“Para que te vaya bien…irás a la era”
Sermón sobre Rut 3:1-3
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Ya hemos tenido cinco estudios en el libro de Rut, y nos quedan dos más después de este. Esta es la bella historia de una mujer extranjera que fue redimida en la tierra de Judá. La semana pasada hablamos del hombre, Booz, el pariente cercano y redentor, de Noemí y Rut. También vimos el cuadro que Booz nos da de nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús, el redentor del mundo.
Al llegar al capítulo tres, nuestra historia nos trae a la era, el lugar donde desgranan el trigo. Creo que Rut no entendía completamente el significado del pariente cercano y redentor; así que, su suegra, Noemí comienza a poner un plan en acción. Rut está en una situación extraña. Y para poder entender lo que se describe en este capítulo, es necesario entender la tercera ley mosaica que se presenta en este libro. Una ley desconocida para nosotros y difícil de comprender. También necesitamos entender lo que significaba el lugar donde desgranaban la cosecha.
Hemos hablado de la manera que Dios proveyó para los pobres y extranjeros, y viudas en la economía de aquel entonces. También hablamos del pariente cercano y redentor y el método que Dios usó para guardar la tierra y no dejar que pasara a un extranjero. Ahora vemos Deuteronomio 25:5-9 LEE.
Obviamente es una ley extraña para hoy en día. Quizá nunca han oído de algo semejante. Y, creo que este es el único libro que nos da una verdadera ilustración de la ley, pero, claro los judíos la habían puesto en práctica muchas veces cuando un hombre fallecía sin haber tenido hijos.
Así que, tenemos una ley que pone a la viuda en una posición única. Cambia su posición totalmente. Ahora ella tenía el derecho de reclamarle a uno de los hermanos de su esposo. En realidad era su deber al esposo muerto. Quizá por eso podemos entender como esta ley unía a la familia. Cada miembro tenía interés con quién se casara el hermano, porque alguno de los hermanos pudiera tener que casarse con ella en caso de la muerte de su hermano. Esta ley tenía dos fines: 1) la protección económica de la mujer y 2) la protección del las tierras familiares. Dios no solamente había dado al pueblo de Israel toda la tierra de Palestina, pero también a cada tribu su parte específica, y a cada familia su terreno. Como vimos en un estudio anterior, si una familia perdiera su tierra por necesidad, en el año de júbilo automáticamente recuperaban todo, para ellos y su descendencia. Sin esta ley, hubiera existido la posibilidad de que la viuda se casara con otro y la familia perdiera sus tierra.
Así Dios proveyó una manera de mantener la propiedad dentro de la familia. El pariente cercano era el único que podía casarse con la viuda para retener el título de la propiedad en la nación, en el tribu, y en la familia. A nosotros nos parece una ley extraña, pero aparentemente sirvió sus fines en Israel.
En el caso de Rut, tenemos a una viuda sin hijos, y la propiedad que pertenecía a su esposo se había perdido por razón de la pobreza de Elimelec. Y, aunque estaban sin recursos, Noemí sabía que Rut tenía todo el derecho de reclamarle a Booz su reclamación porque era el pariente cercano. E igual de importante, el era capaz de redimir la tierra por su riqueza, y tomar a Rut como su esposa para levantar heredero en nombre del difunto como lo demandaba la ley.
Pero, aunque Booz tenía mucho interés en Rut, no podía hacer nada. El no podía reclamarle como esposa, a no ser que ella comenzara el trato. Ella tenía que demandarlo. Más adelante veremos que había otro pariente que estaba más cercana que Booz, que tenía el primer derecho de redimir la propiedad. Por eso Booz tuvo que esperar hasta que Rut comenzara mover el asunto. Como Rut ignoraba las leyes necesitaba ayuda de su suegra, Noemí. Por eso, Noemí pregunta en el v.1 “¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?”
Ahora vamos a ver un procedimiento, que para nosotros, es muy extraño. Para poder comprenderlo hay que entender el lugar de la era, el lugar donde se desgranaba el trigo, en aquel tiempo. Acuérdense que Dios les había dado una provisión maravillosa en esta ley. Como mucha gente trabajaba de agricultor, muchas de las leyes reflejaban la vida del campo. La ley, también reflejaba las costumbres de aquel entonces., y específicamente aquí con la era. Por lo general la era estaba situada en una loma donde el viento podía arrebatar el tamo.
Veamos la era con más cuidado. Casi siempre tenía la forma de un círculo. El piso era de tierra, bien empacada, de barro para hacerlo liso. Alrededor de la era había piedras puestos. Después de cortar el grano fue llevado a la era. En la tarde cuando hacía aire, desgranaban la cosecha. Ponían los manojos de cebada en el piso. Entonces los bueyes, jalando una rastra o una piedra plana pasaban sobre la cebada así separando el grano del manojo. Los trabajadores tomaban el grano y lo aventaban en el aire. En esa manera el viento arrebataba el tamo y el grano caía al piso. Los obreros trabajaban hasta que ya no había suficiente viento, hasta la caída del sol, o aún más noche. Y cuando terminaban, comían todos juntos, muy felices, y hasta se parecía fiesta. Al terminar de desgranar toda la cosecha, se hacía una fiesta religiosa. Era el tiempo para demostrar gratitud al Señor por la cosecha abundante. Durante el tiempo de la cosecha los obreros acamparon alrededor de la era. Al terminar la fiesta los hombres dormían cerca del grano para protegerlo de ladrones. Como la era estaba en forma de un círculo, los hombres ponían sus cabezas hacia el grano en el centro mientras los pies quedaban estirados como rayos del sol.
