimiento del Dios de Israel.
En realidad este libro es la historia de dos personas que se aman, y su historia es un cuadro en el cual podemos ver el amor divino del Salvador para nosotros.
La semana pasada terminamos el estudio con el verso seis y vimos el deseo de Noemí de volver a su propia tierra. Había estado viviendo aparte de las bendiciones de Dios. Había perdido a su esposo y dos hijos. Bajo esas circunstancias quiso regresar a su tierra, a Belén de Judá, la casa de pan y alabanza.
Vv. 7,8 LEE Durante las preparaciones para el viaje, Noemí habló francamente con sus nueras. Los moabitas y los israelitas no se llevaban bien. Noemí le advierte que les costaría caro irse con ella. Nunca podrían casarse; se quedarían viudas, sin dinero o propiedad porque la familia había perdida su propiedad. Entonces Noemí alaba a sus nueras, diciendoles que habían sido misericordiosos con ella. Pero, las anima a que se queden en su propia tierra. V.9 LEE
Noemí les dice que deben volver a casarse con alguno de su propia tierra, porque sabe, que al irse a Judá, sería difícil encontrar esposos.
V.10 LEE La primera reacción de las nueras fue decir “Iremos contigo,” V.11 LEE Según la ley mosáica, si un hombre muriera, era el deber de el pariente cercano casarse con la esposa y levantar semilla. A nosotros se nos hace muy extraña esta ley, y la vamos a estudiar más a fondo en este libro, cuando estudiamos el personaje de Booz y la historia del pariente cercano.
V.12a LEE Noemí sabía que ningún israelita escogería casarse con una moabita, y era imposible que Noemí volver a tener hijos para proveerles esposos. Dijo en 12b y 13 LEE
“La mano de Jehová ha salido contra mí.” Noemí se había dado cuenta que Dios había juzgado a esta familia y que ya no había remedio. Por eso no quiso que sus nueras volvieran con ella.
Pero, el v.14 dice: LEE Llegamos a la cruce de caminos. Era una decisión importantísimo, porque Dios había escogido que Rut contara en el linaje de Cristo. Ella no sabía eso; sin embargo sentía la necesidad de ir con su suegra. En el v.16 veremos su decisión. V.15 LEE
Orfa decidió regresar con su gente. Su decisión de seguir al Dios de Israel no había sido verdadera. Ella vuelve a la idolatría y jamás se menciona su nombre en la Biblia. Pero Rut escogió a Dios, y fue una decisión con repercusiones eternas y volvemos a encontrar su nombre en el primer capítulo del Nuevo Testamento, en la genealogía de Cristo. Parece que Noemí la está probando una vez más cuando dice, “vuélvete tu tras tu cuñada.” V.16 LEE Aquí está la bella decisión que Rut hizo. Creo que en este verso encontramos verdadero arrepentimiento y fe. Es la clase de arrepentimiento que encontramos en 2 Corintios 7:10. LEE
Rut sigue hablando en el v.17 LEE Ahora veamos la decisión de Rut. En realidad son varias decisiones. En el cristianismo son muchos los votos que se hacen. Creo que Dios requiere del creyente el cumplimiento de cada voto que hace. Este voto, esta promesa, esta decisión que Rut hizo fue una verdadera decisión y la cumplió. Necesitamos más cristianos que cumplan las promesas que hacen al Señor.
Primero, Rut dijo, “A dondequiera que tu fueres, iré yo.” No solamente quiero ir a Belén de Judá; yo estoy dispuesta a ir contigo a dondequiera que vayas. En seguida dijo, “dondequiera que vivieres, viviré.” Está dispuesta a identificarse con Noemí, aun en su pobreza. Ahora ella tiene el mismo apellido y estará a su lado. La tercera decisión fue; “Tu pueblo será mi pueblo.” Estoy dejando mis gentes, los idolatras, y me identifico con el pueblo de Dios. Y, mi amigo, tu no puedes hacer una decisión para Dios si no te identificas con el pueblo de Dios, o sea, con los cristianos. Hay que ver una transformación en tu vida. Hay que dejar lo que no es de Dios y los que no son de Dios.
La cuarta declaración fue: “Tu Dios será mi Dios.” Es muy posible, que cuando Rut conoció al hijo de Noemí, conoció por primera vez a una familia que creía en el Dios verdadero. Aunque esta familia se había alejado de su tierra, al principio, tal vez, demostraron esas creencias. Rut se casó con el hijo de Noemí, y claro, el había aprendido las enseñanzas de Dios de sus padres. Otras porciones en este libro nos dan a entender que Noemí conocía bien la ley mosáica. Dijo Rut, “Tu Dios (será) mi Dios.” ¡Cuán grande decisión.! Y añade, “Donde tu mueras, moriré yo.” Esas palabras tenían más significado en aquel entonces que hoy. Significaban, “La esperanza de Israel es mi esperanza.” El israelita siempre creía que después de la muerte resucitaría de entre los muertos para vivir en la tierra prometida de nuevo. Esa fue la esperanza de Abraham, de Isaac, de Jacob, y los otros israelitas. Ellos aún no entendían que Cristo iba a preparar un lugar especial en el cielo para los creyentes. (Juan 14:2 LEE) Dios prometió a Abraham una tierra donde fluía leche y miel y por fe el aceptó la promesa de Dios. (Romanos 4:13,18) Romanos 4:3 “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.” No solamente dijo Rut que donde Noemí muriera, ella moriría,” sino que “y allí seré sepultada.”
Ella tenía la misma esperanza de Abraham. Termina su voto al decir, “Así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotros dos.” ¡Esta decisión era una promesa eterna! – no solo para un día – no solo durante un momento de emoción – Rut lo había pensado bien antes de hacerlo.
Lo que vemos en Rut es genuino y verdadero arrepentimiento. El arrepentimiento es mas que derramar algunas lágrimas. Es un cambio de vida. 2 Corintios 7:10 dice: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación.” Noten que el arrepentimiento no es la salvación; el arrepentimiento guía hacia la salvación; “pero la tristeza del mundo produce muerte.” ¿Qué es la tristeza del mundo? Bueno, es derramar lágrimas sin haber un cambio. Creo que Orfa, igual que Rut, derramó lágrimas. La diferencia entre las dos es obvia. Orfa derramó lágrimas, pero no hubo un verdadero arrepentimiento. ¿Qué es el verdadero arrepentimiento? La palabra arrepentimiento, según el griego – el idioma en que fue escrito el Nuevo Testamento significa, “cambio de opinión.” Es como quien va caminando a una dirección y de repente da la vuelta, y camina en la dirección opuesta. Hay muchos que llegan al punto de arrepentirse. Se sienten incómodos, redarguídos por su pecado, y a veces, hasta derraman lágrimas, PERO, siguen en la misma senda – no hay un cambio en su forma de vivir y de pensar. Es lo que hizo
Orfa. Lloró pero no dio la vuelta para ir a Belén. A lo contrario, volvió a la nación de idólatra. Las lágrimas no producen el arrepentimiento, pero el arrepentimiento, con, o sin lágrimas, siempre produce un cambió en el modo de pensar y actuar. La emoción no salva, aunque a veces el arrepentimiento trae emoción. Lo que Dios quiere ver es la transformación.
Rut hizo una decisión verdadera para Dios. Dice: “Acepto la pobreza. Acepto ser desechada. Acepto el hecho de que seré viuda el resto de mi vida.” Ella estaba dispuesta a aceptar la vergüenza de lo que le viniera en su vida para tomar su lugar con Dios. Ella hace la decisión de irse a Belén con Noemí.
V.18 LEE Noemí conoció a Rut muy bien y sabía que ese voto era verdadero. No hubo necesidad de decir más.
V.19 LEE Al volver a Belén, podemos decir que la familia pródiga había vuelta. Solo quedaba Noemí y una mujer extranjera que se llamaba Rut. Y la gente se conmovieron al verlas y preguntaron, “No es esta Noemí.”
V.20,21a LEE ¡Que diferencia entre las palabras “llena” y “vacía.” Ella salió llena, pero volvió con las manos vacías.
Mi hermano, como hijo de Dios, has sido bendecido ricamente y tienes todo en Cristo. Cuando tu te apartes del camino angosto para vivir con los cerdos y la iniquidad del mundo; Cuando tu te apartes de la Biblia, de la iglesia, del amor fraternal; cuando tu haces esto, pierdes comunión con Dios, porque no hay comunión entre la luz y las tinieblas. (2 Corintios 6:14-18)
Pero, gracias a Dios, cuando vuelvas a tu casa, como lo hizo el hijo pródigo, encontrarás al Padre, con sus brazos extendidos, esperándote. Otra vez, El te bendecirá como antes. Te dará el mejor vestido y el becerro gordo y hará una fiesta para ti. Vv.21,22, LEE
Llegaron a Belén a un tiempo muy apropiado, “al comienzo de la ciega.” Dejaron la tierra de Moab y los contratiempos de la tierra lejana. Ahora van a recoger a los campos de Booz cerca de Belén – la casa de pan y alabanza.
Hermano, si tu te has alejado de Dios y del lugar de bendición, el camino hacia el gozo incluye el arrepentimiento, un cambio de pensar, el cual afectará un cambio en tu modo de actuar. ¿No quisieras volver este día a tu primer amor? Haz esa decisión y comienza a andar en la tierra de pan y alabanza espiritual otra vez. 1 Juan 1:9 nos promete, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
por John Abels con todos los derechos reservados.
Deja un comentario