Las fiestas religiosas eran comunes entre los agricultores. Varias fiestas de los israelitas tenían que ver con la era, incluyendo la celebración del Pentecostés. La gente cantaba salmos de alabanza durante la fiesta.
Ya que entendemos mejor la ley del pariente cercano y redentor aplicado a la viuda, y con este escena de la era en mente, estudiemos el capítulo 3.
V.1 LEE El tiempo de la cosecha duraba seis semanas. La cebada fue cosechada y el trabajo está llegando a su final, Rut es ignorante de las leyes del pueblo, así que Noemí tiene que actuar para que Booz redime la tierra, y así sirve de redentor para ellas también. Por eso Noemí le dice a Rut en forma de pregunta, “¿A mí me toca buscarte hogar para que te vaya bien?” Claro que hablaba del matrimonio cuando hablaba de encontrar un hogar. Al ser redimidas, quedaría la propiedad en la familia.
V. 2 LEE Noemí dice, “Este hombre, Booz, en nuestro pariente cercano y redentor. Tu tienes el derecho de reclamarle. En verdad es tu deber demandarle como pariente cercano y redentor. Yo quiero que vayas a la era ésta noche para dejarle saber
tus intenciones.
V.3 LEE Noemí le dice que espere hasta que la fiesta termina. Entonces le dice, “Rut, ahora tu tienes que hacer lo necesario; tu tienes que reclamarle.” Como Rut no había hecho nada hasta este punto, posiblemente por falta de entendimiento de la cultura y sus leyes. Noemí le dio instrucciones específicas de que hacer. Le dijo que hiciera cuatro cosas que sirven de ilustraciones de lo que tiene que hacer el pecador que viene a Cristo en fe y arrepentimiento.
Primero: “Te lavarás”. La Biblia dice que el venir a Cristo no es por obras. Tito 3:5 dice, “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración, y por la renovación en el Espíritu Santo.” Por eso, el Señor Jesucristo le dijo a Nicodemo, “Puedes creer que eres un hombre muy religioso, y creo que eres, pero, necesitas un baño.” Le dijo, “tendrás que renacer.” Juan 3:7 El pecador viene a Cristo por medio del lavamiento de la redención. Tiene que experimentar por fe el nuevo nacimiento. Y amigo mío, nadie puede ir a la gloria hasta que llegue a ser una nueva criatura en el, renacido y regenerado por medio del Espíritu Santo. Noemí le dijo a Rut, “Has estado en el campo todo el día. Lávate bien.” Ese fue el primer paso.
Segundo: “Te ungirás.” Desde que se había fallecido su esposo, quizá no había puesto mucha atención a su cuerpo y a su vestuario. Noemí le dice que se perfume. Úngete. Esto corresponde a la experiencia cristiana. Al venir a Cristo somos hijos, pero aún bebés, en el Señor. Llegamos a ser adultos, o maduros, cuando comprendemos las verdades Bíblicas y las ponemos en práctica. La Biblia nos urge que seamos ungidos por el Espíritu Santo. Juan nos dice en su primera carta 2:20, “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.” La palabra “unción” significa ungir. Significa el Espíritu Santo es El quién nos guiará a toda verdad. El es el maestro por excelencia. El tiene que enseñarnos. 1 Corintios 2:9,10 LEE
¡Cuán importante es tener al Espíritu Santo como nuestro hermano!
1 Juan 2:27 LEE Esto no significa que dejamos toda sabiduría y enseñanza del hombre, sino que nos dice que somos los beneficiarios de todo lo que el Espíritu ha enseñado a hombres en el pasado y también a nosotros. El segundo paso de Rut era ungirse.
Tercero: “Vistiéndote tus vestidos.” Noemí le está diciendo a Rut, “Si Booz se interesó de ti vestida de luto, cuanto más gusto le dará verte vestido de fiesta.” El simbolismo de este paso es que no podemos acercarnos a Dios en nuestra propia justicia, que es poca, sino en la justicia de Cristo. El llega a ser nuestra justicia. El no solo quita nuestro pecado; no solo nos regenera; no solo nos hace hijos de Dios; El llega a ser nuestra justicia por la fe. Romanos 3:22 LEE La justicia de Dios es semejante a un vestuario que nos cubre, para que Dios nos vea en Cristo, justos, como si nunca hubiéramos pecado. Somos “aceptos en el Amado.” Efesios 1:6 LEE, Romanos 4:25 LEE, 2 Corintios 5:21 LEE
Ahora no tenemos tiempo de estudiar el cuarto paso pero voy a mencionarlo. Era la necesidad de reclamar que Booz hiciera el papel del pariente cercano y redentor de la familia. Y, mi amigo, tu que no conoces a Cristo. También necesitas recibir a Cristo como tu Redentor personal. Romanos 6:23 dice, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Al recibirle, por la fe, recibirás la justicia de Dios y la esperanza de la gloria. Recibirás la vida eterna. Házlo, antes de que sea tarde.
por John Abels con todos los derechos reservados.
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